observa, juega, camina,
sueña un poco,
ríe mucho
y recibe con ternura
la tristeza, la alegría
nostalgia y melancolía.
Todas llegan de visita
y al partir dejan espacio
para guardar lo aprendido.
Abraza cada sorpresa,
descubre sabores nuevos
y el aroma de la vida.
No te aferres al dolor
ni a la dicha pasajera.
Piensa solo en el camino
y sigue aunque no comprendas
que se llega recién cuando
todo al final se ha perdido.
El camino de los sueños
recorre largos senderos
con singladuras de luces
y vericuetos ocultos;
con sus agujeros negros
de dudosa consistencia.
Me he sumergido en sus pozos
de luces amortiguadas
donde se confunde el alma
y se nubla la conciencia,
donde el sentido se inhibe
y el recuerdo se transforma.
Allí puedo atravesar
mil constelaciones nuevas
y volver en un instante
a mi aceptado recato
donde los sueños se mudan
y retorna la conciencia.
Pero algo he de saber
sobre esta vigilia impuesta
donde se cumple la vida
con frustraciones y sueños:
Está prohibido soñar
en las noches sin estrellas.
!He tejido tanto
en mi larga vida!
tejo con agujas
tejí con sonrisas
Me pasé formando
un mantón de plumas
que se confundía
con el texto triste
de mi poesía.
Bajo la almohada
guardo las palabras
que me acosan.
Esas que roen mi mente
para gritar sus verdades.
Yo las silencio,
las transformo en vanidades,
les regalo flores y perfumes,
las prostituyo;
hago con ellas lo que quiero.
Son como extrañas
criaturas sin nombre;
su identidad se pierde
cada vez que sus voces
se ahogan entre las risas
que finjo mientras lloro
lo que no puedo decir.
lihnterna,21.04.2006
El requisito es sencillo, pero tajante: debes componer un poema o un breve texto literario en el momento... espero que se atrevan.
(Esto es que me he ido a ver las bases a POEMAS IMPROVISADOS ( I )).
Guíñame el ojo Año Nuevo,
que no te quiero ni brusco,
ni almaenpena ni holgazán,
doce perlas en tu cuello
y en tu cuadra, un alazán.
Sé un alazán que me lleve
por los días de colores,
fin de semana con nieve,
pocos lunes, muchos viernes
y montañas de coral.
Llanuras de nubes blandas,
lagos de agua esmeralda,
urbes con sus rascacielos
amigos por todos lados
y a mi lado, el corazón.
“Yo vi del polvo levantarse audaces” * Fernández Moratín
las hojas del otoño chamuscadas,
que a pesar de estar secas y cansadas
tomaban vuelo, cuanto más tenaces.
Creían completado su camino
al borde del sendero acumuladas,
cuando en un soplo les nacieron alas
que las obligan a cambiar destino.
Ls personas que creen terminado
el hacer en la vida, se dan cuenta
que no todo lo hecho fue acabado.
Y cual hojas que vuelan todavía
si una ráfaga potente las alienta,
dejan el suelo y van a un nuevo día.
"¡Noche, que en tu amoroso y dulce olvido" Francisco de la Torre
albergas a las penas mientras miente
la cruel realidad que hace su nido
dentro del corazón del inocente!
¿Dormirá en tu regazo el desaliento
aliviado al soñar con otra suerte,
o un mejor desenlace para el cuento
que cuando sale el sol se hace más fuerte?
Eres, noche, la experta consejera,
la humilde bendición de una caricia
sobre ciertos errores del camino.
Ante tu sombra encuentro primavera,
y aunque sé que su abrigo es la ficticia
creencia en algo incierto, igual me inclino.
observa, juega, camina,
sueña un poco,
ríe mucho
y recibe con ternura
la tristeza, la alegría
nostalgia y melancolía.
Todas llegan de visita
y al partir dejan espacio
para guardar lo aprendido.
Abraza cada sorpresa,
descubre sabores nuevos
y el aroma de la vida.
No te aferres al dolor
ni a la dicha pasajera;
piensa solo en el camino
y sigue aunque no comprendas
que se llega recién cuando
todo al final se ha perdido.
Desciendo
como un niño
que juega con dios
sin ver los giros
pronunciados
de la vida.
La muerte sueña
mientras pasamos
por el tiempo que queda.
Tiene paciencia, espera
algún tropiezo,
una caída,
lo que sea.
No se disgusta
sabe hacer su tarea
por eso es vana
la esperanza
cuando llega.
Soy un simple paisaje
en tus ojos acuosos
enfrente de ese lago
y el cielo despejado.
Solamente un contorno
que prefiere el silencio,
la lluvia, los geranios
y duerme cada noche
contando las estrellas.
Paisaje sin prejuicios,
con horas imprevistas
en plena libertad,
la mirada en el agua,
poemas olvidados,
y nuestra realidad
sobre la expectativa
que se aleja de a poco
hacia el punto final.
No es triste la verdad, dijo el poeta,
y no tiene remedio, por ahora.
Solo esperar, dar gracias, no llorar,
usar las palabras como ruedas
para seguir andando mientras puedas,
con el alma serena que se entrega
y una sonrisa eterna por bandera.
No es triste la verdad, solo es un mito,
escapa sin permiso y se desborda
y desde el corazón toma la forma
de una piadosa mueca acorazada.
Se grita la verdad o se silencia,
a veces se convierte en cobardía,
pero no es triste,
ni entrega libertad.
Es como el tiempo
que cuando llega,
algo siempre se lleva
y deja una experiencia
en su lugar.
POEMA INNECESARIO (de Raquel Garcia Fernandez, extraído de fb, espero que con su anuencia)
Hice el amor toda la noche.
Con vos
que estás tan muerto
como quisieron mi espanto y mi capricho.
Aunque inspires y expires.
Aunque reordenes cada día
las raíces y el agua.
Para empezar de nuevo.
Para colgarte al hombro
una vida de sal o de madera.
Una vida que no puedo
tocar en la vigilia.
Yo puse el océano
entre tus pies y mi casa.
Yo te apaleé hasta verte mi enemigo.
Algo estaba roto en mi cabeza.
Asesinarte era tan urgente
como abrirme de piernas y obligarte a llenarme.
Una vasija hendida.
Nunca fue suficiente.
Hice el amor toda la noche.
Con vos
que ni siquiera preguntaste
por quién doblaban las campanas.
Fue lento y suave.
Fue una cursilería.
Casi como caminar entre algodones.
Yo puse el dolor
entre tu boca y mi nombre.
Mi cuerpo fue un río lleno de ahogados.
Tuve el deber de arrastrarte entre cadáveres.
Pero alguna vez hicimos el amor así, supongo.
Tan lento, tan suave, tan cursi.
Antes de que te arrancara los ojos.
Antes que malpisara el jardín del aire.
Hace años que dejé de llorarte.
Y ya sé lo innecesario que es decirte
que de verdad te amaba.
Será en otro tiempo
cuando no haya muros
ni cadenas hechas
de miedo al invierno.
Tendremos permisos,
el sol en las manos,
censura en los labios
y un nuevo verano.
Pero un sentimiento
quedará olvidado,
y entre las cenizas,
las páginas muertas
del fin de una historia
nos dirán que fuimos
un par de cobardes.
Una mirada simple
que dice sin hablar,
y calla por no herir
a la verdad.
Las letras son delicias
en esa voz
que acompaña,
pero escritas
vienen y van
como las olas;
si se escriben de noche,
la mañana las lleva.
De catarsis de luna,
se cansaron las penas,
prefieren las caricias
del sol y de la arena.
Tal vez un día,
sorprendan en la orilla
dormida a la marea.
Un amigo dijo
que siga adelante,
que busque a mis duendes,
que limpie mi entorno
con castillos de aire.
He prendido antorchas,
quemé mis pesares,
con pétalos rosas
hice mis amarres,
enfrenté al destino,
use afinidad
para consolarme.
Pero sin su mano
no consigo asir
el sutil mensaje
que la vida tiene
listo para darme.
Es fácil extinguir
como si fuera humo
la realidad imaginada.
Dejar de percibir lo inexistente
en la neblina ciega,
colorear cielos rosas
y nubes azules,
inventarse una luna,
hacer un arco iris
cuando una sonrisa
desplace a una lágrima.
Dejar por fin
las quejas encerradas
y agradecer por nada.
Fundirse en la quietud,
hacer silencio
y respirar.
Hay pecadores seriales
que no están en la prisión,
la ley hace una omisión
a sus culpas madornales.
Vive libres como el viento
,por ignorancia presiento,
no sabe ser responsable
de una falta censurable,
el hombre que mata el tiempo.
Paisaje ilimitado de la tierra
hecho de luz, de soles y de estrellas;
de negros agujeros infinitos
y azules concentrados y remotos;
de innumerables rutas sin señales
que indiquen un camino transitable
por donde despejar un horizonte
que nos lleve a continuar con la osadía
de descubrir en un viaje de aventuras
—sin mapas, sin brújula,
ni timón de cola—
la gran incógnita que nos separa
de lo conocido a lo desconocido;
que no existe un final de los caminos
y que al cielo no se llega, que no existe;
que no sabremos nunca ese misterio
oculto, inescrutable, indescifrable
que se nos presenta ante los ojos,
atónitos y expectantes,
en una noche estrellada.
En las noches sin luna,
cuando extraño tu boca
y mi vida es oscura
observo las estrellas
más lejanas que nunca.
El reloj se adormece
escuchando la música
de los grillos que cantan
sin pausa y sin angustia.
Luego llega la brisa
y la niebla se esfuma
como si la mañana
trajera la cordura.
Pero el cielo aún es gris,
viejas sombras me abruman
al recordar que solo
de ti quedan penumbras.
Si tus dedos pudieran
despojarme de lunas
y de mieles antiguas,
serías como el sol
que se lleva la bruma
y en sus brazos lejanos
silencioso me acuna.
Si pudieras quitar de mi cielo
el torrente feroz que me agobia
con sus garras de hielo,
y en lugar de ese frío dejaras
tu tibio consuelo,
yo sería:
tu agua cristalina,
tu fuente, tu guía,
tu sueño, tu vida.
Tan solo son pensamientos
que cruzan como las nubes
por la mente que los cubre
con sus brazos indolentes.
Ver cómo pasan es siempre
una forma de ignorarlos
y también de liberarlos,
pero nunca se los juzga
porque ellos no tienen culpas
ni reproches que enfrentar.
Todo está bien, no hay verdad
solo existen percepciones
ocultas entre los miedos
cuando miramos en cielo
y aparece el sol despierto.
Lo demás es espejismo,
un recuerdo de otros pasos,
soledades confundidas
que regresan cada tanto
para mirar a la espuma
en la orilla de este mundo
girando como si el tiempo
se despidiera sin quejas,
mientras la vida al pasar
juega con las almas viejas.
Definir los pensamientos
no es fácil; es tan complejo
ese aglomerado interno
con un centro y periferia,
nunca bien delimitado
donde conviven sin orden,
sin leyes ni restricciones
acuerdos y parlamentos,
frutos de divagaciones
o de pensados acuerdos
que a veces el fuero interno
rechaza, aún cuando acepta
a otros muchos pensamientos
que pueden, en sumatoria
lo que el protocolo exige,
lo que el común de la gente
da por válido y legítimo.
Y no valen frustraciones
o extensas cavilaciones
que violen ese derecho
—inalienable misterio—
que puedan hacer cambiar
sin permiso, el pensamiento.
Me dice el brillo de tus ojos negros
que has llorado ¿por qué?
¿quién los anega?
Ojos que deben ser reflejo
de tus bellos momentos
de tus risas y fiestas.
Deja que yo enjugue tu mirada,
y no llores más por una pena,
que aquí estoy yo
que desde ya me erijo
en el firme bastión de tu tristeza.
No es la distancia, es sólo el desconcierto
de no saber por qué no hay más detalles
que viajen desde un puerto hasta otro puerto
y lleguen de tus calles a mis calles.
Es el silencio frío del olvido,
el viento que recita una plegaria
ataviado de escarcha y el sonido
entrando por la puerta solitaria.
Un cúmulo de versos sin abrir,
esa palabra que desaparece
por miedo a liberar el alma un día.
No es la distancia. Quizás es percibir
un mundo de nostalgia y de poesía
escrito para ti cuando amanece
En la quietud de la intimidad
la tarde se resguarda del frío invierno
pero las huellas del exilio sellan el camino
y en los atardeceres de enero
sin saber lo infinitamente breve que es la vida
las palabras silencian su esplendor.
No es la rutina que aplasta los silencios,
no es la nostalgia,
tampoco la esperanza
concebida y abortada
por costumbres mundanas.
No es la apatía
ni el paso de los días
cada vez más lejanos.
No son los desencuentros,
las palabras ajadas
de tanto usar las mismas
excusas y plegarias.
Es dormir con las sombras,
acostumbrarse a nada,
ignorar la presencia
de cada instante nuevo,
de los amaneceres,
de la vida que aguarda.
Donde hubo un sueño
que partió al sombrío
tiempo de la cobardía
aún quedan aromas
de algunos pétalos
sin deshojar.
También persisten
los sabores agridulces
de incertidumbres
y promesas.
Pero no se escucha
tu voz cantarina
ni el viento del este
que siempre reía
junto con las olas
rotas en la orilla.
Tendré que volver
a esa playa un día
para ver si sigue
el cielo celeste
y mi soledad
en la arena tibia.
Cuando la muerte quiera
conmigo una aventura,
dejaré que el alivio
festeje con mis ansias
de escapar hacia el polvo
ceniciento del suelo
donde mi oscuridad
tal vez pueda besarla.
Me asiré de sus huesos
con mis manos gastadas,
temeroso el dolor
y tibia la nostalgia
se dejarán llevar
hacia un tiempo sin tiempo
sin luz, sin soledad
y sin mañanas.
Improvisar un poema
es como despertar en un impulso
rasgarle al alma esas musas
aquietadas y ocultas
aletargadas en el tiempo
entumecidas por el silencio.
Componer un poema al instante
es despertar al sacudón
de versos extraviados
que en busca de libertad se revelan
alborotándonos los sentidos
como si fuesen suspiros.
Una tarde olvidada
la caricia que falta
los rencores del tiempo
una terca esperanza.
El disfraz ya gastado
una sentencia oscura
la feroz rebelión
del eterno mañana.
Las preguntas de un sueño
fatalidad sin rumbo
reírse de una lágrima
acumular palabras.
El silencio del cielo
un color derrotado
los aromas del agua
ese arroyo que pasa.
Un desenlace en pausa
algún duelo sin nombre
rastrear fracasos viejos
y cicatrices santas
Morirse,15.07.2022
por fin vas a saber dónde estoy
no más llamadas sin contestar
no más mensajes sin respuesta
por fin dejaré de desaprovechar
las oportunidades y de no
hacerme cargo de lo que me toca
porque ¿en qué podría ocuparme, cielo?
en nada, en nada
por fin te daré paz y silencio
no más reclamos, cariño
no más salidas fáciles
no más caras largas
ni mis puños estrellándose
contra las puertas
ni mi llanto histérico
por cualquier cosa
paz y silencio, corazón
a lo mucho te daré el sonido del viento
alborotando hojas
de repente vas a recordar
que estaba triste
y vas a volver en el tiempo
te vas a ver atravesando
la noche neón de Santa Elena
escuchando mis sollozos
o nos vas a ver en una banca
bromeando sobre el vestido caro
que elegí para la ocasión
antes levantarme para modelar
mi bata de hospital de locos
perdoname por meterte en esos sitios, príncipe
uno se desequilibra y bueno
vas a saber que guardaba mucha basura
a pesar de mi manía con la limpieza
y que de todos modos sí creía en un dios
que me fabriqué para cuando me sentía sola
le rogaba que me calmara, sabés
que detuviera el temblor
que me sacara de mí por un momento
que me ayudara a respirar profundo
y no
al igual que el otro dios
el mío tampoco escucha
sé que no vas a entender
yo tampoco entiendo mucho
solo sé que por las venas no me corre sangre
sino una angustia profunda
de la que no logré deshacerme
por fin vas a saber dónde estoy
aunque siempre lo supiste:
aquí
sola
sin vos
cierto es que todo se transforma y pasa
pero hay instantes que son irrepetibles
como huellas que van quedando
en el sendero interior
y uno no sabe muy bien porque
son como esos encuentros
que quedaron pendientes en otra vida, tal vez
y se materializan en esta
sin haber hecho nada para lograrlo
ni siquiera el menor esfuerzo
quizá forme parte de esos misterios
escondidos en el devenir
y así, espontáneamente surgen
como atraídos por la lluvia de otoño
o en algún amanecer
irrumpiendo a la vista de los despistados
como yo
sea como sea
hay instantes que son irrepetibles
y dejan huellas
en el sendero interior
Yo ya besé el deleite de un poema,
y tuve el sol en el vientre
y un río cabalgando por mis venas
Trepé a los árboles más verdes
que nunca se marchitan,
vi una libélula posada en las arenas.
Vi jardines nocturnos,
y un lucero en las rosas.
Anduve en la intemperie
de la nada,
recopilé mil versos
y tristeza en silencio.
Fui suspiro en la dicha,
margarita y espina,
desesperé de asombro
al mirar una ausencia.
Meci a un ángel, y al viento
lo seguí por la vida.
Sembré un ocaso perfecto
hecho de sueños y cosechas.
Bebí de manantiales
y tiempos sin orgullo
porque todo viene y va
como el mar que trae y se lleva
recuerdos de la luna.
El futuro que escapa
y esas ganas de nada
encima de los hombros
con su carga pesada.
Una excusa en los labios
y seguir atrapada
en este callejon
en esta encrucijada.
Esa comodidad
de saber que la vida
se respira sin más
y cuando se termina
el aire, no se puede
volver hacia atrás.
Engañar al reloj
con sonrisas fingidas
tener entre las manos
la muerte entretenida
y no cerrar los ojos
por temor a quedarme
para siempre dormida.
Se muere el verano
con sus noches de seda
y concluyen promesas
que fueron sinceras
y hoy son las mentiras
blancas como el tiempo
que quita las penas.
Nos queda el silencio
también la nostalgia
que ya se desteje
hilo a hilo como
si fuera una historia
que bajo la almohada
respira los restos
de estrellas fugaces
aún impregnadas
sin saber adónde
se ha ido el sabor
de tu piel sin nombre.
Se despiertan las horas
y el miedo a la rutina
amenaza los pasos
del reloj cuando mira
los instantes que vuelven
con la misma desidia.
Regresa indiferente
la rueda repetida
a girar como ayer
en la jaula vacía.
El tiempo desperdicia
sus minutos de vida
y esclavizado ronda
por los bordes del día
tan ciego que no entiende
donde empieza y termina.
Se cansan los segundos
de contar la apatía
que cobarde mantiene
la verdad escondida
y vuelve a repetir
de nuevo sus mentiras.
Tal vez una mañana
se rebele y decida
que no quiere seguir
la ruta establecida
y defienda el camino
que lleva a la alegría.
Sitio, casa, nido
un lugar que ahora
parece perdido.
Hoy está vallado
nadie lo protege
de locos bufones.
¿Será abandonado
como un barco viejo
y luego el olvido
cubrirá las letras
escritas un día
con tinta celeste?
Triste desenlace
para un buen amigo
que ofreció cobijo
a quienes dejaron
un trozo de vida
y hoy ven que es momento
de la despedida.
Hoy tengo carencias que me atan las manos
historias perdidas que nunca terminan
cúmulos de ausencias como nubes bajas
son una amenaza de lluvia y de frío.
Todas las excusas cercan las salidas
se cierran las ganas de vivir mañana
no puedo escapar de mis torpes trampas
soy mi prisionera, la cruel victimaria
que usa un imposible cómo única arma
mientras el hastío y la indiferencia
tortuosa y ajada, junto a la desidia
huelen la tragedia que crece en mi alma.
Cuando un árbol muere
en una tormenta
que abate su tronco
con sus ramas viejas…
Cuando un árbol muere
quedan las raíces
en la dulce espera
que alumbre y deslumbre
otra primavera
El día que termina
lleva en su espalda encorvada
cenizas de otro tiempo
que alguna vez fue fuego
y hoy, indiferente a todo,
ya camina sin prisas
el rumbo improvisado
y la mirada ciega
de un caminante inexperto
Para escribir comentarios debes ingresar al sitio: Ingresar