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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / El ensayo III - [F:5:12906]


ninive,08.11.2015
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elclubdelapaginaazul,08.11.2015
El ensayo del domingo de gsap

Los niños y su desarrollo integral

El ser humano, desde su nacimiento, posee la capacidad de moverse y es a través de esta acción que comienza a conocer el mundo que lo rodea, para esto, es necesario que se sienta seguro, lo cual va a depender del vínculo de apego que establezca con su adulto significativo, el cual se ocupa de cubrir sus necesidades básicas (alimentación, abrigo, limpieza, afecto). Si el niño posee una buena relación con él (ella), podrá abrirse de buena manera para conocer y explorar su entorno, ya que sentirá seguridad en sí mismo.
En el contexto del logro del desarrollo integral, es fundamental dar la mayor cantidad de posibilidades de exploración al niño, de manera que experimente el placer motriz a través de actividades relacionadas con el desarrollo de sus habilidades motóricas básicas, a saber: caminar, correr, saltar, rodar, trepar, entre otras, para lo cual, la vida al aire libre es un escenario mágico y motivador, ya que en él se dan gran cantidad de instancias de exploración que el niño requiere para su desarrollo: trepar un árbol, saltar una rama, subir el cerro.
Jugar, es muy importante para cualquier ser humano, sin embargo en la primera infancia, es fundamental ya que significa aprender y desde allí desarrollarse de una manera integral ya que al hacerlo, el niño tiene la posibilidad de experimentar desafíos, resolver problemas, encontrarse con los objetos del mundo que lo rodea y vivenciar experiencias sociales al encontrarse con sus pares en un contexto lúdico.
Hoy en día, los niños poseen cada vez menos posibilidades de exploración y juego en contextos naturales, debido a diversos factores y la realidad es que se vuelven cada día más sedentarios, muchos de ellos con problemas de salud asociados… hay algo que no cuadra.





 
yvette27,08.11.2015
Gracias gsap. mis recuerdos de infancia son opacos pocos e insulsos. Vivía en un departamento en una gran ciudad. No había televisión ni computadora en ese entonces pero los niños de ciudad crecen con mucho menos estímulos que los que crecen en contacto con la Naturaleza.
 
elclubdelapaginaazul,08.11.2015
.
 
gsap,08.11.2015
La estimulación en la primera infancia es fundamental, desde todos los ámbitos posibles, brindando las más variadas posibilidades de exploración. Hay tantos niños que no tuvieron esa posibilidad, niños que hoy son adultos.
Desde el movimiento, aprenden de su propio cuerpo, sus posibilidades y limitaciones, al conocer y explorar a los objetos comprenden el mundo que los rodea y al compartir con otros aprenden a sociabilizar de una manera positiva y a relacionarse consigo mismo y desde allí con los objetos y los demás.
 
gsap,08.11.2015
La estimulación comienza en la vida intrauterina...
 
rhcastro,10.11.2015
Dejé mi ensayo en tu libro de visitas.
 
elclubdelapaginaazul,10.11.2015
El Ensayo del martes de guy

Escribir no es de amor

Un genio de las letras Joaquín Sabina. Para mí el tipo es un mentiroso compulsivo que sabe mirar a la gente y que además tiene un par de neuronas coordinadas de manera tal que le salgan buenas letras. A él atribuyo la frase más estúpida que recuerde de una canción. Aquí los versos que componen dicha frase: qué voy a hacerle yo / si me gusta el whisky sin soda / y el sexo sin boda. Una pelotudez inenarrable, porque ¿qué clase de infeliz idiotizado por alguna especie de religión arcaica es capaz de asociar el sexo y la boda cuando nadie le preguntó? Más todavía teniendo en cuenta que el tipo es un… vamos, no importa lo que sea, ya sabemos que no debe asociar naturalmente ni en estado de ebriedad una cosa con la otra (y supongo y quiero creer que usted tampoco).
Y tomé a Sabina de ejemplo porque me gusta o, más bien, solía gustarme escuchar sus discos y porque, obviamente, viene al caso con lo que me propongo tratar aquí. Me remito a esa mariconada de canción “Medias negras”. El tipo va y se lleva a una mina a la casa, se la coge y cuando se despierta se da cuenta de que ella le robó sus cosas. Hasta acá todo bien, a cualquiera le puede pasar. Pero el chabón, el muy mentiroso, dice haberse algo así como enamorado de la chica. “...llevándose además mi corazón” dice. Dale. Mirá si te voy a creer que te enamoraste de la minita por una vez que te la garchaste, Sabina, no me vengas con pendejadas. Y tiene otra que resulta el prototipo de la histeria, como eso que solemos atribuir a las mujeres, eso de que quiero pero que no quiero, que no pero que sí. El chabón canta todo lo que no quiere que le pase con la mina, que no quiere que le elija el champú, que no quiere esto, que no quiere los domingos por la tarde, bla bla bla. Todo bien. Pero después, como de costumbre, la caga: quiere que la minita se muera por él porque dice que el amor cuando no muere mata y que los amores que matan nunca mueren. No me jodas, Sabina, parecés una quinceañera pelotuda. O no. Mejor dicho: son un gran marquetinero, un hábil vendedor como el de mi ensayo anterior. Además hasta un Dragón de Komodo, ese bicho inmundo, también cuando no muere mata y bli bli bli. Igual las cuarentonas se mean encima cuando escuchan tamaña salvajada.
Ya es que eso del amor está tan bastardeado que se presta mucho a la zanguangada. Viene un cocinero a decir que hay que ponerle amor a la comida, viene un poeta y dizque el sexo es mejor con amor. Mire, no. No. La verdad es que la comida está buena cuando uno tiene hambre y coger está mejor cuando uno está caliente. Que vaya el chef pelotudo a la playa del Mar Egeo a decirles a los náufragos que prueben su comida echa con amor, que está mejor que un pedazo de vaca cualunque tirado a las brasas con un poco de sal. Y mire si tuviéramos que esperar a enamorarnos para echar un polvo bonito, mi viejo, las calamidades que habríamos de pasar. Igual cuidado. Ya sabemos que no son lo mismo enamorarse de alguien y amar a alguien. También está eso de la cosa desgarradora, ¿no? Como que a uno le rompieron el corazón, o eso del desengaño… o que se murió, mi viejo, eso del tipo que amaba a una que la mordió un perro rabioso y cagó fuego. O lo del acto de amor, el dizque acto según el cual alguien se ha sacrificado lo máximo posible por aquel amor, y resulta que el tipo, no sé, fue y estudió medicina y le curó el vitiligo al amor de su vida… porque todo esto está muy bien en las novelas. Pero imagínese que a usted le gusta alguien que no le da bola y no es cuestión de decirle a algún amigo que de incógnito arroje a su media naranja al río para que usted, que justo pasaba por ahí (guiño guiño), se tire al agua y la salve y se casen, como suele ocurrir en las películas.
Y bien. La cuestión es que resulta sospechosamente propicio escribir historias de amor con determinados argumentos, así como es muy del poeta novicio asociar cualquier gansada para hacer alusión a sentimientos, como eso de la luna, las estrellas, las flores y los amaneceres en el mar. Bueno, no. No. Mire, en el mar la gente se ahoga, hay barcos petroleros que contaminan, hay tiburones, piratas, cangrejos, migrantes infelices, el pervertido de Bob Esponja y etcétera; uno se sube a un barco y a los diez minutos está vomitando como desaforado. Si usted lleva a su pareja a una situación marítima, más le vale doparla antes de embarcar (o pagarle un crucero de esos con casino). Acuérdese de mí.
Otro efecto dañino que produce la literatura de amor tiene que ver con los psicópatas. Esto es: usted lee algo que entiende que seduce, y así lo lee el psicópata. Como esta huevada se viraliza rápidamente, cualquier psicópata se vale de esas letras, de esas digamos maneras o clichés, para seducir y manipular a sus víctimas. Yo conocí a una chica en los '90 que una vez se puso a hablar de las salidas con el noviecito. Resultó que el pibe le decía frases sacadas de las canciones de Sabina, se las tiraba con naturalidad en cualquier momento y la minita, que nunca había oído al gallego este, creía que el novio era un ser muy poético y especialmente sensible. Hay que ser hijo de puta. Por esto yo a veces leo las huevadas que escriben en internet y me pregunto si no serán cosas de psicópatas que pretenden seducir de manera deshonesta y con malicia a los demás, o si son pelotudos a secas. Después andan lloriqueando las intensas en Facebook con que ya no hay hombres y que la sociedad y bla bla bla, todo porque uno les tiró un par de versitos como esas poesías de Neruda, les echó un par de polvos y se fue porque no las aguantaba más o porque tenía que ir a jugar al pool con los amigos.
Ya que estamos, las metáforas, cómo no reconocerlo, son parte de la vida. Uno no se expresa sin ellas. La ciencia las usa, en fin, el ser humano es metafórico. Los médicos hablan de enfermedades como entes independientes de los organismos, le dicen a usted que se puede pegar el sida como si de una garrapata se tratase; los matemáticos con la cantaleta del infinito; el loco Hawking con sus agujeros negros; nosotros mismos solemos decir que nos cagamos de risa… eso es metáfora: el agujero negro, cagarse de risa, etcétera… pero, insisto en este punto, no me venga con la huevadita de que le cubrió el lecho a su amante con pétalos de rosa, mi viejo, qué porquería más ridícula.
Pero entonces, dirá usted, este cretino (o sea yo) me va a decir al menos cómo debería escribirse de amor. Mire, no. No. Yo entiendo que el amor uno lo lleva encima como digamos una Hepatitis, nomás que lo descubre, lo aprende, con los demás. Es decir, uno sabe al menos que puede amar cuando está con alguien, que es más o menos eso que tuvo en la familia de chiquito. El animal humano aprende a hablar y a ser amado, y después se vuelve adicto a hablar al pedo y a creerse merecedor de todo el amor del mundo, como si supiera realmente qué carajos es esto. Y sin embargo se insiste en escribir al amor en la ausencia, como un himno a la angustia, a la distancia o a lo irreparable. Por esto yo cumplo en informar a los poetas que mientras ellos están solitos rompiéndose las neuronas con cuatro o cinco metáforas pendejas los barrios están repletos de amor, de amor entre padres e hijos, entre maridos y esposas, entre pobres y ricos, entre hermanos, entre vecinos y entre amigos porque el amor no se escribe, no entra en tanta zanguangada, mire, si hasta la suegra anda por ahí con el palo de amasar a la espera de que de una puta vez estemos todos. Me tienen podrido.
 
cafeina,11.11.2015

excelente, lo leí dos o tres veces
nobleza obliga, es buenísimo este texto de Guy
estoy de acuerdo en todo

 
elclubdelapaginaazul,11.11.2015
El ensayo del lunes de heraclitus invitado de filiberto

LA DIGNIDAD DE LA MUERTE
"Al lado de la cama del enfermo el duelo empieza y continúa junto al cuerpo inerte"
Arnoldo Kraus

Queridos amigos:
Es curioso, el último ciclo del hombre es la muerte. Sin embargo a través del tiempo ha cambiado la manera de disponer de los cadáveres. Actualmente es con prisa.

Poco se piensa en la dignidad de la muerte. La dignidad atañe al cadáver y a las personas cercanas de quién falleció. La sociedad moderna limita los instintos humanos. Ya los velatorios no son en la casa del difunto, sino que en lugares contratados ex profeso. La celeridad de enterrar o cremar a los muertos es un ejemplo de la prisa de los tiempos actuales. Esa celeridad milita contra la dignidad del finado e impide iniciar el duelo como se debe: al lado del cadáver, rodeado de seres queridos, con el tiempo necesario para facilitar la despedida.

Los velorios muchas veces se convierten en reuniones sociales, donde los amigos cuentan tallas y toman copas supuestamente para contrarrestar el frío, ya no la desvelada, pues se cierra la funeraria y tranquilamente se van a dormir.

Antaño, antes de que la medicina “esterilizase” la muerte, la mayoría fallecía en casa, con la familia, pero, cada vez es menos frecuente decirle adiós al enfermo en casa, sin autoridades médicas o eclesiásticas que pugnan por dosificar tiempo y afecto.

La muerte es el culmen de la dignidad. Tras la muerte sobreviven diversos espacios. Por regla general impera la hipocresía, no hay muerto malo, todos fueron buenos. Es difícil para muchos otorgarle al cadáver lugar y tiempo que implica respetar su vida y honrar su muerte.

Por desgracia es común que el cadáver propicie desencuentros; es fuente de miedo y paradigma de las incapacidades del ser humano, entre ellas, acercarse, tocar, compartir. El cuerpo sin vida le recuerda a la persona su vulnerabilidad y lo confronta con sus incapacidades para cavilar sobre el duelo y la dignidad de la muerte. No todos los familiares se ponen de acuerdo. Si el pobre abuelo fallecido fue pobre y le toca a los hijos pagar el funeral, vienen los pleitos y muchos con presteza escabullen su obligación de cooperar con los gastos. Eso sí, son los más escandalosos en sus llantos y manifestaciones de dolor.

Los significados del cuerpo sin vida, y el brutal peso de la modernidad impiden, a la mayoría de las personas honrar la muerte. Pocos inician el duelo enalteciendo el suspiro postrero del muerto.

En lo personal, con el paso de los años y el deterioro normal de mi cuerpo quisiera que al emitir mi último estertor de vida, de inmediato me llevaran al crematorio y esparcieran mis pavesas en un jardín de mi ciudad. De esta manera evitaré los actos de hipocresía junto con lo de verdadero dolor de los que me acompañarían en la funeraria. ¿Es mucho pedir? ¿Mis deudos lo harán? O…

Torreón, Coahuila México 2015-11-07
 
elclubdelapaginaazul,11.11.2015
El ensayo del miércoles de rhcastro

De locos y un poco más.

En este diminuto planeta , en el grano de arena que las divinidades permiten girar sobre su órbita, habitan seres minúsculos, salvajes, depredadores, devoradores de hombre que se autonombran inteligentes para competir con el universo en un intento ególatra de sobresalir, pero yo, veo nacer la noche igual que el día y con eso, somos igual belleza que no es poco, como tampoco mucho y a veces demasiado.

El loco del que hablamos como hablamos de todo sin conocernos; a veces en sus horas sordas deja caer poemas en trozos pequeños de papel que vuela el viento, liberando sentidos sin apegos... porque ésta es la más fidedigna característica de estar chalado: No se ambicionan ni persigue sueños cuando se vive en ellos.

No hay maldad en las manos que interpretan las notas alegres de un concierto. Esas que dibujan sin la ambigüedad que brinda el premio. Impropio interrumpir el arte con matices de miedo, pero suele pasar... que el carácter sujeto de su molde se reprima.

No ofende ni molesta la adversidad a un corazón que vibra al declamar la gloria en la abundancia, tan compleja y sencilla, tan divina y humana. Tan Dios y tan mezquina como infierno que intenta casi a diario juzgarla.

Es entonces que me interno en libros, de todo lo que entiendo encuentro gente, personajes que escriben una historia a veces tan absurda o tan coherente yo que sé... otra historia, tantas historias que me saltan venados como a Bécquer, ocupando un espacio desde la celda amortiguada que la cordura puso para sujetarle, y veo muchas veces la luna reflejada en un lago para dar vida al rayo de luz de quien se enamorara. De golpe paso a Poe, que en su tiempo llamaron irracional y extraño para terminar perdido en un mundo donde sólo él podía encontrarse, tan semejante y distinto a ese tal Hemingway, quien no dejó de ser lo que escribía convirtiéndose en héroe de cada una de sus novelas, para morir como Hemingway, sin otro Hemingway que le sustituya.

A mi en lo personal me gusta la locura con que escribió mi padre, personaje principal de otros tantos enfermos escritores, de una fuga impresa en la historia de mi ciudad natal y que pudiera comparar con Sylvia Plath, Virginia Woolf y otros que fueron atormentados por la sociedad puritana y egoísta, esa que se encumbra sobre la falsa creencia de moldes establecidos para sentirse con derecho a destruir la belleza de un soñador, un hombre. Esos... que no conocen límites, y se agarran de cualquier monólogo para contradecirnos, a nosotros: los que no somos tímidos ni nos etiquetamos de normales.

Imaginé otro mundo y un vacío profundo invadió mi alma, quizás no merezca que imagine y sea por eso que la historia poco o nada escribe sobre ellos, pero si acaso tuviese algo que agregar, le pediría a Nietzsche que lo hiciera, tantas veces como me deleito en leerle ¡Oh! Nietzsche, diles tú de qué va esto:

''Así pues, una vez en que hube menester, me inventé también los "espíritus libres!, a los que está dedicado este libro entre melancólico y osado con el título de Humano demasiado humano, semejantes "espíritus libres" no los hay, no lo habido, pero en aquella ocasión, como he dicho, tenía necesidad de su compañía para que me aliviaran de tantas calamidades (enfermedad, soledad, exilio, acedía, inactividad) como valerosos camaradas y fantasmas con los que uno charla y ríe cuando tiene ganas de charlar y de reír; y a quienes se manda al diablo cuando se ponen pesados; como una compensación por los amigos que me faltaban.''

RH
 
elclubdelapaginaazul,12.11.2015
El Ensayo del jueves poe LorenzaGarrido

LA DOBLE PERSONALIDAD

Mucho se ha hablado de los efectos que trajo la circulación masiva de coches. Atascos, contaminación, ruidos, el infierno en el corazón de las ciudades... Pero todavía no se han analizado las consecuencias psicológicas de esta entrada en escena del tráfico rodado.

En mi modesta opinión el conductor adquiere con el tiempo (y no se necesita mucho tiempo para ello) el hábito de la doble personalidad. Las personas no son las mismas dentro y fuera de los vehículos. Si permanecen dentro observan el mundo desde cierta prepotencia, se consideran inalcanzables, creen que han superado los límites impuestos por la naturaleza, y contemplan a sus pares como maleducados e irrespetuosos oponentes, que no aprecian siquiera sus buenas cualidades en tanto que conductor. Si salen afuera y pisan la acera, advierten de pronto su pequeñez, sienten cierta fragilidad frente a las amenazas del mundo exterior, llegan a sospechar que los otros viandantes se ríen de su pobre condición, es para ellos alguien que ni siquiera posee dinero para comprarse un automóvil, aunque sea de segunda mano.

El coche como indicador seguro de la categoría social: los que tienen y los que no tienen, los que han triunfado y los que han fracasado.

De este modo, el ciudadano común practica el juego de la doble personalidad. Cuando conduce se vuelve agresivo, insulta a los demás, grita como un energúmeno cuando la policía la emprende a base de multas contra su legítimo derecho a tomar la carretera a ciento cincuenta kilómetros por hora. Pero cuando se pone a caminar es alguien pacífico, un anónimo entre muchos anónimos, un vecino sin historia, que se muestra incluso capaz de alimentar las palomas del parque con los granos de trigo que esconde en el puño.
 
elclubdelapaginaazul,14.11.2015

El ensayo del viernes de Robalva

b¡Viva la poesía!/b

“Podrán arrancar todas
las flores, mas no podrán detener
la primavera”.
PABLO NERUDA.

Desde tiempos inmemoriales, la poesía, el arte de realizar composiciones rítmicas con la noble intención de deleitar mediante pensamientos hermosos y elevados, ha estado ligada al hombre.
Jorge Luís Borges, culto escritor argentino, manifestó que: “Toda poesía es misteriosa, pues nadie sabe del todo lo que le ha sido dado escribir. La triste mitología de nuestro tiempo habla de la subconciencia o de lo que es menos hermoso: de lo subconsciente; los griegos invocaban las musas, los hebreos el Espíritu Santo. El sentido es el mismo.
León Felipe nos define este enigmático proceso creativo cuando afirma: “La poesía no es mas que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden”.
Lo cierto es que el poeta, mezcla de pintor y compositor, guía la pluma tanto con el corazón como con la mente. Por ello, los buenos versos nos inspiran o nos hacen reflexionar, pues ese conjunto de palabras está ordenado de tal forma que nos produce una expresión profunda y repentina.
Los poemas hermosos casi nunca brotan de una mente superficial pues este arte es amigo inseparable de las cuestiones más trascendentales; el amor, el dolor, las relaciones personales, la patria, el sentido de la vida y la espiritualidad.
La poesía puede adquirir variadas formas; puede, incluso, asemejarse a la prosa. Empero, debe poseer dos elementos claves que la diferencien de otros géneros: el ritmo y la medida. El ritmo es la cadencia del sonido que produce la expresión, esa repetición que percibimos en la lectura; la medida es el número y la distribución de las silabas de cada verso, que varía de unos poemas a otros.
Otro recurso poético muy popular, antiguo, pero aún muy usado en nuestros días, es la rima. Por lo general, riman los sonidos de la última palabra de cada verso, aunque hay numerosas modalidades.
La poesía abarca diferentes géneros, entre ellos la poesía lírica, mediante la cual se expresa sentimientos; la épica, que es esencialmente narrativa, la dramática, en la que se desarrolla una acción trágica o cómica; y la didáctica, que contiene enseñanzas y consejos.
En la antigüedad, los poemas tienen en Aristóteles uno de sus primeros teóricos. Horacio y Platón, por su lado, afirmaban que los poetas eran meros intérpretes de los temas.
En nuestra América, específicamente en Nicaragua, nació Rubén Darío, un poeta considerado “ornamental”, que es el gran renovador moderno del verso del verso español.
Definitivamente las composiciones poéticas despiertan la imaginación pues evocan más de lo que dicen. Para obtener el efecto deseado, el vate selecciona las palabras. El rey Salomón, compositor de proverbios y canciones, “meditó e hizo un escudriñamiento cabal para encontrar palabras deleitables, correctas de verdad” según podemos leer en la Biblia, en 1 de Reyes 24, donde nos habla de la fecundidad de sus escritos.
El poder de la poesía radica en que es considerada un magnífico medio para expresar una extensa gama de emociones, con la ventaja de que debido a sus características se presta muy bien a la memorización. La poesia forma parte de nuestras vidas porque desde los versos infantiles hasta eslóganes comerciales, nos han familiarizado con ella.
Y aunque no pocos pregonan la “inutilidad” de los poemas –y de otras manifestaciones artísticas- aduciendo que no son necesarios porque en nada contribuyen a mejorar nuestras condiciones materiales de vida; mientras sentimos que los valores estéticos están en bancarrota y se aúpa lo procaz y baladí, nos reconforta saber que durante siglos muchos seres humanos han elevado sus espíritus al navegar en las aguas de su belleza sin otro interés que el regocijo y el deleite espiritual que ella produce; que ha sido motivo de reverencia y admiración de parte de ilustres pensadores y mentes preclaras de incontables generaciones.
Hoy en día se estima que el verso no es indispensable en la poesía, aunque sigue siendo su vehículo predilecto. La tendencia actual de este género es abandonar el relato y la anécdota a otros medios más apropiados y reservarse el privilegio de expresar la sensibilidad exquisita, la inquietud metafísica, los desmayos y los afanes contradictorios del espíritu humano.
Diversas escuelas afirman que la poesía no requiere de ningún lenguaje formal para manifestarse y dejan, a propósito, que sus límites se confundan con los de la prosa, aunque una cosa parece cierta: la poesía resurge después de cada experiencia enriquecida con algún estremeciendo nuevo.
Pienso que la inspiración es una condición innata, una inquietud que debe ser mejorada y desarrollada con la práctica constante, con lectura abundante y con análisis ponderado de poesías de autores de reconocida calidad.
Al formidable cantautor argentino Alberto Cortés, se le preguntó en una ocasión si se consideraba más cantante que poeta. Su respuesta –genial- fue la siguiente: “No me considero poeta. Los poetas hablan con las estrellas; yo apenas hablo con las flores”.
Mientras cultivamos la inspiración, aprendemos técnicas, practicamos y desarrollamos un estilo para nuestros textos, permitanme expresar a todo pulmón: ¡Viva la poesía!

Alberto Vásquez.
 
elclubdelapaginaazul,15.11.2015
El ensayo del sábado de Uvete27

bBanquete pantagruélico./b

La literaratura nos ofrece comida en abundacia y en esta breve reseña solo les podré dar una pequeña degustación e invitarles a completar el menú.

Los dioses del Olimpo se deleitaban con la ambrosía, el manjar de los dioses.
En Grecia el banquete sirvió de marco a una verdadera literatura de género: El Banquete de Platón, el de Jenofonte, las Charlas de sobremesa de Plutarco o el Banquete de los sofistas de Ateneo
Homero derrama en La Ilíada y la Odisea una gran cantidad de sabores y olores, ya que dada su ceguera, desconocía el aspecto de los alimentos .

En el libro “Gargantúa y Pantagruel del escritor francés Rabelais se describen desenfrenadas comidas. Se narran con gran comicidad las aventuras de padre e hijo. Desde la publicación de las vicisitudes de estos dos gigantes glotones, para referirse a una comida exhorbitante se acuñó la palabra “ pantagruélico” .

Lo que se sirve en las mesas familiares indica la posición económica de las mismas. Así lo entendió Cervantes cuando describe lo que se come en casa del hidalgo, definiendo así la posición social del Quijote. En el primer capítulo leemos en qué consistían las cenas de los fines de semana en la casa de la Mancha:”una olla de algo más vaca que carnero (la carne de vaca era más barata), salpicón las más noches (generalmente preparado con los restos de la olla del mediodía) duelos y quebrantos los sábados (quizás huevos con chorizos), lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda “.

Esta frugalidad contrasta con la opulencia y abundancia de la comida que se describe en el capítulo de las bodas de Camacho:
“Subieron en sus monturas y se dirigieron al lugar de las bodas. Sancho de inmediato se fijó en la abundancia de comida: se estaba asando un novillo, en cuyo vientre había doce tiernos y pequeños lechones; en las ollas de alrededor se embebía y encerraban carneros enteros. Las liebres sin pellejo, las gallinas sin plumas y las aves, colgadas para que se orearan, eran numerosas. Contó Sancho más de sesenta zaques de vino, había rimeros de pan y una muralla de quesos. Era rústico el aparato de la boda, pero suficiente para sustentar un ejército.

Sancho le pidió a uno de los cocineros que le dejase mojar un mendrugo de pan en una de aquellas ollas; el cocinero le dio un caldero con tres gallinas y dos gansos.”


En “a la búsqueda del tiempo perdido “Proust confiere gran importacia a la comida por su fuerte calidad evocadora.

En “Agua para el chocolate De Laura Esquivel las recetas de cocina que inician cada capítulo dejan de tener un valor puramente alimenticio y se van adaptando a las emociones de la protagonista , al momento que está viviendo y al motivo por el cual presenta esos platos en la mesa. La mayoría de los acontecimientos giran alrededor de la preparación de los guisos y del efecto que ellos tienen sobre los comensales.
Es inolvidable la escena en la que Tita deja caer unas lágrimas en la olla en que prepara la comida para la boda de su hermana . Su tristeza condimenta los platos provocando violentos retorcijones de vientre en los invitados.

Si en el siglo de oro el tema de la comida llenaba páginas sabrosas y era ingrediente infaltable en las obras de teatro o en las novelas picarescas, hoy en día no faltan ejemplos similares; he aquí, para abrir el apetito, la descripción de un timbal de macarrones que se lee en El Gatopardo de Giuseppe Tomasi de Lampedusa:
" Hay que decir que el aspecto de aquellos babélicos pasteles bastaba para suscitar estremecimientos de admiración. El oro bruñido de la costra, la fragancia de azúcar y canela que de ella emanaba, sólo eran el preludio de la sensación de delicia que surgía del interior cuando el cuchillo hendía la superficie: primero brotaba un vapor cargado de aromas, luego se divisaban los higadillos de pollo, los huevos duros, los trocitos de jamón, de pollo, de trufa mezclado en una masa untuosa, muy caliente, de diminutos macarrones a los que el extracto de carne añadía un precioso color gamuza.”

Joyce en su Ulises utiliza la comida para presentarnos al personaje principal de su obra:“El señor Leopold Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves. Le gustaba la sopa espesa de menudillos, las mollejas, de sabor a nuez, el corazón relleno asado, las tajadas de hígado rebozadas con migas de corteza, las huevas de bacalao fritas. Sobre todo, le gustaban los riñones de cordero a la parrilla, que daban a su paladar un sutil sabor de orina levemente olorosa”.

A veces los piropos son comparaciones gastronómicas “ bombón , bocadito…dulce…caramelo…” y ciertas expresiones amorosas parecen expresar atávicas costumbres antropófagas “me das ganas de comerte a besos…. Tranquilos, todo quedará en palabras

El primer acto independiente de la mujer fue dar a probar a Adán el fruto del Árbol y el sentimiento de culpa de ese acto pareciera acompañar a las mujeres durante toda su vida. Esa reminiscencia del Paraíso se materializa a menudo en el chocolate.
Vendrán los psicólogos a explicarnos que en el inconsciente femenino ese sentimiento de culpa proviene por violar una promesa hecha a sí mismas agregado al goce que sienten como compensación de sus impulsos eróticos reprimidos.
El peso obsesiona a muchas mujeres por el acento que la publicidad y la moda carga sobre la delgadez. Las mujeres que presentan los modelos de alta costura y las que aparecen en las publicidades propagan el mensaje: belleza= delgadez, elegancia =delgadez, éxito=delgadez.

Últimamente una iniciativa propiciada por el gobierno francés fijó criterios y estipuló sanciones para combatir este fenómeno. A las modelos que excediesen los límites de peso mínimo establecido, se les prohibirá trabajar hasta que cumplan con los nuevos criterios. La medicina de salud francesa comparte la iniciativa.

La prueba de que una mujer puede ser hermosa y atractiva aunque desborde en curvas, la dan los pintores Rubens, Renoir y el colombiano Botero, con sus espléndidas mujeres XXXXL.

Buen apetito, la mesa está servida,
 
yvette27,15.11.2015
Autocrítica: Mea culpa, mi ensayo adolece de incoherencia. Me di cuenta tarde cuando ya estaba publicado. Propuse el tema de la comida en la literatura y termino hablando de la obsesión por la dieta en las mujeres y las resoluciones tomadas en Francia al respecto del peso de las modelos. ¿ un ensayo puedo presentar un tema y deslizarse en otro completamente diferente?
 
Dimitri_Paria,15.11.2015
a mi ya me dió hambre
 
LorenzoGarrido,15.11.2015
Yvette, sí es posible. Muchos autores consagrados lo han hecho así, incluido Borges. Yo no advertí incoherencia en tu ensayo, pero sí un salto brusco de una época a otra.
 
hippie80,15.11.2015

Sí, tiene razón la maestra, el ensayo deriva a ramales triviales que escapan a la esencia del tema. La comida está en este caso, tratada desde el punto de vista de la ejecución y su pragmatismo, es como una recopilación de sucesos en torno a un eje propuesto.
Hubiese sido hermoso incluir la receta de los gnoccis en el pensamiento personal del autor, quizás para otorgarle el sentido de la percepción única y esencial del concepto que trata el ensayo.-

 
elclubdelapaginaazul,19.11.2015
QUIENES QUIERAN PARTICIPAR AL CLUB DEL ENSAYO PUEDEN MANDAR SU TEXTO A MI LIBRO DE VISITAS. aVISARÉ CUANDO SE PUBLICARÁ. gRACIAS.
 
yvette27,21.11.2015
Comienza la semana activa, empiecen a mandar sus ensayos o los de sus invitados.
 
elclubdelapaginaazul,27.11.2015
Razones de peso.

Empecé a escribir este ensayo luego de leer que el 61% de los habitantes de América Latina sufren algún grado de sobrepeso, cuestión que me es conocida ya que he vivido con la etiqueta de “gordita”, desde siempre; entonces pensé en hablar sobre los efectos psicológicos negativos de esta condición, sobre el rechazo y auto rechazo que produce la gordura, eso sin mencionar todas las complicaciones de salud que los kilos demás acarrean, dígase diabetes, fallas cardiacas, daños en articulaciones, colesterol, triglicéridos, etc. Parecerían razones más que “de peso” para luchar con todas las fuerzas para salir de ese estado... entonces la pregunta: ¿Por qué es tan difícil?

Bueno, mucha gente que no lo ha sufrido, que no ha padecido sobre peso dirá que es por falta de voluntad, por el sedentarismo, por mala alimentación, tienen razón y no la tienen a la vez. Las famosas dietas mágicas que te ofrecen bajar diez kilos en diez días funcionan por ese mismo lapso de tiempo, las dietas de meses o años, funcionan, por ese mismo tiempo; el hacer alguna actividad física funciona, todo funciona por algún tiempo; no hablo de cirugías bariátricas o “by-pass” gástrico porque legalmente mi nivel de sobrepeso no aplica a ese tipo de acciones, al menos “legalmente” quiero decir, médicamente no es recomendable para mí; pero la mente de una persona, su interior es tan complejo, sólo alguien que ha vivido en su propia piel las complicaciones de la gordura tal vez pueda entenderlo, se llega a un estado en el que la ansiedad se apropia de una y toda la voluntad no es suficiente para dejar a un lado esa galleta, esa pizza o esa hamburguesa.

Yo he llegado a la conclusión que es una cuestión mental, una pelea constante, como luchar contra una adicción; en mi viaje de años a través del “yo-yo” he perdido entre diez y quince kilos, varias veces!... Y eso de que todo se logra con un cambio radical en el estilo de vida es muy fácil de decir, muy difícil de aplicar, claro que siempre hay las personas que lo logran, pero la verdad sea dicha son muy contadas, la cuestión se vuelve una lucha estilo “un día a la vez”, en las que a veces se pierde, otras se gana.

Y claro que luego viene la frase: “Debes amarte como eres, lo importante es lo interior, no lo exterior” frase cierta pero no perfecta, yo llegué a amarme luego de muchos años de sentirme “la amiga fea” porque era la única gordita de mi grupo, a la única a la que no le lucía la ropa de moda, a la que le decían que sólo si va a ser monja está bien que sea gorda. Hasta que un día, a los veinte años, dije ¡basta! Y me acepté como era, es decir no me acepté como gorda sino como una chica bella que tendrá que luchar contra la gordura toda la vida. Y me di cuenta que mi conversación podía serle interesante a otras personas, a los chicos, y supe que podía tener novio, el novio que quisiera, incluso el más guapo del curso porque yo le era atractiva a pesar de mis kilos. Pasó el tiempo y esa seguridad me ha ayudado a salir adelante, en el trabajo, en la familia, en las amistades, incluso en el amor.

Pero una cosa es cierta, cuando la balanza se inclina hacia la derecha y la ropa se vuelve a poner ajustada tengo que luchar fuertemente para encaminarme de nuevo, caigo en la ansiedad, caigo en la depresión, en la angustia de volver a llegar a los límites de la obesidad y luego de un “atrancón” me siento peor y es como que empieza un nuevo día, una nueva oportunidad para empezar, busco la ayuda de la gente que me ama, me levanta el ánimo y empiezo de nuevo a cuidar mi alimentación, ha hacer ejercicio, a tratar de no pensar en eso y me pongo una meta, esta vez es un lindo vestido para la cena de Navidad. Sé que lo lograré.

Una cosa más, el sobrepeso, para la persona que lo sufre, es una condición con la que tendrá que lidiar toda la vida, así pierda los kilos que tiene demás; implica un cambio de vida radical que nunca es fácil de lograr y se necesita de mucho amor, amor propio, amor de la familia, amor de los amigos para afianzarnos en esa lucha eterna.

Pía.
 
elclubdelapaginaazul,27.11.2015
El ensayo anterior "razones de peso " es de Pia Yacuna

bEl ensayo del lunes por filiberto/b

No somos nada

Cuantas veces nos hemos preguntado ¿cómo hizo ese maldito vendedor que nos convenció para invertir la mitad de nuestro sueldo, en ese objeto que, mientras nos hablaba, parecía la panacea de todos los males y una vez, de regreso a casa, luego de mostrárselo a nuestra poco receptiva esposa/o y a pesar de que seguimos convencidos, de que ha sido una excelente compra, no sabemos qué vamos a hacer, ni donde vamos a ubicar la tremenda porquería que acabamos de adquirir. Es ahí cuando, de no correr a una urgente sección de terapia, nos planteamos, dónde teníamos la cabeza para que éste idiota, en un tris, nos hiciera dejar de lado nuestra recurrente tacañería.
Vender es dar u ofrecer una cosa a cambio de dinero (hay otras acepciones pero no vienen al caso)

El vendedor es como el artista: tiene talento o no. Lo demás es experiencia, práctica, un proceso, un intercambio ameno donde el que más habla es el cliente. Si esta conversación es provechosa, decantará a la postre, indefectiblemente, en la venta del objeto.

En lo que parece un coloquio sobre “bueyes perdidos” donde se menciona, como al pasar, la idea de los beneficios de la compra de un producto, el buen vendedor escucha. Deja hablar al probable comprador, exponer sus gustos, mencionar detalles de su casa, carencias. Ríe con sus bromas, se adecua a la circunstancia si el semblante del cliente es opaco. Lo hace sentir cómodo, contenido, a gusto en su compañía. El vendedor irá evaluando las palabras del posible consumidor y elaborará cada respuesta de acuerdo a lo que su interlocutor desea oír, orientando siempre el discurso, hacia su cometido personal.

El vendedor no solo intentará cerrar el negocio presente. De su pericia surgirá o no, la certeza de que ese comprador se convierta en un adquiriente fiel a largo plazo, de modo que su trabajo es doble. Deberá aplicar sicología y técnica para que ese cliente no deje de acudir a su tienda nunca más.


El buen vendedor se vale además de su ingenio innato, de todos los recursos al alcance para que la profusión de clientes sea ilimitada y su caja registradora, se convierta, a nuestra costa, en una catarata incesante de ingreso de moneda: “no somos nada”.
 
elclubdelapaginaazul,27.11.2015
bEl ensayo del martes de guy/B

La naturaleza son los padres

—Ha visto, Carniglia, cómo ha cambiado la concepción humana de la naturaleza. Uno ya no sabe qué clase de bicho es. Una cosa que mientras más conocemos menos asimilamos.
—Como las mujeres, Orzylloza. Como las mujeres.
—No me esquive, mi viejo. Las mujeres son seres humanos, desde luego, pero la naturaleza nos ha mantenido en vilo desde los griegos, gente sabia si la hubo. Esos hombres descubrieron el ser de las cosas, vislumbraron los átomos, delinearon la virtud, pusieron en regla la gramática, vieron las ideas como entes… ¿y qué hacían con la naturaleza? Contemplaban, Carniglia, además de cortar árboles y comer alimañas, claro está. Me refiero a una actitud, un enfoque, cómo le digo, casi sobrador para con los bichos, los astros y esas cosas.
—Y no olvidemos que las mujeres se quedaban calladitas en las casas, Orzylloza. Sin chistar con los esclavos y los hijos, eh.
—Pero vea que yo a lo que voy es a esa cosa que con el tiempo, merced a los avances científicos y tecnológicos, se empezó a considerar de otra manera. El mismísimo Galileo dijo que la naturaleza era un libro que se leía según caracteres geométricos. Después, ya sabemos, vino esa concepción mecanicista, ha visto, un organismo viviente cual el mecanismo de un reloj, Descartes… Qué épocas, mi estimado Carniglia... Y no olvidemos el vitalismo según el cual la vida era algo así como una ebullición; la naturaleza pasó de ser un simple mecanismo con sus leyes a la vida misma cándida y etérea, el trino de los pájaros y toda esa mariconada del poeta romántico embobado con lo sublime, esos cielos crispados de las tormentas, la inmensidad tremenda de la noche, y el hombre pequeño e impotente, pero a la vez maravillado ante lo indómito, ahí paradito. ¿Y qué pito tocaba, por cierto, el hombre en todo esto? El sujeto, claro está, el gran observador que se hallaba en el centro del universo a imagen de dios y aferrado a su garantía. ¿Y después? ¿Qué pasó después? ¡Ah, Darwin y esas barbaridades! ¡Aguafiestas!
—Pero Darwin puso por ahí que la mujer es inferior al hombre en prácticamente todo sentido, ¿no?
—Pero atienda, Carniglia. La filosofía occidental se había desarrollado en los confines de la razón y estuvo miles de años desconfiando de los sentidos. Uno andaba contento porque tenía consciencia, tenía la razón y a dios, ha visto, ¿y todo para qué? Para que después, desde finales del siglo XIX, nos vengan con que no, que ahora resulta que la percepción y el cuerpo y toda esa cosa que hasta un hámster tiene es lo que somos en primer lugar. ¿Y por qué? Porque los biólogos lo pasan haciendo investigaciones zanguangas, mi viejo. Como lo oye. Entonces vienen los genios a poner las cosas patas arriba. Estudian nuestra vital función del lenguaje con monos, delfines y demás batracios imbéciles como si uno necesitara saber la diferencia entre uno y un bicho canasto. Y ni hablemos de la marihuanada esa del ADN, que ahora resulta que uno es un mono con cuatro tornillos extra. Tanto lío, mi viejo, con lo lindo que era saber que nos había inventado dios y chau, a otra cosa.
—Pero algún punto debe haber ahí. Usted ve que en el campo…
—¡El campo! El campo es un lugar hostil ¡si los hay, Carniglia! Hay gente que cree que es un lugar como esa colinita pelotuda que venía de fondo de escritorio en el Windows xp, con el cielo y esas nubes mamonas, ¿lo recuerda?. No. Yo les diría a esos biólogos que vayan a vivir con los cocodrilos y que coman bananas como los simios asquerosos esos que, según ellos, tienen el noventitanto por ciento de ADN común con el nuestro. Que vayan a hablar con las marsopas o a cagarse de frío con los pingüinos. Faltaba más, querido. Y no solo los biólogos. También están los psicólogos, que estudian gente dormida o cagada a porrazos para descubrir huevadas y recetar pastillas. Porque que venga un mono a inventar el telescopio. Qué digo el telescopio. Que venga un mono a inventar un sánguche aunque sea. Tres mil años de filosofía para que unos huevones con un microscopio vengan a decir que el hombre es un animal más. Figúreselo, Carniglia.
—Yo lo que quería mencionar, Orzylloza, si me permite, es que algo debe haber en el asunto. Uno muchas veces tiene la necesidad de encontrar una afinidad con la naturaleza. El hombre rústico del paraje campestre no es lo mismo que el de la ciudad. Me capta. El campesino ve en una mujer más bien fortachona una probabilidad de, no sé cómo decirlo, de cópula, mi viejo. Me entiende. Y esto no sucede con el de la ciudad, que es un tipo más bien propenso a la piba anoréxica. Uno puede interpretar esto como que la hembra del campo y la de la ciudad han de ser funcionales según el hábitat, vio, como decir que la campesina debe agarrar el hacha y hacer leña mientras que la ciudadana utiliza el celular con las delicadas manitos. Acá un poco de material tiene el biólogo, me parece, porque yo no creo que un mamífero de la selva se vaya a fijar en una hembra flacucha y de aspecto enfermizo para fines de apareamiento. Y mi cuñado tiene una perrita en el departamento…
—¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡pero es usted un pervertido, Carniglia! ¡Faltaba más! ¡La actividad fornicatoria de un pajuerano con una gorda me viene a traer a colación!…
—No. No. Yo le decía de la perrita de mi cuñado…
—Bueno, mire. Esto se está saliendo de los carriles normales. El asunto aquí es el punto de vista que hemos de considerar acerca de nosotros mismos. Por un lado somos conciencia o razón, con lo cual nos están dadas la libertad y la posibilidad de decidir verbigracia entre si esto es así o es lo otro, de configurar nuestras moral y leyes, como dios, ha visto ¡y bastantes dolores de cabeza nos ha dado todo esto!; por otro lado, ¡ah! ahora resulta que somos dependientes de determinadas variables externas, es decir de la naturaleza, y que por lo tanto debemos estudiarnos en este sentido como a cualquier otra alimaña que camina y que, dicho sea de paso y como todos sabemos, va a parar al asador. ¡Ni que uno fuera una milanesa con papas fritas, querido! Mientras estos pseudobiólogos adictos al discurso intelectual se preocupan por si el hombre de las cavernas se llevaba bien con sus mujeres y demás bobaliconadas, en cualquier noticioso sale que los de la NASA están buscando un planeta habitable para cuando el nuestro no sirva más porque ya se dieron cuenta de que acá todo es descartable porque eso es lo que la razón humana ha producido desde que existe esta cultura: lo descartable. Y yo aquí me pregunto de qué carajo de naturaleza estamos hablando, Carniglia, de qué clase de naturaleza somos, pues, dependientes y en qué modo. Ahora vienen los gaznápiros rococó, alias los poetas y los arquitectos, a decir que las praderas y esos paisajes de ensueño… Mire, se la hago corta: hay dos clases de naturaleza: la que se guarda en la heladera y la que va en la alacena, mi viejo, y si las quiere ver, pues se me va a cualquier supermercado.
—Pero no me va a negar, Orzylloza, que hay una asquerosidad latente en todo ser humano, que es la que proviene de su origen animal. Vea usted a una hembra pariendo, a un cuerpo putrefacto devorado por los gusanos. En el nacimiento y en la muerte de Einstein como en la de cualquier bestia hay un animal, un mamífero. El origen y el destino nos delinean como animales; no hemos sido capaces de superar tamaña circunstancia aun a costa del avance tecnológico. Un ojo, mi viejo. Uno mira un ojo que ve a uno y uno encuentra en ese ojo una animalidad, una extrañeza en un espejo atroz. La naturaleza, pues, representa el espacio, el cuerpo humano como ocupante de ese espacio; el tiempo representa la razón, los sentimientos y todo eso que no puede tocarse como una mano que toca a la otra. El tiempo acaso no pertenezca a la naturaleza. Le decía de la perrita de mi cuñado. Resulta que mi hermana quería quedar usted sabe. Preñada, mi viejo. Bueno, parece que mi cuñado, para que ella se dejara de joder, le llevó una perrita, un cuzquito de esos que joden pero no lastiman. Un buen día mi hermana le dijo que iba a llevar a preñar la perrita; es notable cómo la ansiedad reproductiva se manifiesta, a tal punto que aún no se entiende bien si en el caso del animal humano el mandato es social o biológico. Conoció en internet a uno con un perrito de esa misma raza. Parece que la perrita no quedaba preñada, y eso que le daban, eh. Imagínese el trance de esta gente, Orzylloza, y el de esos cuadrúpedos. Pero fíjese, colega, que la naturaleza es inapelable, se manifiesta en una especie de simbiosis que suele darse entre la diversidad de la vida de tal manera que la vida se propague.
—La perrita quedó preñada, supongo.
—Mi hermana quedó preñada, Orzylloza. Mi hermana. Del dueño del perrito, un gordo de Lanús Oeste, hincha de Banfield encima. Mi cuñado anda buscando departamento.
—Qué asco, Carniglia. Es usted un engendro.
 
elclubdelapaginaazul,27.11.2015
bEl ensayo del miercoles de rhcastro/b

¿Qué es la vida?

De niños poco o nada hablamos de vivir, quizás sea entonces cuando vivimos y conforme nos desarrollamos un algo inconsciente nos asesina y el miedo lanza sus primeras amenazas: Mira pues lo que tienes, un paso en falso y pierdas todo.
Son nuestros padres quienes atemorizados alimentan al monstruo que no tarda en lanzarnos imágenes grotescas de dolor. Aparece un diablo con cuernos e infiernos que ha de condenarnos por pecados que cometieron otros, y vendrán los viejos a colgar un ángel para que proteja las cuatro esquinas de la cama, porque tú no eres un negro mugroso con una gran panza. No naciste en Siria, ni Irak es tu casa, tú naciste libre y tu bandera cuelga de la democracia.
La vida se gana, se pierde... se goza y se sufre y a veces se muere sin que para ello se te vaya el habla. Que vale la pena un mejor esfuerzo. Escribir un libro, sembrar algún árbol y parir un hijo. Bailar, ser dichoso. Reír como loco llorar como niño comerse los moco ¡Qué importa! La vida que es corta y a veces se alarga, que duele que sufre que en otros se escapa ¡No! ¿De quién se protege la gente en plegarias? ¿Por qué existen guerras y unos a otros se matan? ¿Miras cuerpos apilados? Algunos de ellos aun no pensaban en ésta palabra: Vida.
¿Y es que acaso a ellos no cuidan su cama?
Dice la RAE que la vida es fuerza o actividad esencial mediante la que obra el ser que la posee. Y es verdad, se necesita fuerza para no pensarla, sufrirla, llorarla y amarla como se ama a un hijo que cae en desgracia.
Des escribe el libro, des entierra el árbol. pero ¡Cómo harás para des parir a un hombre? ¡No quiero que llore por una muchacha! ¡Que sufra, que rece que le duela el alma ¿Cómo es que no piensas antes de traerles donde algunos mueren y otros más se matan?
Y ¿Qué es un hombre? Enfermedad, hambre, trabajo agotador y sufrimiento. Un banco una iglesia, piloto político o un junta chatarra. Un puño de tierra donde otro hombre sembrará una planta.
¡Sonríe! des encuerda el reloj y vuélvete a casa ¡A cuando eras niño que no te importaba ni amor o dinero ni autos ni razas ¡Donde disparabas con armas de fuego que no tenían balas! Mecías muñecas y hablabas, hablabas... sin preguntar nunca que era la vida y el porqué se acaba.
¿Qué es la vida?
No es nadie y no es nada.
 
elclubdelapaginaazul,27.11.2015
bEl ensayo del jueves de Leandro77/b

LAS CONFLICTIVAS RELACIONES CON LA NATURALEZA

Desde antiguo el hombre parece estar reñido con la naturaleza. Uno se pregunta por qué. ¿Qué le reprocha? ¿El haberle negado la inmortalidad? ¿El padecer hambre, sed y calamidades como cualquier otro ser vivo? ¿El sufrir el acoso de las enfermedades, siempre al acecho?

Había un paraíso en la tierra. Con sus máquinas, el hombre lo ha destruido. Y aún se atreve a decir que es culpa de ella, por no haberse dejado domesticar. ¿Qué pretende? ¿Que solo haya asfalto? ¿Que la tierra cuente con una sola especie viviente? ¿Que desaparezcan las tenidas por salvajes?

He llegado a la triste conclusión de que la maldad humana es el resultado de la combinación de la envidia con la soberbia. Intervienen, por supuesto, otros sentimientos. Pero aquellos son, a mi juicio, los dominantes. La envidia fija el objetivo (aquello que queremos arrebatar). La soberbia da el pistoletazo, la señal de partida. Y la maldad se instala en el mundo como una sombra que todo lo envuelve y deteriora.

El hombre del maletín con traje a rayas visita una extensión a las afueras, no para admirar la belleza del paisaje, sino para proyectar urbanizaciones, nuevas ganancias con que alimentar su hucha particular.

El ganadero, en una feria de exposición, muestra al cliente su hermosa vaca. Y le dice: “¿Ve usted que buenas tajadas de lomo se pueden sacar de aquí?” Y no ve al animal, que respira, contempla y siente como él mismo, ve el dinero que su carne, que su matanza le va a reportar.

En tardes de excursión, los bañistas llegan al río. Buscan cangrejos y los matan. Persiguen plantas exóticas para destruirlas. Se entretienen arruinando la labor de orfebre de las telarañas. ¿A quién le importa esa falta de respeto por todo cuanto nos rodea? Se van y dejan a su paso montones de desperdicios: plásticos, botellas vacías, platos de cartón y vasos de usar y tirar (una sola vez).

Como si todo cuanto existe nos perteneciera, como si el mañana no contara y las próximas generaciones tuvieran que apañárselas con lo que dejáramos detrás; es decir, toneladas de basura procedentes del reinado infausto del petróleo.

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Gracias a todos por vuestros comentarios. Imposible responder a todos. Carlos, yo simpatizo con los decrecentistas. Aunque escribo con ordenador y usamos la energía eléctrica, nuestro consumo decrece en lugar de crecer. Y en ello estamos. bLeandro77/b

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bLeandro77 agrega/b

Completo ahora lo expuesto el jueves con este otro trabajo:

¿En qué consiste el decrecimiento?

Como su nombre indica, el decrecimiento aspira a que vivamos mejor con menos; ese ha sido su lema. No tiene por qué estar reñido con el progreso entendido como avance. Sí que lo está con el despilfarro y la irresponsabilidad.
No hace mucho crearon un falso debate: ¿Se puede vivir en nuestros días sin los adelantos tecnológicos? La respuesta es sí. La prueba es que en el pasado vivieron incluso sin calefacción central ni aparatos electrodomésticos. En la actualidad quedan regiones enteras que desconocen el uso de las lavadoras, por poner un ejemplo. No debemos confundir querer con poder. El ser humano podría prescindir de la mitad de los adelantos tecnológicos; otra cosa es que quiera.
Puede ocurrir también que llegue un momento en que no quede más remedio. Sí o sí, habrá decrecimiento. Bien porque los recursos naturales habrán desaparecido, bien porque las condiciones climáticas, vueltas calamitosas, nos obligarán a ello.
Cuando una persona arrancaba con estos argumentos, se puso de moda el que los demás se burlaran de ella llamándola atrasada, alguien que pretendía alumbrarse con velas, y no con bombillas, desplazarse a lomos de una burra, y no en coche. Muchos, por no decir la mayoría, habían confundido el bienestar con la cantidad. Obviamente, no son lo mismo. Se hace necesario, por el bien de todos, desligarlos. Poner la felicidad en las manos del consumo ha supuesto un despropósito que nos está costando caro, demasiado caro. El planeta ya no lo soporta. Lógico, pues, como bien dijo Gandhi, aquí hay sitio para todos, pero no para la avidez de cada uno.
El decrecimiento propone nuevos planteamientos: cambiar el orden de prioridades otorgando importancia a lo que realmente lo es, como por ejemplo el comer sano, dando la espalda al imperio que ejerce en nosotros el reino de las apariencias, y apreciando las cosas que no se pueden ni comprar ni vender: las charlas agradables con los amigos, las tardes frente al mar en una playa donde reine la quietud. Lo valioso no tiene precio; pero el sistema lo desprecia precisamente porque no puede adjudicarle algún valor monetario.
De aquí se deduce que nos han tratado, nos siguen tratando aún, como si fuéramos ganado. Solo piden de nosotros que consumamos, bajando, eso sí, la cerviz, porque el protestar es propio de rebeldes, esos inconformistas malcriados que se declaran en contra de la ciudadanía.
En estas circunstancias, el decrecimiento adquiere todo su sentido, es ya un asunto vital, un implicarse hasta la médula en el devenir proceloso del planeta. Porque hasta la fecha, que yo sepa no hemos cambiado de mundo. Sin él, tal y como lo conocemos, la vida sería incluso imposible para nosotros. ¿Por qué, entonces, andar traficando con fuego, trampeando a todas horas?
Todavía me replican con que bajarse del carro no sirve de nada. De todos modos, unos pocos que así han actuado no van a cambiar el rumbo escogido por los humanos, ese sucio panorama donde abundan los coches, camiones y demás vehículos contaminantes.
La división entre útil y no útil, sirve o no sirve, es puramente mercantilista. Si es para que el mundo cambie, desde luego que no servirá que haya un conductor menos. Pero sí que sirve para crear conciencia y para sentirse en paz consigo mismo. Por consiguiente, decrecer es útil para uno, porque se siente crecer en su interior. Y si el resto de la humanidad toma la senda contraria, por lo menos no tendrá nada que reprocharse. Cuando vengan mal dadas, él sabrá por adelantado lo que significa vivir con menos, con muchísimo menos.






 
elclubdelapaginaazul,28.11.2015
bEl Ensayo del viernes de Rubalva/b

uTiempo de hoy/u

“Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo
esto, ¿Cómo podemos malgastar tantas horas?
Inicio estas líneas con una reflexión del patriota y filósofo hindú, Mahatma Gandhi, autor del principio de la no-violencia, quien alude los cuatros tiempos que existen: el pasado, el presente, el futuro...y el perdido!
Ese tiempo perdido es un mal de la época del que casi todos adolecemos, porque con frecuencia desaprovechamos muchas ocasiones para hacer algo útil, valioso o divertido.
El pasado y el futuro están íntimamente ligado al tiempo de hoy, que es el presente. El ayer es la memoria de hoy, es polvo y es, además, irrepetible. El futuro es impredecible: es humo y nos llega como memoria del hoy.
Me pregunto: ¿Por qué echar a perder lo bueno de este día tratando de resolver un futuro incierto, que por más esfuerzo que hagamos nadie podrá predecir? Decía el filósofo: “no cuides del mañana porque el mañana cuidará de sus propias cosas”. Si cada día trae su afán, no debemos albergar ansiedad por lo que aún no ha ocurrido.
Galileo, anciano ya, decía que tenía 8 o 10 años: los que presumía que le quedaban de vida. “Los años vividos –afirmaba- no se cuentan, como no se tienen las monedas que se han gastado”.
¡Cómo pasa el tiempo! –oímos decir frecuentemente, cuando en realidad somos nosotros los que pasamos. El tiempo es el lapso que se convierte en horas, días, semanas, meses, años y siglos, dejando su secuela implacable en todo. En el intervalo, el niño vigoroso se convierte en anciano; la semilla, en árbol frondoso; las edificaciones y los objetos, en ruinas...
Pensando en esta realidad se nos aconseja vivir intensamente el hoy tratando de hacer a tiempo lo que quizás el día de mañana nos niegue realizar. Y a la vez abrazar el pasado con remembranza y el futuro con ansia, porque si el presente es el tiempo de siembra, el mañana es el de la cosecha.
En la Biblia, en Eclesiastés 3, encontramos unos versículos que afirman que todo ocurre en su momento: “Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerlo debajo del cielo”. Y abunda: “tiempo para llorar y para reír, para lamentarse y para danzar, para callar y para hablar, para amar y para odiar, para nacer y para morir...Todo, en fin, tiene su tiempo.
Asimismo la sabiduría popular acuña decenas de frases en las que este término es protagonista: Dar tiempo al tiempo; tomarse su tiempo; matar el tiempo. Todas ellas se explican por sí solas.
Y es que, queramos o no, estamos sometidos al inexorable caminar de las agujas del reloj que rigen nuestra vida cotidiana porque tenemos un horario para trabajar, para dormir, para asearnos y hasta para ver televisión. Nos exigen y exigimos puntualidad en nuestras citas y compromisos porque cada uno desea aprovechar al máximo su tiempo, aunque a veces lo que requerimos es una extensión del mismo mientras esperamos que las aguas “recobren su nivel”, o para no contestar abruptamente en alguna discusión.
Sea como sea, debemos tener bien claro que lo más importante es el presente, pues lo principal no es imaginar lo que presumimos vagamente a lo lejos, sino lo que tenemos al alcance de nuestras manos.
Llevar hoy las cargas de mañana, unida a la de ayer, hace vacilar al más vigoroso. Por eso es recomendable cerrar las cortinas de proa y de popa y disponernos a disfrutar de lo que nos trae el día desde que despertamos hasta irnos a dormir. Prepararse para el futuro es concentrarse con inteligencia para hacer bien el trabajo de hoy.
Todos podemos soportar nuestras cargas, por pesadas que sean, hasta la noche. Todos podemos realizar un trabajo muy duro, al menos por un día.
Cuando aprendemos a ignorar lo malo del pasado y a no pensar en la incertidumbre del futuro, nos convertimos en personas juiciosas para quienes cada nueva fecha significa una nueva experiencia.
Con frecuencia vivimos reservando cosas para usarlas en el futuro, ignorando que cada día es una ocasión especial. Por consiguiente, esa ropa, perfume, vajilla o comida que tanto disfrutamos debemos darle cabida –si nos apetece y así lo decidimos- en este día especial. Si vale la pena usarlo, verlo, escucharlo, comerlo...debemos hacerlo en los momentos que tenemos disponibles en el tiempo de hoy. Y cada día lo mismo.

Alberto Vásquez.
 
elclubdelapaginaazul,03.12.2015
AMIGOS DEL CLUB todos a cantar Esta página web ha sido creada con Jimdo. http://es.jimdo.com


Cada vez más gente se anima a cantar. Quizás solos, en karaokes o en casa. A lo mejor en coros. Cualquier tipo de música, de cualquier época, de cualquier estilo de canto. La gente ha comprobado que es una actividad estimulante, independientemente de si queremos llevarla a un terreno profesional como si deseamos realizarla para nosotros mismos. Y, sobre todo, cada vez más gente se da cuenta de que, independientemente de sus facultades, todo el mundo puede llegar a cantar y disfrutar de su voz. ¿Por qué quien se anima a practicar esta actividad, no puede dejarla y se convierte en algo imprescindible en su vida?

Desde hace muchos años se viene investigando los beneficios del canto en la salud tanto física como emocional de las personas. Cada vez suscita mayor interés hasta el punto de que en 2009 fue creada AIRS, Advancing Interdisciplinary Research in Singing, una iniciativa para investigar, entre varias cuestiones, la influencia del canto en el bienestar de la persona.

La relación entre el canto y el bienestar de la persona es algo observado desde tiempos inmemoriales. El canto se ha usado de diversas formas. Pero es relativamente desde hace poco tiempo, quizás a mitad del s. XX con la creación de la musicoterapia, cuando los efectos comenzaron a ser estudiados de manera científica. Es sorprendente observar de qué manera el canto mejora en su conjunto a la persona desde un punto de vista social, psicológico y físico. Teniendo en cuenta todas las investigaciones que están llevándose a cabo con respecto al canto, la enumeración que hagamos ahora no será exhaustiva, pero sí muy llamativa. Y, lo más asombroso, que los beneficios de cantar no dependan del género que se desee cantar o de si la voz es más o menos bella, es el hecho propiamente de cantar lo que produce dichos beneficios en nuestra salud física y mental.

SOCIALES-EMOCIONALES-PSICOLÓGICOS
Permite compartir con otros una experiencia que proporciona un gran sentido de comunidad.

La sensación de logro que viene por cantar una canción con armonía de voces, es tremendamente motivador.

A nivel físico, el canto puede considerarse como una actividad aeróbica, así pues proporciona todos los beneficios de este tipo de ejercicios. Los aeróbicos se relacionan con la reducción de estrés, la longevidad, estimulación de la circulación sanguínea, la mayor eficiencia del sistema cardiovascular y el incremento de la atención debido al aumento de oxigenación celular. El canto fortalece los músculos cervicales, torácicos, abdominales, así como el diafragma y nos alivia las tensiones musculares. Ejercita los pulmones incrementando su capacidad y niveles de oxigenación. También estimula la memoria muscular.

El canto fortalece el sistema inmune. Científicos de la universidad de Frankfurt, examinaron la sangre de un grupo de personas antes y después de un ensayo de 60 minutos. Descubrieron que las concentraciones de inmunoglobulina A (proteína del sistema inmune que funciona como anticuerpos) y la hidrocortisona (hormona anti-estrés) se elevaron significativamente durante el ensayo. Una semana después volvieron a analizar la sangre del mismo grupo de personas antes y después de la audición de una obra musical. Esta vez no se observaron cambios en la composición sanguínea. La conclusión a la que llegaron fue que el canto no sólo fortalece el sistema inmune sino que mejora de forma notable el humor en general del intérprete.

Otro campo importante de investigación es la influencia del canto en las funciones neuronales. Por todo el mundo se está utilizando el canto para ayudar a pacientes con Parkinson o Alzheimer u otros desórdenes neurológicos. Cantar fortalece la musculatura de la laringe, las canciones se usan para facilitar la recuperación del habla. Ahora las investigaciones se encaminan hacia cómo también la música puede influir en el cerebro de pacientes afectados de desorden bipolar o de depresión.

El hecho es que el canto libera una corriente de endorfinas que reducen el estrés y la ansiedad. Investigadores de la universidad de Manchester han descubierto que el sáculo, un pequeño órgano del oído interno, responde a frecuencias que se suelen usar en el canto. Y este órgano está conectado a una parte del cerebro responsable del placer y la felicidad. Así pues, al cantar, se siente un placer inmediato, independientemente del sonido que se emita.

El canto también ayuda al desarrollo del control motor y la coordinación, por eso mejora el funcionamiento neurológico. Y añade una cualidad más rica y agradable a la voz hablada debido al trabajo de los articuladores y resonadores.

Una muy reciente investigación prueba que cuando un pájaro es enseñado a cantar por otro pájaro, se origina nuevo tejido neuronal, este proceso se llama neurogénesis. Ahora es necesario estudiar este caso aplicándolo a los seres humanos.

 
Leandro77,07.12.2015
En respuesta al interesantísimo ensayo de Filiberto, El miedo no es zonzo, aporto, con el permiso de PáginaAzul, este fragmento de la novela de ciencia-ficción titulada Cumichi, en el que un terrícola habla con un extraterrestre (a quien llaman Claudio):

"–¿Y no le teméis a la muerte? ¿No buscáis la inmortalidad? ¿No os sentís abrumados por la pequeñez de vuestro mundo frente a la inmensidad del orbe, como tantas veces les había ocurrido a los pensadores de la Tierra? –había supuesto vagamente que lo mismo que el hombre no había sabido dar respuesta cabal a estos interrogantes, si no era a través de las religiones, los cumichis habrían tropezado, y sufrido, con estos dilemas elementales de la existencia, los porqués del más acá o del más allá.
–Que uno muera no significa que haya que declararle la guerra a la naturaleza –replicó Claudio–, solo porque esta haya decidido no hacernos inmortales, igualándonos con ello (¡oh, ultraje!) a la hormiga, que acaba pereciendo lo mismo que el hombre. El ser humano destruye el entorno natural por un complejo de Edipo: elimina a su padre, es decir, elimina a Dios para reemplazarlo en la labor hacedora, y cree así que adopta una forma de venganza. Si la naturaleza, que sería la esposa del Creador, complica la vida a sus hijos, muchos de tus congéneres son de parecer que hay que transformarla, suprimirla incluso, a fin de imponer el criterio de ellos sobre todo lo existente, pues por algo se han autoproclamado la cúspide de la evolución.
–Es una visión discutible, no lo niego; pero muchos ven en ella la única forma de progreso.
–Y matando a la naturaleza, que ha sido vuestra creadora, ¿resolvéis un ápice vuestros problemas existenciales?, ¿ganáis un átomo de felicidad?, ¿saciáis el hambre de infinito que os domina? Frente a la adversidad, hay dos resoluciones: o dejarse llevar por la corriente, o tratar de remar contra ella. Vosotros remáis sistemáticamente contra la corriente de un mundo que se acaba porque vosotros lo estáis destruyendo, lo estáis acabando. Y el proceso de destrucción va tan acelerado que es preciso haber vuelto la mirada hacia su ombligo para no darse cuenta de ello. Justo lo que han hecho tus camaradas, desde el riquísimo, aunque insaciable, banquero, hasta el taxista que aguarda con su automóvil en la parada de la terminal B del aeropuerto de su ciudad.
–Yo fui de los primeros en denunciar estos hechos; pero la voz de los que denuncian las masacres es silenciada por unos medios que acaparan la atención de los espectadores, quienes, en el fondo, tampoco desean oír malas noticias, noticias que les obligarían a modificar su comportamiento –dije, con no poca consternación.
–Está claro que el que no quiere oír será más sordo que las piedras; y el que no quiere ver, será más ciego que los peces habituados a la desoladora oscuridad del fondo de los océanos.
Se me ocurrió aplicar, a esas alturas del diálogo, el método socrático, que consiste en llevar la contraria a tu oponente para tratar de esclarecer, de ese modo, la verdad. La dialéctica, creo que así es como llaman a este particular proceder lingüístico. Y así, le pregunté a Claudio:
–Y si hubieras nacido en mi planeta, ¿qué hubieras hecho?; ¿cómo te hubieras comportado allí?; ¿habrías seguido el ejemplo de mis paisanos?; ¿te habrías declarado rebelde, monje budista, ateo, vegetariano, pastor de ovejas, ermitaño que se niega a salir de su aislamiento y contempla el mundo, y sus pasiones, desde una total indiferencia...?
–Me hablas de imposibles que apelan a la imaginación. ¿Un cumichi convertido en terrícola...? ¡Hum, sería un castigo que no le desearía a ninguno de los míos! No pretendo ofenderte; pero, puestos a elegir, prefiero conservar mi condición cumichi, aunque todavía nos queda un infinito por mejorar. Y para que no pienses que eludo tu pregunta, te diré que si hubiera nacido en tu planeta no sería, obviamente, el que ves aquí, charlando contigo en este confidente. Pero pasemos por alto ese detalle, y supongamos que un todopoderoso me ha castigado enviándome, tal cual soy ahora, a tu mundo. ¿Qué haría entonces? Sé lo que estás pensando. Te figuras que con mi sapiencia me convertiría en un nuevo mesías, otro Jesucristo que de nuevo baja a la Tierra para salvar a los hombres, aunque deba sacrificarse entregando su sangre. Pues bien, te equivocas. Si de pronto me tocara vivir en tu planeta, procuraría más que nada ser pobre, muy pobre, pero conservando la dignidad; y así, no trabajaría para que otro se enriqueciera con mi sudor y esfuerzo, sino que solo trabajaría para crecer como persona y ayudar a los otros en la medida de mis posibilidades; renunciaría al propósito de tener, para conformarme solo con el objetivo de ser, ser uno mismo. Y si mis principios van en favor de la solidaridad, me olvidaría del frío para cubrir a otro con mi abrigo, y pasaría por alto el hambre que pudiera sentir, para compartir con otro aún más pobre que yo el mendrugo que a duras penas he rescatado de los eriales y basureros que los ricos han dispuesto para los desarraigados, en la actualidad, más de dos mil millones de seres humanos, de un total de siete mil. Siento decepcionarte, ni me haría famoso, ni saldría en la televisión, ni conseguiría cambiar el mundo, ni frenaría el impulso egoísta y acaparador de la clase dominante, ebria de sí misma y de su triunfo, que ni ellos mismos se esperaban que fuera tan absoluto y fácil de conseguir. Pero voy a aprovechar tu pregunta para hacer un elogio a la pobreza, que es para mí el máximo ideal de vida, la aspiración mayor a la que pueden acceder tus semejantes. Es curioso que el ser humano, habiendo tomado como modelo a la propia naturaleza, solo copie de ella los aspectos negativos: ha aprendido a ocupar el terreno como las langostas, que no dejan nada a su paso; ha aprendido a cazar a velocidad de vértigo, como el guepardo, que es el prodigio de la velocidad; ha aprendido a reunir muchas presas para darse luego el festín, como hacen los delfines en medio del océano, o las orcas; ha aprendido a tender un lazo atrapa despistados, como saben hacer muy bien las arañas con sus trampas mortales e invisibles; ha aprendido a juntar provisiones para el invierno, tarea sabiamente encomendada a las obreras de un hormiguero; ha aprendido a huir del peligro por los aires, como hacen los pájaros, o saltando, como hacen los canguros, o arrastrándose y escondiéndose bajo una mata, como hacen las serpientes; y ha aprendido a seguir al grupo para no quedarse solo, aislado e indefenso, como bien hacen las manadas de antílopes, cebras, y las familias de monos que de árbol en árbol y de grito en grito se convierten en dueñas y señoras de un trozo de jungla. Vosotros también habéis gritado y gesticulado mucho, para obtener finalmente vuestra recompensa, que ha sido apoderarse, no ya de un trozo de jungla, sino del planeta entero, palmo a palmo. Pero en la Tierra había modelos menos agresivos que os hubieran podido servir de inspiración. Me refiero a uno en concreto, particularmente interesante. Imagina un caso de pobreza absoluta, un medio donde falte de todo, sobre todo el sustento, que es lo que permite a fin de cuentas proseguir la existencia. Pues eso les había sucedido, de repente, a los animales acuáticos que vivían en un lago situado en América Latina, perdona que haya olvidado su nombre. Por razones geológicas, este lago quedó incomunicado del resto del mundo. Recibía el agua de la lluvia y de un hilo helado procedente de la alta cumbre vecina. Pero en ese lago ni entraban ni salían especies animales o vegetales. Las que quedaron atrapadas, tal cual quedaron, condenadas a perecer por falta de abastecimiento. Y eso fue lo que pasó, en efecto; los peces acabaron a mordiscos con las plantas, y luego se devoraron entre sí, para perecer finalmente. Aquel lago era bellísimo dentro del reino de la nada, donde no había el menor atisbo de vida. ¿Era así realmente? No, hubo una especie que perduró; se había quedado sin enemigos (al desaparecer los peces), pero tampoco tenía nada que llevarse a la boca. Había sido confrontada a la pobreza absoluta. Solo les quedaba comerse los unos a los otros, practicar el canibalismo, en un intento desesperado de postergar el fatal desenlace. ¿Fue eso lo que hicieron? No. Acudieron al auxilio del espacio; sí, del espacio exterior. Si los alimentos no estaban en el agua, entonces estarían en el cielo, parece que se dijeron las unas a las otras. Porque te estoy hablando de una modalidad de medusas, las más extrañas que existen en vuestro planeta. Es una especie animal que vive sin comer, que no agrede a nadie y que no es agredida por nadie. ¿Cómo lo lograron? Se asociaron con una clase de alga microscópica, que acogieron en el interior de su organismo, y formaron con ella una simbiosis: las algas aportaban a la medusa los nutrientes necesarios a la supervivencia; mientras que la medusa aportó protección y un elemento que les faltaba a las algas para poder realizar la fotosíntesis, aparte de ofrecer el abono orgánico con sus desechos. ¡Y de esta manera, las medusas salieron de la pobreza extrema, y, habiendo aprendido a colaborar con otra especie, salvaron la vida y hasta hoy continúan su pacífica existencia! Ese lago es una de las maravillas de vuestro planeta; en él solo hay agua y medusas, que, al haber desaparecido sus enemigos, carecen de brazos urticantes, no pican. Ese lago está protegido por las autoridades, espero que por muchísimo tiempo aún. Quizás algún día sirva de inspiración a los humanos: prueba que es posible vivir sin matar a nadie, avanzar sin liquidar el paisaje, progresar sin convertir vuestro mundo en un basurero. Os sobra tecnología para ello, pero os falta voluntad y madurez. Quizás algún día... Soy, personalmente, escéptico con respecto al destino de la humanidad; mis compatriotas, los cumichis, opinan lo mismo que yo."
 
elclubdelapaginaazul,07.12.2015
Muy bueno tu aporte Leandro77; esto es lo que propone el foro ensayo, breves comentarios en Home donde el autor también puede participar y comentarios o agregados más extensos en el foro aquí . Bien por ti y filiberto.
 
elclubdelapaginaazul,07.12.2015
El ensayo del domingo de gsaps (reposición AlbertoCcarles 2004

Clonación

Clon, del griego, retoño. Estirpe celular o serie de individuos pluricelulares nacidos de ésta, absolutamente homogéneos desde el punto de vista de su estructura genética.
La Naturaleza, naturalmente, produce clones, desde la reproducción de organismos inferiores hasta los vertebrados superiores: Los mellizos gemelos son dos individuos perfectamente diferenciados, pero genéticamente exactos, al punto que pueden donarse órganos entre sí sin rechazo alguno. Por lo tanto, la clonación no debería definirse como un proceso “antinatural” o que va “contra las leyes de la naturaleza”.
Tampoco catalogarse como un procedimiento poco ético, ya que de por sí no es ni ético ni antiético. Su utilización sí podría ingresar en ese campo, y debería ser materia de amplia, seria, profunda y desprejuiciada discusión, teniendo en cuenta lo que se ha postulado hasta ahora en los medios : “Si la ética debe poner límites a la investigación genética o si, por el contrario, la ciencia debe gozar de completo libre albedrío en ese campo, para expandir sus fronteras”.
Hay quienes condenan cualquier experimento, y hay quienes avalan los que se realizan con fines terapéuticos, sin apoyar los que tengan como finalidad reproducir seres humanos.
Que de este procedimiento puedan surgir alternativas para eliminar en un futuro un sinnúmero de enfermedades genéticas, no es materia para ser desechada así nomás. Que se pueda avanzar en el tratamiento del cáncer, tampoco. Que a través de la clonación de embriones humanos se logre la producción de órganos para ser trasplantados a la misma persona que originó el embrión, tampoco parece una alternativa descartable.
La clonación artificial es un procedimiento que toma el núcleo de una célula somática de un individuo, lo implanta en un óvulo sin núcleo, y luego la activa con sustancias químicas o mediante un impulso eléctrico. Surgen entonces las células stem o totipotenciales, que originarán un embrión o los tejidos y órganos del mismo. Al avanzar o detener su evolución, producirá órganos, tejidos o un ser humano completo mellizo del original.
La clonación, ¿ materia de una decisión individual o colectiva? ¿ una manera más de reproducirnos, o sólo experimentación con fines terapéuticos? ¿Límite impuesto por las leyes humanas, o sólo las de la propia Naturaleza?
La Ciencia, en este caso, ¿chocará inevitablemente con la Ética?
¿No será que al hacerlas colisionar estamos prefabricando conflictos morales sobre las hipótesis de trabajo, sobre el cuestionamiento de la realidad concreta, sus contradicciones y sus dolorosas injusticias?
La carencia de respeto universal que el hombre profesa por la vida en general, y por la humana en particular, convierte en altamente sospechoso su repudio “a priori” de este método experimental de la ciencia genética.
La clonación como posibilidad reproductiva: Una apasionante materia de especulación que podríamos analizar.
PS: Viernes 13-2-04: Es noticia tapa diarios el éxito de un experimento de clonación humana en Corea del Sur, cuya técnica no tendría fines reproductivos, sólo terapéuticos).
 
elclubdelapaginaazul,08.12.2015
El ensayo del lunes de filiberto

El miedo no es zonzo
¿Qué cosa tan terrible sucede en la realidad del hombre que no es capaz de sobrellevarla por sí mismo y necesita desesperadamente aferrarse a dioses, políticos paternalistas, talismanes, sacerdotes, drogas, creencias populares, familia y todo lo que de un modo u otro le garantice protección ante el hecho trágico de la vida o…de la muerte? ¿Qué es esa sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real (o imaginario) que lo acompaña, desde sus inicios como especie y que no pareciera suceder lo mismo (o con semejante intensidad) en integrantes de los demás órdenes del universo?
Veamos las reflexiones pasadas sobre el género humano:
Los primeros que tomaron conciencia del mundo físico y de la naturaleza y del lugar privilegiado que ocupaba el hombre, dentro de ese universo, fueron los filósofos pre-socráticos. Fueron también, en lo que se conoce, los primeros en preguntarse sobre su origen, su destino y sobre la función que vendría a cumplir a este mundo (si es que para eso hubiese venido)
Así
Anaximandro sostuvo que el hombre venía de otros animales (peces)
Heráclito y Parménides: Le reconocieron la capacidad del pensamiento.
Pitágoras: Habló de que el alma es inmortal y que el hombre está formado por dos principios: materia y espíritu. La transmigración de las almas de una especie a otra y que existe cierta afinidad entre los seres vivos.
Los sofistas: agregaron la opción de que el hombre podría tener capacidad de conocer la verdad en sus aspectos subjetivos u objetivos.
Demócrates: Especuló que el alma humana existe y está formada por átomos de fuego.
Protágoras: Sostuvo que el hombre es “la medida de todas las cosas” y es el que establece el mal, el bien, los valores, lo verdadero o lo falso.
En la cultura griega el hombre estaba sometido a un destino inevitable y era el único responsable como consecuencia de la libertad de que hacía uso. Por eso abundan en su literatura personajes-héroes que deben lidiar con su propio destino.
Sócrates considera que el hombre es capaz de obrar mejor de acuerdo a la mayor medida del conocimiento de sí mismo. Que el razonamiento llevado a la práctica cotidiana podía acercarlo o era lo que lo aproximaba a la perfección en el hacer.
Platón decía que el hombre cuenta con dos realidades: la material, sensible, refleja lo perfecto pero es imperfecta y la espiritual (alma) que pertenece al mundo de las ideas y es perfecta (mito de la caverna) Al encarnar en un cuerpo, el alma humana pierde el conocimiento primigenio y debe volver a adquirirlo (o recordarlo) al contacto con el mundo sensible.
También creía en la trasmigración de las almas.
Aristóteles por su lado considera que el hombre está formado por cuerpo y alma (unidad) ya que esta última necesita del primero para cumplir sus funciones.
A partir de estas posturas el mundo ha generado infinidad de filósofos que además de buscar la sabiduría (sin encontrarla por lo que aparenta ser) han buscado, también sin resultado, explicar el origen del hombre, su devenir último y el modo de vencer el imbatible miedo a la muerte y a la existencia.
En esa sencilla conclusión es que justificamos la construcción de fastuosas catedrales o templos religiosos en las distintas culturas y ángulos de la tierra, de menor status pero no por eso con menos adeptos, el pulular de trapos rojos del Gauchito Gil, a lo largo y a lo ancho de nuestras interminables rutas, grutas de santos, aguas milagrosas, adicciones varias, inocuos curanderos presenciales o a distancia y toda esa movida que manejamos y nos acosa cotidianamente, como “escuchar llover” de tan repetida.
A pesar de que la ciencia lo ha mostrado y demostrado ampliamente, es difícil entender al fenecer como un proceso natural de la vida. Mientras unos lo viven como una obsesión otros consiguen llevar la idea con cierta mesura y hasta jugar bromas al respecto (depende también de la cultura en que nos hemos formado y de la época en que ha transcurrido la vida del aspirante a dejar este mundo)
Lo cierto y lo concreto es que sea o no, un decantar ordinario de la biología, nadie desea llegar a ese momento y que antes de que se consuma la innombrable, “el miedo no es zonzo” y muchos recurrimos a la orientación de especialistas o a algunos métodos menos científicos, ya mencionados en párrafos anteriores.
Por último y finalizando estas compungidas reflexiones que nos quitan el sueño más de una vez, ocasionando las desdichadas horas en que recordamos la realidad, no podemos desde nuestro modesto puesto de opinadores, ofrecer alternativas que no hayan sido ya sugeridas por reconocidos pensadores de la humanidad. Sin embargo, un buen vinito de vez en cuando, unas horas de sexo memorable, dos libros, música, una refrescada de los pies en el río, quizás sean, en cierto modo, una buena manera de llegar al tan mentado suceso, con mayor satisfacción y serenidad.
 
elclubdelapaginaazul,09.12.2015
El ensayo del martes de guy

No digas sí, di oui, Toto.

Y bien. Intentaré hacer esto breve porque es un tema trillado y que genera discusiones inútiles que yo esquivo, pero a la vez me interesa mi idea, que es lo que también brevemente comentaré.
Resulta que a un médico le dio por decir a los periodistas (esos pelotudos de mierda) que «el homosexual es una persona que tiene un problema». Vieron. Les dije que la cosa venía trillada. El asunto es que no fue un médico cualquiera, sino uno que está ligado a la vida política de este país y que de la mano del nuevo gobierno que asumirá el jueves se perfilaba como ministro de salud. Lo entrecomillado es lo que usaron los periodistas como título de la nota. No es difícil imaginar que, dadas las circunstancias, esto armó un quilombo (cosa que al periodismo le fascina). Ya es que a la gente le gusta indignarse por cualquier cosa, a favor o en contra, lo mismo da. El médico dijo que no considera a la homosexualidad una enfermedad, sino un problema multicausal. La verdad, a mí no me interesa el tema, me interesa la cuestión del lenguaje. Me interesa esto: a) que el tipo diga que alguien de determinada característica a raíz de esa característica tenga un problema. No creo. No. Mire, eso no lo va a decidir usted. Usted lo está enunciando y puede ser una de esas profecías que se cumplen de palabra.
Imaginemos lo siguiente: usted es hincha de Racing y su vecino de enfrente es de River. Un día usted, que es un graciosito bárbaro, cuelga desde su techo una bandera de Boca (Boca es el rival máximo de River, eh) de manera que su vecino lo primero que ve al despertar y asomarse es dicha bandera, que por cierto no es para nada pequeña. Pongamos además que su vecino no dice ni hace nada. Un buen día él se entera de que usted es hincha de Racing, es decir que nada tiene que ver con usted su bandera de Boca. Bueno, ¿qué va a pensar y a sentir su vecino? No es muy difícil: va a pensar y a sentir que usted le puso esa bandera a él porque lo odia o algo así. Esto es parte del lenguaje, es comunicación por símbolos, que no es lo mismo que por señas. El símbolo es que tiene algo en contra del pobre vecino. Usted sabrá por qué puso la puta bandera. Yo no sé. En una de esas usted es ciego y quien le proporcionó la bandera le hizo una broma de mal gusto, conque usted está contento en su casa pensando que ha colgado una bandera de su club. No nos hagamos lo boludos.
Entonces: ¿qué clase de problema puede tener alguien que goza de las relaciones de pareja con otro de su mismo sexo? Yo no me voy a poner a hacer una investigación científica al respecto, obviamente (tampoco la ofrece la escueta nota a la que hice referencia), pero con nomás leer el título de dicha nota resulta evidente que ese problema está y es consecuencia, al menos, de esa nota. Como si dijéramos que los negros tienen problemas por ser negros. No, mire, los negros tienen problemas de coloración en una sociedad que ve el mundo de otra forma y bajo ciertas circunstancias. Además podríamos decir, de manera torpe, que el que tiene piojos, el que han rajado del trabajo, el que se divorció, el eyaculador precoz, etcétera tienen problemas; pero esto no hace a este caso porque todas esas cuestiones se cambian. Acá el principal problema es la bandera de Boca que usted le colgó a su vecino: les están diciendo a usted y a los putos que tienen un problema y que (está implícito) ese problema no tiene solución, como que el Chapo Guzmán dijera que quienes no están de acuerdo con su business tienen un fucking problema. Rápidamente decimos que el principal problema de disfrutar de las relaciones de pareja (amor y sexo) con alguien de su mismo género es un problema porque los demás lo rechazan de una manera u otra, y que si hay otro problema deberá ser de salud o psicológico como tener gripe o pánico escénico. Punto.
No sé si recordarán que arriba puse el ítem a). Bueno, ahora pongo b): decir que alguien es homosexual dice muy poco o nada de la persona. Esa palabra puede ser utilizada con usted o con una foca de igual modo, como decir ‘bípedo’ o ‘batracio’ porque, vamos, nadie se enteraría de quién es pareja de quién porque a nadie importa. Ser puto representa digamos una manera de vida, un decir, un mostrarse (y justamente por esto algunos los rechazan, no por haberlos visto mantener relaciones sexuales). Me resulta muy curioso (no tanto) que no tengamos una palabra que la reemplace sin sonar despectiva (tal vez ‘lesbiana’ pero es para las mujeres). Decimos ‘puto’, ‘marica’, ‘trolo’ y demás que no recuerdo, pero a la hora de ponernos serios y respetuosos decimos ‘gay’ que, de más está decir, no nos pertenece. Puestos a compararnos con los gringos, a esta altura del siglo no hemos salido del ‘nigger’ tan bonito que solían utilizar. ¿Cómo es que no pudimos deshacernos de esas palabras y a la vez incorporar alguna propia que podamos usar tranquilamente sin la sensación de que estamos faltando el respeto a alguien? Como dije alguna vez, no es difícil imaginar que palabras como ‘escáner’ (scanner) no habrían podido ser nuestras dado que el objeto que refieren no se inventó aquí, como si dijéramos ‘tamal’ o ‘sushi’. Es más que obvio que la homosexualidad se presentó en nuestra sociedad igual que en cualquier otra, y que otras sociedades han reaccionado bien, mal o no han reaccionado porque no hubo de qué reaccionar (esto es lo que pienso para mí. Mi planteo es que acá no hemos podido superar esta cuestión ni siquiera en el lenguaje, y si no hemos sido capaces de esto, digan lo que dijeren, el dizque problema de los gays lo tenemos como sociedad. Y esto mismo ha de suceder, supongo, en todos los niveles porque el problema lo tenemos nosotros bajo la alfombra. Y así nos va.
 
elclubdelapaginaazul,12.12.2015
El ensayo del miércoles de rhcastro

Pasajero.

Frases exactas que exalten masas y puedan con ello ir más allá de la conciencia, abusar de libertades para enfatizar emociones
que nos separan de lo racional. Escribir, llorar, tragar tu rabia. Conversar como si nunca nos hubiéramos lastimado ¿Qué pretendes con esta
verborrea?

América... adoctrinada y sometida lo sabemos todos. De norte a sur colonizada por salvajes depredadores a los que se adoró después de violar
nuestras creencias y conceptos.
.
Sacrificio en los templos para imponer nuevos y mejorados dioses porque los nuestros sacrificaban.
Gratitud de estar jodido, arrodillado, asalariado y pendejo adoctrinamiento. Ser otro, absorber cultura y conocimiento del viejo continente, ése
donde prendían fuego a los llamados herejes por ser distintos, que se metía con leones o enfrentaban a muerte a los hombres. Esclavos, amarrados a
grilletes por ser de clase baja, baja: clase inculta y sin dinero, dinero: trueque.
Veo en este acto de renunciación la traición nativa que hasta hoy nos caracteriza. Sumisión que auto castiga para rendir pleitesía al más inhumano
de todos: El hombre.

Letras sueltas en un libro que contempla belleza con ojos de tiempo y cuestiona: ¿Por qué somos tan infelices?
Ambicioso proyecto que busca el tope aun cuando martille o arranque la cabeza. Esto se trata de superación, de ser mejores, despreciar la ignorancia
para ensalzar el ego. Llamarte especial por los muchos años que persigues reflectores, pantallas, radio y televisión anunciando la llegada
de una generación de enfermos. Autos y relojes de diversos modelos y colores, meretrices y marcas rascacielos. Pornografía, infanticidio,
marranería de etiqueta, noche de fiesta y luz en cielos oscurecidos por tantos bombardeos al otro lado del planeta.

A cambio... selva a menos de un siglo devastada. Cosecha con veneno, deformación de células, extinción.
Violencia que rompe la resistencia innata de lo humano; trueque, dar a cambio por aquellos y los otros. Lo barato que es cogerse a un nativo
en el cono bendito de la abundancia. Cuánto absurdo, mucha más arrogancia.

''La vida no vale nada'' decía aquel cantaautor mexicano y borracho de poses falsas, mujeres flacas y amigos traicioneros.
Las luz de los reflectores también se apaga.


Me adentro en el pensamiento de los mansos y por más que investigo no comprendo; por lo que dejo vagar el pensamiento en la naturaleza del hombre,
hecho a semejanza de otro hombre a quien también compraron por unos pesos ¡Cuánta miseria! ¡Qué ganas de gritar y no hacer nada!
Escribir como loco, llorar como llora América para al final terminar resignandote a algún santo.


La traición es ingrediente de sabor amargo en este cosido de mezclas
extravagantes, por lo que me sabe a mal la humildad con que se alimenta un pueblo persignado.
''El hambre es cabrona'' Rezan los viejos ; para que los más chicos no olviden que por hambre es permisible el pene aunque no sea suyo. Y luego
observo, pienso ¿Cuál hambre? Bendita expansión de tierra que produce de todo.

Sufrir es parte de una cultura dócil y absurda donde el dolor es ingrediente sobre la mesa. Hogar de un dios que se auto flagela
para salvarte. Sometimiento, respeto ¿A quién jodidos tienes que respetar? ¡Levántate! Dale cara al infierno, mira fijo al que idiota
que vendió tus sueños.

Naciones actuando en regresivo, cayendo en viejas y conocidas costumbres, pero no... esto es mucho más agresivo. Nunca nadie pudo volver
al pasado a bajar esa estrella prometida así que... ¡No hay democracia! ¡Ni valores que tú no edifiques y promuevas! Está en tus manos
escribir otra historia.

Entre letra y palabra con ideas que hablan de equidad y justicia, flemáticos encuentros con la esperanza muerta.Acribillada en guerrilla,
revolución, sangre de mártires que entregaron la vida por nosotros... nosotros ¿Quiénes somos nosotros que a poco valoramos sus esfuerzos?

Quizás es tiempo de dejar de tener dueño. Renunciar al salario que paga recompensa por cabezas ajenas. Ya no ser mercenario, hijo de puta,
dejar de ser de barrio y volver al arado. A la vida pacífica, a cielos estrellados, a la calma que rica en sonrisas de niño recoge lo sembrado y llorar,
llorar de pena por lo que permitimos, por los que ya se fueron, por todos esos niños que terminaron en las manos salvajes de un insatisfecho. Llorar
de rabia hasta que sane el alma y se amolde al cuerpo nuevamente a ser común, ligero de equipaje mientras se apaga el cielo.

¿Se apaga el cielo? ¡Noooo!
De nuevo el ego.

Le preguntó un viajero a Buda si existía dios a lo que por respuesta solo obtuvo silencio.
 
elclubdelapaginaazul,12.12.2015
el ensayo del jueves de Leandro77

El PACTO DE LECTURA

El lector y el autor establecen en la distancia un pacto tácito, un acuerdo según el cual el primero se compromete a dar por bueno tal género, estilo o forma de contar una historia que, aun a regañadientes, terminará cautivándole. Estamos ante el pacto de lectura, sin él no sería posible que el lector apreciase la obra en su conjunto.
Este pacto se apoya en unos cimientos bastante sólidos: el lector ya conoce al autor, ha oído mencionar su nombre, ha leído otras obras suyas, sabe de antemano que difícilmente le va a defraudar.
Si no es así, pone su confianza en la editorial que ha publicado el libro; esta editorial goza de fama de seria y las probabilidades de llevarse un chasco se ven menguadas.
Además, contribuye el género a reforzar esta confianza inicial: el lector está acostumbrado a determinado tipo de libros; por lo general, suele encontrar en sus páginas las emociones que andaba buscando.
Y de este modo, si un escritor logra subirse a la lista de los grandes, contará antes que nada con un pacto de lectura que le favorece y facilita un número envidiable de seguidores.
Pero, ¿qué ocurre si el pacto de lectura inicial no dispone de estos cimientos que así lo fortalecen?
Si por casualidad al lector no le suena el nombre del autor; y si el género de que trata la obra no es de su agrado; y si la novela aparece relacionada con una editorial de dudoso prestigio, entonces el pacto de lectura no existirá y el libro, aunque bueno y admirablemente bien escrito, reposará en el fondo de las estanterías hasta el fin de los siglos.
Así de cruel llega a ser este pacto de lectura, así de injusto.
En la actualidad existen páginas virtuales donde el internauta puede descargar novelas de autores desconocidos para el gran público. Como no hay pacto de lectura alguno, los prejuicios están a la orden del día antes de comenzar incluso a leer: "Seguro que el libro es malo; a este no lo conocen ni en su barrio porque no sabe escribir; vaya una historia más sosa, así cualquiera es escritor; etc." Y en cuanto localiza una coma mal puesta, un punto equivocado o un acento de más, el lector casual cierra ese título y descarga el siguiente, siempre con la misma intención machacadora.
Si por un azar tropieza con un libro al que no le encuentra fácilmente los fallos, exclamará convencido: "Le falta enjundia; este relato aburre a las piedras." Y lo cerrará, y no dará una sola oportunidad al escritor emergente porque entre ellos no se ha podido dar el necesario pacto de lectura.
 
elclubdelapaginaazul,12.12.2015
El ensayo del viernes de Rubalva

Bienvenida, soledad!

Aunque para muchas personas el término “soledad” está relacionado con el pesar o la melancolía que se siente por la ausencia o la muerte de una persona, para otros es un retiro de compañía, voluntario o no, que puede ser productivo y reconfortante a la vez.
Esta situación en la que se está alejado de los demás tiene su encanto y sus ventajas, definitivamente, aunque la mayoría la conciben de forma destructiva o dolorosa. De hecho es (o puede ser) totalmente lo contrario si se aprende a disfrutarla de forma creativa y gratificante y si se es aprovechado para acercarnos a nuestros sentimientos, pensamientos y emociones.
La soledad puede ser una opción para reflexionar, meditar; un regalo, una oportunidad para hacer un recorrido por nuestra vida y potenciar el desarrollo personal desde una perspectiva integradora.
Ésta es una de las caras de la moneda. Quienes optan por la otra cara pueden encontrar un panorama que puede llegar a ser hasta siniestro, pues la soledad puede conducir también a la depresión, al aislamiento, y en caso extremo hasta la locura y la muerte.
La posibilidad de experimentar la soledad como positiva o negativa está relacionada con nuestras concepciones ideológicas, historias personales, y el sistema de valores culturales. En la cultura oriental se estimula y se practica la soledad y se considera fundamental para el desarrollo personal. Sin embargo en la sociedad occidental ocurre todo lo contrario, puesto que en estos predios es costumbre que la gente haga todo en grupo o pares y se confunde individualidad con el individualismo.
Para sacar provecho a los momentos de soledad hay múltiples alternativas y cada quien tiene la opción de cómo sacar mejor beneficio a esos momentos. La reflexión nos permite analizarnos, escuchar nuestro cuerpo, expandir nuestros sentidos, revisar nuestra vida cotidiana y darnos permiso para distanciarnos de las situaciones que nos abruman o para poder recordar pasados ratos de alegría. La oración, la meditación trascendental o bioenergética y la filosofía yoga, pueden ser de gran utilidad para estos fines.
Cualquier lugar puede resultar propicio para la retrospección: en el campo, playa, parque y hasta en nuestra propia casa podemos expandir los sentidos, percibir olores y colores de una manera diferente; buscar detalles y sensaciones novedosas, y sobre todo, sacar provecho para darle rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad si recorremos parajes que son imposibles de transitar cuando estamos en compañía.
Por lo tanto, siempre que sea para pensar, analizar, crear y reflexionar, ¡bienvenida soledad!

Alberto Vàsquez.
 
elclubdelapaginaazul,13.12.2015
El ensayo del sábado de Yvette27

Basura emocional

En el frontón del templo de Apolo en Delfos se leía el aforismo* CONÓCETE A TI MISMO(gonsce te ipsum).
La frase ha sido atribuída a varios sabios griegos y se refiere a la búsqueda de la interioridad y a una reflexión sobre la misma para comprender la propia conducta moral y la de los otros.
La búsqueda se transforma en cambios de actitud y en modificación de pautas adquiridas.
Para lograr estos cambios debemos eliminar las emociones acumuladas.

El trabajo de limpieza interior es arduo, la costumbre de reprimir las emociones nos dificulta la tarea y lo que vamos sofocando se convierte en un obstáculo en cuanto se trata de “conocernos”.
Estas son las llamadas “basuras emocionales “ que contaminan el interior y que cuando salen, lo hacen convertidas en enfado, cólera, sarcasmo o envidia.
Muchas de las emociones sofocadas también se transforman en malestares y dolores físicos que son reacios a someterse a las curas convencionales. Poco a poco nos damos cuenta que el mal que padecemos es anímico.
Qué hacer para detectar el origen de las dolencias ¿cuál es la causa de ese indomable dolor de espalda ,esa molesta erupción cutánea, esos sudores inprovisos en las palmas de las manos., esos dolores de cabeza ?¿Cómo limpiar el basurero, que nos causa tanto malestar?
La creación es un arma poderosa en manos del artista, su obra ejerce función de catarsis.
No todos somos artistas ¿entonces, cuál será nuestra arma?
El arma será la palabra. La comunicación aclarará nuestro interior.
El trabajo de limpieza interior es lento ya que el hábito de reprimir las emociones entorpece el trabajo.
Descargamos en la familia, que es nuestro entorno más cercano, ese bagaje de resentimientos y frustraciones, devolviendo lo que nos ha inculcado. Hay familias que imponen la represión de emociones estipulando pautas fijas de lo que se puede o no se puede decir o hacer y acostumbra a sus miembros a acallar toda emoción que no sea aceptada por ella .Un niño sometido a esta presión crece acumulando una molesta incoherencia interna .
Estos hábitos impuestos se arraigan con fuerza y quien se proponga desalojar la basura acumulada durante años se encuentra ante una tarea ardua que a menudo requiere la asistencia de un profesional.
Ayudados por el diálogo y la comunicación se comienzan a detectar las emociones automáticas que poco a poco se reemplazan por decisiones voluntarias.

Exterminada por fin la hojarasca, nos encontraremos dueños de un bagaje emocional que nos darán la energía necesaria para alcanzar la meta del conocimiento de nosotros mismos,
Este resultado es la llamada resilencia**
Nuestro mundo emocional funciona siguiendo las misma pautas de la respiración;adentro y afuera , dar y devolver, dejar entrar dejar salir.
En lugar de “dejar salir”muchas personas han sido condicionadas a la negación ,a la autocensura y a la crítica interna y adaptan sus sentimientos a lo que se espera en su entorno. Es fiesta ,debo ser feliz. Ha muerto el tío odiado, debo llorarlo.A la larga esta actitud envenena nuestra autoestima que se debilita considerablemente .

“Si sacas lo que hay dentro de ti, lo que saques te salvará, si no sacas lo que hay dentro de ti lo que no saques te destruirá “
Evangelios Gnósticos.
"La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo."Budha

*Aforismo atribuído a Heraclito, Tales de Mileto.Sócrates,Pitágoras
**Resilencia es la capacidad de un metal de volver a recuperar su forma después de haber sido sometido a una enorme presión.
 
elclubdelapaginaazul,13.12.2015
Quienes deseen participar están invitados. Recibo los textos en mi libro de visitas.
 
rhcastro,13.12.2015
*resiliencia.
 
hippie80,15.12.2015

Demasiado largos los ensayos... debieran condensar.-

 
elclubdelapaginaazul,18.12.2015
Nietzsche y el Budismo

Nietzsche sabía algo acerca del budismo pero en su tiempo había muy pocos textos budistas traducidos y no conocía lo suficiente como para llegar a un juicio equilibrado al respecto
El concepto del super-hombre apunta en la misma dirección general que la Budeidad o del estado de Iluminación, a pesar de que hay muy poco de contenido positivo en el concepto de Nietzsche. Ahora esto no es sorprendente si tomamos en cuenta que el sobre hombre de Nietzsche es el producto de su pensamiento. Es la creación de un intelecto brillante, que penetra hasta el punto del genio intuitivo pero que no por eso deja de ser intuición intelectual y no el producto de una realización trascendental, el concepto del sobre hombre no iguala ni de lejos al del Buda, el de una humanidad iluminada.


La cuerda de Nietzsche, que se extiende sobre ese abismo entre la bestia y el sobre hombre, corresponde por lo tanto, de un modo muy general, al sendero budista, puesto que, para el budismo, ese sendero somos nosotros mismos. Los humanos no somos entidades estáticas sino seres que evolucionan y se desarrollan. De acuerdo con el budismo, igual que con Nietzsche, andamos por este sendero conquistándonos de manera continua y elevándonos a niveles cada vez más altos.

Siendo un tanto osados podríamos incluso decir que la Voluntad de Poder corresponde, de una forma muy generica, a la Voluntad hacia la Iluminación . Las dos son voliciones poderosas. Las dos formas son activas. Ambas tienen que ver no sólo con pensar en el ideal realizable más supremo sino también con lograrlo en efecto. Uno es el ideal del super-hombre y el otro, por supuesto, es el ideal de la suprema iluminación por el beneficio de todos los seres. El logro de ambos ideales requiere la conquista de nuestras más primitivas identidades, de nuestro ego más inferior, de nuestros valores más ínfimos y nuestras ideas más básicas de cualquier índole.

La Voluntad hacia la Iluminación, es altruista, más dirigido hacia los demás, más cósmico. La Voluntad por el Poder es, en esencia, individualista
Nietzsche es brillante en diagnostico y pobre en prescripción
La segunda diferencia entre la enseñanza del Buda y el pensamiento de Nietzsche tiene que ver con el método. Nietzsche solo trae a colación la necesidad de estar a disgusto con lo que somos y de conquistarnos para crear al hombre ,nos dice “supérate” pero no nos da una idea de cómo hacerlo. No hay instrucciones prácticas. Nos quedamos con la exhortación vacía. El budismo, como una tradición espiritual antigua, tiene muchos métodos, ejercicios y prácticas para la propia superación y el logro de su meta.


Nietzsche no es el único que lo expone así. Casi toda la filosofía occidental moderna adolece del mismo eslabón perdido. Es rica en pensamiento abstracto y mucho de esta filosofía, como la de Nietzsche, late con gran energía intelectual, pero por lo general carece de contenido práctico. (quizás el existencialismo y el Marxismo, en términos de prescripción, son las excepciones) El budismo tiene el ideal y también los medios prácticos para la realización de este. Se nos prescribe un modo de vivir.
Sin embargo los budistas pueden aprender mucho de la visión incondicional que tiene Nietzsche del potencial humano. La poderosa visión de Nietzsche, aliada con el claro sendero de práctica del budismo y las condiciones de apoyo (sangha) en su conjunto nos dan la posibilidad de la transformación completa de la humanidad que tanto deseaba Nietzsche.

…procedamos a sentirnos insatisfechos con nosotros mismos.

** extracto del capitulo 14 del libro ¿Que es la Sangha? Del autor Sangarákshita.
 
elclubdelapaginaazul,22.12.2015
El ensayo del domingo de gsap

Acerca de la resiliencia y otras hierbas…

Hace unos días leí el último ensayo de Yvette27, en el cual, entre otras cosas, se refería (magistralmente) al tema de la resiliencia , ante lo cual me pareció buena idea escribir a cerca de aquello.

Según Boris Cyrulnik, la resiliencia se define como “la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación”.

Hace unos años, leí un libro que llamó profundamente mi atención e influyó en mi proceder desde entonces, me refiero a “Intimo esplendor”, escrito por nuestra mujerdiosa, en él no se menciona jamás el término “resiliencia”, sin embargo el escrito completo versa sobre aquello.

¿De qué depende que una persona sea o no resiliente? Algunos hablan de factores genéticos, otros, de experiencias de vida, formas de crianza, aprendizaje social, estructura de la personalidad, entre otros.
Desde mi punto de vista, la resiliencia se potencia o no, dependiendo del contexto afectivo en el que se cría un niño, en primera instancia, con el desarrollo de un vínculo de apego positivo y de constante reforzamiento de la seguridad básica y, acto seguido, con la vivencia exploratoria que da la posibilidad de conocer el mundo y sentirse capaz de tener logros propios al infante.

De nosotros, los adultos, depende, en gran medida, formar niños felices… ahora que viene la Navidad ¿sería mucho pedir que nos descentraramos por unos momentos e hiciéramos algunos regalos a niños que tal vez no van a recibir ni uno solo?





 
elclubdelapaginaazul,22.12.2015
El ensayo del lunes de filiberto

Un rentable negocio

El mecanismo de defensa por excelencia de los humanos, ante determinadas situaciones, es el enfrentar o huir.
¿Por qué ciertas personas viven huyendo de los problemas que se les presentan? Este hecho les acarrea horas, días y hasta años de angustia y de ansiedad, por no tomar la decisión de hacerse cargo. Otras, en cambio, optan por el modo práctico: enfrentan y resuelven favorablemente y ya o, en su defecto, soportan y superan a la brevedad, la consecuencia del fracaso.
Desde el punto de vista científico la reacción de lucha, huída o parálisis es, ante situaciones de peligro, una respuesta fisiológica natural que todo organismo experimenta.
El caso es que nos encontramos permanentemente, con gente atrapada en vaivenes emocionales que no hallan el modo de evacuar su sufrimiento. Pareciera, en no pocas oportunidades, que se sienten “a gusto”, contando y haciendo cargo a los demás, de sus pesares, depresiones y dramas, llegando los otros a dudar, si de verdad desean liberarse de dichas dificultades.
Por lo general son seres adictos a medicamentos que ellos mismos se imponen. Presas de impedimentos de todo tipo, no llegan a disfrutar ni siquiera de un día de descanso. Llenos de dolores, disconformes de la familia, del trabajo, de las relaciones de amistad, del medio en donde viven, culpan a todo y a todos de sus malestares.
Suelen ser personas que gustan de permanecer pasivas por largas horas, evadidas, encerradas o en la oscuridad, sin hacer otra cosa que pensar en sus dolencias, acusando a los demás de falta de comprensión. Tildados de holgazanes y de hecho, se les ve desprolijos y con escaso interés, por mejorarse a ellos mismos o al entorno. Desarrollan su vida y quehaceres, envueltos en imposibles, proyectan sin ejecutar y son ajenos a toda ambición de progreso.
La tendencia general del que escucha a los quejosos es, justamente escucharlos, tratar de ayudar, tenderles una mano para que puedan saltar de su estado de amargura.
En muchos casos, se trata de sufridores pasajeros que pronto, logran salir adelante y seguir con su cotidianeidad en forma normal. Existe sin embargo el grupo de padecedores crónicos. Seres a los que se les vive tendiendo manos, prestando oídos, alentando, pero que nunca consiguen emerger del pozo de incomodidad emocional. Estas personas se vuelven insoportables y la tendencia es abandonarlas en medio de su vericueto. Da la impresión de que, más que tratar de superarse, lo que intentan, consciente o inconscientemente, es formar un lazo tóxico, donde sea posible, permanecer sumergidos en sus pesares. Pretenden que, el que los escuche, los compadezca eternamente, en un camino sin salida ni regreso. Los menos, suelen caer en manos de especialistas inescrupulosos que hacen de sus sinsabores un rentable negocio.

 
elclubdelapaginaazul,25.12.2015
ensayo del martes de guy

Tristeza não tem carozo

Resulta que el otro día estaba yo en una oficina y me encontré a una empleada (24 años, dos hijos) que escuchaba a Silvio Rodríguez. —¡Silvio Rodríguez! —medio que le grité sorprendido— ¿Quién escucha al zurdito deprimente ese hoy en día? —le dije además. Y su respuesta fue que claro, que había terminado el mandato de Cristina y que por eso ella estaba triste, y que como estaba triste ponía música (triste) para pasar el rato (triste) en la oficina. A todo esto, lo primero que me viene a la mente en semejantes casos es que si uno está triste, lo que quiere es mejorar la cosa y entonces hay que poner un poco de onda: llama a los amigos o a alguien que le proporcione sexo oral o, en fin, recurre a algo situado en cierto abanico de posibilidades en el que, claro está, no aparece la opción de escuchar canciones que den ganas de balearse los huevos.
En lo que acabo de decir se asoma una suerte de dialéctica, o de juego dialéctico. Digamos que la dialéctica es en resumidas cuentas la conciliación de los opuestos. Me remito a una famosa frase del Duque de Wellington, que aparece en la película «Waterloo». Está el chabón a caballo en el campo de la batalla terminada, en medio, pues, de la desolación, de un escenario lógicamente horroroso, y dice: «Frente a una batalla perdida lo más triste es una batalla ganada». La cita se supone verdadera y, pese a la traducción, se entiende. Aquí se notan los contrarios: el escenario y la batalla son una y la misma cosa, mientras que la batalla ha producido un vencedor (Wellington) y un vencido (Napoleón). No hay que ser muy lúcido para intuir que, según el pensamiento del duque, el panorama es más triste para el perdedor aun cuando el escenario produzca escalofríos a todos. El hecho de que Cristina (o, mejor dicho, su partido) fuera derrotada en las elecciones fue festejado por mucha gente, conque no es de por sí algo que podamos tildar de triste que la señora haya dejado de gobernar. De un campo repleto de cadáveres desmembrados, caballos muertos y piezas de artillería descalabrada y el fuego quemando parte de eso podríamos decir que es más “de por sí” triste que lo anterior. Habría entonces panoramas o cosas o sucesos que en sí mismos llevan (producen) más tristeza que otros, al menos para mayor cantidad de gente. El paisaje horroroso de Wellington y de Napoleón es a su vez comparable con algún cataclismo natural, pongamos el paso de un huracán o de un tsunami, terremotos, etcétera; pero lo otro es producción humana: he ahí la contradicción: somos capaces de producir escenarios horrorosos, y nos cabe, como si consideráramos íntimamente que son necesarios, y esto porque somos conscientes de que que la tristeza es inevitable para nosotros de un modo u otro, porque la tristeza está ahí siempre ante nosotros como la mismísima muerte. A todo esto, Wellington y Napoleón son los campos de batalla de su época, son (y son sobre todo para nosotros ahora) esa profunda tristeza de muertos en el campo. En este terreno somos como el drogadicto que en cualquier esquina encuentra algo para drogarse, mientras que el que no consume no se entera ni de pedo de que al lado de su casa ofrecen drogas, putas y pasaportes por una módica suma de dinero: si usted quiere encontrar algo triste, vaya a caminar un par de cuadras. Por todo esto vienen los clichés como el de la gorda deprimida que se compra un kilo de helado y mientras acaricia el gato mira una película generalmente gringa repleta de (claro) clichés y se pone a lagrimear como un puto cocodrilo. Y esto es lo que pasó en el primer párrafo de esta mierda.
Si usted va a estudiar música, se encontrará con un viejo hijo de puta que, de un modo u otro, le dirá que el acorde menor es un acorde más bien triste, mientras que el mayor no lo es. Entonces usted escuchará una tríada menor (pongamos do - mi bemol - sol) y, puesto a comparar, pensará que la tríada mayor (do - mi - sol) es más dizque alegre. Esto es como decir que ciertos poetas del orto parecen creer que la tristeza es algo así como una veinteañera rebuena que llora, algo así como una cosa delicada y apetecible a la que uno puede sacar de su lugar de tristeza fácilmente (como sucede con los niños, que para que dejen de llorar se les ofrece alguna baratija) y luego, ya que está, se enamora, se casa o alguna pelotudez por el estilo. Con toda esta cantaleta voy a que somos productores de dos clases de tristezas, a las que me referiré como la artificial y la natural. La primera es lo que describí en el primer párrafo; la segunda, pues lo del segundo, no hay que ser muy luciérnaga, eh. Y puse que somos productores porque la tristeza no existe más allá de uno, no está en el objeto como si fuera un color o una abolladura aunque uno así lo explique. Tampoco voy a escribir una lista de las tristezas de las que somos damnificados naturalmente y por el mero hecho de vivir, y menos que menos me aventuraría a intentar una definición de la tristeza.
Por otra parte, alguno podrá venir a patalear y a decir que esto que puse es una marihuanada porque la alegría se da igual que la tristeza y que nada dije de eso. No. Mire, si se le ocurrió esa zanguangada, mejor vaya a leer los diarios. La alegría es diferente o al menos a lo que voy acá. Alegría habría sido que Wellington, cual Cristiano Ronaldo en el relax postpartido, dijera “oh qué alegría, hemos vencido a estos culorrotos ¡albricias!” entre guirnaldas y todo eso. Además la alegría no es algo como que uno vaya a cuestionarse demasiado (si lo hace, es tristeza, vea, recién probé, ni de lo que vayan a surgir sus más sesudos pensamientos trascendentales, onda que usted ha cumplido 60 años y no vaya a pensar “qué alegría todas las mujeres que no me cogí gracias a que estuve 30 años con mi esposa y mis 7 hijos” o “qué bueno que esta cirrosis me matará en tres meses así no veo la final del mundial, que me pone tan nervioso” o “qué alegría eso de que ya tengo 18 años, dejé la paja hace un mes y debo trabajar para disfrutar del bebé que viene”. Y mejor no decir nada de esos poetas y de esos cantantes románticos que lo pasan lloriqueando, como si algún vago de mierda hubiera dicho en su época “jua jua jua el tango es un pensamiento alegre que se puede bailar”.
Yo no creo que la tristeza y la alegría sean dos caras de una moneda como no lo son, digamos, la vida y la muerte: el verbo vivir implica duración como “buscar”; “morir” no tiene duración, como “encontrar”. La alegría no tiene una dialéctica; no hay convivencia de contrarios ni nada que asimilar cuando estamos alegres. La alegría no implica mirar el pasado o volver sobre los hechos aun cuando sea resultado de un esfuerzo prolongado o de un simple parto. Creo, más bien, que la tristeza representa lo inevitable en varios aspectos: por un lado, el irremediable final de las cosas: con esto nacemos, mejor dicho: a poco de nacer caemos en la cuenta de que nos va a tocar varias veces, y que al último vamos nosotros. Habría que preguntar al poeta que canta “Tristeza não tem fim, felicidade sim" en qué estaría pensando. Yo no sé; esos poetas brasileros con esas pelotudeces del pétalo de la flor, la lágrima de amor y los pobres me deprimen más que Silvio Rodríguez. Pero esa frasecita en el cuento que estoy contando acá me viene bien para esto: la tristeza no tiene fin porque nuestras acciones, en tanto que tales, siempre, como el campo de la batalla del puto de Wellington, encierran un acto de tristeza por la sencilla razón de que sobre estas acciones vendrán a juzgarnos nuestros propios pensamientos (y ni hablar de que nos juzguen terceros). Usted en algún momento va a ponerse triste y a pensar huevonadas, y esto se va a repetir mucho, básicamente porque vive y ya sabe adónde va la vida. No es muy difícil. Lo difícil es ponerse de acuerdo con uno mismo en medio de tanta mala dialéctica. Después los poetas y los periodistas y los políticos y los etcéteras van a seguir produciendo tristezas rococó y facilongas para la gilada, pero eso es otra cosa.
 
elclubdelapaginaazul,25.12.2015
Ensayo del miércoles de rhcastro

Soltar.

Entiendo que leer es productivo, enseña a acomodar, amoldar, ubicar, omitir o viceversa, nos muestra las diversas formas en que se desarrolla el espíritu de otro hombre y cómo es que imprime sus emociones con la sabiduría de un maestro. Conocemos diversas normas que hacen de nuestro dibujo hablado un mural de sensaciones, pero también aprendemos a copiar, repetir, imitar y perdernos en otro cuando aún no nos encontramos.

Existen niños que transmiten con una frase más que escritores consagrados con toda una novela y quizás sea porque no están contaminados con ese ego malsano de competitividad. Es por ello que creo que escribir debe ser tan libre y natural como un pájaro. Dejar volar el lápiz sin voltear, porque suele pasar que te pierdas mucho antes de llegar donde pretendías.
Hay cartas tan hermosas de personas totalmente desconocidas, que a veces quisiéramos por instantes ser un poco ellas y es cuando podemos de manera inconsciente transformarnos en quienes no somos. Encontramos el valor en las palabras, cuando en realidad... no son las palabras sino las personas las que deberían valer.

No hace mucho leí a una mujer de mi pueblo con tantas faltas ortográficas que por instantes desee dejar de leerla, sus letras en mayúscula parecían querer asesinarme y quise abandonar, pero había frases pequeñas, frágiles, únicas e irrepetibles que me decían: ¡Quédate!. Así lo hice. Vaya que aprendí de su alma vieja, que se abrió un mundo totalmente desconocido, el del ser inocente, fuego de un alma vieja atrapada en una vida que de a poco se escapa sin ser apreciada lo suficiente, porque llegamos a creer que es a nosotros a quien se debía escuchar por saber acomodar las mismas letras de diferente manera ¿Y quién dijo que esta era la forma correcta? ¿Qué es correcto? ¿Por qué lo creímos y seguimos? ¿Quién inventó las reglas? ¿Por qué las aceptamos? ¿Y nosotros? ¿Nuestra forma y manera? Pe-ro es que, hoy quiero ser horrible, libre, especial, única, quiero causar pánico, miedo, terror, quiero que corras y digas allí está esa que escribe como el diablo y mira que nunca nadie me causó tanto fuego, para que entiendas que te amo, sufro, golpeo y tú me dices para, espera... porque también te quiero y abrazarnos, derramarse, darnos como se dan los que no ofrecen nada más allá de lo que tienen. Valorar lo que dices y no qué signos usas para decirlo.

Quizás de tanto tomar hoy decida soltar, decir a Cervantes yo soy Castro. No tengo gitanilla ni fuerza en la sangre, pero tengo un caballo que robó un beso antes de morir ¡Y eso no tiene precio! No se escribe en otros, aunque en mi se metió hasta el tuétano y es lo único que me llevaré a la tumba, las letras que escribieron su nombre. Los seres que en vida supieron hacerme tan feliz.
Y es lo que vale ¿Sabes? Lo demás son palabras, Intentos de ser alguien porque nos convencieron de que no existimos y no es verdad . Sé que estuviste aquí.
 
elclubdelapaginaazul,25.12.2015
Ensayo del jueves de crazymouse

Et maintenant

Hace catorce años que murió uno de los más grandes intérpretes de la canción francesa: Gilbert Bécaud. De las cuatrocientas canciones de su repertorio destaca sobremanera "Et maintenant". Es una historia melancólica que vivió él realmente. Todo ocurrió cierto día de 1961 durante el vuelo París-Niza. Coincidió en ese trayecto con la actriz Elga Andersen. Simpatizaron en seguida. Al punto de que pasaron la noche juntos, regresando a la capital francesa al día siguiente en el mismo avión.

Como quiera que Bécaud la hallara algo alterada le propuso ir juntos a su casa de campo, una cabaña en el bosque de Chesnay. Elga Andersen se mostró muy inquieta. Entonces, Gilbert se dirigió a donde estaba su piano, levantó la tapa y en un rapto de inspiración comenzó a tararear una melodía y esta frase: "Et maintenant, ¿qu´est-ce que ye vais faire?" En un solo día compondría la música, en tanto su musa ocasional, Elga Andersen, ya no estaba a su lado.
.....

La letra de la canción, que le escribió su colaborador Pierre Delanoë, traducida al español, quedaría así:

"¿Por qué te vas, por qué te alejas?
fue sin querer que tu orgullo herí.
¿Qué voy a hacer si tú me dejas?
Sin tu amor, todo me da igual,
qué será de mí…".

Concluyendo con esta dolorida frase: "¿Qué voy a hacer sin ti…?"
.....
El 1 de mayo de aquel 1961 la voz de Gilbert Bécaud se dejó escuchar en todas las emisoras de radio francesas y "Et maintenant" llegó al número 1 de las listas de éxitos durante seis semanas. Del "single" se vendieron cuatrocientos mil ejemplares de una primera tirada. Hizo también una versión en inglés, y en español. Shirley Bassey la popularizó en Inglaterra y en Estados Unidos Sonny and Cher. Llegaron a grabarse ciento cincuenta versiones en todo el mundo. Bécaud había escrito su partitura a ritmo de bolero. Muy probablemente partiendo del universal bolero de Maurice Ravel. Con "Et maintenant" se hizo millonario. Pero nunca volvió a encontrarse con la mujer que le había inspirado aquella triste melodía.
.....

http://www.libert...
libertaddigital.com/chic/en tretenimiento/2015-12- 19/la-unica-noc he-de-amor-de-gilbert-becaud-con-elga-andersen-1276564089/
Autor: MANUEL ROMAN 2015-12-19

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Traigo aquí una parte de este artículo que, por pura casualidad he leido completo, y he recordado la canción.
Mi "ensayo", evidentemente no existe, pero eso es accesorio. Lo que realmente me interesa es hacer partícipes a quienes me honren con su visita en esta página azul, y plantear la siguiente pregunta:

¿Qué inspira más belleza, el amor, el desamor, la mentira, el dolor, el deseo, la derrota...?

Quien esto escribe opina que lo más bello que el ser humano puede crear, emana siempre, o casi siempre de una frustración. "Lo inalcanzable", es la musa más auténtica en la que un artista puede inspirarse para crear belleza. Sea cual sea el Arte del que hablemos.

Ahora, amigos, ustedes tienen la palabra.

Gracias.

crazymouse

 
elclubdelapaginaazul,25.12.2015
 
nINIVE,27.12.2015
El Ensayo del Viernes de Rubalva

Las palabras crean realidades

Es muy importante que prestemos atención a las palabras que decimos y a los pensamientos que emitimos pues tienen una fuerza tal que son capaces de producir cambios en nuestro entorno. Lo que expresamos y creemos en nuestro corazón es lo que recibimos. La vida y la muerte están en poder de la lengua.
Desde el principio, Dios usó el poder creativo de las palabras al hacer los cielos y la tierra. Dijo: "Sea la luz", y fue la luz. Con palabras, fue haciendo uno a uno, cada elemento de la creación.
La primera ley de la creación es la siguiente: lo que se piense se manifestará, en tu cuerpo, en tu carácter, en lo material, en el exterior…
El ser humano, protagonista de la creación, tiene autoridad total para gobernar sobre las criaturas vivientes y lo hace por medio de las palabras que emite. El pensamiento habla al espíritu hasta que éste llega a tener cabida en abundancia, entonces las palabras (llenas de fe, de temor, de amor, de odio) salen del espíritu a través de la boca, sin pensarlo.
Podemos emplear las palabras como una técnica para conseguir lo que verdaderamente queremos: amor, logros, placer, relaciones satisfactorias, un buen trabajo, una personalidad definida, salud, belleza, prosperidad, paz interior, armonía…
El pensamiento y los sentimientos tienen su propia energía magnética que atrae energía de la naturaleza similar. Podemos observar este principio cuando nos encontramos "accidentalmente" con alguien en quien habíamos pensado.
Las palabras siempre llevan poder y comunican bendiciones o maldiciones. La lengua es solamente un instrumento. En el corazón es donde se encuentra la clave. Lo que hay en él es lo que saldrá por la boca.
Si anhelas algo, solo tienes que hacer un pedido claro y todo lo que tu corazón desea vendrá a ti…"de la abundancia del corazón habla la boca” (Mt 12: 3,4). Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.
De la misma boca proceden la bendición y la maldición. Lo que hablamos o la manera de expresarlo ejerce tal magnetismo que nuestros deseos tienden a convertirse en realidades. Los pensamientos negativos producen efectos negativos, pues atraen lo necesario para que se manifiesten. Estos pensamientos encienden pequeñas llamas.
Por eso debemos evitar que de nuestras bocas salgan frases como éstas: "Mi vida es un desastre"; "Nada me sale bien"; "No vale la pena el esfuerzo"; "Todo es inútil", etcétera. Tampoco es necesario anunciar con aire triunfante aquello negativo que encubamos en nuestro interior y que se convirtió en realidad: "¡Ah, yo sabía que sucedería!"
Una frase del libro de Job resume este pensamiento: "Lo que más temía me sobrevino; lo que más me asustaba me sucedió" (Job 3, 25). Todo lo contrario: con nuestras palabras debemos borrar todo lo indeseable que se nos presente. Cada vez que ocurre algo desagradable debemos pensar y luego repetir en voz alta: "No lo acepto. Lo niego. Lo rechazo". Debemos decirlo con la fe que nos da saber que nuestra palabra es una orden que debe ser cumplida sin condiciones.
Existen también las declaraciones positivas llamadas afirmaciones, que constituyen una parte muy importante de la "visualización creativa". Cuando las hacemos debemos evitar que nos acompañen toda duda o descreimiento. Practiquemos la manera de lograr la sensación de que lo que deseamos es muy real y posible.
Las afirmaciones deben ser hechas en tiempo presente: "Tengo un trabajo maravilloso"…y de la manera más positiva posible. Mientras más cortas y simples, más eficaces. Como ejemplos de afirmaciones tenemos estas frases: "Nada es imposible"; "Todo saldrá bien"; "La buena suerte me acompaña"; "Hay que tener confianza".
Si realmente queremos algo, lo podemos obtener con la sumatoria de los tres elementos que denominamos "intención". Cuando tenemos la intención de creer algo lo deseamos profundamente, estamos convencidos de poder hacerlo y de que realmente aceptamos tenerlo, debe, necesariamente, manifestarse.
Lo más importante es asumir una actitud triunfadora: el deseo que está en el fondo de tu corazón no surge si lo acosan los temores y las dudas. Si la fe y la convicción son fuertes, el resultado será instantáneo, como un milagro.
Cuando Leonardo da Vinci tenía 12 años, se hizo esta promesa: "Seré uno de los más grandes artistas del mundo". Lo concibió, lo dijo, lo luchó, lo logró. Todos conocemos los resultados.
No hay un solo deseo tuyo que no puedas realizar. Todo aquello que consideras imposible de obtener, que juzgas "demasiado bueno para que ocurra" es precisamente lo que más deseas.
Comencemos a incluir afirmaciones en nuestras conversaciones, hagamos declaraciones positivas sobre cosas y personas (incluyéndonos a nosotros mismos) que queramos ver en un aspecto más efectivo, y observaremos cambios asombrosos en nuestras vidas por el simple hecho de dedicarnos a hablar más positivamente en las conversaciones cotidianas.

Alberto Vásquez.



 
elclubdelapaginaazul,27.12.2015
El ensayo del sábado de Yvette27

La narración bíblica:

Más de un tercio del Antiguo testamento está compuesto por relatos de gran calidad artística.
Siendo la narración bíblica un relato popular , se caracteriza por su simplicidad y su economía de palabras. El hecho de ser popular no implica que se trate de relatos fáciles o livianos. Son relatos imbuidos de ideas y concepciones.
Los relatos aislados de una determinada personalidad se fusionan con otros de la misma . Ningún relato agota la descripción del personaje y sólo la suma de los relatos nos dan una idea completa del mismo.
Por ejemplo, el relato del sacrificio de Isaac es el punto culminante de todos los ciclos de relatos relativos a Abraham.

Desde el punto de vista literario el Antiguo Testamento constituye una antología, una colección de muchos libros diferentes. En general los libros pueden clasificarse como narraciones, obras poéticas, escritos proféticos, códices legales o apocalipsis. Estos estilos no se limitan al Antiguo Testamento, ya que puede hallarse en otras literaturas antiguas, Algunos estilos no están incluidos; las cartas o epístolas, tan importantes en el Nuevo Testamento, no se encuentran en el Antiguo. No es posible hallar tampoco autobiografías, dramas ni sátiras. La mayor parte de los libros del Antiguo Testamento contiene varios géneros literarios. Por ejemplo, el Éxodo incluye narraciones, leyes y poesía; la mayoría de los libros proféticos incorporan narraciones , poesía y el género profético en si. El relato bíblico se asemeja a la tragedia griega por que capta con fuerza el tema principal y deja de lado todo elemento secundario.
Esta escritura intensiva requiere una lectura intensiva que trate de llegar al fondo de la cuestión que se nos presenta. No se nos dice siempre qué piensa el personaje, sino que debemos captarlo a través de sus acciones. El mejor ejemplo es la figura de Abraham en el episodio del sacrificio de Isaac

En el primer momento de la investigación se constataron numerosos puntos comunes entre la literatura de Medio Oriente y la bíblica. Se estudió en cada caso si se trataba de tradiciones difundidas en el área geográfica, o del recurso a convenciones comunes en esas culturas, o si finalmente se debía aceptar que ha existido alguna influencia de una literatura sobre otra. Actualmente es universalmente reconocido que existen sorprendentes paralelos entre los relatos de la primera parte del libro del Génesis y los poemas mesopotámicos y egipcios que tratan de los orígenes del mundo y de la humanidad.
Tanto en su contexto como en su contenido, la gran mayoría de los libros del Antiguo Testamento son narraciones que tienen una trama,o al menos el desarrollo de una tensión y su resolución, una caracterización de los personajes y una descripción del escenario en el que se producen los acontecimientos. Por otra parte, muchas obras narrativas del Antiguo Testamento son historias, aunque no se ajusten a la definición científica del término. Una historia es una narración escrita del pasado guiada por los hechos, en la medida en que el autor pueda determinarlos e interpretarlos, y no guiada por consideraciones estéticas, morales o religiosas .En las narraciones históricas del Antiguo Testamento los autores recurrieron a menudo a tradiciones orales, algunas de ellas poco fiables.

La principal característica de la literatura narrativa bíblica es el relato aislado breve. Se nos dice lo mínimo necesario, se abrevian las introducciones y nos dan los indicios indispensables para comprender la cuestión que se va a tratar. Esos relatos que en un principio fueron transmitidos por la tradición oral de una generación a otra, son en general, respondiendo a su característica popular, relatos de acción.
Los artistas que los escribieron, los convirtieron en literatura.


 
hippie80,27.12.2015
Sin duda alguna y en consideracion al ensayo de yvette, debo declamar que me ha recordado al Profeta Juan, maestro de la palabra, fabuloso ilustrador, artista inconmensurable del universo en la crisis final, expositor portentoso y soberbio del apocalipsis, relator colorido y enigmático de bestias satánicas emergidas del averno bajo el comando de Luzbel.-



 
elclubdelapaginaazul,04.01.2016
El ensayo del domingo de Tu Norte (invitado por gsap)

Quiero ser escritor.

Si tuviera que definir mi profesión u oficio diría que soy Carnicero y Vendedor (en ese orden) hijo de padre carnicero sobrino de tíos carniceros nieto de abuelo carnicero bisnieto de bla, bla, bla...Lo de vendedor fueron circunstancias, de hecho por cuestiones laborales.

Una vez en un cuaderno de anotaciones de la carnicería de mi Padre encontré entre sus hojas un pequeño poema ,aún recuerdo su título, "Mi Silencio". Para mí era excelso; una obra de arte, yo tendría entre 14 y 16 años.

Mi primer intento de escribir un cuento fue en la escuela primaria en el séptimo grado, mas bien era una tarea de la clase de "lengua", la verdad le puse muchas ganas y mi maestra me elogió el trabajo como si fuera el mejor, nunca me di cuenta que mi primo había pensado lo mismo del suyo. Luego de mas grande en mi adolescencia, escribí poemas de amor, muy decadentes; intentos desesperados de mitigar alguna frustración amorosa, nada de importancia.

Unos años mas tarde probé con escribir canciones, hasta tuve la suerte que un primo con su grupo me grabara una, digamos que por cuestiones de condescendencia esa canción fue un éxito (familiar).

Luego seguí siendo Carnicero, luego Vendedor, luego Carnicero y finalmente Vendedor, sin darme cuenta me encontré con 36 años (hace 2 años) una bella esposa y un hija mas bella aún (hoy tiene 17) que quiere ser "Escritora". En esos días escribí un relato sobre mi pueblo que me atreví a mostrar fuera del circulo intimo, el texto era muy primitivo pero en él estaba un deseo intrínseco, perenne, inmutable e insoslayable que ya no podía ocultar, una necesidad, un alimento para mi alma...La pasión de escribir.

Por recomendación de una amiga fuí a mi primer y único taller literario, lamentablemente "Idangel" tuvo que cerrarlo, le resultó imposible costear el alquiler de su amado "Tunel 43". Por suerte ya había conocido a LosCuentos.net y a su maravillosa gente que me recibió con AMOR y me ayudaron.

¿Que hace al Escritor? no lo sé. Tal vez leer mucho, tal vez estudiar, tal vez conocer sobre literatura... en mi caso debo confesar que soy muy mal lector o lo he sido antes de descubrir éste sitio web.
No me defino Escritor pero sueño con serlo (ésta es una confesión)

Ah antes que me olvide; les cuento que al pie del poema "Mi Silencio" estaba la firma de mi Padre: Sergio Rosendo Saravia, tal vez ésa sea mi mayor motivación, no ser el "Silencio" que ocultó la virtud de escribir.



"Nunca escribí un ensayo éste sería el primero y agradezco profundamente a Paula que me invitó y confió en mi, en realidad no se si es un ensayo y no quisiera faltarles el respeto a gente que realmente escribe con absoluto conocimiento y con mucho talento ensayos en ésta pagina"

Mario Andre Saravia.
 
elclubdelapaginaazul,05.01.2016
El ensayo del lunes de filiberto

Carne de cañón (dedicado a mi querida Gsap)

“De nosotros los adultos depende, en gran medida, formar niños felices” Gsap
No hace mucho tiempo, existían (y existen) familias de clase media muy baja, de padres trabajadores, cuyo mayor orgullo era criar bien a sus hijos. Con el sudor de la frente, ganaban el pan para alimentarlos y en lo que se recuerda, era lo natural, lo que DEBÍA ser. No se escuchaba que esperaran que los demás (gobierno, por ejemplo), se hicieran cargo de la manutención de los mismos. Como familias carenciadas aprendieron a administrar lo que ganaban. Fueron discriminadas, evolucionaron a fuerza de sacrificio y de humillaciones sociales (después de todo nadie se salva de la discriminación) sin embargo, dentro de lo que es la normalidad de la vida, fueron felices. En el arbolito navideño nunca faltaba un obsequio, por pequeño que fuera y en el hogar religioso, siempre había un hermoso pesebre nevado de harina. Nunca dejaron de venir los Reyes Magos (aunque trajeran juguetes hechos por los padres), jamás faltó el pastel de cumpleaños por opaco que fuera y todos los detalles que ayudan a no criarse sin amor y lo que es peor, fuera del “pertenecer” que tanto lastima a los niños.
Una de las enseñanzas más importantes que experimentaban, era el aprender a tolerar la frustración, a ser fuertes ante la adversidad, a trabajar con esmero y honradez y a ganarse la vida por sus propios medios. No hicieron grandes fortunas pero la constancia y el ahorro, les permitió alcanzar una vida digna. Creo que la dignidad es una de las virtudes imprescindibles del hombre, una necesidad innata. Entonces ¿por qué hemos adquirido el hábito de vivir complaciendo a nuestros niños, como si nos sintiéramos culposos de haberlos traído al mundo y por eso, librarlos de cada sobresalto, por pequeño que sea, que deban sortear? En principio, sí. Somos responsables de ellos y bien claro está que traerlos, ha sido una decisión de nosotros, los engendradores y que si hubiésemos optado por lo contrario, les hubiésemos evitado infinidad de insatisfacciones y responsabilidades, propias de la existencia. La crianza es uno de los aspectos que hace que una persona tenga o no mirada positiva, ante las circunstancias que se presenten.
Sin pedir nada a cambio, la primera reacción de ciertos padres, ante esa “culpa” es darles “todo”. Allanarles el camino, en general con bienes materiales, consiguiendo de ese modo la aprobación de los hijos, cada vez menos frecuente y difícil de obtener.
No estoy en desacuerdo con aquellos que piensan que estamos criando pequeños tiranos. Habrá que hacerse cargo en el futuro, de una sociedad cada vez más invivible, plagada de pedidores que, imperativamente, reclaman y exigen pero que no sienten que tengan, ningún tipo de obligación para con lo que los rodea, absolutamente irrespetuosos del prójimo, egoístas e intolerantes.
Los “acomodados” suelen padecer de esnobismo de clase. De escasa formación humana, tienen todos los derechos sin ningún tipo de responsabilidad más que hacer una carrera universitaria, cuya principal virtud es tener memoria suficiente y cuyo máximo objetivo es “salvarse”, sin siquiera pensar que, como individuos, tenemos la responsabilidad de laborar por un mundo mejor. Los de mayor riesgo social, son utilizados con descaro para fines de gobernantes y caudillos. Están los que piensan que en su círculo, solo caben los acumuladores de conocimientos. Los intelectuales también suelen padecer de esnobismo. No solo con objetos materiales y/o saturación de tecnología y lectura (hay que ver la calidad) se educa a un niño. Como no humanicemos a nuestros pequeños ególatras, no hay remedio, serán la carne de cañón de ideólogos y de dictadores, de religiones y de supercherías pero lo que es peor de sus propios embelecos.
Habrá que hacerse cargo de un mundo, ecológica y éticamente, cada vez más venido abajo.
 
elclubdelapaginaazul,07.01.2016
El ensayo del martes de guy

Anarquía ambiental

Robert Nozick escribió en los ’70 un ladrillazo titulado “Anarquía, Estado y utopía” que dizque se trata de un libro de filosofía política, pero que para mí es un panfleto rencoroso y marihuano que va de joderle la vida a su contemporáneo John Rawls. Rawls en “La teoría de la justicia” dice que la justicia tiene que garantizar esto: que no pueda darse que algo sea considerado justo mientras perjudique a otro ni aun en beneficio de muchos. No es muy difícil de entender. Bueno, para Nozick esto implica que no es justo un Estado tal como lo conocemos, dado que se mete en la vida de la gente, conque el mero accionar va en contra de la definición de esa justicia. Lo bonito de esto es que para cualquier desprevenido la ausencia de Estado es un horror inimaginable, como si a usted le dijeran “señor, no hay más Estado, arréglese como pueda porque ya está grande como para depender de sus papás”.
Ya es que estos muchachos estaban muy preocupados por la distribución del excedente económico en el Estado o, mejor dicho, uno decía que esta distribución debería ocurrir y el otro lo ponía en duda. Usted, que seguramente es capitalista, podría pensar ahora que si le cobran impuestos a las ganancias (aun si el fuera a ayudar a los pobres) lo están privando del beneficio de hacer con ese dinero que tan honestamente ha ganado lo que le den las bolas, y que por lo tanto esté siendo víctima de injusticia. Si no le gusta el ejemplo económico porque es un jipi, veamos que el Estado (al menos aquí obliga a los niños a asistir a la escuela para validar la educación. Usted, que es un eremita que come pájaros y pasto, podría preguntarse por qué no puede educar usted mismo a su hijo durante años en su madriguera y bajar finalmente a la ciudad a que el niño se someta a un examen para legalizarse y estudiar en la secundaria o en la universidad. Ah, ¿ve? El Estado no lo deja porque es castrador y decide que él es mejor que usted para educar a su hijo.
Sea como fuere, lo que Nozick propone es un Estado mínimo que nomás se ocupe de la seguridad nacional y de otras minucias como hacer cumplir un mínimo de leyes básicas, y que todo lo demás quede en manos de instituciones privadas. Todo esto recuerda a gente como John Locke y Thomas Hobbes, que allá lejos y hace tiempo supieron dedicarse a estas cositas. Menciono al pasar y brevemente lo que esta gente proponía teóricamente como “Estado de naturaleza”, es decir, que los hombres se arreglen entre ellos sin necesidad de un poder concentrado y soberano y bli bli bli. Locke, un poeta hermoso, auguraba en este caso un grupo de hombres gobernados por la razón, que es parte intrínseca de la naturaleza humana. Hobbes, más malo que usted, suponía que en tal caso los hombres se matarían entre sí.
Ahora bien, tenemos dos posturas iniciales: la de que el Estado no sirve más que para joder a la gente y la de que el Estado debe garantizar mediante sus instituciones la mejor de las posibles distribuciones de la riqueza (del excedente producto de la economía de un país, digamos). Yo lo que veo de todo esto es lo siguiente: que en ciertos aspectos vivimos en anarquía, es decir, en la ausencia del Estado que, en los papeles, debería estar presente. Ciertos aspectos son los que hacen a la situación medioambiental que está tan de moda. Yo digo que el Estado debería ser responsable de su territorio, es decir, de hacer del mismo un lugar medianamente habitable y seguro para los habitantes, pero esto no se cumple. Es lo mismo que ocurre si usted va a un hotel: se supone que a usted, que ha pagado su habitación, no le faltará agua y que no le caerá el techo en la cabeza porque para eso se quedaba en su casa.
Ahora resulta que (como todos los años) han llegado las inundaciones en las provincias de la mesopotamia. Este año han sido peores (y supongo que al mismo paso el que viene lo serán aún más). Ya todo el mundo sabe que la tala de bosques en esa zona y en Brasil y en Paraguay hace que el agua no sea absorbida por el suelo y bli bli bli. Es como si usted poda los árboles de su inmenso jardín y pone baldosas: más le valdrá hacer una buena tubería de drenaje. Pero ¿cómo hacer esto para un territorio de millones de hectáreas? Bueno, mire, no es tan difícil: va y contrata gente para que haga los estudios y diga que mejor no corten tal y tal árbol y listo, porque es más barato eso que hacer una tubería desde aquí hasta no sé, Egipto.
No seamos malos con el pobre Estado, que a veces algo hace. Aquí se escribió y se aprobó una ley de bosques cuyo objetivo es, entre otros, prever este tipo de situaciones porque ya es evidente que no se puede andar haciendo tantas cagadas sin sufrir las consecuencias (recuerde que al principio de esto dije que la justicia no debe legalizar un perjuicio para alguien ni aunque beneficie a muchos). Ah, pero ¿sabe que no? ¡Cómo, si están las leyes! No, mire, resulta que desde que se hizo esa ley hemos perdido más de dos millones de hectáreas de bosques nativos, de las cuales 650.000 eran precisamente de bosques protegidos desde antes de la ley. Y luego el borracho es uno. ¿Y dónde está el Estado en semejante situación? Mire, no está. Será cosa de explicarles a los miles de evacuados que lo que pasa es que en sus ciudades están en situación de anarquía y que deben arreglárselas por sí mismos, a lo que ellos no es improbable que mientras escupen el barro digan que han pagado sus impuestos. ¡Ah! ¡No! ¿Acaso mi dinero no vale? Dicen mientras ahuyentan con una escoba las pirañas del living. Luego el gobierno enviará unos colchones y agua mineral y los perendengues que suele enviar en esos casos y se sentará en su escritorio a esperar que baje el agua. Punto.
Otro ejemplo de esta anarquía es la minería de acá (ya dije que mi ejemplo es el medioambiente). Es muy sencillo: alguien va e instala una empresa que se dedica a tirar a la mierda una montaña para sacar oro como si de una naranja y de su jugo se tratara. ¿Quién decide qué y cómo se realiza esto? Adivine. El caso es que el Estado opera según instituciones cuyo personal va cambiando. Entonces usted un día se levanta y oye ruidos y al otro día es informado de que no puede beber agua de la canilla porque a los de la empresa se les volcó un coso de dos millones de litros de cianuro. Bueno, tranquilo, mi viejo. Ahora viene el dizque Estado por medio de sus instituciones y le arreglan todo. No sea pelotudo, vamos. Lo lindo de esto es que por ahí quien autorizó la instalación de la minera ya no está y a su sucesor la empresa le mostró un papel firmado que dice básicamente “fuck off” (ya es que esta gente suele hablar lenguas exóticas).
Por si usted todavía no entendió mi argumento o en una de esas no supe exponerlo bien, veamos el temita de la contaminación. Acá tenemos el famosísimo Riachuelo, que es el curso de agua más envenenado de América (no me consta, pero así dicen). Hay leyes que expresan lo siguiente: si usted descarga residuos tóxicos en un río, usted va preso. Ha visto, el Estado y sus gobiernos son muy inteligentes. Ahá, pero si usted ve y olfatea esa cuenca inmunda dirá que no, que nomás no puede haber leyes porque de ser así ese paisaje horroroso no existiría. Además ahora con esto de internet cualquiera puede enterarse de cuántas empresas descargan sus tóxicos en el río. ¿Y el Estado? No está, mi viejo, no se ponga repetitivo con la preguntita.
Veámoslo así: usted vive en un segundo piso y ha dispuesto en su hermoso balcón unas bonitas macetas con plantitas y florcitas. Un día sopla un viento y una de sus macetas cae justo en la cabeza de un transeúnte. Adivine quién se come un juicio y paga. Ve, yo sabía que usted era un ser de luz. Muy bien. Ahora usted va caminando por una de esas callecitas del barrio de la Boca, tan pintoresco y lleno de pinturas tangueras y de barcos oxidados. Usted va distraído y se cae al Riachuelo inmundo ese. Usted es delicadito de la piel y justito tenía una herida fea y resulta que el contacto con esa agua envenenada se agarra una infección de puta madre y va al hospital a joderse unos días y no cagó fuego de milagro. ¿Quién se come un juicio? ¿Quién debería indemnizarlo a usted, que si hubiera caído a un río normal no tendría infección alguna? ¿Quién es responsable, pues, de que un río sea una cloaca inmunda? ¿El Estado Nacional? ¿El gobierno provincial? ¿Las empresas que vierten los tóxicos? ¿Usted? ¿Nadie? Mire, por las dudas no vaya a caminar cerca de la costa del Riachuelo si es delicadito, yo sé por qué se lo digo.
Por último veamos que nos manejamos por dos sistemas, como los relojes: digital y analógico. El primero es digamos 'sí' y 'no', 'uno' y 'cero'; el otro es 'entre esto y esto', en rango. Vistas las cosas del modo analógico, podríamos considerar en determinado rango fenómenos como aceptables, como decir que desde acá hasta acá cortamos los árboles porque el beneficio es mayor a las pérdidas, decir que la minería es aceptable en lugares donde hay escasa población (o en países subdesarrollados, mire), decir que el río admite determinada cantidad de residuos tóxicos y que esto favorece cierto desarrollo industrial (qué bonito, casi me lo creo), etcétera. En este sistema analógico podemos aceptar que si este país depende de la agricultura, pues que se joden los entrerrianos, los correntinos y por qué no los brasileros y los paraguayos, esos bananeros de mierda, y todos a joderse pero bien (total el agua baja). Con el sistema digital, digamos esto: corrupto y no corrupto, justo e injusto. Noam Chomsky dijo alguna vez que todos los presidentes estadounidenses fueron criminales de guerra; no nos resulta muy rebuscado imaginar en qué contexto. Yo diría que la mayoría de los gobiernos son criminales ambientales, ya sea por corrupción o por inoperancia (o no están). No contentos con esto, cada tanto y para figurar se juntan por el dizque cambio climático y se comprometen con boludeces porque, supongo, en el fondo saben que el medioambiente es más o menos importante.

 
elclubdelapaginaazul,07.01.2016
El ensayo del miércoles de Zabelita (invitada de rhcastro)

La Entidad

Dado los tiempos que corren, llamaré “La Entidad” a la ONG,s dónde desde el año 1998-2012 permanecí haciendo todo tipo de menesteres en calidad de voluntaria: preparar café para los usuarios, abrir la puerta, manejar centralita de teléfonos, y los miércoles acompañamiento a usuarios.
En aquel entonces, me encontraba en desempleo, y no estaría mal engordar un poco el Curriculum.
Todo comenzó a las puertas del hospital dónde mi abuela permanecía largo tiempo ingresada. Unos muchachos con aspecto de intelectuales me “llevaron para la causa”. Era más ingenua que ahora, que ya es decir. No sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo.
Escuché una conversación un tanto sospechosa al cruzarse las líneas “En el sitio convenido el dinero estará sin falta. Y la mercancía como de costumbre”. A partir de entonces, al llevar la contabilidad noté partidas de dinero que siempre eran ingresadas a una cuenta determinada: la del encargado de “La Entidad”.
Es cuando estallaron varios escándalos con diversas ONG,s de diversa índole, Estamos acostumbrados a que los medios nos ametrallen con informaciones de ONGs como Greenpeace o WWF Adena con un sinfín de catástrofes que nos rodean: casualmente todas nos amenazan urgentemente a partir de ahora. Se da por supuesto que todo es real, porque los científicos del establishment lo corroboran –previo pago, premio o subvención- y los papeles hablan de ello.
El caso que recuerdo con más claridad, es el de Intervida, que asignaba el mismo niño a padrinos diferentes, ¡vaya vergüenza! Lo comprobé con mis propios ojos cuando un par de amigas y yo nos encontramos que teníamos la misma fotografía del “niño adoptado”. Ha sido investigada por la Fiscalía por supuesta publicidad engañosa y presunto desvío de fondos de los apadrinamientos a otras empresas. Esto es peor que una estafa porque se juega con los sentimientos de las personas y, lo que es peor, con el futuro de los niños

El presidente de Anesvad, José Luis Gamarra, fue encarcelado por apropiarse fondos de su ONG después de martillear insistentemente -VÍA TV- nuestras agotadas conciencias durante años sobre la lepra o las úlceras de Buruli, que afectan a cuatro gatos.

Volvamos a “La Entidad”, todos los miércoles era el día que se servían comidas a personas sin techo, o que se sentían solas por su desamparo, desarraigo familiar. Acudían adictos, alcohólicos, madres solteras, prostitutas, personas sin hogar.
Precisamente ese miércoles día “D” había acompañado a una persona invidente a su consulta en el hospital. Llegué a tiempo de ver como unos hombres extraños para mí, hablaban con “el encargado del sitio”. Esas visitas se sucedieron varios meses, con la correspondiente falta de dinero en esos días, no una cantidad mínima, no, de varios ceros.
Algo feo pasaba allí, algo como contrabando de drogas. Sólo lamento no tener pruebas, porque me marché.
Por último, no todo es de color negro en las ONGs, por ejemplo la Fundación Argentina de Ecología Científica está compuesta por un grupo de personas con conocimientos en ciencias exactas, físicas, naturales y humanísticas, que se han impuesto la misión de informar al público en general, acerca de los mitos, fraudes científicos, exageraciones y errores que abundan en el campo de la Ecología. Hacen nuestro el espíritu de la Apelación de Heidelberg, documento firmado en 1992 por miles de científicos "preocupados por el surgimiento de una ideología irracional que se opone al progreso científico e industrial e impide el progreso económico y social".
 
elclubdelapaginaazul,09.01.2016
El ensayo del jueves de Leandro77

EL REINO DE LAS HORMIGAS

Voy a realizar un breve estudio comparativo entre la organización social de las hormigas y la de los humanos. Al final comprobaremos que las similitudes son apabullantes; entre una hormiga y un ser humano hay diferencias de tamaño y peso y poco más.
Empecemos por las hormigas. Son numerosas, cada colonia llega a contar millones de congéneres. Sin embargo, su crecimiento está supeditado a los recursos disponibles. Se dividen en clases o castas, y las diferencias entre ellas vienen establecidas de forma genética. Estos insectos no son iguales entre sí, la función que desempeñan dentro de la colectividad determina diferencias de tamaño y forma. Para reconocerse las unas a las otras disponen de marcas olfativas, un código por así decirlo de olores. Si acaso una posee un olor diferente es rechazada de inmediato, siendo incluso eliminada o exiliada. Por último, se cree que las hormigas no piensan, están programadas genéticamente para actuar así.
Veamos ahora el comportamiento de los seres humanos. Como las hormigas, también se unen para formar enormes, a veces colosales colonias. Y también dependen de los recursos disponibles para llevar a cabo un desarrollo de índole material. Cuando estos se acaban, se acaba su pretendido progreso y es entonces cuando empieza el declive. Los hombres, al igual que aquellos insectos, se dividen en clases o castas, esto no se ha modificado un ápice desde los tiempos remotos. A las hormigas guerreras se las distingue por ser cabezudas. A los hombres guerreros los equipan con cascos y llevan fusiles a la espalda. Las obreras son todas iguales, pasan por los mismos caminos y hacen día tras día lo mismo, como si fueran clones o copias de un solo sujeto. Los obreros de las fábricas visten igual, hacen lo mismo día tras día, hora tras hora, recorren los mismos trayectos (de casa a la fábrica, de la fábrica a casa), y no sería exagerado afirmar que un pensamiento único les mueve a actuar de aquella forma. Si en las hormigas el pensamiento único consiste en cooperar para el bien de la colonia, en la especie humana este pensamiento único se llama "mercado, tú todo lo puedes. Dadme un poco más de dinero para que pueda seguir gastando."
Otro importante rasgo en común: las hormigas de los diferentes hormigueros tienen la costumbre de hacerse la guerra entre sí, son incapaces de compartir un mismo espacio. Lo mismo les ocurre a nuestros superestimados seres humanos, la convivencia entre las distintas culturas y civilizaciones es del todo imposible, la más fuerte o belicosa acaba aplastando a la más débil o pacífica.
Por último, con el fin de no ser excluido del grupo, el individuo se dedica a copiar con una fidelidad asombrosa los usos y costumbres imperantes. Si todos beben coca-cola, él, ciudadano que ansía ocupar su huequecito en el mundo, no se quedará a la zaga. Si todos aspiran a comprar un coche y se lo compran, en efecto, para fardar de él en las calles, él, ciudadano igual a cualquier otro, ahorrará unos cuantos meses y se dará el gustazo de tener él también las llaves de su coche, porque está claro que no iba a ser menos que nadie.
Así pues, no podemos negar que el hombre y las hormigas son criaturas cuyo comportamiento social presenta extrañas similitudes. Me atrevo a decir que solo el tamaño nos diferencia de estos insectos. Pero si las hormigas fueran tan grandes como el ser humano, con su apetito voraz causarían más o menos los mismos estragos que desde hace un siglo y medio está provocando la especie humana en el planeta.
 
elclubdelapaginaazul,09.01.2016

El ensayo del viernes de Rubalva

He sido un hombre afortunado:
nada en la vida me ha sido fácil”. Freud

El ejemplo de Job

Desde épocas remotas el nombre de Job está unido a una palabra: la paciencia.

Su historia es tan dramática como ejemplar y su compostura es un vivo ejemplo de resignación y de fe.

Es menester recordarla en estos tiempos en que los avatares de la vida pueden llevarnos a las puertas de la desesperación y conocer la virtud que hizo famoso al protagonista de la historia de marras, que lleva consigo la moraleja que saber esperar tiene su recompensa.

Job es un rico personaje de la tradición hebrea que vivió en el siglo XIV antes de Cristo en compañía de su esposa y sus diez hijos: siete varones y tres hembras.

Según la tradición, Dios le concedió el poder a Satanás para que pusiera a prueba la fe de este siervo ante la afirmación de éste de que Job le seguía únicamente por los bienes que de Él había recibido. A partir de este momento empiezan sus padecimientos pues pierde todo lo que poseía, enferma y ve morir todos sus hijos.

Job, no obstante, jamás desfallece y sostiene que el Todopoderoso es justo, y por su temple y sus firmes convicciones recobra la salud, su prosperidad de antaño y procrea otros siete hijos y tres hijas que trajeron, de nuevo, la alegría a su hogar. Con paciencia inconmensurable venció al demonio.

En la actualidad, como en aquel entonces, la vida nos somete a duras pruebas de las que podemos salir airosos aplicando la “técnica” empleada por Job de hace tantos siglos.

Gracias a esa virtud podemos soportar serenamente los infortunios que nos depara el destino. Para los ascéticos –personas austeras de vida consagrada a los ejercicios piadosos-, existen tres grados de paciencia:

Restringir la tristeza del ánimo, de modo que no se exteriorice.
Moderar esa tristeza, serenando el corazón, y
recibir las contrariedades con alegría y contento.
Esto no significa que los “pacientes” deban cruzarse de brazos, sin tiempo ni medida a esperar, simplemente, que las cosas acontezcan. Recordemos la frase bíblica “Ayúdate, que yo te ayudaré”; esto significa que mientras se espera con fe que las aguas retomen el curso que aspiramos, debemos poner de nuestra parte para lograr el objetivo.

Creo que todas las personas, sin distinción, hemos acudido al supremo recurso de la paciencia en lo que aguardamos que de alguna manera nuestros problemas alcancen soluciones: el hambriento que requiere alimentos; el reo que ansía libertad; el enfermo que espera recobrar la salud perdida; el enamorado que aguarda ser correspondido; el militar que aspira a ascender de escalafón; el artista que persigue el reconocimiento de su obra, y así, sucesivamente.

Por paciencia debemos aprender a esperar aunque no queramos. Puede ocurrir que durante la espera encontremos algo que nos guste tanto que nos olvidemos de nuestra inercia; por paciencia dedicamos tiempo para soñar y desarrollar la confianza en nosotros mismos para ver realizados nuestras aspiraciones aunque pasen los días y no sepamos de qué manera sucederá.

Requerimos paciencia para amar a los demás y para, aunque nos decepcionen, aceptarles como son y perdonar sus actitudes. También para amarnos nosotros mismos mientras nos damos tiempo para crecer y ser felices, conscientes de que cada día de nuestras vidas debemos dar paso un paso hacia delante.

Por paciencia debemos estar dispuestos a enfrentar grandes desafíos con la certeza de que la propia vida nos ha dado el valor para encararlos con éxito.

Donna Levine expresó en una ocasión: “Paciencia es la capacidad de continuar amando y riendo sin importar las circunstancias porque reconoces que, con el tiempo, esas circunstancias cambiarán y el amor y la risa darán un profundo significado a la vida y te brindarán la determinación de continuar teniendo paciencia”.

Recordemos, pues, el ejemplo de Job y tratemos de practicar (en la medida que lo permitan las circunstancias) ese preciado don que nos permite esperar el momento propicio para convertir nuestros sueños en realidades.

Alberto Vasquez.
 
elclubdelapaginaazul,11.01.2016

El ensayo del sábado de Yvette27

bAcerca de la curiosidad/b

La palabra curiosidad es polisémica, no se asusten, no se trata de una enfermedad, es simplemente que tiene dos significados. Por un lado es una actitud que estimula la mente en busca de nuevas respuestas y por otro es ese impulso comedido e intrigante que nos lleva a meter las narices donde no debemos.
Me ocuparé solo del primer significado

La gente curiosa siempre pregunta e investiga buscando nuevos caminos y si consideramos que la mente es como un músculo que se desarrolla con el ejercicio, la curiosidad hace que la mente se refuerce.
Todos los grandes intelectuales : Leonardo da Vinci, Newton, Edison y Einstein, eran personajes muy curiosos.
Einstein aseguró modestamente : “No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.”(espero que todos los que no tienen talentos especiales no se crean geniales)
Las mujeres heredaron de sus antepasadas mitológicas y biblicas la injusta fama de curiosas y desobedientes.
El ejemplo clásico es el de Eva, quien por pura curiosidad probó el fruto del árbol de la sabiduría y mejor no hablar de las consecuencias! Se estaba tan bien en el Paraíso…!
En la mitologia aparece otra gran desobediente: Pandora,( primera mujer para la mitología griega) que recibe una caja con la prohibición de abrirla pero ella la abre ¿y qué obtuvo? que se desparramaran todos los males por el mundo y que por poco, si no se apresura a cerrarla se le escapa la última cosa que quedaba en el fondo, que es pariente lejana de la paz:; la ESPERANZA.
Otro ejemplo de desobediencia femenina provocada por la curiosidad lo encontramos en la zona del Mar Muerto. Resulta que Lot y su familia al escapar de la destrucción de Sodoma y Gomorra tenían prohibido mirar hacia atrás. Ella no, la señora Lot, no acata la orden y así le fue; se convirtió en estatua de sal. Los guías turísticos elijen una piedra de vagas curvas femeninas y declaran con énfasis: .. esta, señores ,…es la mujer de Lot… y dicho esto, , se largan un rollo de Historia Antigua bajo el sol calcinante que pocos escuchan, ya que la mayoría están ocupados en posar junto a la desdichada.

Lo que caracteriza la actitud de los ejemplos negativos de las antepasadas es que su curiosidad siempre fue hija de la desobediencia.
Para contrarrestar estos tristes ejemplos, les recuerdo que muchas mujeres” curiosas” fueron galardonadas con el premio Nóbel.

Los niños se llevan la palma en cuanto curiosidad y es lo que los ayuda a crecer y comprender el mundo que los rodea.
Varios métodos educativos de la primera infancia dejan que el niño desarrolle su curiosidad sin la intervención de los maestros. El método Montessori se basa en este concepto.
Lo importante es motivar a los niños a aprender con gusto y experimentar el placer de su descubrimiento.
“ A menos que sea muy necesario, hay que evitar el aportar desde afuera nuevos conocimientos” (María Montessori)

Cuando se habla de curiosidad masculina ya es otro cantar. Aquí se trata de aventura, osadía, arrojo, deseo de explorar y llegar siempre más allá.
Las grandes epopeyas de la antigüeda recogen esos elementos y un buen ejemplo de esta curiosidad transformada en intrepidez lo tenemos sin duda en el personaje de Ulises de La Odisea.
Muchos descubrimientos técnicos y científicos nacieron por casualidad y es la curiosidad del investigador la que le permite llegar a conclusiones sorprendentes.Así nacieron la penicilina, los rayos X, el viagra, el microondas etc, etc…
Pero si nos detenemos a reflexionar podemos preguntarnos : ¿por qué es tan importante la curiosidad en nuestras vidas?
Una de las respuestas puede ser lo dicho de que la curiosidad fortifica el cerebro . Mi respuesta es que la curiosidad retrasa el envejecimiento.
Espero recibir otras ideas.
 
kroston,11.01.2016
A veces se confunde al curioso con el inquieto ¿son lo mismo? No. No se necesita ser inquieto para ser curioso, como tampoco se es curioso por ser inquieto. La curiosidad, en el sentido que la tratas acá, creo, no es un simple rebotar de cosa en cosa como la bolita del pinball; quizá la palabra persistencia, o tenacidad, sean buenos complementos. Freire hablaba de la "curiosidad epistemológica", es decir, no un mero entusiasmarse con los estímulos del mundo, sino acercarse a ellos, escarbar y entrar en sus mecanismos con intención y ojala método.
 
hippie80,11.01.2016

Nturalmente Kroston, grande es la diferencia, gracias por la observación.-

 
elclubdelapaginaazul,18.01.2016
Todos los que deseen acercarse al "club" con un ensayo pueden mandar su texto a mi libro de visitas
 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
El ensayo del domingo 17/1 de kroston
¿Dijo usted “Inversionistas”?

“La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da”
Arthur Schopenhauer

Los defensores del libre mercado señalan que la economía ha estado presente en la sociedad desde que un grupo de humanos se organizó para vivir juntos. No existía el dinero como lo entendemos hoy, pero sí alguna forma de intercambio, el trueque, por ejemplo, o la especialización del trabajo. Tú me haces las flechas y yo te doy un trozo de carne. Esto con el tiempo se ha ido complejizando hasta llegar al dinero plástico y los numeritos led en los tableros de las Bolsas internacionales, números que tienen el poder de empobrecer a una gran cantidad de gente o de enriquecer a unos pocos. Nosotros, que estamos fatalmente dentro de la categoría de los que se empobrecen, hemos criticado este sistema sobre todo desde que el mañoso de Marx puso el dedo en la llaga y publicó a mediados del siglo XIX su mamotreto “El capital”, texto que todavía da dolores de cabeza a los economistas. A propósito, un chiste:

“Un grupo de economistas en excursión ascienden por una colina. Algo cansados se detienen y aprovechan la pausa para revisar su ubicación. Uno pregunta:
- Según el mapa ¿en dónde estamos?
Apuntando con el dedo la montaña de enfrente, otro responde:
- Según este mapa, nosotros estamos ahora en ¡esa saliente de allá!”

Además de gente como estos montañistas inútiles, el sistema económico que rige (si no todo) gran parte de este singular mundo de hoy se basa en otro grupo de individuos, que tienen mucho poder pero que, al mismo tiempo, funcionan de manera más anónima: los inversionistas. Cada vez que una autoridad sale a declarar sobre la situación económica del país, para bien o para mal, de cierta forma se dirige a ellos, “nuestro país ofrece inmejorables garantías para los inversionistas” dice ufano, o, “tomaremos las medidas necesarias para que la inversión crezca”, o, “la inversión ha disminuido un 2,3 por ciento, por lo que tendremos ajustar nuestras finanzas y algunos pendejos van a morir de hambre, pero no se preocupen, estamos trabajando para salir de esta crisis”.
Escribiremos algo sobre los inversionistas, estos enigmáticos señores que tienen el poder de decidir la caída o el crecimiento de una nación y amedrentan con sus fantasmales existencias (tan fantasmales como sus recursos e inversiones) a los estados, empresas, políticos y políticas.
Veamos qué nos dice de ellos la madre RAE:

Inversionista.
1. adj. Dicho de una persona natural o jurídica: Que hace una inversión de caudales. U. t. c. s.

La señora Academia no invierte muchas palabras para ilustrarnos, ¿y la Enciclopedia Británica?:

Invertir- Inversionista.
Verbo transitivo.
1. Comprometer (Dinero) de manera de recibir ganancia de vuelta.

Definición simple, concreta, tacaña. Es posible que el concepto no sea tan relevante para los mohosos enciclopedistas, sin embargo, en el mundo financiero el inversionista es un factor de tal importancia que no sería posible entender la economía sin conocer su influyente y decisiva labor. Como somos neófitos en este tema iremos a por un texto básico, el famoso y ya clásico manual de Economía de Samuelson, que seguramente nos iluminará. Pues bien, ¿qué nos dice este libraco sobre los inversionistas? poco, no se refiere expresamente al inversionista como sujeto, habla de inversión como acción, como voluntad de un individuo cualquiera. Y la ambigüedad de la palabra “cualquiera” está aquí bien usada, porque según este manual todos somos potenciales inversionistas. “Cuando Amazon.com construye una nueva bodega, o cuando los Pérez construyen una casa nueva, estas actividades representan una inversión” nos dice el pesado de Samuelson. Es así como el inversionista se diluye en las calles de la aldea global y se pierde entre la multitud humana constituida ya por 7 mil millones de almas. Por eso es tan difícil identificarlo, el inversionista somos todos, por lo tanto es nadie. Lo confieso, es una gran decepción. Me lo imaginaba con su impecable traje italiano, camisa de seda, zapatos brillosos, maletín de cuero negro y acompañado por dos agentes serios e intimidantes. Sí, es una visión bastante gansteril, pero dada la persuasión que ejerce en las altas esferas de la sociedad es fácil dejarse cautivar por el estereotipo del mafioso.
Ahora bien, no podemos conformarnos con esto. Prosigamos.
Cabe destacar que junto al inversionista pululan entidades de similares características que muchas veces tienden a confundirse con él, mas no son lo mismo. El accionista, por ejemplo, tiene una condición más clara y definida en la ley con funciones y responsabilidades preestablecidas dentro de una empresa. Por otro lado está el acreedor, perro de caza que cumple la función de reclamar por el pago de una deuda. En todo caso los tres, inversionista, accionista y acreedor son consanguíneos por línea paterna y forman una hermosa familia. Les gustará saber que existe una gran variedad de inversionistas, muchos y de todo tipo, feos, bonitos, grandes y chicos; pero no sería bueno para el lector por muy ocioso que esté que me largara a definir cada clase y categoría.
Como ven, pesquisar a uno de estos espectros es algo complejo; sin embargo, así como cuando vemos flamear una bandera sabemos que es por causa del viento, en la medida que podamos ilustrar sus actos, podremos entender un poco más su naturaleza.
Una de las cosas esenciales es comprender que la inversión, en términos económicos, siempre busca una ganancia. Samuelson dice que “sólo hay inversión cuando se produce capital tangible”. Pero ¿dónde está el capital tangible en las Bolsas de Londres o Nueva York? Todos sabemos que es precisamente en esos templos financieros donde se mueven las más grandes fortunas y donde la inversión es la diosa a la que todos temen y veneran, pero de tangible, nada. Si bien no encontraremos allí al inversionista, están sus lacayos gestionando transacciones financieras, compra y venta de acciones, negociando y especulando. Porque, hermanos míos perdamos la ingenuidad, ahí se busca obtener ganancias sin mover un dedo, el propósito es comprar a un precio y vender a otro más alto, jugar con el dinero y con la información en un mundo virtual donde se tranza la suerte de personas, empresas, incluso de países enteros en un pandemónium de números y ambiciones. Vean la crisis del ´29 o al rapaz de Bernard Madoff, bellaco entre los bellacos, que estiró un poquito más el elástico y provocó un desastre descomunal (http://bit.ly/1nS...,( http://bit.ly/1lZ...
Lo más intrigante de los inversionistas es que manifiestan una sensibilidad extrema, casi como poetas trágicos sufren por la incoherencia de las autoridades, se lamentan por la falta de lealtad, gimen por las fluctuaciones del mercado, se aterran de los cambios estructurales y rasgan vestiduras frente a la más sutil tentativa de aumento tributario. Son seres muy delicados, espíritus impresionables que temen y desconfían de todo. Y si añadimos que son mimados por las autoridades, entenderemos un poco mejor esa conducta tan deleznable frente a la sociedad.
“La vida económica –sí, Samuelson- es una colmena enormemente complicada de actividades, en la que la gente compra, vende, negocia, invierte y convence”. Una dimensión que funciona mayormente en base a factores que están muy lejos de ser medidos o regulados, son puras intuiciones, corazonadas, tendencias, comentarios de alguna autoridad, rumores, antojos, miedos, maquinaciones, confianzas, desconfianzas, etc. No cabe duda que es un escenario complejo para cualquiera. La mala noticia para nosotros es que las determinaciones que toma este selecto y quisquilloso grupo de personas, que no se basan precisamente en la generosidad ni en la fraternidad universal, afectan a la gran mayoría de la población en aspectos vitales como la alimentación, la salud, la vivienda, la educación, el trabajo. Es demasiada responsabilidad para entes indefinibles y jabonosos que se nutren de dinero.
La dinámica del capital debería funcionar básicamente así: los empresarios, inversionistas per se, piden crédito a los bancos e invierten esos recursos en construir, ampliar o mejorar sus modos de producción para obtener mayor rentabilidad, lo que a su vez activa su entorno y produce desarrollo social. Muy lindo, en teoría. El problema surge cuando la inversión no se consuma en algo concreto -recordemos a Samuelson, “sólo hay inversión cuando se produce capital tangible”- como una casa, una industria, un puente o máquinas más eficientes. Los preceptos del capitalismo se tergiversan cuando los inversionistas no invierten (valga la redundancia) del modo tradicional para producir bienes o servicios. Cuando invierten en intereses, en bonos, en acciones, cuando hacen transacciones financieras que en nada mejoran la realidad se vuelven parásitos de la riqueza; lamentablemente este modelo de negocios es el que más influye en la economía mundial, el caso Madoff es ejemplificador en este punto.
En el transcurso de la historia la evolución de estos seres ha ido acorde al desarrollo de la política, imbricando su marital relación en estos últimos tiempos a niveles superlativos. Hoy no se puede concebir la política si no se admite que está profundamente fusionada con la economía. De hecho los gobiernos y los estados funcionan y se estructuran de acuerdo a visiones económico-políticas. Si en la edad media la alianza estratégica era trono-iglesia, hoy es gobierno-capital. La economía se ha transfigurado en política, y viceversa, permitiendo el intercambio de gestos, saludos y abrazos entre ambos mundos. En busca de nuevos campos donde sembrar el inversionista ha encontrado en la política un terreno fértil, y, acostumbrado a rentar, disfruta de sus intereses sin riesgo de caer en desgracia, perder votos o mancillar su honorabilidad. Quizá por eso tan pocas referencias oficiales a su figura. Hay una especie de protección tácita hacia ese prohombre que tiene el poder de hacer funcionar una empresa, satisfacer o no las necesidades de los electores, elevar o hundir una candidatura.
Poseer la riqueza suficiente para costear y materializar un proyecto no es de manera alguna reprochable, pero entre la legítima aspiración a mejorar nuestra vida haciendo negocios y la búsqueda enfermiza de fortuna hay una línea muy delgada. El hombre se confunde fácilmente entre la ambición y la codicia. Voltaire, probablemente no muy querido por los chicos de Wall Street, resume a la perfección este despropósito: “quien cree que el dinero lo hace todo, termina haciéndolo todo por dinero”. Lo preocupante de esto no es que los inversionistas tengan una visión utilitarista del mundo, así son y no los vamos a cambiar, pobrecitos; sino que todo el resto de la sociedad deba seguir su juego y que seamos nosotros, al final del día, los que estemos obligados a ajustar nuestras vidas para que su desquiciado supuesto de la rentabilidad constante funcione para ellos.


 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
Ensayo del lunes de filiberto

Especie interplanetaria

Tras la incipiente exploración espacial y los planes de sentar colonias en diferentes planetas, EEUU, elabora un ambicioso proyecto de ley, cuyo objeto es autorizar la extracción de minerales (oro, platino, hierro), agua y cuanta cosa se les cruce que pueda “servir”, del cinturón de asteroides, de nuestro sistema solar.
Hay quien sostiene que, con esto, el país del norte, desataría un nuevo brote de “fiebre”, similar a aquel que sucedió en California, en 1849.
Según manifiestan los noticieros del mundo, Obama, promueve con entusiasmo la exploración del universo, de hecho ya está firmada la “ley del espacio” Esta ley permite que no solo las entidades estatales puedan, fuera de la atmósfera terrestre, realizar viajes con ese fin sino también las empresas privadas. Cada empresa podrá ser poseedora de lo utilizable: comprar, vender o permutar, hacer uso, sin límite de lo expropiado y de lo extraído de esa expropiación, con derecho a establecer asentamientos humanos estratégicos, científicos o de lo que se les ocurra. Algo similar a lo que aconteció en la conquista de América donde los adelantados y colonizadores podían incluso poner sus nombres, a los territorios ganados “para la corona”, en este caso. Alguien podrá decir que allí, no hay habitantes y… no sabemos.
Esto ocasionaría, en “corto” período de tiempo, que los países con mayor capacidad técnica y económica, envueltos en ambición desmedida, radiaran una migración masiva en busca de enriquecimiento y, por consecuencia, la contaminación indiscriminada del espacio virgen.

Ya que no se podrá detener semejante daño ¿no sería conveniente que Obama ( o quien sea) centrara también sus intereses en determinar reglas de “convivencia”, de cumplimiento inexorable, con esa extraordinaria joya que es el universo? Nadie niega que desde el punto de vista tecnológico somos una civilización bastante exitosa pero …¿no nos alcanza con haber destruido nuestro planeta? Tal vez mi imaginación sea exuberante pero ya estoy viendo que se aproxima, para esa maravilla, en que estamos involuntariamente inmersos, un “riachuelo” al estilo La Matanza, un Citarum en Yakarta, un Ganges y Yamuna, en la India.
¿No sería interesante reflexionar sobre estas cuestiones antes de que se desate, la destructiva expansión masiva, hacia diferentes puntos del espacio exterior?

 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
El esayo del martes de guy

Voces

Siempre está la docente del secundario que cuando pongamos Pérez le reclama algo diciendo que no escuchó, ella le dice algo así: Pérez, se ha expresado mal. Usted escuchó, porque no pudo no haber escuchado, pero no entendió. Se dice “no entendí”, Pérez. A todo esto, la atención de Pérez se ocupará más de cualquier culito que pase por la vereda que de cómo hay que pronunciarse en esos casos. Ya que estamos, solo se ve aquello que se mira. Usted y Pérez ven un culo porque lo miran, siempre hay un movimiento físico (del ojo, de lo que se mueve) y otro intencional (uno elige lo que mira), y aun así parece que “ver” refiriera más bien a la capacidad física y “mirar” más bien a la intención. En lo que hace al lenguaje, el loco Heidegger no está de acuerdo con la profesora del secundario; según él hay una relación afectiva con el afuera y una serie de acciones se dan en simultáneo: usted oye, entiende e interpreta todo al mismo tiempo. Tal parece que nos resulta imposible oír puros ruidos, como si uno ante un ruido ya lo ha interpretado. Uno oye el tránsito, un perro o a un chino que habla su idioma, uno no entiende un carajo de lo que dice el chino, pero no duda de que el chino esté hablando igual que, como dicen esos monjes pelotudos, el mundo le habla a uno (o cosas así. Entonces este oír o escuchar es una disposición, y si es esto, usted entiende al mismo tiempo mal o bien.
Pero yo me voy a detener en un detallito: uno oye lo que quiere. Pongamos que aterriza un plato volador y hace un ruido que nadie nunca oyó. Pongamos que usted lo escucha. Si a usted le parece normal oír un ruido del que nada sabe, bueno, capaz que siga con sus cosas. Si usted cree en los marcianos y le resulta bien asociar ese ruido con un aterrizaje alienígena, bien, capaz que usted sabrá si huir o invitar a los bichos esos a tomar un mate. Pero usted oyó lo que quiso. ¿Qué escuchamos cuando alguien canta el “Feliz cumpleaños”? Ritmo, palabras, voz, notas musicales. Mire, lo que seguramente escuche será esto: do do re do fa mi siendo que los primeros do son corchea con puntillo y semicorchea, luego tes negras y una blanca, todo esto en compás de 3/4. Otra vez, mire, usted puede no saber que acaba de escuchar eso, por ahí lo cantaron el si bemol, conque me transporta todo un tono abajo, pero no me va a discutir que lo que suena es eso.
Hasta acá es todo digamos que instantáneo, uno está dispuesto de tal manera que oye. Escucha que alguien habla e interpreta instantáneamente, es decir, no se pone a pensar en el significado de cada palabra y luego hace una deducción; todo es ahí mismo. Ya dije que uno escucha lo que quiere: me pongo a escuchar música de gente que canta en inglés y no entiendo un carajo de lo que me dice. Es obvio que no estoy sometiéndome a esas palabras de ningún modo; estoy abierto, sí a la voz, al ritmo, a los sonidos (llamo sonidos a los de las notas musicales), es como si hubiera decidido no entender o, en resumidas cuentas, entender lo que me da la gana al margen de lo que es. Por eso puse el ejemplo del Cumpleaños feliz, porque es un discurso de palabras que difícilmente pueda interpretarse de más de una manera. Uno se pone a escuchar a digamos Spinetta y no entiende nada de lo que dice. Es más, yo me pregunto qué mierda entiende la gente cuando dice que el Flaco Spinetta es un poeta. Ya sé que entienden lo que quieren, pero me pregunto qué es eso. Si tuviera que decidir, diría que Spinetta es un retrasado mental que canta pelotudeces, o un drogadicto. Pero la gente dizque es poeta.
Podríamos verlo así: tiene que haber algo que dé sentido a toda esa cantaleta ridícula que suena aun cuando no lo hubiera. Y acá no se trata de eso que antes referí como instantáneo porque el oyente pone el disco una y otra vez. Algo así sucede con cierta clase de poesías, que uno lee y le resultan insultantes, o bien que están confeccionadas para gente que, somo si oyera música en un idioma desconocido, no quiere entender. Entonces nos dicen de imágenes, de respiración, de ritmo, de belleza, etcétera; nos dicen que esa poesía es para sentirla y no para entenderla. Y en ese momento es que me dan ganas de agarrar un revólver y salir a los tiros, vea, qué quiere que le diga.
Voy a hacer de esto una cuestión muy simple y con un ejemplo muy fácil, el de la canción del Feliz cumpleaños: puse que la frase “que los cumpla feliz” es una secuencia de cinco notas, la última de las cuales es un mi blanca (dura dos tiempos). Usted creo que está en condiciones en este mismo instante de cantar esa frase. La ha escuchado bastante, supongo. Cántela una vez más. Eso. Bueno, ahora pensemos esto, que se ha quedado en la última sílaba “liz” para que la melodía dure una blanca. Piense ahora en cómo se ha quedado cantando ahí. No, deje, no piense. Yo se lo cuento: usted ha prolongado la duración de la letra “i” de tal modo que ha pronunciado algo así: liiiiz, ¿no? Ha visto. Bueno, ahora vaya a mirar su facebook y fíjese si alguien cumple años y si sí, fíjese en esos saludos efusivos repletos de pendejadas, y luego me cuenta si no vio algo como esto: que los cumplas muy felizzzzzzz!!!!!! Si no tiene Facebook vaya a alguna otra red social o busque por aquí mismo, que algo así debe haber. Yo me pregunto a qué obedece este fenómeno, como si alguna vez en la puta historia de la humanidad un cristiano hispanoparlante hubiera cantado eso: felizzzzzzzz, que es una prolongación de un sonido sibilante que nomás se usa para hacer callar a la gente (o para emular un neumático que se desinfla, digamos).
Una explicación fácil de lo anterior es que toda esa gente es pelotuda y que por eso la humanidad está condenada a una extinción violenta. Olvidemos esta explicación y hagámonos pues la pregunta de cómo es posible que se dé este fenómeno. De última, he visto casos peores, es decir que prolongan consonantes imposibles físicamente de prolongar (con la Z se puede; vaya y prolongue una C usted que es muy macho). Esto sucede, pues, en muchos niveles del lenguaje de diferentes formas. Es como cuando uno viene y dice “ay, sí, yo a Jorge lo llevo en el alma” y usted me va a decir que eso no es lo mismo porque es una metáfora o, mejor, una expresión metafórica porque a) no es posible andar llevando a Jorge (que por lo visto ha muerto o se exilió y b) que el alma nadie sabe qué mierda es. Sea como fuere, resulta evidente que el lenguaje tiene sus reglas, y que estas reglas nadie sabe de dónde salieron dado que mediante ellas los niños aprenden a hablar y luego verán cómo se escriben las palabras y por qué. Estas reglas vendrían a ser parte de esa disposición con la que estamos ligados al mundo, ha visto, el pez nada, el pájaro vuela y nosotros toda esa cosa de oír, hablar, bli bli bli.
Vuelvo, pues, a esas canciones carentes de sentido o a esas poesías de (pongamos) dudosa coherencia: son como mirar las nubes: usted ora ve una pija, ora un oso panda, ora a Jorge. Considero esas poesías como jueguitos de lenguaje para la gente que no quiere o no necesita entender, como quien simplemente se dedica a contemplar el cielo crispado de la tormenta o alguna zanguangada por el estilo. El poeta, no contento con las palabras, se dedica a abusar de espacios en blanco, renglones vacíos, sangrías, palabras escritas de arriba abajo y demás cositas propias de niños preescolares. Lo mismo ocurre con el lector, aun cuando existan ciertos hilos conductores y coherencia: la gente lee lo que quiere porque además oye lo que quiere y ve lo que quiere. Su lectura dependerá de su ánimo a la manera de quien se pone en pedo: usted está alegre, se toma tres birras y se ríe; si está triste, llora. Yo alguna vez me propuse hacer un ejercicio mental para, según cierto comentario, deducir qué había entendido (o, mejor dicho, leído) el lector, pero me estresé y me fui a tomar una birra. Ahora que lo pienso, entender es de alguna manera apropiarse de algo, y por eso es que vienen los genios a decir que el libro es del lector (claro, 200 mangos lo pagué, hijo de puta) y demás frases bonitas. En fin. Yo quería ver cómo es un poco todo esto, pero realmente me supera el tema, y me supera eso de cómo puede ser que si alguien escucha “feliiz” escriba naturalmente “felizz” y de aquí no puedo salir. Este fenómeno es inmensamente recurrente y, repito, en varios niveles. Explíqueselo usted, mi viejo.
 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
EL ensayo del miércoles de ZABELITA (invitada de rhcastro)

REFUGIADO

La Palabra del Año para los hispanohablantes, labor de la que se encarga desde hace varios años la Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución que cada vez es más de referencia. Tras la selección de una docena de finalistas la institución ha decidido que sea** "refugiado" la palabra de 2015**.
Una palabra que este año ha cobrado una triste y especial relevancia debida a la crisis de refugiados que ha asolado occidente. Joaquín Muller, director de Fundéu ha explicado las razones:
«En la Fundación creemos, por tanto, que refugiado cumple las condiciones que le pedimos a la palabra del año: que haya estado en las noticias y en las conversaciones en el 2015, que tenga además un cierto interés desde el punto de vista lingüístico y que sea un término común a todo el ámbito hispanohablante, no propio solo de un país o región. Que sea un término nuevo o no, no resulta relevante para nuestra decisión»
.
Hace unos días Fundéu anunció los candidatos a ser Palabra del Año 2015, con términos que suenan y se han usado más o menos como chikunguña, sextuplete, inequidad, poliamor, disruptivo, "me gusta", trolear, zasca, clicktivism, gastroneta y despatarre... visto lo visto refugiado ha debido ganar por mayoría (aunque hubiera sido muy grande ver alguna expresión de redes como el zasca).


El asilo humanitario es la práctica de ciertas naciones de aceptar en su suelo a inmigrantes que se han visto obligados a abandonar su país de origen debido al peligro que corrían por causas raciales, religiosas, guerras civiles, catástrofes naturales, etc.
Los refugiados se ven forzados a huir porque no disponen de la suficiente protección por parte del gobierno de su propio país.
Para la legislación internacional un refugiado es aquel que cumple:
1) Está fuera de su país de origen, nacionalidad o residencia habitual.
2) Existen razones justificadas por las cuales tiene miedo a ser perseguido en su propio país por razones de raza, religión, nacionalidad o por ser miembro de algún grupo social o por ideas políticas.
3) Es incapaz o rechaza la protección de su propio país, o no puede regresar por miedo a dicha persecución...
El Derecho de asilo es un derecho internacional de los derechos humanos, que puede disfrutar cualquier persona fuera de su país de origen en caso de persecución política. El artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce este derecho básico:

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Mediterráneo
. Las noticias de naufragios de barcazas se han convertido en una tragedia cotidiana.
Casi 200.000 personas llegaron el año pasado a Europa después de embarcarse en peligrosas travesías para cruzar el mar Mediterráneo. Al menos más de la mitad de quienes desembarcaron son refugiados que usan las mismas rutas.
El mayor flujo de desplazados que llega a las costas europeas proviene de Siria, de acuerdo a las cifras de la Organización Mundial de las Migraciones. Allí, la población es víctima del enfrentamiento entre los partidarios del presidente Bashar al Asad, las tropas rebeldes, grupos yihadistas y el DAESH, las siglas árabes de la formación terrorista conocida como Estado Islámico de Irak y Levante.
Hasta 4 millones de personas han tenido que dejar sus hogares. Le sigue Afganistán, donde EEUU ha prolongado la presencia de sus tropas debido a la inestabilidad y a los atentados cometidos por la insurgencia talibán y por el DAESH, que también actúa en la zona.
El tercer país es Eritrea. El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas denunció en su último informe reclutamientos forzosos, violaciones de los Derechos Humanos.
A continuación se encuentra Nigeria. Miles de familias abandonan sus casas o se ven desplazadas hacia los vecinos Niger, Chad y Camerún debido a las matanzas ejecutadas por el grupo terrorista islamista Boko Haram.
Al Sabaab, otra milicia de las mismas características, ha provocado 100.000 muertos en el quinto país en importancia, Somalia.
El sexto país de éxodo es Irak, calificado por el duodécimo país menos estable del mundo.
Pakistán y Sudán cierran la lista. Sacudido por grupos talibanes, violencia hacia minorías étnicas y religiosas.


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elclubdelapaginaazul,23.01.2016
El ensayo del jueves de Leandro77

EL NIÑO AUTISTA

Oí hablar de un niño de nueve años que padecía autismo. Nadie había logrado sacarlo de su mundo interior. Lo habían internado en un centro especializado. Entre los cuidadores corría la voz de que este niño poseía la facultad de predecir el futuro.
Debido a su autismo, no se expresaba con palabras sino que en un cuaderno respondía con dibujos y garabatos a las preguntas que uno le hiciera. Solía permanecer horas asomado a la ventana con barrotes de su cuarto. Si el visitante le caía en gracia despertaba un poco del amodorramiento; en caso contrario, era inútil insistir.
Yo tuve suerte: no debí de caerle del todo antipático; enseguida se mostró conforme con la idea de escribir en su cuaderno a fin de satisfacer mi deseo de saber qué opinaba sobre ciertas cuestiones.
Antes que formular preguntas, convenía lanzar palabras sueltas, temas que pudiesen dar lugar a polémica en cualquier persona, salvo en un autista.
Lo primero que le dije fue:
"¡Contaminación...!"
El niño sacó de su estuche un lápiz de carboncillo, con el que empezó a trazar puntos dentro de la hoja en blanco. Al principio no había muchos puntos, casi pasaban desapercibidos en la superficie de papel. Pero transcurrido un buen rato consiguió que la página mudase de color: había pasado del blanco total al negro total.
Así –me dije entonces– actúa el ser humano con este planeta donde halla, no obstante, cobijo y sustento. Nos hemos empeñado en transformar su limpia superficie en un territorio tan oscuro como el carbón o el petróleo.
Al principio esto no se nota, pero algún día no veremos otra cosa que desperdicios, plásticos y alquitrán.
Pronuncié a continuación la segunda palabra:
"¡Despilfarro!"
El niño se puso al instante a hacer mímica: quería que le trajeran dos vasos, uno de ellos repleto de agua. La auxiliar que me acompañaba atendió al punto esta demanda y entonces vimos cómo representaba una increíble –y absurda– comedia. Pasaba el agua clara de un vaso a otro, de un recipiente a otro. Y cada vez nos miraba y solicitaba nuestro aplauso. Y nosotros le aplaudíamos y reíamos como si estuviéramos asistiendo a la función teatral más divertida del mundo.
Pero no dejamos de notar que en cada trasvase se perdían gotas de agua. Pues bien, tantas veces repitió esta operación, tantas veces solicitó nuestro aplauso y entusiasmo, que llegó un momento en que ya no quedaba una gota de agua: ¡las había derramado todas por el suelo!
¡Qué pronto comprendí lo que aquello significaba! En efecto, el despilfarro consiste en trasladar una sustancia valiosa (el agua, los alimentos) de un recipiente a otro. En la operación se pierde parte de esta sustancia y al final nos quedamos sin la posibilidad de llenar de nuevo el cántaro.
Eso es lo que está haciendo sin duda el hombre moderno con tantos elementos que son sin embargo vitales para la subsistencia.
Se nos había hecho tarde y la enfermera quería que nos retirásemos y dejáramos descansar al niño. Tras rogarle un poco, la convencí para que me dejara formular una tercera palabra:
"¡Libertad!"
El niño pidió con gestos un espejo. Y delante de ese espejo se puso a representar los animales que se le ocurrían. Al principio fue un pájaro; luego un pez; luego un macaco; luego un león; un lince; una lombriz de tierra; una tortuga; y así...
Por último, adoptó una compostura humana. Se llevó ambas manos al cuello y trató de ahogarse a sí mismo. Por fortuna, la enfermera se lo impidió.
¿Qué representaba para este niño la libertad sino la imagen que de él mismo se hiciera? En nombre de su libertad, quiso auto-liquidarse.
Es justo lo que está haciendo el ser humano: en nombre de su tan cacareada libertad, se autodestruye al eliminar las condiciones que permiten que haya vida en este planeta.
Salimos la enfermera y yo del cuarto. El niño se había quedado de nuevo ensimismado frente a la ventana con vistas al campo. Ahora entendía por qué los celadores y el resto del personal sostenían que esta persona poseía la facultad de adivinar el futuro. En efecto, aquel niño autista veía el porvenir con más clarividencia que ningún otro sabio.



 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
El ensayo del viernes de Rubalva

Tres artistas formidables de nombre Pablo

En el devenir del año 2013 se cumplieron 40 años de la desaparición física de tres grandes artistas de habla hispana de igual nombre: Pablo, fallecidos en 1973. Me refiero a Pablo Casals, Pablo Picasso y Pablo Neruda.

Pablo Casals nació en España, hijo de madre puertorriqueña y de padre español, el 29 de diciembre de 1876. Falleció el 22 de octubre de 1973.

A los 11 años comenzó a estudiar formalmente el violonchelo en la Escuela Municipal de música de Barcelona. A partir de entonces desarrolló una gran carrera como músico y profesor. Después de concluir la Guerra Civil Española, decepcionado con el gobierno de Franco se retiró del ambiente musical. Regresó posteriormente, en 1950, para ofrecer un concierto con motivo del bicentenario de la muerte del compositor Bach, a quien admiraba profundamente.

En el año 1955 fue por primera vez a Puerto Rico y allí fundó el Festival Casals, el cual se mantiene como una de las actividades culturales más relevantes de la isla. Erigió el Conservatorio de Música de Puerto Rico, donde comenzó el desarrollo de la conocida escuela Casals para la ejecución del violonchelo.

Casals fue, además, un célebre director de orquesta. Su vida y obra se puede apreciar en el Museo Pablo Casals, en el Viejo San Juan.

Pablo Ruiz Picasso nació en Málaga en 1881 y falleció 92 años después, en 1973, en Moulins, Francia. Desde los 14 años de edad se trasladó con su familia a Barcelona, donde compartió con un grupo de artistas y literatos.

Su obra multiforme señala en su evolución la diversidad de su ingenio. Podemos destacar su Período Azul y su época rosa. Hacia finales de 1906 empezó una pintura que iba a cambiar el curso del arte del siglo XX: Las señoritas de Avignon, considerada el inicio del arte moderno, obra en la que confluyen numerosas influencias, así como elementos tomados del Greco y Cézanne.

También incursionó en el cubismo, surrealismo y en la composición abstracta, entre 1926 y 1936. Su obra máxima es La Guernica, expresionista, cuadro inspirado en la destrucción de la capital política de Vizcaya por un bombardeo aéreo.

El poeta Pablo Neruda (seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto) nació en Parral, Chile, en 1904. Es considerado uno de los más altos valores de la lírica hispana.

Desempeñó cargos diplomáticos en Asia, España y México, hasta que su adicción al comunismo lo obligó a expatriarse durante el gobierno de González Videla. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y ya en 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema. En 1924 alcanzó fama internacional con su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Otras obras memorables lo son Crepusculario, Canto General, Residencia en la tierra, Memorial de la Isla Negra y Confieso que he vivido, autobiografía de publicación póstuma. Su poesía tenía una gran intensidad lírica.
En 1971 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. Posteriormente, gravemente enfermo, regresó a Chile, donde falleció en Santiago, en 1973.
Quiso el destino que los tres Pablo partieran en el mismo año. No obstante haber transcurrido más de 4 décadas de su ausencia física, sus obras siguen siendo admiradas por quienes disfrutan del arte en sus diferentes manifestaciones. El talento de Casals, Picasso y Neruda fue inmenso. Su labor en la música, la pintura y la poesía del siglo XX fue formidable.
Loor a estos tres artistas de amplia trayectoria, cuyos valiosos aportes siguen siendo admirados y reconocidos a pesar de que hace cuatro décadas que pasaron a mejor vida.

Alberto Vásquez.
 
hippie80,23.01.2016

No me gusta pablo picasso, utilizó su arte para difundir el ritual satánico y sanguinario de los toros asesinados por los cobardes toreros.-

El mandamiento griego "Nada bueno existe si se ha hecho con sangre", es fundamental-

 
elclubdelapaginaazul,23.01.2016
Voy a tomar una iniciativa. Veo que muchos de los comentarios que se dejan en los ensayos san saludos y apreciaciones que enrequecen el texto con nuevas informaciones
Sucedió esto(veré sólo los comentarios de esta semana; sucedió esto ,decía en el ensayo de los tres Pablos de Rubalva. Craisymouse agrega:

Un buen aporte, sin duda. No tanto como ensayo, si no como aporte informativo acerca de los tres Pablos que mencionas y que, en efecto, coinciden en el nombre -real o pseudónimo- y en otros aspectos vitales y culturales. Todos los hispanoparlantes deberíamos sentirnos orgullosos de nuestros genios.

Si ánimo de enmendar tu información, sin ánimo de robarte el protagonismo que, como autor del texto, te pertenece, voy a tomarme la libertad de añadir algo acerca de Picasso que, aun careciendo de relevancia general, es importante para mí y para todos los "gallegos" de Galicia, en especial para los de la ciudad de La Coruña, -yo soy uno de ellos- capital de la provincia del mismo nombre, ciudad vinculada a Picasso desde los años infantiles del pintor.

Copio y pego:"En agosto de 1891, Pablo Ruiz Picasso se traslada con su familia a Coruña donde su padre ejerce como profesor en la Escuela de Bellas Artes. Contaba en ese momento con 9 años de edad."__" Fue también en A Coruña donde se inició como pintor y donde realizó la primera exposición en una antigua paragüería de la calle Real." crazymouse

"Picasso recordaba A Coruña como “una ciudad divertida en la que lo pasaba muy bien”, aunque su familia atravesó un momento muy dramático por la muerte de su hermana Conchita.En los casi cuatro años que pasó en esta ciudad, Picasso tuvo una relación intensa con los lugares más representativos de A Coruña como la Torre de Hércules, la Playa de Riazor o el Parque de Santa Margarita. En abril de 1895 la familia Picasso abandona A Coruña." crazymouse
 
guy,23.01.2016
No quedan bien estos ladrillazos en medio de los foros, yo diría de poner los links y ya. Feo lo que pasaría si a los usuarios les diera por hacer lo mismo con sus cuentos.
 
Elclubdelapaginaazul,23.01.2016
Guy tenes razon no era una buena idea
 
elclubdelapaginaazul,24.01.2016
el ensayo del sábado de Yvette27

Las palabrotas

¿Por qué se ha difundido tanto uso del improperio?
Es una mala costumbre que tomó un vigor desproporcionado. Hoy en día parece que la conversación deba integrar forzosamente el uso de palabrotas. Ni la educación ni el entorno pueden se las únicas causas del fenómeno.
La palabrota es dicha también en forma amigable o cariñosa. Hijo de puta, boludo o pelotudo tienen esa ambivalencia ridícula.
Yo creo que se trata de pereza mental. Así como se escribe corto, apurado, chapuceado, se habla del mismo modo.

La mayor parte de las palabras vulgares derivan de los campos semánticos del sexo, la religion y los excrementos
El idioma que detecta el record de palabrotas (parolacce) es el italiano y esto no se puede decir que le haga honor a a un idioma tan musical.
El asunto me interesa, me da la impresión de que el blasfemador descarga en palabras una rabia que ni él sabe poseer, las usa como un arma sustituyendo con ellas una agresión física y al mismo tiempo hiere con fuerza la imaginación del interlocutor. El arma no mata ¿debemos entonces considerar que el improperio desarrolle una función positiva y catártica?
De acuerdo a un estudio del psicólogo Richard Stephens de la Universidad Keele, proferir improperios es el mejor modo para controlar el estres pero el uso cotidiano y repetitivo de las palabras les quita su efecto calmante porque al banalizarse se debilitan y se sustituyen por otras siempre más fuertes.
Ciertos ambientes favorecen el uso de las palabrotas, siendo las canchas de
fútbol,donde hay un gentío o en soledad, en el habitáculo del propio coche, los dos ejemplos clásicos.
Hasta hace poco el mal hablado era hombre,hoy se ha llegado también al unisex en esta materia.

A Cervantes se le daba bien eso de insultar.
“Oh, válgame Dios, y cuán grande que fue el enojo que recibió don Quijote oyendo las descompuestas palabras de su escudero! Digo que fue tanto, que, con voz atropellada y tartamuda lengua, lanzando vivo fuego por los ojos, dijo:
¡Oh bellaco villano, mal mirado, descompuesto, ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente!... ¡Vete de mi presencia, monstruo de naturaleza, depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro que se debe a las reales personas!"

Muchas palabras han cambiado de significado con el tiempo;
llamar maricón a alguien en el siglo XVIII era decirle que era un hombre elegante y fino, porque maricón viene de María, y en aquella época se atribuían ese tipo de atributos a las mujeres .
En general los niños comienzan a usar malas palabras para sentirtse adultos y las dicen sin conocer el significado; lo mismo se podría decir de los adultos inmaduros .
Cuando una criatura dice una mala palabra provoca hilaridad lo cual estimula la repetición. La madre dice ¿donde la habrá escuchado? ….no habría que buscar muy lejos.

Existe una diferencia entre los tres tipos de insultos clásicos: la blasfemia, la palabrota y la imprecación.
La basfemia es una ofensa contra la religión en general
La palabrota es un insulto contra una persona
La imprecación expresa la propia frustración sin intención de ofender a nadie; un martillazo dado en el dedo, el mal resultado de un examen, un dia lluvioso cuando se había programado un pic-nic, provocan sin duda una imprecación.
Todos estos tipos de improperios van acompañados a menudo con gestos y muecas de los cuales los automovilistas poseen los más fecundos repertorios.

Para concluir y antes que alguien me mande al carajo, les dejo el significado de esa expresion. En los antiguos navíos el vigía escudriñaba el horizonte desde un balconcito circular situado en lo alto del mástil.
Era costumbre mandar al carajo por horas o dias a quienes merecían un castigo.

Que tengan ustedes un buen fin de semana
 
guy,26.01.2016
Miren. Esto pasa cuando la gente no hace caso a lo que digo en mis ensayos y se va a meter al agua podrida. Encima pagan el viaje y la estadía los pelotudos.

http://bit.ly/200...
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
el ensayo de sagitarium invitado por gsap


ACTITUD DROMOLÓGICA O PROCRASTINACIÓN INSOLENTE

Cuando se lee un texto de calidad literaria en su forma y fondo, para el lector con inquietudes de apreciar la excelencia sin dejarse llevar solo por el hecho lúdico de haber leído con satisfacción un texto bien escrito o sobresaliente, se encontrará con la posibilidad de reflexionar largamente sobre lo que se decía en aquel texto. Esta reflexión lo inducirá a recrear el tema desde su propia perspectiva, capacidad, oficio y bagaje cultural. No se trata de parafrasearlo, ni de hacer escarnio irónico de él, mucho menos dejarse llevar por la bajeza de un plagio parcial o total, tampoco debe ser como un acto ramplón de encubrirse en la sátira comodina y efectista tan preciada por los lectores de pereza mental que no están dispuestos a una lectura crítica sino que se conforman con asumir una actitud indolente de aceptar leer un símil jocoso, que lo más que aporta es una semblanza chocarrera del texto original y nada más que eso.

En el contexto de lo antes dicho, leer significa —al menos para mí— un ejercicio total de percepción y compresión de su literalidad, por lo menos. En seguida habrá que expurgarlo, exprimirlo, desmenuzarlo, para nutrirnos de su riqueza literaria. Porque Leer buena literatura es divertirse, sí; pero también aprender. Lo mencionó Mario Vargas Llosa en La literatura y la vida. Marcel Proust fue más allá cuando afirmó: "La verdadera vida, la vida por fin esclarecida y descubierta, la única vida por lo tanto plenamente vivida, es la literatura".

Muchos de nosotros cuando leemos, sobre todo en la internet, estamos sometidos a la velocidad con se exponen libros, artículos, ensayos y textos. Quedamos pues inermes e inmersos en el ámbito de la Dromología, entendida ésta como la ciencia y lógica de la velocidad. El mundo actual, nuestro mundo, está sujeto a los índices de la velocidad. A más velocidad, mayor control e identificación de lo lento. Circunscribiendo esta idea al entorno literario, encontramos lectores que parecen vivir entre la prisa de tener prisa, solapados en la idea de poseer un estilo muy propio de comprensión lectora. De ahí que “lean” tres o muchos más textos durante un día, confundiendo la laboriosidad con la productividad.

Pero, ¿Qué han comprendido y por ende aprendido, estos lectores en su dromología literaria? ¿Qué tanto y de qué calidad serán sus textos cuando se atrevan a escribir? Serán acaso de esos hombres y mujeres sin sangre, ni señas, ni vida, amontonados en la fosa común de las palabras. Como lo dijo alguna vez José Alvarado. Serán tal vez parte del conglomerado de escribidores quienes pretenden instalar su decir como una verdad inmarcesible que merezca, como suele suceder muchas veces, una mirada de connivencia de los lectores.

Sea lo que fueren esos lectores-escribidores, ¿conocerán ellos en medio de la vorágine lectora, al menos las palabras que usan, leen y escriben? No estoy pensando ahora en los vocablos bien conocidos, ni siquiera en arcaísmos o neologismos, pienso en los “autorismos”, porque las palabras tienen “vida” y no siempre esta “vida” se inicia en la etimología, sino que se escriben por primera vez en un libro, con un autor bien identificado al que sin lugar a duda podemos atribuirle la paternidad de ella. El mejor ejemplo es la propia palabra “autorismo” que viene en un libro de Paul Dickson, Authorisms. Words Wrought by Writers (Bloomsbury, NY, 2014). En efecto, “autorismos”: son palabras originadas por escritores.

En nuestra dromológica lectura hemos encontrado cientos de veces la palabra Globalización. Acaso nos hemos dado el tiempo necesario para enterarnos que este término fue acuñado por el profesor de Harvard Theodore Leavitt (1925-2006) en un artículo de 1983: “La globalización de los mercados”. República bananera. Término que utilizamos con frecuencia y desparpajo en tono peyorativo fue acuñado por O. Henry en su libro de cuentos de 1904 Repollos y reyes, que escribió en Honduras mientras evadía cargos por malversación de fondos en Estados Unidos. Meme. Un término que está de moda, referido a las “unidades fundamentales de cultura”, como el ADN. Acuñado por vez primera en 1976 por el biólogo evolucionista Richard Dawkins, “un meme representa ideas, conductas o estilos que se difunden de persona en persona. Puede ser un baile, un video viral, una nueva moda, una fotografía o caricatura, una herramienta tecnológica o una frase pegadora. Como los virus, los memes surgen, se propagan, mutan y mueren”. "Boom". Para referirnos a un estallido de prosperidad o a un aumento en fama, quien introdujo el término fue Joseph B. McCullagh editor de un periódico de St. Louis, en julio de 1878: He aquí la frase de su génesis: “El hecho es que el movimiento de Grant para un tercer período en la presidencia está en su boom”…” Crisis de identidad. Lo acuñó el psicoanalista Erik Erikson en su perfil psicológico de George Bernard Shaw en 1954. También las mujeres han aportado “Autorismos”: Así, a Margaret Sanger, se debe el término Control natal. Apareció por vez primera en el periódico socialista-feminista Mujer rebelde en 1914. Más recientemente, William Gibson acuñó el término ciberespacio en el cuento corto de 1982, Quemando cromo, un concepto que amplió en Neuromante y que con el tiempo se ha convertido en una palabra de uso corriente en numerosos idiomas.

Ah la Dromología, paradigma de los medios electrónicos, quienes posibilitan realizar la paradoja del estar sin estar: prohíja la telepresencia. Es decir, se desmaterializa lo corporal, se abole la distancia, con ello se cambia el paradigma de la sensibilidad y de la comunicación cara a cara. A decir de Paul Virilio. A lo que bien puede sumársele el engaño y el autoengaño.

Ahora bien, frente a la enajenación en la que nos coloca la dromología, entre los escribidores surge la Procrastinación. Entendida como la acción o el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. En el ámbito de los lectores-escribidores procrastinadores, éstos posponen incluso acudir a un diccionario cuando encuentran en un texto una o varias palabras o términos que creen conocer por su uso corriente, “acomodan” entonces su comprensión lectora a ese supuesto sin impórtales en lo mínimo si tergiversan el sentido del texto.

Procrastinar es irracional, por supuesto que lo es, se considera un defecto de la conducta humana, en el ámbito literario quien posterga el aprendizaje que le sugiere una lectura, difícilmente logrará ser un mediano escritor. Se ha demostrado que las personas que procrastinan tienden a sufrir más estrés y a
presentar una peor salud mental en general, además de realizar menos conductas de búsqueda de ayuda (Stead, Shanahan y Neufeld, 2010) Entonces por qué dejar de reflexionar y dilucidar cuando leemos o escribimos un texto. Sugiero entonces abandonemos toda actitud dromológica o de procrastinación al leer o escribir cualquier texto.
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“…Cuando el hombre descubrió el poder que adquiría a través de la palabra se llenó de soberbia, inequidad e injusticia. Entonces las palabras se rebelaron y acudieron ante el Creador para manifestarle su enojo. Este que todo lo comprende, atendió la súplica de las palabras e ideó la forma de castigar la osadía de los humanos…”
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
El ensayo del lunes de kroton

No te emociones


“Cualquier cosa que una persona mencione, cualquier frase dicha, desde un simple comentario, aparentemente inocente, hasta un pensamiento filosófico profundo, reúne dos condiciones: es la manifestación de un pensamiento, pero también la inevitable expresión de una emoción” James Joyce

Son las cuatro y media de la tarde, verano de 1848, Nueva Inglaterra. Faena de avance del ferrocarril hacia el sur. El calor ralentiza los movimientos de los obreros y el monótono repiqueteo de los cientos de herramientas que muelen la roca y fijan el riel es interrumpido por una explosión. El estruendo perdura en los oídos y la sorpresa congela los rostros húmedos y sucios. Se supone que la rotura con explosivos se avisa con anticipación para guarecerse de las piedras que salen disparadas; pero esta vez la carga de dinamita ha sido activada accidentalmente y, cuando se disipa el humo y la cuadrilla que está más cerca se recupera del susto, el jefe encargado de limpiar el camino, Phineas Gage, un robusto hombre de 25 años, competente, responsable y querido por superiores y subalternos, está en el suelo. Una barra de acero de 3.2 centímetros de diámetro y 1,1 metros de largo se le ha metido por la mejilla izquierda, le atravesó el cráneo y ha salido por la parte superior de su cabeza. A pesar de haber perdido masa encefálica (parte del lóbulo frontal) el capataz no perdió la conciencia, y, ¡milagro!, se recuperó en pocos meses.
El doctor John Martyn Harlow, que atendió a Gage en el momento del accidente y lo asistió en su recuperación, presentó 20 años después un informe que marcará un hito en la investigación neurocientífica. A pesar de la gravedad del accidente, reseña el doctor, Gage no exhibió grandes trastornos intelectuales. Sin embargo, su conducta sí cambió mucho. "El equilibrio entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido", sentenció. Después de la lesión Gage se tornó impredecible, grosero, obstinado, caprichoso. Se convirtió en un hombre incapaz de contener sus impulsos y socialmente conflictivo. Muy distinto a lo que era antes.
Se preguntarán a dónde iré a parar con esta historia yanqui; además, sujetos conflictivos e impulsivos han existido siempre sin necesidad que una barra de acero se les meta en los sesos. Este caso es traído a colación, ansiosos lectores, porque es paradigmático y vino a mostrar que el cerebro tiene zonas con funciones específicas y que un daño cerebral puede producir, por ejemplo, conductas antisociales aun cuando se mantengan intactas las funciones cognitivas. En otras palabras, a partir de Gage se evidenció lo que ahora es un conocimiento general, la inteligencia no implica cualidad ética. Un gran filósofo del lenguaje, por ejemplo, tipo brillante en su disciplina, puede ser zopenco en comunicación no verbal y un bodrio como persona. ¿Cómo puede ocurrir esto? Con Gage empezó a conocerse la respuesta: el cerebro y las emociones están más relacionados de lo que se creía, y, por lo mismo, el daño en ciertas zonas puede anular formas de interacción social.
Revisemos un poco de historia complementaria. Desde que Descartes dijo que el cuerpo y el alma eran dos cosas distintas que se unían en la glándula pineal, la visión dicotómica del ser humano se ha mantenido enquistada en nuestra cultura. Esto, por cierto, apoyado por el cristianismo y el disoluto de Agustín de Hipona que allá por el siglo IV confesara que era un pecador de la carne (se montaba a cuanta mujer se le cruzara por delante), pero, más respeto, no del espíritu porque amaba apasionadamente a dios. El punto es que nos quedamos con que materia y espíritu son entidades opuestas. De hecho todavía hablamos de lo primero como algo terrenal, humano, natural, a ras de suelo, y de lo segundo como algo elevado, superior, divino, allá por las nubes. Lo raro es que esta visión dual se mantiene incluso superado el paradigma cuerpo/alma cristiano; cuando nos dio por reemplazar el soplo divino por la razón, su manifestación más fértil, la inteligencia, vino a ocupar su lugar en las alturas mientras que el cuerpo se quedó ahí encerrado en su baja animalidad. Otra vez estábamos divididos en dos: cuerpo, con sus instintos y pasiones; pensamiento, con sus reflexiones y demás florituras. ¿Cuál es el problema?, pues que los instalaron en habitaciones distintas, podías entrar en una u otra pero nunca en las dos al mismo tiempo. O eras razonable o un arrebatado. Punto. Estas ideas bipolares han sido refrescadas este último tiempo por la neurociencia, que en simple estudia las conexiones nerviosas del cerebro y su relación con la conducta, el aprendizaje, las patologías y un sinnúmero de otras cosillas que hacemos y que necesitan explicación. Hasta ahora la neurociencia ha ayudado bastante a descifrar esta enigmática relación entre razón y emoción y ha descubierto que, fíjense el adelanto, no van tan separados.
En la segunda novela de la trilogía de la “Fundación” Asimov crea un personaje mutante llamado “el Mulo”, alto, enjuto y de nariz enorme, este sujeto tiene poderes mentales con los que controla a los seres humanos; lo interesante es que no actúa sobre los pensamientos, sino sobre las emociones, y a partir de ahí gobierna a piacere la voluntad y la conducta. ¿Es posible que las emociones, vilipendiadas hasta hace poco, sean tanto o más importantes que el CI o la voluntad? Según el Mulo, sí. Otro que responde afirmativamente es Daniel Goleman en su libro “La inteligencia emocional”, el conocimiento, manejo y control de las emociones es vital para un desarrollo integral, asegura. Conocer las propias e identificar las del prójimo es una habilidad básica que el hombre debería tener, agrega, sobre todo para que no se comporte como un idiota.
Sin embargo, reconocer las emociones no es fácil. A ver, usted, me podría decir ¿qué son las emociones?... ya, cálmese, no grite. Acerquémonos juntos a una definición convencional, aunque incompleta, de lo que es una emoción: una respuesta interna a un estímulo externo. Es una reacción subjetiva que produce cambios orgánicos, unos de origen innato y otros influenciados por la experiencia. En términos evolutivos las emociones cumplen una función adaptativa, sirven para ir adecuándonos biológicamente al medio e involucra los tres aspectos constitutivos del ser humano: el cuerpo, el pensamiento y la conducta. Frente al peligro, miedo, tensión en los músculos y estrategias de evasión, por ejemplo. Frente al placer, relajo, expansión de los sentidos y alegres fantasías. En general los especialistas están de acuerdo en que las emociones se pueden separar en dos grandes categorías (y dale), agrado-desagrado, cada una con variaciones en su intensidad. Se plantea que tenemos emociones básicas como el miedo, la alegría, la rabia, y otras que vamos aprendiendo e internalizando de acuerdo a nuestras experiencias y que son, al parecer, combinaciones y grados de estas, como la ansiedad, la desesperación, la placidez, la frustración, el pánico, el asombro, etc.
Desde mediados del siglo XX se han venido gestando teorías que involucran al cerebro de manera directa con las emociones y los sentimientos. Por ejemplo, el médico neurocientífico Paul D. MacLean en su teoría evolutiva de los tres cerebros superpuestos, el reptiliano, al fondo, el mamífero antiguo en medio y el mamífero nuevo arriba, hacía responsable de las emociones al cerebro antiguo, que está constituido por una serie de órganos entre ellos el Hipotálamo y la Amígdala. No me miren así, lo dijo él.
Más tarde el neurólogo Antonio Damasio, uno de los investigadores actuales más reputados, en su libro “El error de Descartes” establece que las emociones se generan no sólo en el sistema límbico (es el mamífero antiguo, con un nombre más elegante) sino también en la neocorteza (mamífero nuevo) y en el cuerpo. Una teoría integral que une memoria, emociones primarias y sensaciones corporales. Es el organismo entero el que las produce y sirven sobre todo para la adaptación social, dice Damasio con seriedad, y agrega, algo tenso, las recientes investigaciones apuntan a que es inconducente separar la cognición de la emoción pues son procesos complementarios que están muy entrelazados. El cerebro no es tan insensible y el corazón tampoco una frágil bolsita de emociones, continúa, hostil, estaría bueno que dejásemos de oponer racionalidad y sentimientos, ¡por favor!, y se va, furioso.
El dilema social de las emociones es que no pueden ser calificadas como los hábitos, las acciones o un ejercicio matemático. Una emoción no es ni buena ni mala, por lo que está exenta de juicios morales o éticos; una emoción no es ni verdadera ni falsa, se escapa a los argumentos lógicos; una emoción no es justa ni injusta, pues es tan personal e íntima que no sirve para generalizar o extraer de ella leyes positivas o principios jurídicos. Todos podemos sentir ira, sin embargo la ira como emoción no es buena ni mala, falsa o verdadera, justa o injusta, simplemente es. La podemos reprimir, controlar o sancionar, más no deslegitimarla con argumentos. Lo que hacemos cuando rechazamos o aceptamos socialmente una emoción es evaluarla de acuerdo a los efectos que produce en los demás o según las acciones que originen en el sujeto, como cuando analizamos la cólera o el resentimiento a través de los delitos o el desprecio mediante la discriminación. Enjuiciamos el efecto visible, eso es todo.
La ambigüedad e ignorancia que todavía envuelve a las emociones es la que permite que publicistas, políticos y psicólogos inescrupulosos las manipulen y saquen provecho de ellas mediante comerciales ridículos, promesas rancias y consejos irrelevantes. Nos preocupamos de meter en la cabeza de los niños operaciones matemáticas, reglas del lenguaje o procesos históricos, lo que está muy bien, los sermoneamos por cualquier tontera, esto si que no, mas poco o nada los ayudamos a reconocer y canalizar sus emociones y a comprender qué implican para ellos y su entorno. Hemos avanzado en ciencias, en tecnología, en comunicación y en otras áreas del saber, pero todavía somos unos simios en cuanto a nuestros impulsos emocionales. De esto, las guerras son una terrible y permanente consecuencia. Títeres de nuestros caprichos, eso es lo que somos, pelotas hueras dentro de una tómbola a merced de fugaces arrebatos, seres atormentados por sus deseos, antojadizos, ridículos, ¡pequeños déspotas lascivos, arrogantes, necios! ¡Que la furia de mil rayos aniquile a esta plaga infame…! Perdón, me calmo. Recordemos a Gage, ese joven simpático y educado que perdió parte de su cerebro y se convirtió en un espécimen desadaptado que vivió sus últimos días como atracción de circo ¿Notan que bajo la idea ondula una emoción atlántica?
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
Ensayo del martes de rhcastro

usencia de bien.

El mundo padece resaca de excesos y nos está vomitando.
La pobreza es un símbolo de decadencia. Ya no hay rey que sostenga su reino sin que éste se desmorone. la tiranía ha devastado la tierra. pero no la que citan los censos u organizaciones de derechos humanos. Las Naciones Unidas o Wikipedia, No la que escriben los números y se archiva en la imposibilidad del idealista. No, no ese tipo de pobreza que es popular en campaña para gobierno. Hablo de esa otra que todos presenciamos a diario y algunos hacemos como que no vemos. la que desespera y grita, agrede y sufre sin que alguno se arrime a consolarla. Ésa que sueña con panes y despierta entre migajas. Borrachos, drogadictos y miados a quienes desgastaste las horas y prostituiste hasta perder la continencia. Riñones y pedazos de hígado por Internet. Arráncate un dedo para cobrar el seguro de trabajo, asesina a tus hijos antes de nacer y llora donde nadie escucha, porque aunque grites la diferencia es mínima. De esa clase de pobreza desconocida y común que incomoda porque pueda pedirnos en préstamo o contagiarnos su dolor. De esa es la que hablo cuando quiero callarlo, porque mucho lo he hablado y entiendo nunca nadie me escuchó.
Ahora la moda es sonreír, ser positivo y aun cuando te tiren con manos u orejas de algún descuartizado no importa, erguido y orgulloso, altivo y próspero no agaches la cabeza. Tú nada tienes que hacer donde los muertos y moribundos. Donde habita la enfermedad y más absurda de las miserias.
¿Cuánto cuesta ponerse uñas acrílicas? ¿Unos tenis de marca? ¿La pintura del pelo?
¿En realidad crees que es necesario? ¿No existen para ti las prioridades?
Cartones de cerveza y barrigas abundantes...
Ayer en dos ocasiones escuché como planeaban un secuestro. El primero: Un médico propietario de un hotel de mala muerte, o buena muerte no dijeron. El segundo fue sólo el interrogatorio y ofrecimiento de dinero por poner a quien lo tenga. Se compra sabes, cualquier jodido te vende por un precio miserable.
Hay pobrezas muy cínicas y desvergonzadas. Dicen que el ser humano es adaptable y lo creo, también matar se hace costumbre.
Tiempos Insensibles y despiadados. Enajenamiento total. Sin solidaridad esta máquina va a estallar en poco tiempo.
¿Sin abasto? ¿Empleo? ¿Tráfico de órganos? ¿Pandemias? ¿Agua? ¿Corrupción? ¿Guerras y acaparamiento? ¿Y los niños? Fábrica de enfermedades en las mil y una manera de controlarnos, disminuirnos, desaparecernos.
¿Qué hacemos? Dime, aparte de escribir y contestarnos en la frecuencia de radio ¿Qué haces para evitar tanto dolor? Palabras... Al igual que las mías no valen nada.
¿Cuántas personas murieron en invierno sin techo?
Allá uno que tiembla de frío y duerme con la puerta abierta y ¿Sabes qué? La vida da muchas vueltas y mientras sucede podríamos abrir la puerta. De cualquier forma nos van a matar.
Quien conoce el dolor aprende piedad lo tengo claro ¿Será que ya nadie sufre? ¿ Sufren a medias? No lo creo, caímos en el engaño que nos hipnotiza en el pensamiento de que redactar ensayos o intercambiar mensajitos en Factbook nos hace mejores y no es cierto. Nunca antes fuimos tan inservibles.
Esta ausencia de bien es desconcertante en un planeta que amenaza con perder el equilibrio.
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
EY otras voces

Me dispongo a intentar una conclusión del ladrillo anterior. Resumiendo, expuse un fenómeno aberrante que ocurre cuando alguien pretende deformar gráficamente una palabra para imitar cierta sonoridad e incurre en el error de prolongar la longitud de la palabra cuya sonoridad se quiere transcribir y paradójicamente obtiene una grafía impronunciable que, claro está, dista muchísimo de lo que quiso hacer. El ejemplo fue la canción del cumpleaños: cantamos “feliiiiiz” y estos energúmenos escriben “felizzzzzz”. Usted va a mirar su Facebook, su Twitter, esta página o simplemente un periódico en internet en cuyas notas están habilitados los comentarios de los lectores. Verá esto, que la gente suele confundir “haber” con “a ver”, “sobre todo” con “sobretodo” “echo” con “hecho”, “demás” con “de más”, etcétera. Verá que suele pasar que ante el error cometido siempre está el comentario de Einstein que lo trata de burro. Bien. De más está aclarar que estas equivocaciones se dan entre expresiones que suenan igual. Yo las comprendo más que a mi ejemplo de marras y, de hecho, cometí y seguiré cometiendo alguno de estos errores porque ya estoy viejo y pelotudo. Y es que la pronunciación suele mandar. Entonces vuelvo a lo mismo: que alguien escriba “felizzzz” es peor, es como si a un dibujante usted le pidiera un perro y él le dibuje una mesa, que, digamos, tiene cuatro patas después de todo. Relacioné este fenómeno con eso de hacer gráficos con las poesías y aquello de cantar incoherencias. La pregunta (que no escribí, que insinué es si acaso no estaremos haciendo lo mismo cuando en algún texto pretendemos describir ciertos objeto, situación o paisaje. Es decir que, así como el desquiciado transcribe mal su propia exclamación, nosotros los poetas novelistas cuando creemos estar contando un hecho podríamos estar escribiendo otra cosa sin siquiera enterarnos.
Fíjese lo que pasa con las comas. La gente cree que las comas son para respirar y las pone en cualquier lado con total confianza, como si creyera que realmente maneja los hilos del texto y al pelotudo del lector como un títere. A Pérez le gusta bucear en el Caribe, usa un snorkel y tiene unos pulmones de la gran puta que aprovecha muy bien para sumergirse y obtener bonitas fotografías de los soretes que le llegan de la ciudad por las cloacas. Está bien. Digamos que Pérez fotografía bonitos peces. Ahora Pérez se pone a escribir su diario de viaje. Como se le da muy bien contener la respiración y siguiendo el criterio de muchos aturdidos, Pérez ha escrito una oración de 14 renglones sin un puto signo de puntuación. Ahí lo tiene. Si usted no está de acuerdo, piense que Pérez escribe con los pulmones propios, y no con los suyos. Le digo más: tal vez Pérez pueda cantar un “felizzz” de cuatro metros y usted no. Cuidado, pues, cuando dicen que las comas son subjetivas porque la pelotudez empezó como una subjetividad y se universalizó.
Sub0 un escalón en esto que atañe al tratamiento de la escritura y los sonidos. La RAE, como usted ya sabe, quitó hace unos años tildes inútiles a ciertos monosílabos según este criterio: si usted pronuncia “guion” o “rio” (del verbo reír) como monosílabos, usted los escribe como tales. Qué tal. Yo en ambos casos no escribo los acentos porque mi parámetro soy yo. Medida similar adopté para escribir risas: yo cuando me río siento unos golpes en la garganta y por esto para mí la risa consta de monosílabos. Escribo, pues, “ja ja ja” o “ji ji ji” o “jua jua jua”.
Un escalón más. Ya todos sabemos que los españoles deben estudiar nuestro idioma por el simple hecho de que en este continente hay más hablantes que en España, donde a poco están de hablar árabe. Si usted compra un libro traducido al español editado y distribuido por la editorial Anagrama, encontrará esto: un leísmo insoportable. En esas páginas usted leerá expresiones como “le vio”, “le acompañó”, etcétera. Yo estuve pensando cómo puede ser que esta gente deforme este idioma de semejante manera y encontré esto: que el hombre español (al menos los editores de Anagrama) cuando el objeto es una persona dice “le”. Ejemplo: le vio en referencia a Juan, lo vio en referencia a un bosque. Usted ahora puede pensar que esta gente tiene mucha razón, y que hay cierta amabilidad, cierto tratamiento para con la especie humana. Pero lo que usted no sabe es que yo tengo muchas ganas de joder.
Tenemos los verbos “golpear” y “pegar”. Estos verbos pueden ser usados de manera idéntica, esto es dar golpes. Pegar es dar golpes, ¿no? Viene un español y dice, hablando de Pérez, que Juan le golpeó. Un sudamericano normal diría que Juan lo golpeó. Puestos a pensar ahora, podríamos concluir en que cada uno diga lo que quiera, pero hay otra cosa. Cambiamos de verbo: Juan le pegó. Ha visto que en este caso usamos, americanos y españoles, el “le”. Ahora usted va a decir que, dado que ambos verbos se usan igual, el gallego capaz que tenía razón y el modo correcto sería decir que Juan le golpeó, ya que en ambos casos Juan LE dio golpes al pobre infeliz de Pérez. Mire, no. La cosa es así: algunos verbos tienen argumentos. Usted no puede decir “yo golpeé” sin más, porque su interlocutor le va a preguntar qué carajos golpeó o a quién golpeó. Entonces el argumento imprescindible es el objeto golpeado. El verbo “dar”, por ejemplo, tiene al menos dos argumentos: qué y a quién (o a qué, es decir que para usar este verbo usted necesita lo dado y el destinatario, digamos “le di un snorkel a Pérez”. Bueno, el chiste está en que el primer argumento es “lo dado”, es decir “lo” y el segundo es “a alguien/algo”, es decir el “le”. Volvamos, pues, al ejemplo de “le golpeó”. No es necesario ser una luz para saber que es “lo golpeado” porque el otro argumento (el golpe) está en el verbo mismo. Ah, vio. Es por eso que nosotros decimos “lo golpeó” y esos analfabetos lo dicen mal mientras se creen los dueños de la lengua. En el caso de “pegar” el argumento está o bien sobreentendido, o bien aclarado en la oración (le pegó una piña, le pegó un sillazo) pero evidentemente no está en el verbo mismo. El mecanismo es simple. Usted no puede decir “lo pegado”, pero sí “lo visto”. Por eso decimos “le pegó” y “lo vio”. Esto parece una cosa muy sencilla y aun obvia, pero no lo es. Y no lo es porque, repito, en nuestro ejemplo los verbos golpear y pegar dicen exactamente lo mismo, es decir, dar golpes al pobre puto de Pérez. Sucede también que un caso admite la voz pasiva y el otro no: “Pérez ha sido golpeado”. Un uso interesante es cuando decimos “le golpeó la cabeza”. Ah, no. No me llore, querido. Se dice así en referencia indirecta a Pérez; esto tiene su explicación sintáctica, pero no me detendré porque se me hace tarde y quiero pasar al último escalón.
Hay gente que cree que tendemos a abreviar en el discurso y por eso hablamos mal. Veamos esto: hay verbos que no pueden utilizarse sin los pronombres personales, verbigracia quejarse, fugarse y acordarse. Por si está mareado de tanto leer feo, le cuento que los pronombres son “se”, “me”, “nos”, “te”… Esto es algo de características similares a lo anterior. El verbo “acordarse” siempre se usa con la preposición “de”. Dije que siempre. Vaya al diccionario si no me cree. Es muy evidente que en muchos casos la gente omite la preposición “de”, entiendo que porque cree que comete dequeísmo o por alguna zanguangada similar, pero no porque no lo sepa. Si yo supusiera que es porque la gente no sabe, no escribiría todo este catafalco. Ya dije que me interesan los fenómenos. La gente no puede no saberlo porque no dice cosas como “me acuerdo tu cumpleaños”, “me acordé tu mamá”, pero sí dice “me acuerdo que te casaste”, “me acuerdo que tu cumpleaños es tal día”. ¿Por qué sucede esto? Y yo qué sé; alguno dirá que por lo que supuse, otro que porque abreviamos el idioma. La cuestión es que este verbo se usa con “de”, se dice “me acuerdo de...” “te acordás de...” siempre, y el argumento viene después del “de”. El verbo “recordar” tiene idéntico significado, pero nunca se usa con “de”. En este caso los españoles y yo aclaramos que se usa con “a” cuando el argumento es una persona, “recuerdo a tu mamá”, “recuerdo eso”. Lo que usted nunca se puso a pensar es que el verbo “olvidar” funciona como “recordar” y no como “acordarse”. Usted en este momento se cree muy despierto y está seguro de que lo que voy a escribir ya lo sabe. No, mire, estoy seguro de que no se le ocurrió esto, que la lengua tiende a poner el “de” cuando lo olvidado es una proposición. Ejemplo: “me olvidé de hacer las compras”. Jua jua jua. Dicho sea de paso, fíjese que, puestos a comparar, los españoles utilizan muchísimo menos que los americanos ese “me”. Qué putada la vida. Ya dije que en “acordarse” el pronombre es obligatorio (de hecho, “acordar” significa otra cosa) y que en “recordar” no (y la lengua lo suprime automáticamente), pero ese pronombre “me” de “me olvidé” es redundante, es decir que está al pedo y bien puede omitirse, como en “beber”, “me bebí una cerveza”. Usted, si estudió psicología o parapsicología, probablemente me pueda explicar ese fenómeno, esa manía de meter al pedo el “de” y sacarlo al pedo según el verbo que usemos. En el caso de “olvidar”, a diario escucho ejemplos que sonarían muy mal si los dijéramos correctamente, tanto que hasta sospecho que estos de la RAE son capaces de haber inventado alguna explicación reglamentada alocada y ridícula que yo desconozca. Pero por lo pronto voy a dar un ejemplo sencillamente hermoso de esta nuestra lengua hija de puta. Cuando decimos “me olvidé de Pérez”, consciente o inconscientemente estamos aplicando la regla con un rigor impecable: el “de” de la frase nos indica que Juan no es el objeto olvidado. Ese “de” separa el argumento elidido (lo olvidado) de Juan, que es el afectado y es otro argumento en la frase. Por último, observemos detenidamente la oración “me olvidé de Juan” que hace referencia a que he olvidado algo relacionado con Juan, como ser decirle algo o darle algo en su momento. Decía, observemos esa oración y veamos esto: el verbo olvidar no necesita ese “me”, pero si lo quitamos de esa mismísima y simple oración, nos suena espantosa, casi tan feo como si intentáramos pronunciar esto: que los cumplas felizzzzzz. Arréglese solo ahora.
Mis conclusiones son unas cuantas. Si usted leyó la nota de ayer de kroston, probablemente encuentre por ese lado las respuestas. En principio veo que aun cuando hice referencia a reglas, digo que en realidad no las hay y que todo esto puede pensarse de distinta manera. Tampoco consideré los tipos de verbos (como haría un lingüista) para ahorrar espacio. Yo todo lo anterior lo encontré en la calle, no en un panfleto gramatical. Podemos, como intenté hacer aquí, reflexionar acerca de por qué hablamos y escribimos como lo hacemos pero lo que se dice reglas son cómo mover un peón en el ajedrez o que las esdrújulas llevan acento escrito (reglas estas que tienen su lógica). Yo diría más bien que hay un organismo lingüístico que se hace a sí mismo. No podemos decir que dentro de 100 años se hablará como ahora porque sabemos que hace 100 años se hablaba distinto. No podemos pensar cada palabra mientras hablamos, pero sí en lo que queremos decir a modo de discurso, de una cosa completa. A usted le basta un segundo para entender en el habla después del verbo poder viene siempre un infinitivo. Usted no olvidará la oración anterior. No podemos decir que el lenguaje sea una herramienta ni aun cuando de hecho nos sirva como tal porque con el mismo criterio diríamos que un brazo o el hígado son herramientas. Si damos un martillo a un niño pequeño (acaso también a un mono) lo más probable es que enseguida o al rato lo agarre por el mango y tienda a golpear algo. Somos además capaces de interpretar discursos aun cuando no haya palabras y de relacionar movimientos con vida o con objetos inanimados porque en esos movimientos como en nuestras voces tiene que haber significado. Y tenemos además una capacidad asombrosa para entender cualquier pelotudez ante cualquier circunstancia y, conscientes de esto, nos sentimos seguros cuando creemos saber las reglas. Ahora Pérez, que acaba de leer esto, está sentado a la mesa y tiene un martillo. Alguien le dice que imite el ruido del disparo de un arma de fuego. Como usted es un ser de luz, supondrá que Pérez dará un golpe seco a la mesa con el martillo. Yo diría que Pérez se pegará un martillazo en la cabeza porque padezco cierta inclinación a lo literario o a la pendejada, da igual.l ensayo del miércoles de guy
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
El ensayo del jueves de Leandro77
EL HOMBRE, LA LUNA Y YO

Hace cuarenta años que el hombre llegó a la Luna. Aquel 20 de julio, más de seiscientos millones de terrícolas pusieron la vista en el cielo, con la esperanza de que en unas horas quedase al alcance de la mano. "Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad." Esta es la frase que dio fama universal al primer hombre que pusiera los pies allá arriba, en el espacio infinito. 9 años antes, el presidente Kennedy había lanzado el desafío de que esto iba a hacerse realidad en menos de una década. Y parece que así fue, si a las imágenes nos atenemos. Eran los tiempos aquellos de la Guerra Fría; los soviéticos iban por delante en la carrera espacial; había que demostrar a los ojos del mundo que el pueblo americano sabría ponerse 'a la altura de las circunstancias'.
Durante muchos años, he sentido no poco orgullo al poder afirmar: "Yo nací el mismo año en que el hombre aterrizó por primera vez en la Luna. Neil Armstrong alunizó en julio y yo vine al mundo en octubre. Casi nos cruzamos en el camino, allá en el espacio sideral."
Y, sin embargo, de repente me ha asaltado la duda. ¿Es cierto que el hombre ha plantado su nave en suelo lunar y que ha puesto, por consiguiente, su pie de gigante en tan recóndito sitio, que ni siquiera figura en los mapas? Pero un hombre que pesa 75 kilos en la Tierra, allá en lo alto pesaría solo 12,5 kilos, porque si la gravedad terrestre es de 9,8 m/s, la gravedad lunar es tan solo de 1,7 m/s, es decir, seis veces menor.
Este dato pone las imágenes que asoman en las pantallas de los televisores, en las que vemos cómo se desarrolla el alunizaje, en tela de juicio. Obsérvese el movimiento de los astronautas, y díganme si parecen sometidos a la gravedad lunar o, más bien, a la terrestre. ¿Se han fijado en la arena que desplazan con sus pies? ¡Esta arena se mueve exactamente igual que la de una playa de Ibiza, sin ir más lejos!
No sé, no sé... Yo creo que aquí hay gato encerrado. Ya saben, eran tiempos de Guerra Fría y a los americanos les interesaba sacar pecho y plantar la banderita de su país donde fuera.
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
Ensayo del viernes de Rubalva

Buscar la sabiduría

“Solo sé que no sé nada”
Sócrates.

Es bien conocida la historia bíblica de 1• de Reyes, capítulo 3, que nos relata que al principio del reinado de Salomón, Dios se le apareció en sueños y le ofreció complacerle con cualquier cosa que pidiera. En lugar de requerir riqueza u otro beneficio, él pidió sabiduría y esto agradó al Señor.
Salomón, hijo y sucesor de David, reinó por casi 40 años en los que se consagró enteramente a la administración y embellecimiento de sus Estados, y su sabiduría se hizo legendaria en todo el Oriente por todos los casos que resolvía con certeza y justicia. La tradición le atribuye ser el autor del Libro de los Proverbios, el Cantar de los Cantares y Eclesiastés, que son una formidable fuente de sapiencia.
Otro conocido autor de un libro de La Biblia, el Apóstol Santiago, nos hace esta sugerencia en el capítulo 1, versículo 5, de su libro: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos y sin reproche, y le será dada”.
La sabiduría es una habilidad que se desarrolla a través de la experiencia, la iluminación y la reflexión para discernir la verdad y el ejercicio del buen juicio. Está también relacionada con la prudencia, el conocimiento y la astucia para hacer la mejor elección. Unida a la justicia, el coraje y la moderación, son consideradas las 4 virtudes cardinales.
Es un atributo de los seres humanos que se puede adquirir por consejos y por el ejemplo de otros. Galileo Galilei, físico y astrónomo italiano, afirmaba que la mayor sabiduría es el conocimiento de sí mismo. También se afirma que:

Caer y volver a levantarse,
fracasar y volver a comenzar,
seguir un camino y tener que desviarse
y encontrar el dolor y tener que afrontarlo...
No es adversidad, es SABIDURIA.

Debemos buscar la sabiduría pues es un pilar fundamental para el desarrollo espiritual del hombre. Todos sus caminos son agradables y todas sus veredas son de paz. Es árbol de vida para los que se aferran a ella y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices. Cultívala con esmero, engrandécela y ella te engrandecerá y te honrará.
Concluyo con una frase de Aristóteles, al parecer poco modesto, quien afirmó: “Tanto me alaban será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden”.

Alberto Vásquez.
 
elclubdelapaginaazul,10.02.2016
El ensayo del sábado de Yvette27

Un oficio peligroso

El ejercicio de ciertas profesiones implica el riesgo: bomberos policias, acróbatas, alpinistas, corredores de automovilismo saben que la profesión que han elegido comporta una cierta dosis de peligro..¿pero el joven que emprende el camino litrerario aspirando y a veces consigue llegar a ser un gran escritor,¿ sospecha que se encamina sobre campo minado?
¿Quién podría pensar que la profesión del escritor fuera peligrosa?
Imaginamos al escritor lapicera en mano o laboriosas sobre el teclado, pero nunca pensamos que esas empuñarán un arma para poner fin a sus vidas.
Según las estadísticas el mayor número de suicidios se verifica entre escritores y artistas y en el siglo XX se registró la mayor cantidad de poetas suicidas

Recogí estos datos del libro de Pere Rojo titulado Escritores suicidas”
Allí dice que los escritores que no pudieron dar fin a su propia vida transladan el suicidio a sus personajes lo que no deja de ser una buena estrategia. Así hizo Shakespeare con Ofelia, Romeo y Julieta, Goethe, con el joven Werther; Tolstói, con Anna Karenina … y otros tantos
Albert Camus, que murió en un accidente sin ningún viso de suicidio, dejó escrito al principio de El mito de Sísifo: "No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no la pena de que se la viva es responder a la pregunta fundamental de la filosofía".

En “Genio y locura” ,Lombroso debido al alto número de escritores que padecían de esquizofrenia
declara “ el genio artístico es una forma de desequilibrio mental hereditario”

A la vista de los resultados Pere Rojo se pregunta varias veces ¿es peligroso escribir? y declara que "ser escritor es una profesión de alto riesgo, sobre todo en tiempos de represión feroz".

En general los escritores que llegan a cometer suicidio lo hacen por depresión, por amores imposibles, por sufrir enfermedades incurables, por sus propias tendencias sexuales o por la verguenza de un plagio descubierto públicamente o la insatisfacción que les procura su propia obra. Hay quienes se suicidan fieles a su propia filosofía o convicciones: Pavese antes de cometer suicidio publicó el libro VIVIR CANSA.
Puede ser que el suicidio en general provenga de un contagio o lo genere. No pocos de los que llegan a cumplir su propósito están rodeados por un ambiente en el cual abundan las situaciones de suicidio

En el libro de Pere Rojo se citan muchos escritores de diferentes nacionalidades, yo quiero recordar a cuatro argentinos que eligieron diversos modos de cumplir con su propósito o más bien,despropósito.

Horacio Quiroga
Precisamente la muerte rodeó la vida de Quiroga de una manera persistente y fatal: su primera mujer también se suicidó y él mató por equivocación a su mejor amigo mientras probaba un arma; sabiéndose enfermo de un incurable cáncer de prostate Quiroga decidió poner fin a su vida bebiendo cianuro,. Era el 19 de febrero de 1937.

Leopoldo Lugones
El 18 de febrero de 1938 se quita la vida en un recreo del Tigre.al ingerir una mezcla de whisky y cianuro Una grave depresión lo condujo a realizar este acto. Su hijo y su nieto Alejandro también se suicidaron. La frustración política, y el fin de una apasionada relación sentimental se señalan como las posibles motivaciones de su acto. Estas circunstancias lo acercan a Quiroga de quien fue amigo y admirador.

Alejandra Pizarnik:
se quita la vida a los 36 años ingeriendo cincuenta pastillas de un barbitúrico en un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires. sus poemas giran sobre la temática del miedo del paso del tiempo. Ese miedo que siente como una verdadera tenaza que anula la voluntad. La soledad la nostalgia y la noche impregnan su poesía. "Alejandra Pizarnik no pudo sobrellevar el cotidiano acto de vivir".

Alfonsina Storni:Enferma de un mal incurable envía cinco días antes de cometer el acto suicida,un poema al diario La NaciónEste que era ya el preanuncio de lo que había decidido.

“Voy a dormir
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos encardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste:
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Seguramente es más fácil recurrir a la muerte placentera producida por barbitúricos acompañados o no de alcohol, pero en Mar del Plata,en 1938 Alfonsina eligió otro camino, un camino de arena, de agua, de caracoles y algas por el cual sintió siempre una gran atracción.

 
ninive,10.02.2016
el texto del miércoles es de la autoria guy
 
elclubdelapaginaazul,14.02.2016
El ensayo del domingo de legendario (huésped de gasp)

El SENTIDO DE LA VIDA

Introducción

A lo largo de la historia una gran cantidad de filósofos y personas comunes y corrientes han llegado a preguntarse ¿Cual es el sentido de la vida? ¿Que hago aquí? ¿Hacia donde voy? ¿Que debo hacer?

Mi tema es algo controversial respecto a ciertas ideologías por lo que al que le incomode es libre de dejar de leerlo.

También quiero aclarar que mi conclusión será mas basta que el desarrollo mismo, y eso se debe no a que sea mejor o peor, sino a que para hacer este ensayo breve, sólo mencionaré la más mínima cantidad de autores y no citaré sus ideas, sólo sus nombres, dándole la posibilidad de investigr a quien guste sobre ellos y sobre autores relacionados, lo que hará declinar el cuerpo del desarrollo, el cual de lo contrario sería más basto.

Desarrollo

Para entender el sentido de la vida, lo principal es saber cual es la razón por la que estamos vivos. Es decir, la diferencia de creencias religiosas pueden hacer variar la creencia sobre su propio propósito en la tierra, así como el propósito del resto de los seres humanos. ¿En que me baso en hacer esta afirmación? Simplemente en quela tendencia indica que quienes sean creyentes podrán sentir que el sentido de estar vivos es adorar a Dios sobre todas las cosas, esto debido a que muchas religiones monoteístas y algunas politeístas hacen tal afirmación, dándoles el sentido de la vida a cada persona sin que ellos mismos lo cuestionen, pudiendo ser este cierto o falso. Quienes tienen otro tipo de ideologías, por ejemplo el budismo, podrán tener una tendencia a entender el sentido de la vida como el hecho de ser felices, no ocupo argumentos para esto, debido a que cualquiera que halla leído un poco sobre esta doctrina no teísta sabrá que es el sentido de la doctrina es tratar de encontrar el Nirvana (En pocas palabras, un estado donde se es feliz completamente, liberándose de todo sufrimiento). Para otros ateos este podría no tener sentido por el hecho de ver a la vida como algo efímero, sin razón y sin propósito, lo cual es bien conocido como nihilismo. Y para los agnósticos bien podría ser incierto. Lo cierto es que me voy a ahorrar el hecho de abordar temas sobre si existe la vida después de la muerte o no. Y se los dejaré a la interpretación de cada lector. Invitándolos a leer a Friedrich Nietzsche a quien sea creyente, a Bertrand Russell a quien sea ateo y a los agnósticos simplemente los invito a leer a Stephen Hawkings, que si bien no aborda el tema, podrán hacer ciertas deducciones una vez después de leerlo. Sólo menciono estos 3 autores para no alargar el contenido y ponerlos a reflexionar, ya dependerá del interés de cada persona en investigar más.
Yo tengo mi propia creencia, pero para evitar entrar en conflicto y ser más objetivo daré un sentido de vivir según la creencia de la persona. Obviamente con esto doy a entender, que el sentido de la vida va ligado a la realidad sobre cual es la razón por la que estamos aquí. Pero al no abordarla en este ensayo carecería de una gran cantidad de bases como para afirmar esa conclusión. Por lo que tendré que limitarme a dar varias conclusiones.
Otro aspecto a analizar es el debate sobre la libertad. ¿Realmente somos libres de decidir lo que queremos hacer o estamos programados para hacer ciertas cosas y la libertad es sólo una ilusión? Yo tengo mi conclusión y los argumentos para probar mi punto. Pero esto me llevaría nuevamente a hacer este ensayo demasiado basto, por lo cual sólo lo menciono para que lo analice quien guste.
A continuación les mencionaré las teorías más populares sobre cual es el sentido de la vida, sin profundizar en ellas:

I Descubrir
II Hacer real sus ideales
III Alcanzar la perfección biológica
IV Buscar el conocimiento
V Hacer el bien
VI Alcanzar la ilustración espiritual
VII Amar y disfrutar la vida
VIII Tener poder
IX La vida no tiene sentido

Cabe destacar que un ateo puede sentirse familiarizado con la IX pero no con la V. Ya que para un ateo, el bien le es indiferente al no creer en un castigo después de la muerte, a no ser la personalidad de este ateo le cree empatía y no espere nada a cambio, sino que realmente quiera hacer el bien aún sabiendo que no obtendrá beneficio.
El VI y el VII por lógica será más frecuente en los ateos budistas, debido a que buscan el nirvana, el cual implica el ser feliz en vida y a su vez llegar hacia una ilustración espiritual.
La mayoría de las personas religiosas podrán sentirse familiarizadas con la V debido a que así lo dice la religión, pero a su vez podrán estar familiarizadas con cualquier otra, inclusive con el hecho de tener poder, salvo que podrían limitarse debido a que en ocasiones se ven en el dilema de elegir el bien o el poder. Dependiendo ya de cada persona, la decisión.

Conclusión

Cada persona es distinta, existen una gran cantidad de test de personalidad, lamentablemente ninguno es 100% fiable, debido a que una persona es muy compleja y jamás podrían definirse todos los factores que componen su personalidad, pero sí los más trascendentales. Por mencionar alguno, citaré el test de Jung - Myers Briggs, el cual divide a la personalidad según 5 factores. No me adentraré a él pero sólo haré mención que el 75% de las personas tienden a identificarse en la personalidad correspondiente al test. Y cada personalidad busca un propósito diferente. Es decir, Tipos de personalidad INTP - A o INTP - B buscan el conocimiento. Por lo cual para ellos el sentido de la vida sería el IV en su mayoría, variando según la religión y otros factores que omitiré por la cantidad de estos y por su poca relevancia. Mientras tanto un tipo de personalidad INTJ tendrá ha familiarizarse con el IX, el ESFP, ESFJ, ENFP, y ENFJ con el VII y el ENTJ con el XIII, aclaro que esto no es una regla sino una tendencia.
Pero a pesar de tantos factores que influyen hay uno que está constante en todos estos propósitos y personalidades, salvo no en la creencias.
Y este es la felicidad. Un ENTP busca el II porque eso lo hace feliz, un ESTP busca el I porque eso lo hace feliz, y así sucesivamente. La única excepción es el IX "La vida no tiene sentido"
Y dado que las teorías más populares del I al VIII (Numeración dada para facilitar este ensayo) coinciden en hacer feliz a la persona. Se podría concluir que el sentido de la vida es ser feliz, sin embargo, ser feliz a la manera de la persona, ya que cada persona encuentra la felicidad de una forma distinta. Algunos podrían buscar el Nirvana y sentirse insatisfechos al no creer en lo espiritual y ser muy lógicos, y satisfacerse con el conocimiento. Otros en cambio podrían ser infelices con el conocimiento ya que no le encontrarían patricidad o encontrarían cosas que no quieren saber. Y como lo dije anteriormente, estos 5 factores no son los únicos que determinan la personalidad, y no todos tienen esos factores al mismo grado, por lo que lo más lógico es pensar que dependiendo la persona preferirá una dosis de conocimiento, poder, amor etc. Si no fuera porque la religión dice que el sentido es amar a Dios sobre todas las cosas y en ocasiones eso se puede oponer a la felicidad terrenal (No a la vida después de la muerte) y porque los Nihilistas creen que no tiene sentido la vida, que no hay libertad, las cosas simplemente son y ya. No estamos por alguna razón ni para alguna causa. Simplemente estamos y ya, se podría afirmar que el sentido de la vida es ser feliz. Por lo que daré 3 conclusiones según el pensamiento de cada persona, al no haber dado suficiente argumento sobre la creencia correcta por lo ya anteriormente dicho:

Creyentes: Se puede dividir en religiones donde se prefiere a Dios (O dioses) sobre todas las cosas y a religiones donde no se da por sentado este hecho,y agregar una tercera donde hay religiones donde no se cree en la vida después de la muerte o sí. Los dividiremos en 1, 2 según por motivos prácticos, y en a y b, según halla vida o no después de la muerte.

1a.- El sentido de la vida es amar a Dios sobre todas las cosas.
2a.- El sentido de la vida es encontrar la vida después de la muerte.
1b.- Ser feliz (Dependerá cada apersona la forma de serlo, bien podría ser adorando a Dios)
2b.- Ser feliz

No creyentes: Se puede dividir en Nihilistas y en no Nihilistas, entrando dentro de estos los Ateos, agnósticos siendo budistas o no.

Budistas.- Tratar de encontrar el Nirvana.
Ateos y/o Agnósticos no Nihilistas: Ser feliz a su manera.
Ateos y/o Agnósticos Nihilistas: La vida no tiene sentido.

¿Cual es el sentido de la vida? ¿Que hago aquí? ¿Hacia donde voy? ¿Que debo hacer?

Yo tengo mis respuestas a cada pregunta, espero mi ensayo te halla ayudado a conseguir las tuyas

Evito dar mi punto de vista en cuanto a mi creencia y sobre lo que yo considero el sentido de la vida para no hacer más subjetivo el ensayo, el cual tuvo que ser de esta forma debido al querer hacerlo en poca extensión y agradezco a quien me halla leído, así mismo acepto críticas constructivas. Y expreso nuevamente un agradecimiento a elclubdelapaginaazul por haberme brindado la oportunidad de hacer este pequeño ensayo. Saludos a todos los lectores de esta grandiosa página.




 
elclubdelapaginaazul,19.02.2016
Ensayo del lunes kroston(filiberto)
Lenguaje y sentido común

“Aún cuando todos los expertos coincidan, pueden perfectamente estar equivocados”
Bertrand Russell

En el texto anterior sobre las emociones mencioné la porfiada costumbre que tenemos de dividir el mundo en dos dimensiones, y en cómo esta dualidad condiciona a su vez nuestra visión de las cosas. Es un círculo, no diré vicioso, pero sí obstinado que cuesta romper por cuanto nuestro lenguaje se basa asimismo en una estructura de sujeto/predicado: “la casa blanca”, “el presidente negro”, “los políticos son farsantes”. Basta revisar superficialmente a los filósofos más reconocidos de la historia y veremos cómo cada uno de ellos establece, según sus ideas, dos grandes avenidas del conocimiento humano. En este sentido, desde Platón y Aristóteles la cosa viene mas o menos dividida entre idealistas y empiristas, esencialistas y materialistas. Sin embargo, este último tiempo la filosofía ha dejado un poco de lado estos manoseados tópicos y se ha dedicado a “deconstruir” estas ideas clásicas. La cultura, la sociedad y el lenguaje, entre otros, son ahora los temas más recurrentes. Es el llamado posmodernismo.
Las preguntas que surgen en el mundo de hoy son innumerables por cuanto vivimos una crisis de “verdad” y, según el concepto de moda, nos movemos en un contexto sociocultural “líquido” que carece de sentido y respuestas. Frente a estos enormes desafíos e incertidumbres intelectuales, uno, pequeño insecto con intensiones de no suicidarse, busca y se refugia en algunos conceptos, aunque añejos, que le den un mínimo de sensatez a su miserable vida. Nuestra necesidad de comprender nos mantiene a flote, ahuyentamos los tiburones y buscamos tierra firme. ¿Por dónde empezar? ¿Qué hacer? Empecemos por el pensamiento, por la relación que tienen nuestras ideas con esa cosa que está allá afuera y que llamamos realidad, lo que se resume en la eterna cuestión de cómo adquirimos el conocimiento. Nada muy original, lo sé, pero las preguntas son las mismas desde hace 2.500 años y yo no pretendo cambiar el rumbo de la humanidad en este precario texto. El tema es peliagudo y abstruso, pero amanecerá Sancho y medraremos. Y como ya muchos filósofos han adelantado bastante, me subiré a rama del lenguaje, que a mi parecer es la conexión más clara entre “yo” y el “mundo” y desde allí me agarraré al sentido común. Sin pretensiones, lo advierto.
Aquí vamos. Al darle nombre a las cosas y a los hechos inevitablemente estamos categorizando, clasificando y ordenando el mundo en géneros, tipos y niveles. En general los filósofos han coincidido (no todos, por cierto, por eso digo “en general”) en que una buena forma de comenzar a entender este asunto es analizar la naturaleza de acuerdo a las cosas y sus propiedades, o en términos más profanos, desde lo material y lo abstracto: ideales y apariencias en Platón, cualidades primarias y secundarias en Locke, fenómenos y noúmenos en Kant, etcétera. Bertrand Russell, uno de mis filósofos favoritos y en el que me apoyaré aquí, también ha hecho su aporte a la cuestión del conocimiento. Mi amigo es matemático, empirista y ateo (él describe su filosofía como “atomismo lógico”), es decir, se inclina por la realidad científica, una racionalidad metódica y la descripción de hechos concretos. Yo, simple mortal y muy lejos de concebir disquisiciones a ese nivel, cuando camino por ahí y observo a la gente y reflexiono un poco caigo en la cuenta que casi de manera automática al intentar comprender el mundo lo vamos significando y encasillando con ideas preconcebidas. Es una actitud conservadora pero muy difícil de evitar. Ves a un canis lupus familiaris paseándose despreocupado, por ejemplo, y dices “he ahí un buen perro”. Con esta simple frase pronunciada en pocos segundos involucramos una cantidad enorme de información de manera inconsciente: decir “perro” implica relación directa entre eso que apreciamos por los sentidos y nuestras ideas que, dicho sea de paso, tienen sin cuidado al animal. La palabra es el vínculo, pero, más que esto, que a simple vista parece una perogrullada monumental, el lenguaje supone la doble función de concretar un conjunto de ideas y plasmarlas en una serie de sonidos y, aquí viene lo entretenido, de expresar un conocimiento privado de forma pública. Yo sé que es un perro, con todo lo que ello supone, pero ¿los demás estarán de acuerdo conmigo? ¿y si fuera una visión?. Aquí llegamos a lo que me interesa y a lo que desarrollaremos con mi amigo Bertrand, el sentido común, concepto rechazado con furia por las gentes que se creen originales y agudos, no obstante pervive en los discursos tanto profanos como especializados. El sentido común, al contrario que dios, no está muerto. No voy a copiar una definición de diccionario, pero tampoco puedo ponerme a dar ejemplos sin decir cómo lo entiendo. El sentido común es una especie de intuición sobre ciertas cosas que no pueden ser negadas, porque al hacerlo se niega al individuo y lo que le rodea. No es una verdad incuestionable, pero tampoco una condición irracional. Es, en definitiva, la coincidencia de principios comunes manifestados en forma de natural inclinación. Esto, por cierto, varía de acuerdo al contexto sociocultural. Se explica mejor con ejemplos. Un hombre grita al borde de un acantilado y escucha el eco, nadie podría decir que el sonido proviene de los pájaros. Otro. Estamos quietos y proyectamos una sombra en el suelo, si movemos los brazos la sombra hará lo mismo, el sentido común nos dice que la sombra es de nosotros. Veo a lo lejos gran cantidad de humo que emana de los árboles, cualquiera que esté cerca pensará, al igual que yo, que es producto de un fuego y que tenderá a aumentar si sigue soplando el viento. Sentido común. Por eso lo del perro no es tan aleatorio, para ser cierto tiene que ser consensuado, y para ser consensuado tiene que existir un sentido común. Cortázar lo dijo, la realidad para ser útil tiene que convertirse en concepto, en esquema y en convención. Si en vez de perro digo “mira, un lagarto” seguramente los que estén cerca me mirarán con sospecha. Esto sucede porque todos creemos entender la palabra perro. Y digo “creemos” para no ser absolutista. Ya se ha dicho, el lenguaje es una convención social, pero para que funcione tiene que existir un sentido común, un acuerdo tácito, no experto, de lo que es el mundo. A mi modo de ver están profundamente relacionados, y Bertrand me apoya. “El lenguaje tiene nombres propios para los objetos con los que estamos asociados más íntimamente, y nombres generales para otros objetos. Los nombres propios encarnan una metafísica del sentido común, que, como la inferencia animal, precede al lenguaje” dice Russell. El perro ha sido nuestra mascota desde tiempos inmemoriales, el bebé antes de pronunciar la palabra tiene nociones empíricas de lo que significa, luego sólo le falta solidificar esos conocimientos previos en un término que pronuncia con placer. Y de adultos lo repetimos inconscientemente como si fuera una cosa dada y todo el mundo lo supiera. Un chino no tendría idea, un extraterrestre menos.
Al ponerle nombre a las cosas, no en el sentido de inventar sino en el de consagrar, y confiando en que los demás saben lo que significa (ajá, el sentido común), el mundo, pues, a pesar del posmodernismo se va convirtiendo así en algo reconocible. De hecho, nuestros hogares no son otra cosa que un mundo reordenado a modo de satisfacer nuestros deseos de significado y, por ende, de seguridad. ¿Y cómo es que, a pesar del relativismo y del principio de incertidumbre, todavía tenemos ganas de buscarle el sentido a las cosas? Mi amigo es un ejemplo interesante, pues él habla de la “persistencia” de la materia, de la “constancia de estructura” y de un “realismo ingenuo” aún después de Heisenberg y Einstein, a los que conoció bien. Una cosa es la física atómica, otra nuestras percepciones. Si lo que queremos es entendernos y evitar un solipsismo paralizante, como mínimo tenemos que coincidir en las estructuras básicas del lenguaje y en el ejercicio de re-conocimiento que hacemos del mundo mediante el sentido común. Y estamos diciendo, además, que el mundo es tan vasto y enigmático que siempre encontraremos cosas sorprendentes en él. Es una pena que lo olvidemos demasiado pronto y que lleguemos a cierta edad creyendo saber todo lo necesario.
 
elclubdelapaginaazul,19.02.2016
Ensayo del martes de guy

La solemnidad del ridículo

Cuando se estrenó Kill Bill me pareció una reverendísima mierda, y alguien me dijo esto: que yo no entendía la idea, que la película era una sátira, una parodia del cine de acción. Mi respuesta fue que qué me importa eso, si total no me gustó. Lo cierto es que podemos ver eso en el cine de Tarantino: agarra un motivo y lo destruye. Verbigracia Inglourious Basterds, una de nazis que es divertida y uno olvida los verdaderos horrores de la época que el cine solemnemente y no tanto se ha encargado de retratar en muchísimas obras. Lo mismo con todas sus películas: más parecen graciosas que violentas, personajes ridículos y exagerados, encasillados, enlatados, en fin… pero nadie puede negar que el tipo hace cine como los grandes directores, que el tipo conoce y ejerce el arte de hacer películas.
Yendo a la literatura tenemos al Negro Fontanarrosa (el escritor argentino que más me gusta) quien parece que hubiera adoptado la misma técnica: parodiar literatura con literatura. Acá dicen que es “escritor costumbrista”, una denominación que me parece de lo más zanguanga porque para mí es escritor a secas. Pero veamos esto: usted lee “La yacuareguazú” y se encuentra con la parodia de “A la deriva”, lee “El cazador blanco” que es una burla a Hemingway, “El tesoro de los Cancas”… y etcétera. Para mí es como si el tipo hubiera leído algo y en vez de imitar se hubiera dedicado a destruir cagándose de risa y, claro, lo hizo muy bien, y además resultó otra cosa. Ya es que para hacer eso hay que tener el mismo talento (no sé si es esta la palabra) o más que el original. Tal es el caso de Tarantino, que al margen de lo que ocurra en sus obras, uno descubre eso que le sale tan bien (o tan mal, si a usted no le gusta, lo mismo da).
Esta solemnidad de la que hablo se puede ver no solo en cuentos como “A la deriva” de Quiroga o “Encender un fuego” de London, por poner otro ejemplo, cuyos personajes mueren solos en una fea agonía que angustia al lector (y ahí usted entenderá por qué estos autores cometieron suicidio: de lo hijos de puta que eran) mientras que el personaje de “La yacuareguazú” también muere, pero todos nos cagamos de risa. En el cine pasa lo mismo: usted se caga de risa y hasta se encariña con el nazi de la de Tarantino, mientras que si ve, no sé, Schindler's List se me pone serio y llora y dice qué barbaridad el horror del que es capaz el ser humano y bla bla bla.
Ya es que hacer un cuento de un tipo que muere solo en la naturaleza a nadie motiva porque hoy día la naturaleza es un parque con arbolitos y ardillitas dibujado en un papelito en comparación con lo que debió ser hace 80 años. La vida humana en la naturaleza, ese forcejeo del hombre en su ambiente hostil, fue un motivo literario durante mucho tiempo. No me va a comparar las matanzas de Hemingway en África con el dentista garca que se da el lujo de matar un león de un flechazo mientras escribe pendejadas en Facebook desde su teléfono y se toma una leche chocolatada (o sí, usted sabrá cómo). Con esto quiero decir algo muy sencillo: no tenemos la puta idea de lo que es morir congelado en Alaska o picado por una víbora en la selva misionera, ni de qué se siente estar en una guerra o en un campo de judíos. Insisto: ni aunque lo cuente yo o Jack London o lo filme Spielberg o Tarantino, no sabemos nada de todo eso ni podemos imaginarlo cabalmente, aunque, claro está, la gracia de leerlo o de verlo en una pantalla gigante pasa por otro lado.
Entonces ahora resulta que todos sabemos cómo es un barrio narco o qué ocurre en un tsunami porque lo vemos por la tele. Pero mejor que vuelva a lo que estaba diciendo. En literatura está todo escrito (obviedad) pero se puede ver otras cosas, es decir, prestar atención a otras cosas o, como Fontanarrosa, destruir lo hecho, reírse de lo hecho. Y si no, yo creo que cualquier cosa que uno escriba va a ser una parodia de lo ya hecho, como que si usted o yo nos ponemos al teclado con toda nuestra solemnidad a escribir algo, seguramente obtendremos una parodia, algo ridículo que quiere pero no puede ser experiencia, realidad o literatura, esto se hace solo después y vaya uno a saber cómo. Dicho sea de paso, uno puede escribir o no desde la experiencia. Uno lee a Céline (otro que se caga de risa) y se convence de que el tipo escribe desde lo que vivió; a Borges, en cambio, a pesar de que escribió mucho de cuchilleros, vamos, yo imagino que el viejo lo más parecido a un puñal que agarró fue una aguja de tejer y no sabría ni para qué servía.
Veamos ahora qué es esto de la ficción. Hay en esto muchas frasecitas enlatadas, acaso trilladas, como que la realidad supera a la ficción, que la ficción se realiza para comprender, para decodificar la realidad, o que la verdadera vida, la ideal, es la que escribe la literatura… Bli, bli, bli. Todo eso es muy fácil de deducir y parece mágico cuando lo leemos o se lo oímos decir a algún dizque intelectual. ¡Cómo no va a ser la verdadera vida la literatura, si es lo que uno piensa, quiere imaginar o desea siendo que pensar es inevitable como respirar, mi viejo! ¡Cómo no va a ser la verdadera vida la literatura si la mayoría de las cosas que ocurren y estamos seguros de conocer las leemos todos los días en los putos periódicos! ¡Cómo no vamos a realizar ficciones si la vida es más que nada la ficción de no saber pero imaginar! ¿Acaso usted puede explicarse, por ejemplo, cómo mierda funciona la telefonía celular? Y si no tiene la puta idea de cómo funciona, ¿no le parece que el funcionamiento de todo eso es para usted una ficción, una realidad más complicada, una fantasía mayor que el tipo que muere picado por una víbora en la selva misionera, ese tipo del que nos escribió Quiroga y que, como dije, tampoco podemos saber cómo se siente eso? ¿No le parece más probable la existencia de un camioncito a pilas* en Marte que el hecho de que alguien hubiera encerrado a los judíos para torturarlos y matarlos? ¿Desde cuándo no nos parece una fantasía que cuatro boludos con AK-47 se metan en un teatro a matar gente? No me vengan con que desde siempre, eh, porque las formas son nuevas y si no, habrá que preguntar a los franceses. Y, ya que estamos, ¿qué carajos es realmente una fantasía cuando sale por televisión que a un viejo de mierda en camisón en pleno siglo XXI le da por canonizar a un tipo como si estuviéramos en la edad media? (¿Qué carajo hace un santo? ¿Tiene poderes mágicos como las hadas? ¿Es un fantasma bueno?) O, dicho de otro modo, ¿Qué carajos es la realidad cuando vemos que millones de personas obren según dizque actos de fe arengadas por el mismo viejo en camisón cuyos amigos gustan de violar niños? ¿No hay en esto último una enorme ridiculez que arrastramos desde un pasado espantoso? Y dije espantoso no solo por estos inútiles que representaban el occidente civilizado; me refiero a lo sencillo, al olor a culo que tendría esa gente, a lo que frente a nuestra cotidianidad debió ser un asco, a todo eso que para nosotros es muy pintoresco y hasta lindo en las películas y cuentos, en fin, a otro mundo del que a veces parece que supiéramos más que del nuestro.
Y a todo esto, ¿puede haber realidad sin fantasía? Digamos que no, y decimos que no porque ya todos sabemos que una parte de nosotros está fuera de nosotros, y no solamente en lo material, como si dijéramos un celular o una camiseta, sino en el tiempo, en el futuro, en la fantasía intrínseca del futuro. Vivimos una forma de ser incompleta que, claro, se va haciendo en lo que viene. Desde lo material, el celular antes no estaba, era algo así como una fantasía; desde lo vivido, la niñez quedó atrás aunque nos sobrevuele todo el tiempo distorsionada. Así el pasado se vuelve fantástico (como si los libros de historia no fueran otra cosa que literatura fantástica) igual que el futuro, con la diferencia de que el pasado ya no es y el futuro sí.
Entonces se me hace que da lo mismo escribir realidad o ficción (mentiras) y que el ridículo está ahí siempre en lo cotidiano y más aún en lo escrito (no sé usted, pero yo ni en pedo leo lo que escribí; me da vergüenza, prefiero escribir otra mierda). En lo cotidiano el ridículo rompe el esquema, la armonía de lo monótono: lo rajan del laburo, su pareja lo deja, lo muerde una víbora, alguien muere… en fin. A veces creo que escribir es cosa de desquiciados que no tienen en qué ocuparse, y a veces me parece raro que alguien no haga este ridículo ejercicio. Pero lo que no acepto es esa solemnidad que suele pretenderse de todo esto. Me quedan varias cosas por poner en esta mierda, pero otro día.

*El Curiosity, que dizque los gringos enviaron a Marte y se supone que envía datos desde allá. Si uno tiene en cuenta que para conectarnos de América a Europa por internet hay un cable que cruza el océano, resulta difícil creer que algo desde semejante distancia pueda enviar información o ser controlado. No me extrañaría que tal camioncito a pilas sea una fantasía, otra patraña de los gringos.
 
elclubdelapaginaazul,19.02.2016
Ensayo del miércoles de rhcastro

La puerta

Es la era del peligro... Las naciones amenazan con guerra y el egoísmo es mayúsculo. Nos atacan enfermedades
desconocidas, se inventan armas y un nuevo amanecer es un alivio. Somos gente con suerte, decimos... y
volvemos a cerrar la puerta de casa, de nuestro pensamiento.

Una puerta, según nos explica Google es una abertura en una pared o valla que va desde el suelo
hasta una altura adecuada y permite pasar de un lugar o ambiente a otro. Consta de una manija y
un cerrojo que se ajusta a un marco fijo.
Sirve para estar dentro o fuera de algún sitio. Para distinguir entre tu espacio y el espacio
de los demás. Para protegerte o proteger a otros. Para separar, pero
también para unir a personas de una misma familia o creencia ideológica, política, religiosa. Una puerta es un objeto
que funciona como señal, símbolo, mensaje. Frente a una puerta y detrás de ella existe afinidad o lo contrario.
Las puertas se usan en todo tipo de construcciones, desde escuelas, casa habitación, negocios,
bibliotecas etc., etc., pero también es más que un objeto, es aceptación o rechazo.

Existen las puertas que abren o cierran relaciones entre los unos y los otros, iguales y diferentes. Dentro o fuera.
Hay muchas clases de puertas y últimamentese fabrican con más seguridad, como si el estar dentro
o fuera fuese tan importante como la vida. La inseguridad en el mundo ha provocado que tanto
las puertas materiales ( fiero, vidrio, madera etc., etc.) como las espirituales estén aseguradas
con cerrojos cada vez más complicados. El problema es saber dónde radica
el problema, en qué sentido de la puerta. Frente o detrás ¿Dónde está el verdadero peligro? ¿Quién y por qué lo crea?

Podríamos llamar puerta al sistema de sesión de una página como ésta. Si tienes la clave ( llave)
de acceso, podrás entrar, pero si el dueño del lugar cerrase dicha posibilidad, estarías fuera porque posiblemente
signifiques un peligro o algo poco agradable.
Varias veces me pregunto del por qué se necesita una puerta para escribir libertad, porque libertad
es una palabra que no debía tener puertas, pero las tiene aquí y a cualquier otra parte que quieras
ir. Libertad es una palabra que también toma sus precauciones. Se cuida de nosotros, de nuestras inesperadas
maneras de actuar.

Quisiera que el cielo no tuviera puertas, de esta forma todo ser humano tendría la entrada
asegurada a un lugar que promete ser agradable, pero hasta el cielo tiene cerrojos que solo
ciertas actitudes y valores abren ¿Por qué no todos? ¿No sería más justo si todos pudiésemos estar allí?
No cualquiera puede presumir de tener dicha contraseña. Conocer
los requisitos para entrar al cielo no es tan sencillo como romper con la seguridad de un sitio Web o asaltarse
el banco de la esquina. Este lugar dice tener
claves que no pueden ser manipuladas. La conducta es un requisito que no muchos pueden moldear y se necesitan años
para aprender a ser otro ¿Y por qué nacemos diferentes si al final tenemos que ser parecidos? ¿Todos justos? ¿Buenas personas?

Las puertas son necesarias para proteger valores, supongo que el cielo y los cuentos Net tienen
valores que necesitan ser protegidos, de ser así es bueno saberse en un lugar seguro, pero ¿Y si
fuese lo contrario? ¿Si lo realmente seguro estuviese fuera y estos tonos azules fuesen un engaño?
Cabe la posibilidad como en todo, con cerrojos o sin ellos debíamos de entender de qué nos cuidamos.

Se gasta mucho dinero en seguridad, especialmente empresas o instituciones bancarias y aún
así suelen ser vulneradas.
Gente de regular fama o posición económica fue vulnerada en su seguridad, asesinada aun con todos esos privilegiados sistemas de vigilancia.
Algunos hasta se auto lastimaron y para ello cerraron puertas. Echaron cerrojos matando todo lo que estaba allí. Hasta al perro
si decidió por monóxido o algún tipo de contaminación ambiental.

Hay países que cierran sus fronteras con grandes vallas y cantidades obsesivas de gente armada como Estados Unidos de Norte América.
Matan y entierran muy junto a las puertas que restringen el paso a los no empapelados. etiquetados como producto de importación.
Se hace dinero con eso del papeleo y después te mandan a la guerra, a morir por una patria que no es tuya o de regreso a casa
si solo sirves para servirte. Es que no es negocio eso de que te vuelvas rico a sus costillas, en el país de las oportunidades
la mayor oportunidad es convertirte en máquina de producción. Hasta tres trabajos necesitas para vivir como guero, o parecido, pero
no vivas como piensas porque en el país de la libertad hablar pueda costarte la libertad, en el mejor de los casos.
Debes saber que tras la puerta ya no se habla. Los allí nacidos cuidan lo que dicen.

¿Por qué los humanos temen tanto a los humanos? No conozco algún país que cierre sus fronteras
a osos o leopardos, por lo que su temor es a alguien mucha más peligroso, alguien que se le parece.
¿Qué ha hecho el hombre para merecer ser apartado? ¿vivir en jaula? ¿construir murallas a su alrededor?
¿Usar cerrojos y escribir contraseñas para hablar de libertad?
¿De quién nos estamos cuidando? ¿De todos esos que no tienen clave para ser aceptados en el cielo?

Una puerta no es un instrumento de amor incondicional y mucho menos un compromiso eterno. por el contrario es un objeto o sentimiento que separa,
discrimina, impone y moldea. Alguien que nos desconfía, pero por algún interés abre a cierto
grupo de personas para lograr algún objetivo, a veces común y a veces meramente egoísta.
Me pregunto si alguna vez seremos capaces de dejar de usar todas estas claves, llaves, contraseñas, puertas y portones
Si alguna vez podremos convivir como las bestias que no necesitan jaulas
para ser bestias, libres sin cerrojos, sin secretos, sin temores.

Un hombre tiene puertas, cierra y abre según su conveniencia. Las puertas de hombre son difíciles de penetrar
porque están abiertas a puentes y vacíos donde o cruzas... o te matas.
La boca es una puerta, la voz, garganta. Por ella suelen salir bendiciones y maldiciones, es la puerta del pensamiento
y también la de la comunicación. Aunque estamos incomunicados. Nunca entendemos gran cosa.

A veces siento que se está cerrando la puerta a nosotros, de nosotros a nosotros. Hay muchas cosas que no están claras
en nuestra manera de actuar, de protegernos, de hablar y callar.
El mundo feliz amenaza con una monotonía asesina. La maquinaria en serie de humanos plásticos, seres que encienden
y se apagan con interruptores de ensamble a una sociedad cada vez más mecanizada. Metida en horario, salario, constante
hacer lo mismo para lo mismo y con lo mismo hasta que estalle la fábrica de serviles obreros de lo perfecto. Lo socialmente
aceptable. La vida que se va y poco o nada deja para nadie.

¿Qué fue de esa generación? Preguntará alguno, si es que preguntan algo de aquí a entonces y algún otro dirá:
se repitieron hasta morir. Después se hicieron otras cosas.

Una puerta es un jodido agujero por el que penetras para entrar en un molde, volverte molde y agujero, y repetirte
cuantas veces le quepa al molde la uniformidad. En este instante quisiera ir a tu casa, abrir sin tocar y cambiar
las cosas de lugar, tomar café y entre amena plática encontrar la fórmula para encontrar la llave que nos libere
de nosotros. De todo esto que somos y que cada vez me parece más insoportable.
 
elclubdelapaginaazul,19.02.2016
Ensayo del jueves de Leandro77

POR UN NUEVO MODELO ECONÓMICO

Llevo días y días intentando hablar del asunto. Es una cosa delicada, porque cuando uno va y dice: "Muchachos, hay que hacer borrón y cuenta nueva", corre el riesgo de quedarse más solo que la una tras haber recibido unos fulminantes oídos sordos como respuesta. Además, ese hay que hacer borrón y cuenta nueva no hubiera sido la mejor manera de comenzar mi discurso. ¿Dije discurso...? Lo que quiero decir es que muchos hablamos de cierto problema que concierne a todos: El mundo va mal.
Hay quien lo dice con esas mismas palabras y enseguida pone el grito en el cielo; hay quien lo dice de otra manera y parece que le duela el decirlo; y hay quien no lo dice, pero llega a pensarlo. A mí se me ocurre una idea para que el mundo comience a mejorar, aunque reconozco que nadie, digo bien, nadie estará de acuerdo con esta idea.
Porque lo que yo propongo es que se suprima pura y llanamente el factor dinero. Me refiero a que los ciudadanos del mundo deberíamos encontrar otra manera de establecer nuestras relaciones de índole comercial.
Lo que yo propongo, en suma, no es sino un intento de ponerse a la altura de las circunstancias: A grandes males, grandes remedios.
¿Por qué hay pobres que sufren y ricos que también sufren, pero lo disimulan mejor? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
¿Por qué unos especuladores arrasan selvas enteras, destruyen el hábitat de los continentes, exterminan ballenas, aniquilan los seres vivos de cualquier rincón del planeta? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
¿Por qué se cometen crímenes, se roba, se mata, se incendian casas para obtener un botín? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
Suprimamos el dinero y habremos acabado con buena parte del crimen organizado, el vandalismo, la codicia, la avaricia, el egoísmo y el cinismo de los países ricos para con los países pobres.
Metamos para siempre el dinero en el baúl de los recuerdos. Inventemos otro sistema más justo, más eficaz, más equitativo, más responsable con el entorno, menos avasallador con el propio hombre que lo ha creado.
Saquemos el dinero de nuestras economías. Suprimamos la economía misma, que fomenta la ganancia al precio que sea, cuando si seguimos así vamos a terminar perdiéndolo todo, incluso la vida.
¿Acaso no aspiramos a ser libres? Desembaracémonos del peso de la moneda y de su vasalla dependencia, y habremos conquistado la tan anhelada libertad. Por fin. Libres. ¿Mi máxima? El que nunca nada gana, tampoco nada pierde.
 
elclubdelapaginaazul,20.02.2016
El ensayo del viernes de Rubalva

El amor es ancho y luminoso

“Es posible dar sin amar, pero
no es posible amar sin dar”.
BROUNSTEIN.

El amor es el sublime sentimiento que inclina el ánimo hacia lo que le place. Es blandura, suavidad. Es una actitud apasionada hacia una persona de otro sexo, aunque no sola ella es objeto de este cariño especial: se ama a Dios, al familiar, al amigo, a la patria...
Se ama con amor profano; se ama con amor sagrado. También existe el amor libre, el amor propio, el amor platónico. Aman ricos y pobres, blancos y negros, cultos e ignorantes, creyentes y ateos. Aunque algunos son indignos de ser amados, muchos más son los que disfrutan de este privilegio.
¿Cuántas cosas no se hacen diariamente por amor?

El amor verdadero no exige: espera humildemente; no se remunera, se entrega sin condiciones; no conoce de límites ni distancias, todo lo contrario: se agiganta con el tiempo y se fortalece en la lejanía. El amor se reconforta en las penas y se expresa en solidaridad; no se promete ni es menester confesarlo: se percibe, se intuye. No es necesario expresarlo: se derrama.
El amor es un fantasma emocional que parece sin previo aviso. Es ilusorio. Siempre ambicionado aunque no necesariamente correspondido.
Es paciente y benigno; no tiene envidia. No es celoso ni se envanece. No es susceptible, impaciente ni resentido. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera. No se desvanece ni pasa de moda. Además, nunca falla. Crea un lazo indestructible. Y aunque no busca su propio éxito, su éxito está garantizado.
El amor con amor se paga. Donde hay amor, hay dolor porque las penas de las personas queridas se sienten como propias.
Dentro de cada uno de nosotros existe un torrente de amor. Saber canalizarlo es nuestra primera misión; saber conservarlo, la segunda.
Si exploramos las relaciones de los seres humanos observaremos cómo por amor se asocian y reciben de manera recíproca sentimientos y enseñanzas. El amor se alimenta de sacrificios; y de cuántas más satisfacciones se priva el alma, más fuerte y desinteresado se hace el cariño.
Porque el amor es un mandato del cielo. Porque el amor es entrega, comprensión, ternura.
Porque el amor es ancho y luminoso.
 
elclubdelapaginaazul,22.02.2016
El ensayo del sábado de Yvette27

Sala de espera


El mundo es una gran sala de espera dice Cortázar . ¿Espera de qué? ¿de sentido? ¿de certeza? ¿de éxito?
Los interrogantes son muchos.
Reflexiono sobre el tema y encuentro que a toda edad, en cada etapa de nuestra vida la espera está presente.
El niño espera ser grande, el adolescente ser adulto, la joven aguarda al príncipe azul, el hombre adquirir poder, dinero o fama, todos esperan, pero hay otra cara menos concreta de la espera que genera angustia y que no se deja catalogar con facilidad.

En la literatura del siglo XX la espera tiene un lugar preponderante.

Dino Buzzatti en “ Il deserto dei Tartari” nos presenta a Drogo quien está encargado de avizar la llegada de los tártaros en una postación del desierto. Drogo aguarda físicamente pero a su vez representa la espera metafísica de algo incierto. Sabemos que los tártaros no llegarán , probablemente Drogo también lo sabe ,pero no renuncia a la vigía, los ojos clavados en el horizonte del desierto.
El tema capital de esta obra es el paso de la vida y esa vida es una cotidiana sucesión de actos idénticos. La vida se convierte aquí en una espera sin ningún fin ni retorno posible que termina con la muertede Drogo.
Buzzati penetra en un mundo sin sentido que escapa a nuestro entendimiento

Coetzee , sudafricano, premio Nóbel de literatura del 2003 retoma el tema en “Esperando a los bárbaros” . En este libro , aparte la semejanza con el cuento de Buzzati, repite el título y el tema del poema del griego Constantino Cavafis, que describe en varias estrofas la actividad, la excitación,la ilusión de los habitantes de una ciudad donde todo se ajusta, prepara y engalana para recibir a los bárbaros. Se va repitiendo de boca en boca “vienen los los bárbaros”, “vienen las bárbaros”pero al caer la noche es evidente que los bárbaros no llegarán.
Transcribo la última estrofa del poema:
…………………..
-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas a prisa se vacían
y todos vuelven a sus casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y cuentan que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.

Nuevamente el desamparo del hombre ante la espera inútil y esto nos lleva directamente a Kafka.
En “El Proceso” leemos acerca de la pérdida de la esperanza del hombre que ante los engranajes burocráticos del Estado Moderno, se encuentra frustrado e incapaz de comprender su mecanismo .
El señor K. sufre tanto física como moralmente .
El escritor checo plantea el sentido de la espera utilizando los miedos y las angustias que lo desconocido ejerce sobre el ser humano.

El vacío con que se enfrenta el hombre moderno lo hallamos también en el teatro del absurdo de los años 50 .
Esperando a Godot de Samuel Beckett (1940) es la obra más representativa de esta tendencia: Vladimir y Estragón, están esperando a Godot, pero¿ quién es Godot?¿ Por qué lo esperan? ¿Quiénes son esas personas? ¿Dónde están?
El ambiente en el que se encuentran parados los dos personajes es desolador, es una siniestra mirada al mundo del absurdo, que genera el desperdicio del tiempo dedicado a una esperanza incierta.
Aparece en escena un muchacho quien viene a anunciar que Godot no vendrá hasta el día siguiente. Repite el anuncio día tras día. Vladimir y Estragon se desaniman al punto de pensar en el suicidio, pero no dejan de esperar a Godot.
Esta trama despojada de todo conflicto y sumamente repetitiva simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida, que es el tema recurrente del existencialismo.
Esta monotonía inútil y reiterada hasta el cansancio también está ejemplificada magistralmente en el mito de Sísifo de Albert Camus.

Leí hace poco la obra de Beckett .El tema del absurdo no me atrajo en su momento, era joven y no quería devanarme los sesos buscando los significados ocultos que se suponía debía contener la obra, ahora que la leí...me doy cuenta de estar esperando a Godot.

 
glori,22.02.2016
Me encanta este ensayo, Yvette.
 
chilicote,22.02.2016
 
elclubdelapaginaazul,02.03.2016
el ensayo del domingo de gaps

Don de gentes

Muchas veces me he preguntado cuáles son las variables que influyen en que una persona posea un comportamiento socialmente aceptable. Algunos dirán que tiene que ver con la educación formal, aquella que las personas reciben en el colegio/escuela y luego en educación superior; otros, que radica en el aprendizaje social, es decir aquello que cada persona va a asimilando como una forma de actuar debido a sus referentes, personas susceptibles de ser imitadas y que se va moldeando dependiendo del contexto en cual se encuentre un individuo. Imagino que si estuviese conversando con H. Gardner (creador de la teoría de las inteligencias múltiples) me diría que depende del desarrollo de los distintos tipos de inteligencia, definidas por él como “la capacidad de resolver problemas” en el ámbito, por ejemplo, interpersonal, es decir, de la forma de relacionarse con otros. Por su parte, D. Goleman, probablemente, daría una explicación basada en la inteligencia emocional y toda la teoría que ella encierra. Entre muchas otras respuestas que más de alguien podría darme.

Me pregunto, qué es lo que hace que una persona que entra a su lugar de trabajo, salude amablemente, al portero, a la secretaria, al gerente y al encargado del aseo. ¿Qué es lo que promueve que algunas personas digan “por favor” y “gracias”? ¿por qué algunos cuidan los bienes públicos y otros los destruyen? ¿por qué algunos dañan a los animales y otros los cuidan? ¿qué hace que una persona discuta y se enoje perdiendo la perspectiva del tema en cuestión y otros comprendan que la mejor manera de discutir es conservando la calma? ¿qué provoca que un individuo posea como atributo el “don de gentes”?

Desde mi punto de vista, el “don de gentes” es un bien susceptible de ser desarrollado en el seno del hogar, a través de una crianza amorosa basada en el respeto de las diferencias individuales, con normas claras, que deben ser respetadas, de ésa manera cada niño sabe a qué atenerse, en el contexto en que se les explique claramente que cada uno de sus actos tienen consecuencias. A su vez, el colegio/escuela, debe ser un espacio protegido, en el que cada miembro de la comunidad escolar se ocupe de educar a los niños desde la perspectiva de las motivaciones personales de aprendizaje y potenciar al máximo cada una de las capacidades de los estudiantes.

Siento/pienso que es posible…
 
elclubdelapaginaazul,02.03.2016
El ensayo del lunes de kroston

La fama y sus meandros

“Es muy fácil obtener fama pero es muy difícil merecerla” Albert Camus
Hace unos días supimos la noticia de la nueva captura del Chapo, el narco más famoso del último tiempo, y la entrevista que le hizo el igualmente famoso actor Sean Penn. Las revueltas que este hecho pueden generar son insospechadas y la expectación mundial (concepto que se ha acuñado a partir de la masificación de la prensa e internet y del que no confío ni un átomo) se supone que crece como bola de nieve. Así como están las cosas ni siquiera el eremita más radical puede abstraerse de la información que hoy circula y nos entra por los poros igual que el aire mefítico de las ciudades. Yo, que no tengo televisión y apenas reviso las redes sociales, estoy enterado más de lo que quisiera de esta patraña que ha copado titulares. La foto que simboliza el intríngulis muestra a un Sean Penn con cara de “¡eh, aquí con mi amigo el chapo les daremos una lección!” y a un rollizo con bigote y camisa chillona que podría ser un chofer o un almacenero pero que dizque es el narco más peligroso y buscado del mundo. Frente a la imagen de estos amiguis saludándose y posando para la cámara dos preguntas se me vienen a la cabeza: ¿por qué se produce el encuentro de este par de sujetos famosos? y ¿qué es la fama? Esto en el entendido que el hecho aumenta su importancia mediática por cuanto son dos personajes sobresalientes que vienen de mundos muy distintos. Sobre la primera se pueden colegir algunos motivos: Penn se ha caracterizado por su postura a contracorriente de la política y el capitalismo norteamericano, era amigo de Chávez, visitó a la señora K y con Morales jugó hasta fútbol, por lo que no es extraño que se contactara con el capo de la mafia mexicana para hacerle una entrevista, convertirse en el paladín de la contracultura y, de paso, comprarse unos cuantos gramos de calidad sin intermediarios. Por su parte el chapo, ya con aires de estrella, quiso vanagloriarse y aparecer como un sujeto que está por sobre el bien y el mal y que se codea con la elite del cine hollywoodense. Negocio y prestigio. En cuanto a la fama, y ahora ya independiente de la actividad del famoso, actor, narco, deportista o cantante, es un asunto que da para largo. La fama es como una hechicera que tiene el poder de inmortalizar a algunos y de elevarlos por sobre los demás. Un aura, un atractivo especial, un acto extraordinario, algo que obliga a mucha gente a mirar, admirar o imitar a alguien. La fama es como la fuente de la eterna juventud, atrae, obnubila y ciega. Desde siempre el hombre ha querido poseerla. Aquiles la prefirió a una larga vida. Y en la época caballeresca la fama era tan importante que se masacraban infieles, dragones y gigantes para conseguirla. Pero, qué es realmente la fama ¿virtud, suerte, poder o sólo una idealización bruta? Un poco de todo eso y más. Ah, se me olvidaba, Lennon dijo que los Beatles eran más famosos que Jesús, a lo que el flaco años después le respondió con Chapman. Cuando hablamos de la fama se colige que estamos hablando de un tema cultural, aunque también podríamos abordarlo desde la psicología social. Émile Durkheim, considerado uno de los padres de la sociología, plantea que la elevación que hacemos de cierta gente que se destaca por cualquier cosa tiene mucho que ver con las dinámicas mentales de la religiosidad, algo así como una necesidad intrínseca de que exista algo superior a mí para achacarle cosas que yo no puedo hacer y, de alguna forma, represente lo que yo ansío. “Hemos visto –dice Durkheim en su libro Formas elementales de la vida religiosa-, tanto en el presente como a lo largo de la historia, que la sociedad fabrica cosas sagradas con cualquier cosa. Si se fija en un hombre y cree descubrir en él las principales aspiraciones que la mueven y los medios de satisfacerlas, colocará a ese hombre aparte de sus semejantes y lo divinizará”. De ahí que usemos tantos términos astronómicos o lumínicos para subjetivar a los famosos, el jugador “brilla”, la modelo “deslumbra”, el actor llega a convertirse en una “estrella” de cine y cuando se juntan varios ya estamos hablando de una “constelación”. La política actual se nutre bastante de estos mecanismos psicológicos para intentar posicionar a un candidato como “el elegido”, quien usará el poder para mejorar la vida de los individuos comunes y corrientes.
Como categoría social la fama tiene una amplia gama de significados, puede entenderse como notoriedad, celebridad, prestigio, reputación, popularidad, pero sobre todo es una construcción que refleja las jerarquías, los valores y principios morales de una comunidad. Se podría adaptar el refrán “dime quienes son tus famosos y te diré en qué sociedad vives”. Hoy, para ser famoso no es necesario ser virtuoso ni valiente ni nada de esas boludeces, que va, sólo basta con atraer la atención pública haciendo cualquier extravagancia y ya estamos en los noticiarios, en los periódicos y en las redes sociales. Y si usted tiene un talento escondido que nadie ha sabido valorar, tenemos programas de televisión que lo van a encumbrar a la cima, al “estrellato” y al “éxito social”. Gracias a los medios de comunicación la fama se ha democratizado, ahora es una condición accesible a cualquiera, como un amigo o un tropezón, está a la vuelta de la esquina. Pero, cuidado, así como lo sube lo puede dejar caer, la gente un día lo admira y otro lo detesta, la voluntad popular es volátil, pregúntele a los girondinos o a Messi. A mí, por ejemplo, me encanta ver correr a Usain Bolt y lo encuentro muy gracioso y simpático aun cuando fanfarronea; pero me molesta que ese megalómano de Bono, con sus estúpidos lentes de sol, pose de humanitario como si fuera la madre Teresa de Calcuta (la que tampoco me gustaba) y al mismo tiempo se llene los bolsillos con sus canciones y muecas burdas. Simplemente no le creo. Dígolo para graficar lo caprichosa que puede ser la opinión de un sujeto común y silvestre.
La fama te da influencia sobre los demás pero también te expone y te debilita las entendederas. El chapo se enajenó con su fama, la que después de su espectacular escape se tiñó de épica; el señor quiso coronarse con una película y ya ven ustedes lo que le pasó, ahí está de nuevo tras las rejas, por caliente. No si él tenía que entrevistarse con un actor famoso porque no era una narquito de pacotilla. Como a muchos, su egocentrismo y sus hormonas lo traicionaron. Y Penn, un gran actor que se cree marxista y antisistémico, le siguió el juego y sin quererlo (o quizá con) colaboró en su captura.
Entonces, ¿por qué la gente quiere ser famosa?, porque generalmente la fama se asocia a una vida más regalada, se te abren puertas, sin duda, y de ahí a obtener poder y, por qué no, dinero, es un mismo camino. La buena noticia es que todos de alguna forma tenemos un poco de fama, pero es tan pequeña que, con suerte, sólo nos sirve para que nos identifiquen y sepan algo de nosotros nuestros familiares y amigos. Por acá hay algunos que tienen fama de borrachos o de chiflados, pero eso ya es otra cosa y no tiene remedio. Ahora, si quieren ser famosos en grande, ojala lo logren por motivos heroicos y decentes, como asesinar a Trump.
 
elclubdelapaginaazul,02.03.2016
El ensayo del martes de guy

El mundo tiene que ser feo

Recuerdo una novela de Michel Houellebecq. Uno decía que cuando era niño veía esos documentales de animales y los carnívoros le resultaban repulsivos porque los veía como bichos vagos que no hacían otra cosa que matar a otros animales, que debían mantenerse en movimiento en busca de las pasturas y vivían en alerta y aterrorizados por los otros hijos de puta que se los comían. Esta situación me recordó a lo mismo cuando yo veía esos documentales, nomás que yo entendía las cosas al revés. Para mí a los herbívoros les bastaba con agachar la cabeza (o estirar el cogote hacia las ramas de los árboles) para alimentarse y de paso andaban paseando en manadas numerosas por ahí lo más campantes, mientras que el carnívoro desgastaba energías en corridas muchas veces fallidas y moría de hambre cuando por alguna circunstancia no podía cazar. Yo encontraba en el carnívoro un ser esbelto y ágil, mientras que el otro era un bicho torpe y haragán que se hacía fuerte en el número. Dicho sea de paso, no me va a comparar usted un animal lindo, esbelto y poderoso como un tigre con otro obeso, que se revuelca en la mierda y come pasto como es el búfalo; sería lo mismo que comparar verbigracia a un jugador de básquet con uno de esos gordos japoneses que se golpean con las tetas en ese deporte de enfermos que es el sumo.
Y vamos, que el mundo natural es lo suficientemente caótico e insensible como el nuestro, y por esto debe ser que desde la época del carajo ya había gente que se dedicaba a pensar, y hoy entendemos que el pensamiento es cosa propia de animal malo. Cuando Platón escribió La República, ese hermoso texto que termina diciendo que somos todos unos inútiles sin remedio, ya el mundo era una porquería. Después vino Aristóteles y escribió su panfleto donde definió al hombre como animal político o animal capaz de discurso. No me voy a poner a describir el contexto de esta definición, pero es evidente que estos tipos estaban preocupados por todo lo que pasaba en el dizque mundo. Veamos que desde el siglo pasado hasta la filosofía se puso a mirar esas bestias de mierda.
La cosa es que durante varios milenios el humano vio a los demás animales de tal manera hasta que en el siglo XX la cosa cambió y empezamos a considerarlos de otro modo. ¿Por qué sucedió este cambio en la visión? En tiempos de Descartes un animal era algo así como una máquina que andaba sola, no había nada en el animal que fuera común a nosotros más allá de un sistema de mangueritas y de tripas, y hasta por ahí nomás porque no se sabía mucho de eso. En esa época tampoco se consideraba por ejemplo a los locos, a los niños y a los indios como gran cosa en nuestra cultura occidental porque no participaban del raciocinio del creador, propio del hombre adulto (cedido por el puto de Dios), quien se erguía como dueño de la naturaleza y de la razón y bli bli bli. Actualmente hay cierta sensibilidad, hay contemplaciones morales en lo que hace al tratamiento que damos a los animales, leyes… cosas que durante miles de años no estuvieron en la cabeza de nadie.
También cambió en el siglo pasado cierta relación con nosotros mismos: nuestra capacidad técnica, en fin, lo peligrosos que podemos llegar a ser para nosotros mismos. Nos dimos cuenta de que la tecnología no era tan buena después de todo porque sirvió para la destrucción masiva que todos conocemos, como si dijéramos que inventamos un monstruo con vida propia: las técnicas, la tecnología. No es difícil ver que las guerras siempre existieron, sea a palazos o con pólvora, pero si usted piensa en un aparato mecanizado y regido por las técnicas casi con poder sobrehumano, usted puede ver un hospital, una escuela, una cárcel o un campo de concentración como organismos. El campo de exterminio propio de la segunda guerra es su máxima expresión: se hace técnicamente lo que la técnica puede hacer: un matadero de vacas y un matadero de personas son expresiones técnicas o, si prefiere, tecnológicas, como fumigar un campo de maíz o bombardear una ciudad.
Entonces ¿por qué miramos los animales como otra cosa que no sea materia prima de un proceso, o a lo sumo como personajes de ensueño, tal como venía ocurriendo desde siempre? Digamos que porque se han realizado estudios biológicos y psicológicos y hemos aprendido cosas que pueden decirnos algo de nosotros mismos. Podríamos decir que después de muchos siglos incluimos a los niños, a los salvajes, a los locos y a los animales en el mundo, y entendimos que hay un mundo del niño, del loco… y que cada animal tiene el propio. Entonces vinieron dichas cuestiones morales. Pero aun así el campo de las técnicas sigue siendo terrorífico, acaso más feo y malo que nunca. ¿Cómo puede darse el contrasentido incluir a otros seres en nuestras vidas y al mismo tiempo configurar un mundo horroroso para ellos? Pongo un ejemplo fácil: el maltrato a los animales actualmente en nuestro mundo occidental es condenado y repudiado, y no es para menos teniendo en cuenta que nos hemos educado mirando cerditos y perritos y ratoncitos que hablan en la televisión. Digamos que cualquier niño en tiempos de Descartes iba al corral y degollaba un cerdo para comer o simplemente mataba a cualquier animal porque le daba la puta gana en cualquier lado y nadie decía nada. Un niño civilizado de hoy, o acaso usted mismo, se cagaría de miedo nomás de entrar a un matadero. Usted ve en las películas que por ahí hacen una escena cualquiera en una feria de pescado, es decir, entre animales muertos y gente quitándoles las tripas, pero es muy raro que esa misma escena se dé en un matadero de mamíferos. ¿Por qué? Es obvio. Siguiendo con los ejemplos, hace no mucho quitaron del aire una propaganda de una camioneta que cargaba troncos en un área de tala porque dizque hería la sensibilidad. Por estos días se difundió mundialmente la muerte de un delfín de mierda en una playa de acá dizque por maltrato… ¡un delfín! ¿a qué clase de pelotudo podría importar un delfín en un mundo que consume millones de toneladas de carnes de pescados, de aves y de mamíferos, que envenena y depreda sin pudor los mares y arrasa con los bosques?
Siguiendo con la cosa técnica otro producto relativamente nuevo es la basura, otra cosa espantosa de este mundo donde todo tarde o temprano es desperdicio. Ahora pueden venir los graciositos de siempre a culpar a la avaricia humana, al dinero, a los mercados, al capitalismo… no voy a eso, voy a lo realmente espantoso que es el mundo por los procesos que llevamos a cabo en él y que, en su mayoría, se nos mantienen ocultos como los mataderos en las películas o las talas masivas de las que daba cuenta sin querer el aviso publicitario de la camioneta que fue censurado. ¿Puede haber realmente un mundo bello sustentado por esta cosa de procesos inhumanos y asquerosos?
La pregunta podría ser qué somos pues nosotros en medio de toda esa cosa espantosa de la que parece que dependemos para vivir en la más sencilla de las cotidianidades. No es menester mencionar problemas de violencia, asesinatos, robos… en fin, cosas que pasan desde que un mono descubrió que podía agarrar un palo con el pulgar prensil y partírselo a otro en la cabeza.
Tal parece que el mundo es un lugar feo y hostil porque tiene que ser así, como el que escribió Homero en Ilíada sin una pizca de moralidad (lo de feo y hostil lo pongo yo, no Homero). Entre 1946 y 1958 los gringos ensayaron sus caprichitos nucleares en el atolón Bikini (crossroads, Castle Bravo...) y si vemos eso hoy en Youtube nos resulta perturbador, aunque tal vez gocemos de cierta libertad de conciencia porque no tuvimos nada que ver. Ahora si uno va a un basural y ve los millones de toneladas de basura, tal vez le resulte un espectáculo horroroso del cual nadie está libre; tampoco de esos suburbios o ciudades caóticos donde la gente se hacina entre la mugre y donde la vida de las personas parece desarrollarse con una normalidad que da miedo y tristeza. Esos espectáculos tienen más que ver con nosotros que esos paisajes tan bonitos que vemos cuando hacemos un viaje dizque de placer. Aquella cosa espantosa está ahí, y es nuestra, es nuestro mundo, somos todos nosotros. Y hoy, como nunca antes, no nos gusta ver lo que somos, más aún teniendo en cuenta de que uno puede investigar y ver lo que quiera.
Si el mundo como resultado de eso que somos es feo, quiere decir que nosotros somos algo así como un animal feo. Digamos también que si no lo fuéramos no habría literatura, pintura, música… en fin, no sería necesario el arte, y acaso tampoco la mayoría de las cosas porque ¿quién se pondría por ejemplo a escribir un poema en un mundo bonito y pleno de felicidad y de buenas vibras donde no hubiera nada proveniente de nuestras acciones de bien que no fuera horroroso para la vista? Yo entiendo que en este fenómeno no hay mentira, ni corrupción, ni maldad, igualito que tampoco los hay en esos documentales donde las bestias se matan entre sí (debe ser por esto que los vemos).
Mi amigo Houellebecq en una de sus novelas plantea el fin de la era industrial. Bien, Miki, muy bien, es un buen punto. Habrá que ver cómo lo hacemos. Mientras tanto, cuando veamos esa cosa espantosa de los animales comiéndose entre ellos en los documentales podremos pensar que, en cierto modo, esos animales están a salvo de experimentar el horror que ellos mismos producen ya que tienen la delicadeza de no necesitar utensilios, mientras que para nosotros estar a salvo de lo mismo se nos está volviendo cada vez más difícil.
 
elclubdelapaginaazul,05.03.2016
El ensayo del miércoles de brujah

La sociedad y sus zombis

Casi cocinado, sirviendo mi cavidad craneana como olla, estaba mi cerebro al sol del mediodía. Aun así o quizás por ello, una horrible revelación brotó desde alguna profundidad en él, al observar unos pies calzados con capas de negra mugre, una piel, cuyo vestido y protección era la suciedad misma, una boca digna para representar, definitivamente, al abandono en su forma más literal, unos ojos carentes de alguna expresión conocida, por nosotros “los cuerdos”, vueltos hacia los abismos de la locura o de la muerte o quizás de la perdición misma. Aquel despojo humano me hizo preguntarme ¿hasta dónde se es persona? La fragilidad de lo que define esa palabra, hizo que mi piel se erizara. ¿Comer de la basura? Los perros hacen eso para satisfacer su necesidad básica de alimento, un acto atribuido a los perros y otros animales, pero ellos también lo hacen ¿son personas?
Los perros hacen sus deposiciones en la calle a ojos de todos, los caballos, los cerdos, los burros, en fin, los animales hacen eso; la última fase del proceso digestivo, es solo eso y ningún razonamiento regula esa función… pero también ellos lo hacen así ¡y hacen tantas cosas que son propias de animales! Orinan en las calles, el tomar un baño desaparece de sus prioridades, y así van por ahí, pareciendo hombres, pareciendo humanos pero sus acciones son instintivas, no medía razonamiento lógico alguno. ¿Son personas? Y esa pregunta incesante, me lleva a una profunda reflexión sobre la sociedad y sus males, la sociedad y su inocente maldad.
Como una dolorosa flecha surge desde mi memoria una palabra “zombis” y a mis recuerdos llegan horrendas imágenes de algunos filmes que he visto, donde hombres carentes de todos los elementos que le definen como persona, se pasean por las calles con aspectos terribles, animados solamente por un virus que ha aniquilado sus vidas y se ha adueñado de su cuerpo, cuyo único deseo es comer carne humana. Con asco los vemos salir de recovecos oscuros y asquerosos, miradas perdidas y carentes de vida, su andar descoordinado y un definitivo y único deseo; satisfacer una necesidad biológica. Es curioso que casi siempre el argumento de estos filmes, consiste en que fue un experimento del gobierno que salió mal y terminó así. Dicho de una forma directa, se culpa al estado de la catástrofe.
¿Cuánta diferencia hay con la realidad, si se mira con el suficiente criterio? Personajes como el que mencione al principio van por ahí, con el único objetivo de consumir sus drogas, viven en los lugares más bajos de las ciudades, bajo puentes, en casas abandonadas, en cloacas, abandonados y aglomerados, viviendo peor, incluso que los irracionales, los vicios los han poseído hasta suprimir todo aquello que les hace persona humana y ya solo queda la parte animal. Y uno no deja de pensar que gran culpa de ellos ha caído en los gobernantes, con su corrupción rampante, con sus desfachatada sed de poder. Gobiernos de hombres cuyo, único objetivo es acumular dinero. Protegen solapadamente el negocio de las drogas ilícitas y propician los escenarios para su distribución, hacen nulas las esperanzas de los jóvenes truncando sus oportunidades de educación, gobiernos que dan la sensación de estar ahí solo para favorecer a los más privilegiados económicamente, sirviendo a los intereses de unos pocos. Mientras la gran mayoría de sus ciudadanos ven crecer ante sus asombrados ojos a la miseria que les amenaza y mina toda esperanza de algún bienestar para sus vidas. A raíz de ello, miles de jóvenes son empujados hacia el efímero y fugaz escape que representan las drogas. De muchas maneras son empujados hacia ello, algunos recorren un camino más largo y tortuoso, pero al final llegan ahí, terminando atrapados para el resto de su existencia en él, sacrificando su valiosa existencia por nada.
Caminando entre los vivos, entre los insensibles, cansados e indiferentes vivos, cuya vida diaria se resume en una constante lucha para mantener su propia cordura, en medio del dolor y el miedo en que imperceptiblemente (tal vez así porque se vive bajo efectos de la anestésica diversión o distracción o un sistemático proceso de idiotización colectiva) se ha convertido vivir. Y es que la sociedad vive día a día las consecuencias de ese proceso. Las nuevas tecnologías, aunque representan una oportunidad de información y conocimientos, también están minada en sus mayoría de contenido vacío, cuyo único fin parece ser el lograr una sociedad que olvide pensar y tomar decisiones con criterio, una sociedad donde el conocimiento importa poco y a cambio de conocimiento se adquiere y refina un gusto por lo superficial y lo fantasioso; una sociedad donde en gran medida la realidad colectiva pasa a ser lo irrelevante. Una sociedad que se indigna ante un personaje de reality show con mala actitud, por un reinado de belleza venido a mal, que en nada beneficia a las pueblo, o por una señora ebria que insulta a un policía (sucesos aislados que ninguna reflexión profunda suscitan y en nada cambia o beneficia a la mayoría) o que dura semanas completas pendiente de la muerte de un actor de cine, o un cantante famoso (cuestión que no hace, ni mejor , ni peor al mundo) y estos ejemplos los cito solo para mostrar una parte las cosas en las que las personas invierten tiempo y lo que para ellos representa la realidad. Una realidad encuadrada así: trabajar, o estudiar o no hacer nada (mientras se quejan por ello) esperar hasta después de estas actividades para seguir una o muchas series o programas de concurso, en resumen atiborrarse de cantidad de información irrelevante que mantendrá sus mentes ocupadas durante el día siguiente, luego voltear hacia el ordenador o algún terminal Smart, procurando entretenimiento o alimentando la morbosa tendencia de estar pendiente de los hechos más insignificantes cuanto mortal se coloque al alcance, para así agotar otro día más de vida.
Mientras eso, en una realidad paralela, la clase política, a ojos de todos, decide el destino de millones de personas, despilfarran los bienes que le han sido confiado para administrar, aprueban proyectos de ley a conveniencia de cuanto corrupto y sinvergüenza se le deba favor. Sistemáticamente los pobres van quedando más pobres y las calles se van poblando de desamparados, víctimas, en la mayoría de casos de esas decisiones que toman nuestros políticos mientras, el resto de la sociedad permanece embelesada en las ilusorias luces del entretenimiento, despojándose de su capacidad para ver y tomar decisiones, permitiendo que unos pocos les despojen de su dignidad, que les roben sus esperanzas. Cada persona debería saber el valor que tiene y de acuerdo a eso hacerse respetar, no capitular tan fácilmente ante los poderosos, porque ellos no son poderosos, poderoso es el pueblo cuando alza una voz y se pronuncia para recordarle a sus gobernantes que ellos solo son administradores y que aún las mismas fuerzas armadas le pertenecen al pueblo y están al servicio del pueblo, porque ellos también hacen parte del pueblo, y el pueblo aglomerarse alrededor de los sensatos, debería dejarse dirigir por quienes demuestren superioridad intelectual, capacidad extraordinarias para tomar decisiones. ¿Cómo fue posible que más de 35`000.000 millones personas permitieran a un gobernante entregar tan valioso y estratégico bien como una empresa productora de energía limpia, por dinero a una empresa extranjera, cuando es bien sabido que muchos gobiernos están haciendo hasta lo imposible por conservar y construir empresas así? Y esto solo por mencionar un ejemplo. Creo que la sociedad necesita despertar y mirar alrededor, la realidad inmediata, la corrupción que pone la vida cotidiana en aprietos ¿es que acaso no notan que la sal solo está más cara porque, a causa de un desmedido afán de dinero, para invertir en algo que no lo beneficiará a usted directamente, ha sido gravada con impuesto más? Solo por citar un ejemplo de cómo funcionan las cosas mientras los afectados mira hacia otro lado, hacia la vacía y poca provechosa realidad del entretenimiento, producida por los conchabados medios de comunicación que sirven a los intereses de los gobernantes de turno y sin ningún tipo de principio actúan como difusores del proceso de idiotización colectiva. Cada uno debería hacer la siguiente reflexión: Mientras yo siga comportándome como borrego obediente e irracional y no alce mi voz para ponerme de frente a un cambio radical, mientras no comience a hacer la tarea de leer los programas de gobiernos que propone un político o estudiar su hoja de vida, para dar un voto a conciencia, mientras no decida castigar a los mismos de siempre en las urnas de la irreconocible democracia recibiendo sus míseros sobornos, pero rechazándoles ahí mismo y demostrándoles que el dinero no puede comprar conciencias, mientras siga, deliberadamente renunciando a mi derecho tener voz y voto en las decisiones que se toman en la esfera política. Nuestros zombis caminarán en medio nuestro, ignorados y solitarios en su ruin miseria, solo a veces siendo percibidos con desagrados por su nauseabundo olor, que debería recordarnos nuestra propia miseria, miseria que entre todos construimos. Lo cierto es que ellos caminarán indiferentes en medio nuestro hasta el día en que su población sea tan grande y su existencia amenace la frágil tranquilidad de los vivos y la sociedad, esta sociedad estupidizada a fuerza de televisión y revistas rosas y redes sociales y vanidades inútiles, abra sus ojos y se haga esa pregunta ¿ellos son personas? ¿hasta cuándo lo seremos nosotros?

EUSTORGIO MARTINEZ VALLE
 
elclubdelapaginaazul,05.03.2016
El ensayo del jueves de Leandro77
L BARRO Y EL HOMBRE

Me siento en un banco público, junto a la fuente que hay en cierto parquecillo cercano a mi casa, y al rato la plazoleta con suelo de arena se llena de chiquillos; las madres se instalan en los bancos que quedan libres y le dan a la lengua: “Que si este me dijo aquello, que si aquel otro sinvergüenza que yo conozco hizo o dejó de hacer aquello otro.”

De repente, observo cómo se levanta furiosa una madre, y, con dos pasos que da, alcanza a su niño y le propina dos azotes, seguidos de dos coscorrones. ¡Que si quieres llorar luego en tu rincón! Niño, eso no se hace.

¿Y qué había hecho de malo la criatura? Me pregunto yo, atónito. Cavilo un poco y doy con la respuesta: el niño se había revolcado en el suelo, el barro (pues hacía poco habíamos tenido ruidosa sesión de lluvia) se había convertido en sus manos en el juguete más divertido del mundo.

Con poco que uno reflexione, aprueba inmediatamente el comportamiento previsor de la madre. El barro ensucia la ropa, el barro es como un cajón que contiene todo tipo de microbios, incluidos los que aún no han sido catalogados por los laboratorios, el barro es una materia asquerosa, sucia y repelente, cuyo solo contacto acarrea infortunios sin fin, el regreso del ser civilizado al estado semisalvaje y pérfido.

Debemos, pues, agradecer a esta madre el celo con que prepara a su hijito para que no desmerezca el día de mañana, para que no sea un bruto en medio de tanta gente de bien, y de provecho, y de etiqueta.

¡Alto ahí!, me digo para mis adentros. Recuerdo que cuando tenía seis años me picó una avispa cerca del ojo derecho. El dolor se agolpó en la carita de un pequeñuelo que recién descubría los sinsabores e injusticias (dicho sea de paso) de este bajo mundo. Pero, hete aquí que la monja me agarra del brazo, me lleva a la fuente, recoge un puñado de tierra, lo pone en remojo, con el barro obtenido en sus blancas manos me aplica un emplasto en mitad de la cara, y heme aquí cómo en un instante ya no me acuerdo de que el mundo es malo y los dolores, efímeros.

¡Yo invoco ahora mismo a Pachamama! La tierra es nuestra madre. Si sufrimos un tropiezo, apliquemos un poco de barro en la herida; ella nos sanará.
 
elclubdelapaginaazul,05.03.2016
El ensayo del viernes de Rubalva

La flor de la perseverancia

Hace un par de años, una amiga me obsequió (¿o fue prestada?) una pequeña lámina pegada sobre madera, que puede ser colgada como un cuadro o colocada en una mesa o escritorio como un portarretrato.
Dicha lámina tiene la foto de un paisaje nevado y un hermoso mensaje que es un llamado a perseverar. Lo leo cuando me invade el desencanto al no obtener en un tiempo prudente, los resultados positivos que espero cuando emprendo una labor. Dice así:

¡Insiste!

Lo que no logres hoy,
quizás mañana lo lograrás,
no es tiempo todavía;
nunca en el breve término de un día
madura el fruto ni la espiga grana.
No son jamás en la labor humana
vano el afán ni inútil la porfía;
quien con fe y valor lucha y confía
los mayores obstáculos allana.
Trabaja y persevera,
que en el mundo no hay nada
que sea rebelde o infecundo
para el poder de Dios
o el de la idea.

Como se ve, es un ferviente llamado a no desfallecer y a continuar hacia delante, sin importar los tropiezos que se nos presenten.
Lo anterior lo podemos resumir en una sola palabra: perseverancia, que es la cualidad de aquel que tiene constancia y fe en todo lo que emprende. Perseverancia es sinónimo de entereza, persistencia y tenacidad.
El mundo está lleno de fracasados cultos, de talentosos frustrados, de perdedores inteligentes, así como de personas con demasiado ingenio para hacer lo que no deben. Todo esto porque no han hecho planes y actuado en consecuencia, ni perseverado con el propósito de triunfar.
Estas personas cambian de rumbo cuando no deben, se dan por vencidos fácilmente o pierden la confianza y el entusiasmo. Entonces, simplemente, lo abandonan todo aunque estén conscientes de que los planes valiosos deben continuarse hasta verlos felizmente consumados.
Perseverar es mantener un curso fijo, haciendo caso omiso a los retrasos, las dudas o las dificultades. Es la habilidad que separa a los ganadores de los perdedores, pues quien triunfa en negocios, deportes, ciencias u artes, generalmente debe su éxito a la constancia en el recorrido del trayecto. Edison, por ejemplo, fracasó cientos de veces antes de inventar la bombilla eléctrica.
La perseverancia tiene varios enemigos que debemos identificar para que, conscientes de que existen, tomarlos en cuenta para que no malogren nuestros esfuerzos.
El más común es la mala costumbre de no terminar lo que se inicia porque se pierde el interés y el entusiasmo para llevar un proyecto hasta feliz término; el otro tiene que ver con la inhabilidad de finalizar una empresa y está relacionado con fracasos anteriores: sucede cuando tenemos metas adecuadas basadas en planes débiles.
También cuando transigimos ante la oposición estamos condenados a no triunfar: muchas veces los contratiempos, las derrotas temporales y los esfuerzos no compensados, nos hacen adoptar la salida más fácil: abandonar. Un hábito común que tienen todos los fracasados es el de ser indolentes. Para contrarrestarlo se debe desarrollar la buena costumbre de emprender el trabajo propuesto inmediatamente (o tan pronto como sea posible) sin buscar pretextos. Camarón que se duerme…
Asimismo, la frustración que produce hacer las cosas a medias es otro de los enemigos que tiene la persona que quiere perseverar. Es importante saber que si vamos a hacer una tarea es porque queremos y eso conlleva capacitarnos para la misma, investigar e invertir en ella el tiempo necesario para que las cosas salgan bien.
También debo indicar la sensación que se apodera de nosotros cuando otros no responden en la medida que esperamos de ellos: el negativismo. Para insistir en nuestros planes y acciones, es menester descubrir de dónde procede y aclarar la situación, pensando en que seremos juzgados no por lo que iniciemos, sino por lo que terminemos.
Para ello debemos de tener algunos aliados: deseos de triunfar, paciencia, disposición de corregir los errores, autodisciplina y fuerza de voluntad. Planes y acciones no son suficientes: hay que perseverar hasta el final.
Empero es bueno señalar que debemos de estar seguros de que lo que emprendemos amerita realmente el esfuerzo, pues una persona puede ser enteramente firme y sincera en cuanto a sus convicciones y a la vez estar completamente equivocada. Si ese es el caso, es recomendable abandonar un proyecto inútil, pues no existe mayor pérdida de tiempo que recorrer un camino que no conduce a ninguna parte.
Viene a mi memoria la historia de alguien que fue un ejemplo de fe en sí mismo y en su trabajo, que perseveró en cada momento de su vida, aunque no llegó a saborear el néctar de su triunfo, porque para entonces ya había muerto: se suicidó.
Se trata del pintor holandés Vicent van Gogh, hoy reconocido en todo el
Mundo. Durante su vida padeció fuertes depresiones por estar alejado de los suyos y porque sus trabajos no concitaban la atención de los críticos de arte ni del público común. Sin embargo, insistió. Pasaba días enteros dedicado a dibujar y a pintar, pero nadie se interesaba en sus trabajos.
Años después de fallecido la gente empezó a aquilatar la calidad de sus obras. Hoy, un cuadro de van Gogh cuesta millones de dólares. Su perseverancia dio una flor, aunque él no llegó a constatarlo porque sus problemas mentales lo llevaron a quitarse la vida cuando apenas tenía 37 años.
Su caso es muy particular, pero hay millones de personas que sí han disfrutado del fruto de su constancia. Y tú puedes ser uno más de ese grupo, si así lo decides.

Alberto Vasquez.

 
elclubdelapaginaazul,06.03.2016
El ensayo del sábado de Yvette27

Los lugares comunes

Hay quienes afirman que existió en la Edad Media(1230) una persona de nombre Pero Grullo que se caracterizaba por expresarse con frases repetitivas, carentes de lógica y significado. Precindiendo del hecho que haya existido o no, las verdades de perogrullo son parajes que frecuentamos a menudo por pereza, inercia o hábito sea en el habla que en la escritura .
Pero Grullo nos regala una colección de sandeces y verdades irrefutables como: “ cuatro huevos son dos pares; la mano cerrada se puede llamar puño, cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor, cuando llego a la parada del tranvía o está allí o tengo que esperarlo” “ganó la carrera es el que iba adelante” …son todas frases tan idiotas que tienen por lo menos el valor de hacernos sonreír.
Francisco de Quevedo fue el primero en cunear la palabra perogrullada en, su libro Los sueños (1622) y la pone en boca del “profeta Pero Grrullo.”

Borges confiesa haber cedido a la facilidad del lugar común:”En estos tiempos de tantas y tan generalizadas incertidumbres, empleo con demasiada frecuencia y casi sin darme cuenta, en especial desde mi último cumpleaños –no digo cuántos, pero es una cifra jubilosa−, una frase hecha: «¡Vamos a ver!», apócope manifiesto de «¡Vamos a ver qué pasa!».

Cortázar y Vargas Llosas sufrieron algunos deslices y ni qué hablar de Cohelo, que si recibirá un premio Nóbel ,será por el uso masivo del lugar común.
Héctor Abaden en su artículo “¿Por qué es tan malo Paolo Cohelo?”(2003) dice que el escritor brasileño ha logrado una fortuna recopilando lugares comunes y erigiéndose en filósofo de la vida.

Aparte las frases hechas hay ciertos sustantivos que suelen acompañarse por un calificativo que parece atraerles con fuerza magnética, nos hallamos así ante los dientes de perlas, el sol radiante, el perro fiel , la felicidad perfecta, el aventurero intrépido y los sueños …dulces, naturalmente.

Gustave Flaubert que se preocupaba hasta la exageración de pulir sus frases de toda impureza, escribió un “ Diccionario de los Lugares Comunes”, ironizando no solo sobre las palabras clichés sino también sobre las situaciones trilladas. Para Flauber una institutriz ,en una novella, será por lo general hija de una familia que ha sufrido desgracias económicas y que se enamorará del padre de los niños que asiste.
Un joven soltero que vive solo tendrá siempre su casa hecha un terremoto de desorden y confusion. Un relato que no encuentre el camino directo hacia el punto final terminará por resolverse apelando al trillado recurso del sueño del protagonista.
Los críticos ,que muy a menudo son implacables, encuentran en el lugar común pan para sus dientes.


León Bloy publica en 1913 “Exégesis de los Lugares Comunes” donde reúne y comenta una serie de frases hechas y estereotipadas. Allí aparecen explicadas desde el irónico punto de vista del autor, frases como ;“No se puede tener todo”, “Nadie es perfecto” o “Lo mejor es enemigo de lo bueno” “No somos nada”.
A este tema se dedica también Aurelio Arteta en su último libro Tantos tontos tópicos (Ariel), que acaba de aparecer en España. El libro se divide en dos partes, en la primera se destruyen sin piedad los temas morales tan usados como “sé tu mismo”, “no debemos juzgar a nadie”, “la vida es el valor supremo”…en la segunda parte recorre los lugares comunes de uso frecuente en política: “al enemigo ni agua”, “con la violencia no se consigue nada”, “estoy en mi perfecto derecho”.
El periodismo es un vivero diario de frases hechas, que si bien expresan lo que se proponen, dejan un sabor a dejá lu.
“Llamó poderosamente la atención
”de fuente bien informada“
El citado nosocomio”
“En el punto álgido”
“Sufrió un duro revés”
Muy buen éxito………"(¿hay éxitos malos?)
“El flagelo de la droga”…
“Incendio de proporciones (”ambiguo modo de decir que no se conoce el tamaño del desastre)

Considerando que ya señalé en abundancia los riesgos de esta trampa de la escritura y del habla, agrego que el lugar común puede resultar muy cómodo porque lo encontramos ya listo para usar , pero su uso y abuso evidencia nuestra índole conformista y nuestra inercia mental .
Basta por hoy “mañana es otro día”

 
elclubdelapaginaazul,17.03.2016
eL ENSAYO DEL DOMINGO DE GAPS

Don de gentes: segunda alternativa.

Retomando el ensayo anterior, “muchas veces me he preguntado cuáles son las variables que influyen en que una persona posea un comportamiento socialmente aceptable”.

Mi propuesta es salir de las obviedades, dejando de lado variables tales como la educación formal y social, la genética, los distintos tipos de inteligencia, estructura de personalidad, entre otras.

Partamos de lo básico, el ser humano es un todo conformado por cuerpo y alma. El cuerpo tiene una vida útil determinada por el paso de los años y luego de cumplir con éste período, fenece, en cambio el alma, trasciende.

La reencarnación plantea que cuando el cuerpo muere, el alma vuelve a nacer encarnada en otro cuerpo. La evolución del alma es directamente proporcional al número de veces que ha encarnado (salvo excepciones) ya que ha tenido más experiencias y por tanto más aprendizajes, por lo cual, un alma “vieja” debiera ser más evolucionada que un alma “nueva”.

Hay personas que aseguran tener recuerdos de vidas pasadas y/o que, a través de regresiones, han logrado recordar sus vivencias de antaño. Hay otros, que pese a haber tenido experiencias extremadamente adversas en su vida actual, han logrado desarrollarse como gente de bien.

En este escenario, la forma de ver la vida, basada en el buen vivir y/o en el cumplimiento de normas socialmente aceptables, dependería de la evolución del alma.
 
elclubdelapaginaazul,17.03.2016
eL ENSAYO DEL LUNES DE KROSTON

La última y me voy

“Cuando bebes el mundo aún está ahí afuera, pero en ese momento no te tiene cogido del cuello” Bukoswki

La variedad de sustancias que el ser humano consume para evadir la realidad o verla desde otro punto de vista, digamos, más lúdico y desprejuiciado, es un asunto interesante. Hemos buscado formas de salirnos de este mundo desde que el primer marihuano nos dijo que se podía llegar a mayores grados de felicidad con unas plantitas mágicas. La cerveza, por ejemplo, ya en los tiempos de Hamurabi (siglo XVIII a.c.), provocaba conflictos entre bebedores y cantineros. “Si una tabernera –sentenciaba el rey- da un cántaro de cerveza a cuenta, cobrará, al llegar la cosecha, 50 silas de cebada”. Si porque algunos graciosillos bebían como camellos y después no querían pagar. Todavía quedan de esos. Y qué decir de las orgiásticas borracheras de los griegos y los romanos, que gozaban del vino y entre sí. El alcohol, en general, es uno de los productos que más hemos consumido en todos los tiempos y lugares. Desde los babilonios a las fiestas electrónicas, las drogas y el alcohol han sido protagonistas de rituales y celebraciones. En todas las sociedades, desde las más primitivas, se han producido estimulantes que el hombre ha usado para sobrellevar su vida, paradójicamente, tratando de alterar la cotidianeidad ¿por qué?, ¿le tememos a la vida?, ¿tanto nos cuesta soportarla tal cual es?, ¿por qué nos metemos sustancias que afectan nuestra psiquis? Al parecer no somos capaces de vivir en estado de permanente lucidez. Buscamos la desinhibición, el valor o la intrepidez consumiendo cosas que alteran nuestra mente. Cuando ingerimos alcohol, drogas o medicamentos psicotrópicos lo que buscamos es, principalmente, escapar de nuestro entorno; pero, no seamos despreciativos, también hay quienes los usan para potenciar su imaginación o creatividad. Los artistas en general son reconocidos consumidores de drogas. Es que la relación entre arte y evasión o transformación de la realidad a través de narcóticos es estrecha y directa, pues no es fácil escurrirse con ingenio y creatividad de las vicisitudes diarias que ocupan gran parte de nuestro tiempo. Por lo mismo, también es cierto que en estado de excitación mental se han creado grandes obras. Ejemplos hay muchos. Los poetas malditos (Poe, Rimbaud, Baudelaire, Verlaine), literatos como Huxley, Hemingway, Bukoswki, psicólogos como Freud, Jung, etcétera, podríamos hacer una lista interminable de reconocidos escritores que han usado y abusado de las drogas y el alcohol para escribir, relacionarse o morir. Incluso a nosotros nos da por filosofar y vomitar ideas trascendentales después de unos cuantos tragos. Quizá esto de “liberar” la conciencia y el pensamiento a través de enjundias que trastornan la conexión “normal” que tenemos con el mundo nos alivia en cierto sentido del peso de nuestras restricciones físicas, atrapados como estamos en un cuerpo frágil y finito pero con una imaginación ilimitada y en expansión. Somos animales con pretensiones de ser semidioses. Linda broma. En la corriente existencialista se ha dicho que estas limitaciones producen un dolor tan insoportable que puede llevarnos a la locura o al suicidio. De ahí que nos permitimos como sociedad un pequeño escape a través del alcohol u otras sustancias. Son necesarias, al igual que nuestra capacidad de comunicarnos o movernos. El filósofo Walter Benjamin tiene un libro titulado “Haschísch”, en el que publica los apuntes que tomaron él y algunos de sus amigos intelectuales bajo los efectos de esta droga. “Bienestar ilimitado–escribe-. Fracaso de los complejos de angustia neurótico-obsesivos. Se abre el "carácter" amable. Todos los presentes se irisan hacia lo cómico. A la par que las auras se interpenetran”. Potente lo que dice sobre los complejos. Se van por el desagüe como los mojones y nos sentimos aliviados. Por otro lado la risa actúa como lazo espiritual y un signo inequívoco de la distorsión que produce la droga. Se ríen de todo, incluso de los muebles, atacados por esa hilaridad incontenible de los adolescentes. La realidad se percibe como algo totalmente alegre, muy lejos de la pesadez que sentimos cuando estamos sobrios. Benjamin analiza el comportamiento desde la alteración de la mente y señala que “se anda por los mismos caminos del pensamiento que antes. Sólo que parecen sembrados de rosas”. En este caso no se provoca una desconexión total, sino una trasformación burlesca y agradable del entorno, entre otras cosas. Baudelaire también escribió un libro muy interesante e ilustrativo sobre el tema, en sus “Paraísos artificiales” describe con detalle los efectos de esta y otras drogas, y dice que brota una arrebato de la personalidad y “al mismo tiempo una sensación muy viva de las circunstancias y el ambiente”. Se agudizan los sentidos y se expande la percepción del entorno. El tiempo y el espacio se tuercen peligrosamente. Es conveniente, dice el poeta, que la experiencia se circunscriba a un espacio seguro y en un estado de ánimo sereno, pues la droga profundiza los estados de ánimo que tiene el sujeto al momento de ingerirla. Por cierto, también hay alucinaciones. La descripción que hace de esto es inmejorable: “Los objetos exteriores adquieren apariencias monstruosas. Se os presentan en formas desconocidas hasta entonces. Luego se deforman, se transforman y, finalmente, penetran en vuestro ser o bien vosotros penetráis en ellos. Tienen lugar los equívocos más extraños, las trasposiciones de ideas más inexplicables. Los sonidos tienen color y los colores música. Las notas musicales son números y resolvéis con una rapidez espantosa prodigiosos cálculos aritméticos a medida que la música penetra en vuestros oídos. Estáis sentados y fumáis, pero creéis que estáis sentados en vuestra pipa y que es vuestra pipa la que os fuma; sois vosotros quienes os exhaláis en la forma de nubes azuladas”. Es un estado mental y espiritual muy atractivo, sobre todo si lo contrastamos con nuestras vivencias “normales”. De ahí que una vez experimentada tan deliciosa sensación insistamos en volver a consumir. Pero, prudencia, que si no logramos sujetarnos ¡hay! nos convertimos en adictos. Stanton Peele, uno de esos psicólogos que dedican su vida a hurgar en nuestros defectos, indica que nos hacemos adictos porque queremos “aliviar el dolor, la ansiedad u otros estados emocionales negativos mediante una pérdida de la conciencia o mediante la elevación del umbral de nuestras sensaciones”. Sí señor, somos hedonistas empedernidos. Ya sabemos que todo tiene que ver con eludir la pesadez de la vida y la amargura de la muerte. Parece que, después de todo, no somos capaces de aceptarlas tal cuales son y usamos las drogas como un bálsamo para olvidar esas dolorosas verdades. Somos débiles, por eso hemos creado “deliciosos licores con los que los ciudadanos de este globo se procuran a voluntad, alegría y coraje” canta Baudelaire, que así, borracho y todo, fue uno de los más grandes poetas. ¿Qué puede decir a esto el señor psicoterapeuta? Tiene razón, la mayoría no llegaremos a ser brillantes artistas, menos bajo los efectos del alcohol, ¡salud por eso!; sin embargo, ya se intentó prohibirlo y quedó la grande. ¿Le suena la Ley seca y Al Capone? No se puede. El hombre si es vulgar necesita un escape a su aburrida y monótona vida, y si es artista, excusas para sus ideas locas. Leamos a Baudelaire, “si el vino desapareciera de la producción humana, creo que en la salud y el intelecto del planeta se produciría un vacío, una ausencia, una imperfección mucho más espantosa que todos los excesos y las desviaciones de que se hace responsable al vino”. Sabio. Hay por ahí un concepto que puede servirnos en esto del consumo de alcohol, parece contradictorio pero no deja de ser oportuno, la “adicción racional”, que va por el lado de controlarse y no caer en la actitud del borracho insufrible. Es difícil, porque la línea divisoria entre una natural tendencia a buscar estímulos placenteros y una adicción patológica es muy difusa, pero hay ciertas conductas que dan señales. ¿Quién decide si estamos enfermos? Los pedantes como Peele, y nuestra familia. Llegamos cansados a casa y nos relajamos con un trago, este agradable momento resulta tanto por el efecto del alcohol como por los pensamientos alegres que tenemos al haber terminado sanos y salvos una jornada de responsabilidades, y estamos casi seguros que el tiempo y el mundo están ahora a nuestro favor (los casados con hijos pequeños tal vez no puedan decir lo mismo, pero hagan el esfuerzo). De aquí que queramos repetir esta sensación con otra copa, y otra, y otra, hasta que empezamos a gritar y asustar a quienes nos rodean. Autocontrol, y no se excusen en la idiotez “es que no me di cuenta” porque cada uno sabe lo que puede. ¿Y qué pasa con el que vive solo? Ese que se llene, se acueste y sueñe que flota en vino, no molesta. Estamos hablando de las perturbaciones sociales que produce el exceso ¿Si? Quedamos con un amigo en un bar, conversamos, nos reímos y hasta nos ilusionamos con la morena de enfrente. Es natural que queramos repetir la situación, pero si volvemos al bar, nos emborrachamos, botamos los vasos y vomitamos el pasillo más de una vez es señal que necesitamos a Peele, porque hemos perdido el mando y creemos que el alcohol nos arreglará la vida porque sí. Algo parecido les sucedía a los perros de Pavlov, estaban convencidos que después del tilín tilín venía la carne y babeaban como drogos frente a una farmacia, pero no, todo era pura sugestión y burla. En fin, el placer mueve al mundo. Y el fatalismo, y la monotonía de la vida, que son los principales responsables de que busquemos paraísos momentáneos a través de las drogas. Benjamin lo sabía. “El mundo –dijo el filósofo- es siempre el mismo (que todo suceso hubiese podido desarrollarse en el mismo ámbito). Esto es en lo teorético una verdad cansada, marchita a pesar de todo… Incluso podríamos decir que las verdades más profundas, lejos de haber superado lo romo, lo animal del hombre, poseen la poderosa virtud de poder acomodarse a lo romo, a lo común, incluso de reflejarse a su manera en el soñador irresponsable”. Después de esto qué otra cosa podemos hacer sino echarnos un buen trago y meditar sobre las fatalidades humanas, porque, como dijo el poeta “¿quién de vosotros tendrá el valor despiadado de condenar al hombre que bebe con inteligencia?”, pues bien, bebamos con inteligencia, ¡Salud!
 
elclubdelapaginaazul,17.03.2016
El ensayo del martes de guy

Los puntitos de Céline

Pensaba que usamos las comas también en la obviedad. Decimos que Pérez es ingeniero, escritor, padre de familia y empresario. Esas comas de la enumeración son tan obvias como obligatorias, es decir que si las quitamos la oración se entiende perfectamente y, por otro lado, resultan tan naturales que si no estuvieran el lector las pondría inconscientemente. ¿Qué nos impide escribir que Pérez es ingeniero escritor padre de familia y empresario? Ahora vendrán los genios de la respiración a argumentar, no sin cierta razón, que uno cuando habla hace esas comas. Oquéi, podemos estar de acuerdo, pero una (digamos) regla dice que las comas separan valores sintácticos iguales y si miramos la oración, es eso justamente lo que tenemos entre ellas.
Una de las instrucciones más útiles que escuché acerca del uso de las comas es la siguiente: poner una coma es abrir un paréntesis. Qué tal. Esto podría resumir el uso de estas virgulillas. La apertura de un paréntesis requiere de un cierre. En nuestro caso este cierre o lo ponemos a conciencia o se pone solo; digamos, pues, que es mejor hacer lo primero.
No me voy a poner a enumerar todas las maneras que conozco de utilizar las comas. Lo que me interesa es tener más o menos una idea de cómo esto afecta lo que se escribe, teniendo en cuenta eso de la subjetividad del uso de los signos de puntuación. Parece que estos signos de puntuación forman parte de lo que llamamos estilo. Si usted lee a Hegel, amén de no entender un carajo, se encontrará con un estilo muy particular (horroroso, bah), acaso no tan particular como el de otros filósofos (que en general escriben feo porque esa gente teme demasiado la claridad). Ahora bien, hablar de estilos en base al uso de las comas sería horrible y hasta podríamos caer bien en la huevada, bien en lo obvio de la normativa sintáctica y bli bl bli. Por esto es que me dispongo a comentar algo del desquiciado de Céline y sus famosos puntos suspensivos.
Alguna vez me puse a pensar, o a tratar de analizar, la puntuación de Céline. Tengo acá un panfleto de Louis Ferdinand y transcribo lo siguiente al azar:

—¡Jamás!… usted no encontrará ni un solo sendero… ni una sola calle… ni una sola placa…
—¿En alguna parte usted ha dicho, si no me equivoco, que en las cárceles danesas matan muy bien a los presos?

Hay dos hablando, obviamente. ¿Qué hacen los puntos suspensivos en este ejemplo? Todos sabemos que se usan a modo de prolongación de algo (no digamos esa pendejada del suspenso, seamos serios). En el ejemplo los tres primeros frenan. Por otra parte, hasta pudo haber utilizado comas porque está claro que luego de “sendero” viene una enumeración cuyos términos comienzan igual (como el caso de las ocupaciones de Pérez). El final del renglón, en cambio, indica otra cosa: ahí no hay una prolongación, ni una coma, ni una necesaria continuidad de la enumeración: esos tres puntos finales, por su usted no se dio cuenta, es muy probable que indiquen que el hablante ha sido interrumpido por su interlocutor.
Leer “Muerte a crédito” es encontrarse con puntos suspensivos y signos de exclamación como para cuatro generaciones de novelistas. Alguno podrá pensar en un abuso de manchitas en el texto, en una hijueputez propia de un desquiciado. Ni hablar de la jerga: modismos que yo leí traducidos al español, es decir, modismos franceses adaptados a modismos españoles contemporáneos. Menos mal que los idiotas de Anagrama no editaron semejante obra (y espero que no se les ocurra por el bien de futuros lectores), porque la habrían hecho mierda con esos leísmos pelotudos que mencioné en algún panfleto anterior. En “Muerte a crédito” el lector llega a pensar que quien va a morir es él mismo antes de llegar al final.
Lo cierto es que el tipo pretendía de ese modo, con semejante puntuación, emular o enriquecer el lenguaje hablado, no digamos la sonoridad, la respiración y toda esa cosa, sino la emoción de la lengua. Un loco de mierda, bah. No obstante, si uno se pone a pensar en la función pongamos convencional de los puntos suspensivos, se preguntará quién sería capaz de “decir” tantos de estos en una conversación. A mí lo primero que me viene a la mente es un niño que llora e intenta explicar en medio de ese llanto lo que ha sucedido. O tal vez un marihuano que habla en un ataque de risa. Lo cierto es que los que dizque usan las comas para dizque respirar acá podrían morirse ahogados por no exhalar.
Voy a abreviar esto, que es mucho. Leí a Céline hace varios años. Primero “Viaje al fin de la noche”, años después “Muerte a crédito”. Con el tiempo saqué mis conclusiones de por qué esa puntuación. Nunca busqué opiniones al respecto porque no me hacían falta (además en internet ponen cualquier gansada) y el año pasado me encontré con “Conversaciones con el profesor Y”, que es un librito de Céline que consiste en una entrevista que se hace a sí mismo y en la que describe contento algunas cosas de su estilo.
En principio dice que la novela compite con el cine y que los novelistas a lo que más pueden aspirar es a que sus libros pasen a la pantalla. Usa el impresionismo a modo de ejemplo, dice que estos artistas vieron la fotografía y tuvieron que replantearse sus formas. Mejor que lo diga él:

—¡Porque habían visto fotos!… ¡venían de descubrir la foto!… ¡Los impresionistas reaccionaron precisamente ante la foto!… ¡no buscaron competir con la foto!… ¡no eran tan estúpidos! Se la supieron rebuscar… ¡inventaron una cosita! ¡que la foto no podía arrancarles!… ¡no tanto el “aire libre”, como dicen!… ¡ahí, verdaderamente ya no arriesgaban nada!… la foto no es emotiva ¡nunca! está paralizada, es frígida… como el cine… con el tiempo se vuelve grotesca… como el cine, necesariamente… ¡que es grotesco!… ¡no le queda otra!…

Esta reacción de los impresionistas, dice Céline, era necesaria en literatura pero los escritores (de su época, obviamente) no reaccionaron. El loco este afirma que tiene que prevalecer la emoción por sobre las ideas y por sobre la reflexión, que “la emoción viene del carozo del ser, no tanto de las pelotas, ni de los ovarios…”. Cuando define su estilo, dice que toma todo lo de la superficie y lo lleva abajo, al metro, al “metro emotivo”. Se refiere como metro, claro, al tren subterráneo. Esto es “una cosita” que inventó él. Veamos:

—¡Y toda la superficie conmigo! ¿eh? ¡toda la superficie! ¡embarcada! ¡amalgamada en mi metro! ¡todos los ingredientes de la superficie! ¡todas las distracciones de la superficie! ¡a la fuerza! ¡no le dejo nada a la superficie!… ¡le birlo todo!…
—¡Ah!… ¡ah!…
—¡No, coronel!… ¡no, perfectamente!… ¡todos en mi metro emotivo!… ¡las casas, los ladrillos, los maridos, las señoras, los panaderos, las bicicletas, los automóviles, las costureras, los policías! ¡amontonados! ¡“montones emotivos”!… ¡en mi metro emotivo! ¡no dejo nada en la superficie!… ¡todo en mi transporte mágico!
—¿Ah?… ¿ah?…
—¡Con violencia!… ¿usted es el mago? ¿sí?… ¿no? ¡entonces que su encanto opere!… ¿algunos lectores se empacan?… ¡un garrotazo!… ¿algunos prefieren el cromo? ¡un garrotazo!…

Entonces todo lo de la superficie el tipo se lo lleva bajo tierra y lo mete en un dizque tren emotivo que va a toda velocidad. Luego dirá que lo que queda en la superficie es esto: el cine, que es la puta más fea, la psicología, toda la mierda filosófica y todo el horror fotográfico. Como vemos, este muchacho amaba a todo el mundo, casi como usted que, como digo siempre, es un ser de luz.
Pero yo empecé esto con los signos de puntuación. Bueno, Céline dirá que su tren no puede andar por rieles normales, que necesita rieles torcidos porque si no, se va todo a la mierda. Dice que hay que tener mucho cuidado para no cagarla. Bueno, dice esto:

—¿Comprende lo que le explico? ¿todo lo que le explico? ¿el refinamiento de mi invención? ¡la astucia del trabajo! ¿por qué yo soy el genio de las letras? ¿por qué soy único, eh?
—¡Sí! ¡sí! ¡sí!
—¡La emoción a flor de piel! ¡nunca a un costado!
—¡Sí! ¡sí!
—¡Que su metro falle por un milímetro!… su metro atiborrado de lectores… hechizados con su estilo… ¡es la catástrofe!… ¡todo patas para arriba, coronel!… ¡una carambola! ¡por un milímetro! ¡y usted el responsable!
—¡Sí! ¡sí! ¡a toda velocidad!
—¡Las niñeras, los kioscos, las revistas, los motociclistas, los galanes, destacamentos completos de policías, cafés repletos de plagiarios, camiones repletos de sentimientos!… ¡que usted horneó, embutió, anudó a su libro con un minidesvío de su estilo, con la sombra de una coma!… ¡chocan contra el decorado! ¡revientan todos! ¡se hacen papilla!
—¿Ah?… ¿ah?… ¿ah?…
—¡Termínela con su “ah”, coronel!… ¿quiere más detalles?… ¿detalles íntimos?
—¡Oh, sí!… ¡sí! ¡sí!
—¡Bien!… ¡Los tres puntos! ¡cómo me los han reprochado! ¡todo lo que me han dicho de mis “tres puntos”!…

Y bien, luego se refiere a que lo han criticado por el uso de los tres puntos, se defiende de las críticas y finalmente dice que los puntos suspensivos son los durmientes sobre los que se apoyan los rieles de su metro emotivo. Y la verdad que uno tiende a creerle al tipo este, sobre todo en eso que no se detiene y bla bla.
Oh, iba a decir algo, pero me estaba olvidando un detallito. ¿A usted le parece que esta explicación que puse acá, incluso con frases textuales del propio autor, explica el uso de los puntos suspensivos? Usted no dirá que no leyó a Céline y que no sabe, porque acaba de leer unos párrafos y puede darse una idea. Entonces, insisto, ¿todo esto explica el uso de los tres puntos? Al final me parece que la literatura no sirve para explicar ciertas cosas de la literatura.
Claro que usted acaso sea un lector empedernido incapaz de hacer una A sin amarrarse los extremos de un palo a las rodillas, y estará pues en su derecho de no interesarse por este detalle de la puntuación, conque mejor vaya a escribir un mail a su sobrinito.
 
elclubdelapaginaazul,17.03.2016
El ensayo del miércoles de rhcastro

Para llegar a ti...

Me pongo en la situación de un nativo americano, un sacerdote que tiene la creencia que con sacrificios humanos los dioses mantendrán a su pueblo abastecido. Esta creencia de cortar la cabeza de un salvaje (Los aztecas llamaban así a los que frecuentaban el bosque) fue motivo de espanto para los colonizadores y existen muchas referencias a estos hechos. Fue cuando los salvajes fuimos nosotros.
Si viajo en las imágenes y me detengo sobre uno de nuestros majestuosos templos, de seguro me sentiré orgulloso de la arquitectura de la gran Tenochtitlan que sobre un lago nuestros hombres construyeron. A lo lejos, observo el puente que lleva al exterior y por el cual Hernán Cortés huyera salvando la vida de algunos de sus hombres. Es inquietante imaginar a Cortés llorando bajo un ahuehuete o peor aún, sentir como Cuauhtemoc el fuego que nos incendia la casa ¿Y por qué? ¿Por qué destruir una cultura para imponer otra? ¿Derribar una ciudad edificando sobre cadáveres?
Por otro lado los jesuitas, cuando se internaron por primera vez en Japón (1549) y descubrieron el maravilloso mundo de los bonzos, quedaron estupefactos por la belleza del lugar y sabiduría de los monjes, pero había algo que no podían aceptar, practicaban sodomía que en España era castigada con muerte, por lo que aun cuando no se les consideró salvajes, si fue desconcertante y motivo de enojo y griterío que los nipones catalogaron como imprudente y de malas costumbres. Cosa curiosa la cultura ajena cuando el silencio es superior a la razón.
En el año XVI los españoles incursionaron en una nueva misión a China donde fueron bien acogidos ; pero cuando mostraron a su dios crucificado, fue tanto el rechazo que por poco los linchan. Ellos, gente de pocas palabras y reverencias milenarias, no podían concebir la crueldad de adorar a un hombre asesinado, por lo que al observar aquella cruz, los catalogaron como satánicos adoradores del mal. Los jesuitas tuvieron que esconder sus ídolos mostrando solamente imágenes de María madre, lo que hizo pensar a los orientales que el dios de los jesuitas era mujer.
¿A qué voy con todo esto? A que somos ajenos en un mismo planeta. Que no es cosa de idiomas o dialectos, dioses y dominios, en definitiva necesitamos algo más que palabras y creencias.
En América aprendimos español porque nuestra lengua, según dijeron era primitiva al no cumplir con la morfología, sintaxis y gramática. Se impuso un nuevo dios que en su historia también aceptaba sacrificios y amenazaba con castigos. Un dios que a cambio de rezos supo quedarse con tesoros, mujeres, ciudades y tributos. Porque fuimos irrespetados, incomprendidos, despojados y humillados en nuestras humildades. Satanizados como los misioneros jesuitas en oriente y aún ahora en pleno siglo XXI seguimos siendo discriminados por quienes con un poco de poder nos someten a la peor de las pobrezas.
Todo esto que escribo no es para comprender las etapas y generaciones pasadas aunque bien me vale saberlo, sino qué sucedió para llegar a ser lo que somos . El individuo, ese que al quedar fuera de moldes, seguimos tachando de poco cuerdo o pariente del demonio. Ese que no escribe ni escribirá la historia porque ésta no está hecha de períodos cortos o escrita a dos manos, sino por el contrario, todo nuestro ego es irrelevante cuando entendemos que si hubo un césar capaz de quemar Roma, en la actualidad hay, sí que los hay... muchos emperadores de imperios exclusivos y particulares que están dispuestos a destruir el mundo maravilloso de una sola cabeza.
Te has preguntado ¿Cuántos pueblos más hay por conquistar? ¿A cuántos hay que asesinar? ¿Estamos cambiando? ¿Aprendimos algo?
No sé a que dios te inclines ni cual sea tu credo; pero entiendo, sí que lo entiendo que para llegar a él tendría que aprender a estar contigo tal como lo hizo Mateo Ricci en China, que aun siendo extranjero supo adaptarse con la sabiduría de un bonzo a una cultura ajena, sin que para ello destrozara la calma de algún templo.


Bibliografía:

Espacios en la historia, México, El Colegio de México, 2014, pp. 97-123. Mayer Celis, Leticia.
http://cdigital.d... .pdf
 
elclubdelapaginaazul,18.03.2016
El ensayo del jueves de Leandro77

LA VOZ DE LA CONCIENCIA

¿Qué es la voz de la conciencia, de la que muchos hablan pero donde no cabe una definición precisa? Para definirla, no obstante, me parece que lo mejor es acudir al sentido literal: voz interior, voz que suena dentro de nuestra cabeza, eso es la voz de la conciencia. Algo inmaterial, intangible, de ahí su oposición neta con el cuerpo, que es lo material, lo que vemos, lo que tocamos. La conciencia solo se oye, y no siempre. El cuerpo tiene enemigos: virus que lo atacan, enfermedades que acechan, tóxicos que pululan en los estantes repletos de mercancías. La voz interior también tiene enemigos: todo aquello que impide su realización. ¿Por qué es tan importante poder escucharla? Porque al ser inmaterial queda libre de ataduras terrenas, su decir será limpio, sincero, sin las interferencias de la avidez y el capricho inmediato.
Esta voz constituye un freno para la satisfacción de aquellos deseos cuya realización provoca daños a terceros o a uno mismo. Porque puedo apetecer un cigarrillo tras otro. La voz de la conciencia me advierte entonces, me avisa de que por ahí no. ¿Qué otra cosa puede hacer? Surge al instante el conflicto, alma y cuerpo no se entienden. Esta voz amarga la fiesta de la carne, que anhela vivir y disfrutar mientras haya tiempo y lugar para ello. El cuerpo, aliado con la mente, comprende que debe desactivarla. ¿Es posible? No es posible desactivar la voz de la conciencia. Otra solución para estos aliados de circunstancias: dejar de oírla. ¿Cómo? Basta con aplicar las leyes de la física: un ruido potente enmudece los que quedan por debajo de él. La voz del espejo es ruido que se oye cuando dominan el silencio y la calma. ¡Llenemos, pues, las jornadas de prisas y alborotos, y la voz de la conciencia se callará por fin!
No es una solución definitiva, pero constituye un buen atajo. Muchos lo toman: fuman y beben como cosacos para no oír esa voz estridente; van a discotecas a tragar humos y ambientes apretados para no oír su voz interior; se atosigan, por último, con el trabajo y el estrés, así es como se liberan del peso de la conciencia.
En otras esferas más altas, el rico empresario que hunde en la miseria a sus pobres empleados acalla la voz del espejo, si acaso la conserva aún, que de seguro estará raquítica y paliducha, acudiendo a fiestas, embajadas, cruceros, reuniones de última hora en el estudio 158 del rascacielos situado en una de las avenidas principales. Y así, no es que la engañen, es que la silencian saturando de ruido sus vidas. La voz de la conciencia no muere nunca, dormita en el fondo de los almarios. Así es la vida, ¿qué le vamos a hacer?
 
elclubdelapaginaazul,20.03.2016
El ensayo del viernes de Rubalva

Bendiciones compartidas

Si nos remontamos a los días de nuestra niñez, posiblemente recordemos una frase que era el colofón antes de ir a la cama: “bendición papá...bendición mamá”, una petición infantil para dormir en paz.
Bendición tiene su origen en el latín. Significa bene, bien y dicere, decir: bien-decir. Es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o a un grupo de ellas, que en virtud del poder mágico del lenguaje logra que ese deseo se cumpla. Es invocar en favor de una persona el favor divino. Gramaticalmente, es lo contrario de “maldición”. Ambas son oraciones de modalidad desiderativas (que indican un deseo) y tienen un papel destacado en las creencias populares, así como en sus mitos y leyendas.
En especial es de gran importancia esa bendición que los padres otorgan a sus hijos, ya mencionada. También bendicen los tíos, los padrinos, el líder religioso. Bendicen todos los que quieren colmar de bienes la providencia. “Que Dios te acompañe”, “Que te vaya bonito”, son bendiciones muy utilizadas.
En la Biblia las bendiciones son temas comunes. Es hermosa la bendición sacerdotal que podemos encontrar en Números 6, 24:
“Yahvé te bendiga y te guarde. Yahvé haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé paz.” Hermosa también la frase del ángel a la Virgen, vigente siempre por medio de la oración: “Bendita tú eres entre todas las mujeres...”
También es la protagonista en el relato de cómo Jacob engañó a su padre ciego, Isaac, para obtener la bendición que éste deseaba dar a su primogénito, Esaú (Gen. 27, 28-29).
Las bendiciones siguen siendo un recurso argumental frecuente en todo tipo de historia. En “La guerra de las Galaxias” los personajes se despedían con un buen deseo: “Que la fuerza te acompañe”.
Para motivarte a dar y a recibir bendiciones, comparto contigo las 4 Leyes de la bendición:
1) Nuestras bendiciones deben fluir a otros.
2) Cuando bendecimos a otros, Dios tomará cuidado de nuestras necesidades.
3) Las bendiciones compartidas retornan a nosotros, y
4) Cuando te retorna la bendición, Dios espera que bendigas a otros a la vez.
Te exhorto a bendecir, para así otorgar vida a ambos y para que la amistad se incremente, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza. Su efecto multiplicador es dado por Dios a sus hijos.
Compartamos pues, bendiciones, conscientes de que al expresarlas conferimos prosperidad a otros y alcanzamos los mismos beneficios del que recibe nuestros buenos deseos.

Alberto Vásquez.
 
elclubdelapaginaazul,20.03.2016
El ensayo del sábado de Yvette

El lector

En un foro de ensayos no podía faltar la mención al libro “El lector en fabula” de Umberto. Eco, el escritor italiano fallecido hace un mes. *
Todos somos lectores y sabemos cuándo un libro nos atrapa y cuándo no. Libros que son monstruos sagrados de la literature suelen descepcionar al lector que desea entrar en ese universo pero encuentra un camino sembrado de escollos y siente que no está a la altura de la empresa. Así les ha sucedido a muchos con El Castillo de Kafka, con el Ulises de J.Joyce o con el nombre de la rosa de U. Eco. **

Se trata de libros difíciles de los cuales percibimos su valor, pero nos rendimos ante la dificultad que presenta el comienzo. Es frecuente que volvamos a esa lectura más tarde, cuando nuestra maduración supere la barrera.

El editor de U.Eco le sugirió eliminar las primeras cien páginas de El nombre de la rosa,” tantas citas bíblicas, tantos textos en latín desaniman al lector”, dijo.
La respuesta de Eco fue que a él no le interesaba el lector que no pudiera superar las primeras cien páginas del libro.
En el ensayo “El lector en fabula” encontramos la explicación a esta respuesta.
Para Eco un Autor modelo es el que produce un determinado Lector modelo, dicho esto entramos en el núcleo de su pensamiento.
El autor modelo busca al lector que esté a la altura de completar y aportar sus propias interpretaciones a la obra. El lector, según Eco debe poseer la capacidad intelectual que le permita compartir un estilo y cooperar con su creación.
Sin esta interaxión autor-lector la obra no estará completa. Explica que al dejar espacios para colmar, el autor está pidiendo colaboración e invita a analizar más allá del significado de la palabra.
“La lectura debe ser considerada como una producción no como consumo,”
Queda claro que la relación autor- lector require que el lector filtre lo escrito a través de sus experiencias y bagaje cultural y encuentre nuevos sentidos al texto a medida que se adentra en la obra.
Este tipo de lectura aumenta el placer y la comprensión del texto y será diferente a la de otro lector con experiencia y vivencias distintas.
El autor piensa en su futuro lector y prevee su comportamiento interpretativo de manera que escribe creando al mismo tiempo el lector que podrá seguir la estructura de su obra.

Cortázar por su parte nos propone el lector Hembra y el lector Macho. Esta adjetivación fue objeto de muchas críticas, sobretodo por parte de las mujeres, de manera que fue reemplazada por lector pasivo y activo.
El lector activo se acerca a la definición de Eco, es atento, cree en la historia pero al mismo tiempo la cuestiona, en una palabra, “habla con el autor”.
El lector pasivo es el que pone la lectura al nivel de la experiencia del entreteniento televisivo, un pasatiempo nada más.Busca una libro con una historia ya resuelta que no le pide colaboración. El lector pasivo come el alimento que le sirven sin agregar condimentos.
En Rayuela Cortázar nos propone el Lector(super)Activo, aquel que interviene en la composición del libro con su propia elección de los textos. No sé hasta qué punto la iniciativa tuvo éxito.
Otro modo de leer pasivo es el que impone una lectura por estudio o trabajo,

Alonso Quijano es un lector pasivo al principio de su historia ya que su mente está atiborrada por los textos de caballería. La locura que deriva de esa lectura lo libera y el Hidalgo se convierte en lector activo.

La lectura activa es tan apasionante como escribir
Termino con la conocida frase de J.L.Borges:
” Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído”

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* «Lupus in fabula» es una locución latina que utiliza cuando se está hablando de una persona y en el preciso momento aparece el referido en escena. Es equivalente a la expresión española «hablando del rey de Roma, por la puerta asoma». Wikipendia
El escritor italiano Umberto Eco quiso evocar esta locución con el título de su célebre ensayo Lector in fabula (1979).

**ver el texto de lucrezio en el foro “quien es un escritor”
 
elclubdelapaginaazul,20.03.2016
Por razones privadas no podré seguir ocupándome de la publicación de los ensayos en mi Home. Por favor publiquen sus textos directamente en el foro ENSAYOS de Crítica . Gracias .
 
elclubdelapaginaazul,22.03.2016
a
 
rhcastro,25.03.2016
Los del miércoles seguirán participando en este lugar. Quizás sean los únicos no sé, quizás los últimos quien sabe, pero acá, en espera de que vuelvas vieja, de que todo esté bien.
 
hippie80,25.03.2016

Existe poca diferencia entre los últimos y los únicos.-

 



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