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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Cuentos Comunitarios / Cuento Colectivo III.2 - [F:7:12690]


Canon,28.03.2014
Para no mezclar, continuemos aquí el cuento que inició bCollectivesoul/b y continuó borejudo/b en el Foro Cuento Colectivo III. Aquí sus posteos...

 
Canon,28.03.2014
iRecordad... el personaje narrador es un terrorista asesino./i


bCollectivesoul,28.03.2014/b

En el verano del 79, Rosa y yo nos amabamos. Era los tiempos que Paul Richard sonaba en las radios. Un año después vino la guerra y tuve que partir. Nunca prometi que regresaría, ella tampoco prometió que me iba a esperar.

Fue un martes, lo recuerdo muy bien: ella acomodaba algunos cuadros y yo escribía, la miraba. A veces preguntaba cosas y respondía. Me habló de la guerra y se puso seria, no pregunto sobre nosotros, sabe que no me gusta las obviedades. Ójala el arte fuera posible sin guerra -dijo-.
Le conte que anoche había terminado de escribir un cuento, que tenía un poco de ella. A Rosa no le gustó, me acusó de ser repetitivo y muy rebuscado, excepto con una frase final: "El sueño de los amantes es morir juntos".

Me encantaba cuando Rosa podía morir mil veces con sólo palabras. Esa es la razón por la que escribo, es que ella lee y lee mucho. A Rosa no podría escribirle porquerías...

A finales de mes, me enlistaron en el ejercito de manera obligatoria. No tuve tiempo de avizar a Rosa...


borejudo,28.03.2014/b

O si. Con su motor encendido, el avion me espera, subiendo la escalera, un hombre me espera. Lleva una camisa naranja.Su pelo es pelirrojo. Me pide el billete, se lo doy, saca su mano derecha, lo coge, sus dedos son muy largos, extremadamente finos, me mira, esta bien,su asiento le espera.


 
nonon,28.03.2014
En la cabina, un frío cubículo gris me esperaba, el encierro era nefasto y la acumulación de aire rancio hacía que mi rostro cada vez con más premura buscara el pañuelo, ese fino género albo con blondas que un día Rosa me regaló, era suave como sus senos y perfumado como el aliento de su voz, ¡ cuánto anhelaba tenerla en esos momentos!.
 
Audina,29.03.2014
Me reclutaron siendo joven e inexperto en esas lides, era un romántico que quería cambiar el mundo. Me sometí a una formación militar, aprendí a manejar armas y explosivos. Mi conocimiento del árabe y francés hizo que me destinaran como enlace a Marruecos. Matar es fácil, era mi máxima.
 
Ikalinen,01.04.2014
Pero, aunque destaqué entre los demás por mi precisión y mi frialdad, y durante el día me pavoneaba por ahí con mi uniforme y mi creciente número de galones en los hombros, cuando caía la noche y el silencio me envolvía con su soledad, mi mente se tornaba un laberinto tortuoso. Era una época en la que todavía era muy humano, y aún me doblegaban sentimientos como la culpa o la añoranza. Las horas destinadas al sueño son eternas cuando no logras dormir, y el recuerdo de Rosa fue mi única compañía durante aquellos largos insomnios...
 
pithusa,02.04.2014
Aveces pienso que el insomnio era voluntario. Me encantaba disfrutar de la compañía de Rosa en forma imaginaría. La veía en su mecedora leyendo sus libros. Recuerdo que en una ocasión me dijo:_ Amor, a tí que tanto te gusta escribir, me tomé la libertad de inscribirte en un curso de taller de literatura. Sé que allí aprenderás mucho..._ No respondí. Creo que ya estaba harta de revisar mis escritos. La verdad es que no había concurso de narrativa o lírica en el que yo no participara. Su opinión y correcciones. eran importante para mí.
Siento mucho frío y esta guerra no tiene para cuando terminar...

Siento mucho frío
 
zumm,03.04.2014
Anoche, en mi insomnio voluntario, escribí (mentalmente, claro) un cuento para que Rosa lo lea y por fin me admire.
Dada vez la necesito más. Añoro su presencia, ansío respirar el aroma de su cuerpo y me arrepiento mil veces por las cosas que no le dije.
Creo que este cuento que imaginé con mi corazón, bastará para que nos reconciliemos y me vuelva a amar si es que la distancia mermó su amor.
Mañana saldré temprano con dos compañeros a una recorrida de observación. Espero que este cuento se mantenga en mi memoria para escribirlo después en algún lado.
Por fin me duermo...
 
Audina,05.04.2014
Son las cinco de la mañana, Mohamed, Said, y yo viajamos con destino a la plaza para vigilar el puesto numero 12 de la plaza DJeema el Fna. Hemos tenido un “soplo” de que se estaba cociendo algo importante. Me desplacé sinuoso desde el tejado con mi rifle de mira telescópica. Desde allí podía observar la entrada principal y las inmediaciones. Mi mano firme no temblaría si tenia que disparar. Me llamaban en broma los compañeros 007, en honor al famoso agente de su majestad, la reina de Gran Bretaña.
Un reducido grupo…
 
atanasio,05.04.2014
Comencé desmembrando las calles con visiones demenciales para poder saber como moverme con sutileza cuando sea el momento preciso. Arrastre mi sombra con suavidad por los laberintos de la cuidad formando un mapa mental preciso, por que debía ser todo medido con un reloj acompasado y febril. Era necesario para mantener el destino...
 
Gatocteles,05.04.2014
Llevamos varios minutos esperando. El sol ha llegado al cenit, donde parece haberse recargado de energía, como si hubiera sido enchufado a un puto cargador cósmico de luz y calor. A lo lejos planean unos pájaros desgarbados en busca de alguna lagartija sobre este poblacho miserable donde hay unos cuantos niños rapados que asoman sus caras agrias por los callejones antes de escabullirse de nuevo como si fueran roedores.
Tengo la vista sobre un punto fijo: un tipo de almacén de dátiles donde nos informaron que se esconden los terroristas a los que les seguimos la pista. No obstante, lo único que he visto salir es un viejo encorvado y feo como djiin, y varias mujeres envueltas en trapos y con los rostros escondidos por los hiyab… no sé por qué imagino sus facciones tan apetecibles como las de los camellos…
Volteo hacia el auto abollado donde aguardan Mohamed y Said tras otros vehículos con estrías de óxido y láminas cacarizas. Mohamed apoya la mejilla en la mano tendinosa. Su rostro de pelos hirsutos no muestra ninguna emoción, lo cual no es raro en él, a quien no recuerdo haber visto sonreír ni una vez; lo contrario que Said, cuyas facciones de peluquero etíope ceden de inmediato a las convulsiones de la risa en situaciones normales.

 
krisna22z,05.04.2014
Así; pasaron los minutos, y las manijas del reloj parecian hierro caliente mientras cada gota de sudor se colaba por mi piél, eramos mi rifle y Yo, aguardando movimientos y soportando todos los reflejos. De pronto apareciste tú mi Rosa, en este oasis fuiste un suave viento; me miras mientras recoges con tu pañuelo suave, la humedad de mi rostro y en ella una lágrima de emoción, mientras me dices que leiste y te gustó mucho el cuento que te escribí aquella noche de insomnio, faltaba segundos para acariciar tus labios, cuando una imprudente gota de sudor corre por mi frente haciendo un parpadeo que diluye tan excelsa imagen, quedando el silencio, el almacén sin movimientos, y el auto abollado....
 
perseoescritor,07.04.2014
...Una leve sonrisa tuya y mis manos que se extienden tiernos a tu rostro, en el preciso instante en que una explosión rompe la noche cruenta con una luminosidad que lastima nuestros ojos...caes sobre mi por la fuerza de las ondas expansivas, los ojos muy abiertos y los labios entreabiertos..
-calme mon amour, calme..
Cae pesadamente sobre mi pecho y al tomarla por los hombros percibo un leve quejido que se apaga con la noche: una esquirla de granada la ha alcanzado gravemente...
-¡Dieu, Dieu!!..Rosa..mon amour....mon amour...
 
Audina,07.04.2014
"Ne c,est pas posible! ¡Mon Die! las palabras salieron en mi lengua materna. En un segundo el horror se dibujó ante mi como en una película en cámara lenta. Era una pesadilla que me perseguía. El fallecimiento de Rosa en mis brazos en otra misión. Olvidar, sólo quería olvidar, y escribía para ella en mis noches de insomnio. Rosa, era agente doble cuando nos conocimos hace diez años.

Vuelvo al presente, estoy en la ciudad de Marrakech...

Ahora estoy en la ciudad de No sabía que ella estaba también en Marrakesh. Con la mirada telescópica del rifle fui testigo de la explosión en cadena.
 
Gatocteles,07.04.2014
Vi cómo volaban cual saltamontes violentos varios autos hasta llegar al nuestro, que venturosamente sólo fue alcanzado por la onda expansiva, de modo que Mohamed y Said apenas y fueron zarandeados. Incluso escuché las maldiciones terribles de Mohamed hacia la estirpe completa de los sunnitas, mientras que Sahid también expulsaba hiladas de improperios terribles como sapos con herpes…
Volví a incrustar el ojo en la mira telescópica de mi arma y desvié la vista hacia el almacén de dátiles, descubriendo que las supuestas viejas se desprendían de los velos, evidenciando unos rostros barbados con cicatrices como ciempiés.
“Fils de pute!”, mascullé tratando de concentrarme en apuntar, pero los segundos en que aplaqué los latidos de mi corazón bastaron para que los hombres escaparan en un auto apostado junto a un tenderete de tapices donde un viejo lloriqueaba espantado, con las manos como sarmientos oprimiéndose las sienes.
A la distancia, muy lejos, se escuchó la voz del almuédano incrustado en el minarete, recordando, como hacía siglos, la unicidad y perfección de Allah…
 
Gatocteles,07.04.2014
La mujer había extraído mi miembro con manos temblorosas y ahora lo introducía con torpeza en su boca, rozando el glande con los dientes.
Dejé de fumar, haciendo un gesto de incomodidad, y maldije a los malos oficios del enano a quien tildábamos “Ptah”, incapaz de conseguirme una puta de oficio para quitarme el mal sabor del fiasco de la tarde, cuando se nos escaparon los terroristas y aparte se nos atascó el auto luego de la explosión cerca del almacén de dátiles.
Ya me disponía a despedir a la mujer, pero una andanada de placer me volvió a tumbar sobre el sillón. “¡Demontres! ¿Cómo aprendiste tan rápido, princesa?”, pensé mientras ella me abría la bata acariciándome el pecho con sus dedos de uñas maltratadas color berenjena.
 
Canon,08.04.2014
Entonces, antes de que me diera cuenta, sacó una pistola que tenía guardada vaya uno a saber dónde y apoyó el frío cañón en mi esternón.

-¿Princesa? ¡Más bien tu muerte, hijo de p...-

Dicen que el último sentido que perdemos cuando morimos es el oído. Ahora sé que es mentira, porque no llegué a escuchar lo que me dijo esa cabrona que el enano (compinchado con el grupo terrorista) había mandado para acabar conmigo. Supongo que, si algún día mis compañeros encuentran mi cadáver, me devolverán a casa. Y si no, supongo que está bien de todas maneras. Al menos, ya no tendré que preocuparme por el insomnio...

Quizás no escuché nada, pero lo último que cruzó mi mente fue esa historia que le escribí a Rosa cuando aún estábamos juntos, y que fue lo único que le gustó de cuanto escribí: "El sueño de los amantes es morir juntos".

No hemos muerto juntos, pero espero encontrarte del otro lado...

 
Canon,08.04.2014
FIN (o no... si alguien tiene otro final, que lo postee!)
 



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