|
lagania,03.04.2003
|
Este es un cuento comunitario medio egoísta, porque es sólo pa la dulci y un servidor. Hagamé a mí y hagalé a la dulci la caridá de no escribírnoslo encima. No se me ponga celocía. Sea buenito/a. Gracias por la gauchada (sagradece de antemano). | |
lagania,03.04.2003
|
A veces la cocina no era solamente una cocina, es decir ese lugar de la casa que también era comedor, y sala de lectura, y escritorio improvisado para dos, y ámbito ideal para el vino y las empanadas con amigos hasta el amanecer.
La cocina era también el lugar de la casa donde Esteban y Alicia pasaban la mayor parte del tiempo, donde era lícito plantear cualquier tema de conversación (distinto del dormitorio, sumergido en esa cautela que se hacía sentir sin que nadie la nombre), donde en definitiva sucedía la parte más jugosa de sus vidas.
Esteban hojeaba una revista y miraba el perfil de su esposa preparando la cena, dos acciones que realizaba con medida intermitencia.
- No me contaste como te fue hoy en tu primera sesión con tu nuevo terapeuta – dijo Esteban como en un descuido, sin dejar de hojear la revista.
| |
dulcilith,04.04.2003
|
- jajajajaj....mi terapeuta??? vez como andas de mal??? A ti era al que le tocaba terapeuta hoy...- Alicia continua cocinando mientras las carcajadas le resbalan como perlitas de agua sobre su cuello y labios... | |
lagania,06.04.2003
|
Esteban continuó hojeando la revista en forma mecánica. Suspiró un par de veces y creyó adivinar la cara de Alicia en esos momentos, los gestos de desprecio coronando su frase, gestos que sabían herirlo con increíble exactitud...
- Fui a mi terapeuta esta mañana, antes de ir a la oficina - dijo Esteban con resignada paciencia - y según acordamos en nuestra última y nefasta sesión de pareja, vos hoy ibas a comenzar con el tuyo...- Esteban cerró la revista, la dejó caer con cansancio sobre la mesa, y levantó la vista hacia Alicia, buscando una comprensión que se hacía cada vez más escasa. | |
dulcilith,06.04.2003
|
Alicia siguio manejando el cuchillo, con rabia, con fruision, con desconsuelo...
"Oh Esteban, Esteban - penso- que no daria por sentirte aca a mi lado ahora, aca, aca...no halla....no tan lejos. Como hacerte sentir que no es terapeuta lo que necesito, si no a ti..."
Las lagrimas comenzaron a caer, y dando la espalda a su marido, forzó su herida garganta y sus maltratados labios con una carcajada sonora y limpia.
- Pues estuve en la biblioteca, y en una hora lei todos los consejos que me pudo dar el terapeuta en un viejo libro de psicologia. | |
lagania,06.04.2003
|
- La verdad es que no te entiendo, y a esta altura del partido no sé si me entiendo yo mismo - dijo Esteban mientras se levantaba de la mesa y se acercaba a la ventana que daba al patio, esquivando a su esposa.
- Sabés bien que eso no fue en lo que quedamos, que escaparte de la terapia y esconderte tras un libro no sirve para nada... No es cuestión de vivir de la mano del dolor, sino de enfrentarlo, de atravesarlo, de crecer de una buena vez por todas! - Esteban dijo estas últimas palabras levantando algo la voz.
Unos segundos después, tratando de sonar más calmado, agregó:
- Como puede ser que hayamos terminado en esto, que no poder hablarnos sin que un intervenga tercero, sin un podrido terapeuta haciendo de juez, supervisándonos...
Esteban se acercó a su esposa, la tomó suave pero firmemente de los hombros, y le dijo:
- No sé cómo carajo llegamos a esto... | |
dulcilith,06.04.2003
|
-Ay!! que me cortado - exclama Alicia con cierto temblor en la voz- ¿vez como no puedes tocarme sin hacerme daño?
La voz temblorosa, la mano tremula y la exquicita gota de sagre que arrastra recuerdos, dolores, expectaciones...
| |
lagania,07.04.2003
|
Esteban soltó los hombros de su mujer y dio un paso hacia atrás de inmediato, sintiendo dentro de él como el enojo crecía por sobre su antiguo cansancio.
- Esto es más de lo mismo... ¡Si te cortás un dedo cocinando, es culpa mía..! ¡Si te sentís sola en nuestro matrimonio, es porque YO te impongo esa soledad! ¡Si tenemos sexo cada vez menos y peor que nunca, es porque YO no sé transmitirte la ternura que necesitás para que esto funione! - dijo Agustín aumentando gradualmente el volúmen de su voz.
- ¿No te parece demasiado ya? - (continuó diciendo, bajando la voz) - ¿Cómo puedo ser yo tan importante, tener tanto poder sobre vos como para ser el artífice de absolutamente todas tus desdichas y que vos no tengas absolutamente nada que ver en el tema...?
Esteban volvió a acercarse a su mujer, y buscando encontrar su mirada, agregó:
- ¿Es que nunca me vas a perdonar lo que hice? | |
dulcilith,07.04.2003
|
Alicia parece despertar, la cercanía de la voz del esposo la devuelve a la vida. Casualmente fija sus ojos en el espejo del aparador y ve su imagen derrotada...
¡Su imagen!
iAlicia ¿Recuerdas cuando solías no tener imagen? ¿Cuando jugabas con tus caretas y le coqueteabas a la vida riéndote de tu soledad? i/
(“Estoy llorando, estoy muriendo...sin amor ya, sin odio...me disgrego en esta gota que corre limpia, pura, y libre!!! Esteban, no tengo nada que perdonarte...Mucho te amé, y mucho te perdoné, pero ahora no puedo sentir nada, solo mi mas profundo desprecio... ¿Como explicarte lo que nunca entendiste? True love...Egoistic love...)
-True love, egoistic love - pronuncio en alto, sorprendiéndose de la firmeza de su voz- True love...egoistic love - Y sus ojos se iluminaron ante la revelación que la salvaba del quebranto, de la miseria, de la derrota...
i"Cuando me hechas de menos, en realidad no me hechas de menos, sino que te hechas a ti mismo, a mi lado, haciéndote compañía”i/
Las palabras conjuraban, hechizaban. Fijo, por primera vez desde hace mucho tiempo, la mirada en los negros ojos de Esteban. Sintió en sus entrañas el clarín que solía prepararla para el desafiante vals lúdico y lubrico. Sintió como su instinto de predadora despertaba y rugía. Sintió, que al fin y al cabo su esposo seguía siendo un hombre…
i“Porque cuando yo te hecho de menos, en realidad, no te hecho de menos, sino que me hecho de menos a mi misma, a tu lado, haciéndome compañía”i/
iPor eso es que envejecemosi/
| |
lagania,08.04.2003
|
Esteban se quedó en silencio, sin saber que decir, observando el perfil de su esposa como si lo desconociera. Después bajó la vista y se quedó sumergido en sus pensamientos.
i"Claridad en lo que quiero, confusión en lo que siento. ¿Por qué será que esto duele tanto?"/i
Las facciones de Esteban se iban distendiendo, como atraídas por la gravedad.
i"¿Servirá este dolor para crecer un poco?"/i
Dejó descansar su cuerpo sobre la pared.
i"Ahogo, calor que me invade por todo el cuerpo, y la necesidad de tragarlo; explosión nuclear en el estómago."/i
La rumia mental seguía, y parecía abarcarlo todo.
i"Meta, objetivo, alcance, propósito... pero lo que siento no ayuda a este proyecto."/i
Cierta humedad de su alma comenzaba a abrirse paso, buscando por donde salir.
i"No quiero que sea cierto que la falta de ella sea un agujero en la panza."/i
Sentía cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.
i "Cómo hacer para sobrevivir al sinsentido de la daga certera en el corazón que se transforma en un órgano más, en una parte de nosotros."/i
Sintió mojadas sus mejillas.
i"Necesito atravesar este dolor, pero cómo hacerlo, cómo sobrevivir."/i
Sin decir una palabra Esteban se acercó hacia donde estaba Alicia. Sin violencia, con decisión, comenzó a acariciarle el rostro, el cuello, la espalda, a dejar que su cuerpo se reencontrara con el de ella, que sus rostros se busquen, se recuerden, se rocen y se deseen, y que la búsqueda de un beso se convierta en el beso mismo, labio sobre labio en un mismo respirar, beso que sabe imponerse no sólo sobre su silencio, sino también y afortunadamente, por sobre todas las palabras.
| |
dulcilith,09.04.2003
|
Alicia se entrego dulcemente a los brazos de su esposo. Naufrago su voluntad en la humedad de esos labios que manaban vida, potencia, deseo. Corto la respiracion y fundio su calor en su nuca, en su cuello, en su pecho...
- Toc toc....
- ¿Quien carajos....?
Alicia se abrocha apresuradamente la bluza y abre la puerta. Afuera, una hermosa rubia, de 1.80 minimo, ojos azules, desafiante...
-¿Está Esteban?
| |
lagania,09.04.2003
|
Esteban reconoció esa voz y se acercó a la puerta, pasando por delante de su mujer.
- ¿Qué estás haciendo acá? - dijo Esteban, con tono de fastidio.
- Ah, hola... - contestó la rubia, reconociendo a Esteban. Después volvió a dirigir su mirada hacia Alicia, y preguntó: - Vos debés de ser Alicia, ¿no es cierto? | |
dulcilith,09.04.2003
|
- ¿Quien mas?- contesto con cierto fastidio. | |
lagania,13.04.2003
|
La rubia armó una sonrisa inquietante mientras paseaba la vista entre Esteban y Alicia, sin apuro, sin presión de ningún tipo, dominando la situación del momento.
- Me estoy yendo del país definitivamente mañana, y no pude resistir la tentación de pasar por acá para despedirme – dijo la rubia, como si se tratar de una travesura.
Antes de que Alicia o Esteban pudieran reaccionar, la rubia continuó:
- No se preocupen, que no voy a hacer ningún escándalo, ya me voy. Tenía necesidad de conocer a la persona por la cual me rechazaste – comentó la rubia, dirigiéndole una mirada a Alicia. – Estoy acostumbrada a obtener lo que quiero, y esta vez fue la excepción. –. Después mirando a Esteban continuó – La verdad es que no sé que te vi; vos no valés la pena… y nunca vas a saber lo que te perdiste.
Con esas palabras y antes de que Alicia y Esteban pudieran reaccionar, la rubia dio media vuelta sobre sus talones y un minuto después desaparecía en su automóvil.
| |
dulcilith,16.04.2003
|
La perplejidad se apodero de Alicia. Cerro la puerta suavemente mientras se dirigia al sofa. Apenas se hubo sentado volvieron a llamar a la puerta... | |
lagania,19.04.2003
|
Las ideas en la cabeza de Esteban parecían no terminar de acomodarse nunca; una truca de emociones se batían a duelo dentro de él, el miedo luchando contra la angustia, la ira queriendo ser más que el resto, la aceptación que se resistía a tomar partido.
El timbre de la puerta lo puso en marcha automáticamente pero sin despertarlo del trance, con los ojos en la nada, llegando a la puerta y abriéndola sin pensar, encontrándose con un empleado del servicio postal que lo saludaba sin mirarlo y le entregaba un sobre seguido de una planilla con un firme aquí, por favor.
Esteban se despedía del cartero y cerraba la puerta pensando en cómo retomar la cordura del momento, qué decirle a Alicia que le ayude a mostrar la realidad de sus sentimientos, cómo hacerle entender que una noche de alcohol después de muchas noches sin sexo fue la bomba de tiempo que detonó su infidelidad, una infidelidad de los cuerpos, deseo de la carne, trámite horizontal que no es más que esa urgencia aliviada en la inconsciencia y el placer del momento, combinación difícil de evitar en un mundo donde el mal no es pecado.
- No sé que decirte que no te haya dicho ya – dijo Esteban mirando hacia la alfombra y acercándose a su esposa. – No estoy contento por lo que hice, pero sabés que esa mujer no significa ni significó nunca nada… - continuó diciendo Esteban, mientras dejaba el sobre recién llegado sobre la mesa.
| |
dulcilith,19.04.2003
|
- ¿No vas a abrir el sobre?- pregunta Alicia mientras juguetea nerviosamente con los
botones de su blusa.
- ¿Importa…?
- Depende. Depende de lo que te importe yo…
Esteban toma el sobre, y tarda unos segundos en darse cuenta que es la letra de su esposa.
Con manos temblorosas abre y comienza a leer:
i “Seguramente cuando leas esta carta ya no estaré ahí para explicarla. Supe de tu affaire con esa mujer y que te vas a marchar con ella. No quiero estar ahí cuando eso pase. Me voy, Esteban, te abandono antes de que me abandones a mi…”/i
- Las cosas no siempre salen como las planeamos ¿no?- Alicia se levanta resueltamente y camina hacia su dormitorio.
| |
lagania,21.04.2003
|
Esteban se sintió derrotado. Volvió a agobiarlo una vez más el poder que su mujer ejercía sobre él, con el que había forzado su celibato transformándolo en un monigote insatisfecho, forzándolo a mendigar el placer que ella supo rechazar hasta el cansancio, acusándolo a la vez de ser él el único responsable de todos y cada uno de los males de la pareja.
Siguió a su mujer hacia el dormitorio sin saber muy bien qué hacer. La vio sacar ropa de un cajón y ponerla sobre la cama, y su sentimiento de derrota se transformó en frustración, después en desconcierto, y por último en ira, empujándolo de un lado hacia otro por el dormitorio como si fuera una fiera enjaulada, haciéndole apretar los dientes y cerrar los puños en un frustrado intento de encontrar algo de calma.
De pronto vio su imagen reflejada en el gran espejo sobre la pared y todo su ser fue odio, y todo su odio fue una trompada sobre el cristal que creó una lluvia caleidoscópica de trozos de espejo con su imagen y con la imagen del cuarto cayendo sobre él y sobre el piso de la habitación, manchando de sangre su puño, y arrancándole un grito a Alicia, quien retrocedió asustada, sentándose en la cama.
| |
dulcilith,21.04.2003
|
-¡ Estas loco!
Alicia comienza a sentir que le falla la respiracion. Desde pequeña a sufrido de amnea, y cada vez que una situacion la sobrepasa, instintivamente se refugia en su enfermedad. Esta condicion la ha ayudado en momentos muy criticos de su vida. Es el poder del mas fuerte: incluso de sus debilidades sabe sacar provecho.
Con la mano en el pecho, procurando hacer muy notoria su asfixia, jadea:
-¡ Vete! ¡Dejame...! ¡ Te...lo...ruego...!
| |
lagania,21.04.2003
|
Esteban lloraba desconsolado. No parecía tomar conciencia de lo que había hecho. Lentamente se agachó y tomó un pedazo de vidrio del piso, un trozo de espejo curiosamente parecido a un cuchillo.
Sin dejar de llorar se fue acercando a Alicia con el trozo de espejo en la mano derecha.
Mirándola a los ojos, sin dejar de llorar y hablando entrecortadamente le dijo:
- Esto me va a doler mucho más que a vos.
| |
dulcilith,21.04.2003
|
Alicia seguia jadeando. Tardo un segundo en comprender que Esteban estaba realmente fuera de control. Un segundo comprender que en este ultimo juego no servian las caretas. Un segundo en comprender...
-ay!!!!!! ¡Nooooooo!!!!! | |
lagania,21.04.2003
|
Esteban llegó al lado de Alicia empuñando el trozo de espejo como si fuera un cuchillo, cortándose la mano derecha con sólo sostenerlo, y llorando más y más copiosamente.
Llevó el espejo hacia el cuello de ella, sin ejercer mucha presión pero manteniéndolo en ese lugar, como luchando contra una parte de él que parecía querer retomar algo de cordura. Entonces vio como un pequeño hilo de sangre se dejaba ver debajo del mentón de Alicia y escuchó su propio grito como si viniera de otra parte.
De un movimiento destrozó el espejo contra el piso y se tiró sobre ella, bebiendo la escasa sangre que salía de su cuello, arrancándole la ropa, sosteniéndole los brazos con inusitada violencia, emitiendo sonidos guturales, tapándole la boca con un beso. | |
dulcilith,27.04.2003
|
i "Claridad en lo que quiero, confusión en lo que siento. ¿Por qué será que esto duele tanto?"/i
Alicia se debatia deseperadamente....
i"¿Servirá este dolor para crecer un poco?" /i
- ¡¡¡Dejame!!!
i "Ahogo, calor que me invade por todo el cuerpo, y la necesidad de tragarlo; explosión nuclear en el estómago." /i
Las lagrimas comienzan a quemar la piel de Alicia...
i "Necesito atravesar este dolor, pero cómo hacerlo, cómo sobrevivir." /i
...
| |
lagania,29.04.2003
|
Un Esteban desbordado, vuelto confusión, y gritos, y violencia, se debatía entre dejarse llevar por su desborde o tratar de alcanzar algunas de las pocas imágenes de cordura que todavía daban vuelta por su cabeza, ideas como mariposas tristes y efímeras, débiles y hermosas, arrasadas por el viento de una ferocidad cebada en sí misma y que desconocía cualquier posibilidad de vuelta atrás.
Sintió a Alicia hecha garras clavándose en su cuerpo, mordiéndolo en la boca y en la cara como respuesta a sus besos, pero lejos de enfurecerlo o hacerlo enojar esto aumentaba su excitación, encendía una veta lujuriosa que parecía crecer por sobre sus otras emociones, con la humedad de su cuerpo cambiando de densidad y de sabor, la acidez de su saliva vuelta suave afrodisíaco en busca su contraparte en Alicia, sometiéndola en el juego perverso y simbiótico del mutuo dolor deseado y placentero, del terror sabroso y la espera del dolor que llega al fin como una secreta victoria, encendiendo pasiones nada recomendables en parejas que hacen un culto de su pequeña burguesía.
De pronto no hubo palabras, sino sonidos guturales, y gritos tensos y contenidos, inventando un nuevo lenguaje que parecía hablarlos a ellos, hablarse a sí mismo, justificarse como un ser independiente de esos actores superados por pautas sociales y circunstancias.
La pelea no era más que una lucha desigual de los músculos de Esteban tendido sobre la desesperación de Alicia intentando liberarse, tratando de no dejar que Esteban le quitara la ropa, la hiciera jirones, la desnudara con manos, dedos, uñas y dientes para después besarle los pechos con violencia, sostener ambas manos por sobre la cabeza de Alicia y apresarle las piernas con las suyas, dejando una mano libre para circular por las autopistas epiteliales de su mujer, suavemente y con las uñas primero, firmemente y con dedos sutiles después, como un hábil músico solista buscando el clímax en un concierto a toda orquesta.
Los gritos de Alicia terminaban en una disfonía que era más súplica que amenaza.
Esteban logró sacarse el pantalón y la ropa interior.
Alicia seguía juntando fuerzas para liberarse de Esteban, sin conseguirlo.
Esteban intentó separar las piernas de Alicia y penetrarla.
Alicia giró el cuerpo con energía y tiró a Esteban de la cama, cayendo sobre él.
Esteban sintió los pedazos de espejo clavándose en su espalda, pero seguía sujetando a su mujer.
Alicia mordió a Esteban en una tetilla hasta hacerlo sangrar.
Esteban la agarró del cabello con fuerza y la besó furiosamente.
Alicia soltó una mano y comenzó a pegarle repetidamente en el pecho a Esteban, golpes de bombo leguero que fueron zamba y querían ser vidala haciéndose cada vez más lentos y sincopados, transformando su puño en una garra, clavándose al fin en el pecho de un Esteban confundido que ahora sentía la violencia de Alicia sobre él, esa Alicia que no dejaba de besarlo, que abría sus piernas y se penetraba a sí misma con la erección de Esteban vuelta un insulto, sin sentir las astillas de espejo cortándole las rodillas, una Alicia hecha de fuego dentro del fuego en lo que probablemente era el mejor sexo de su vida.
| |
dulcilith,09.05.2003
|
i Maldito tu que como una manada de demonios entras en mi piel
Engalanaste mi corazón de humillaciones y volviste a mí como el borracho a su botella.
Fuiste la tormenta maldita que arraigo en mis huesos el deseo de la muerte
Y muerte es lo que exhalan tus caricias…
¡Ay! Que no se detengan tus llamas
Ávida de dolor, soñaba con la tortura de tus besos
Y ahora la condena te amarra a mi vientre
La voluptuosidad toma una mascara de vapor y terciopelo
Hecha de un sueño alcoholizado, de un canto gélido
Encadenada a tus gemidos bebo la inconciencia de tu sexo
Ultima experiencia para este viejo cuerpo
Que sin alma vive muerta entre los muertos /i
| |
|
|