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ninive,08.12.2011
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Siguiendo con la iniciativa ( ver El doble literario )de leer y comentar textos de autor, he aquí un texto, rico en su brevedad,que se presta al cambio de opiniones e interpretaciones. | |
ninive,08.12.2011
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Este cuento de Roa Bastos, forma parte de "El baldío", un libro escrito en 1966 que permaneció casi secreto hasta su reedición en 1993.
El baldío
No tenían cara, chorreados, comidos por la oscuridad. Nada más que sus dos siluetas vagamente humanas, los dos cuerpos reabsorbidos en sus sombras. Iguales y sin embargo tan distintos. Inerte el uno, viajando a ras del suelo con la pasividad de la inocencia o de la indiferencia más absoluta. Encorvado el otro, jadeante por el esfuerzo de arrastrarlo entre la maleza y los desperdicios. Se detenía a ratos a tomar aliento. Luego recomenzaba doblando aún más el espinazo sobre su carga. El olor del agua estancada del Riachuelo debía estar en todas partes, ahora más con la fetidez dulzarrona del baldío hediendo a herrumbre, a excrementos de animales, ese olor pastoso por la amenaza de mal tiempo que el hombre manoteaba de tanto en tanto para despegárselo de la cara. Varillitas de vidrio o metal entrechocaban entre los yuyos, aunque de seguro ninguno de los dos oiría ese cantito isócrono, fantasmal. Tampoco el apagado rumor de la ciudad que allí parecía trepidar bajo tierra. Y el que arrastraba, sólo tal vez ese ruido blando y sordo del cuerpo al rebotar sobre el terreno, el siseo de restos de papeles o el opaco golpe de los zapatos contra las latas y cascotes. A veces el hombro del otro se enganchaba en las matas duras o en alguna piedra. Lo destrababa entonces a tirones, mascullando alguna furiosa interjección o haciendo al cada forcejeo el ha... neumático de los estibadores al levantar la carga rebelde al hombro. Era evidente que le resultaba cada vez más pesado. No sólo por esa resistencia pasiva que se le empacaba de vez en cuando en los obstáculos. Acaso también por el propio miedo, la repugnancia o el apuro que le iría comiendo las fuerzas, empujándolo a terminar cuanto antes.
Al principio lo arrastró de los brazos. De no estar la noche tan cerrada se hubieran podido ver los dos pares de manos entrelazadas, negativo de un salvamento al revés. Cuando el cuerpo volvió a engancharse, agarró las dos piernas y empezó a remolcarlo dándole la espalda, muy inclinado hacia adelante, estribando fuerte en los hoyos. La cabeza del otro fue dando tumbos alegres, al parecer encantada del cambio. Los faros de un auto en una curva desparramaron de pronto una claridad amarilla que llegó en oleadas sobre los montículos de basura, sobre los yuyos, sobre los desniveles del terreno. El que estiraba se tendió junto al otro. Por un instante, bajo esa pálida pincelada, tuvieron algo de cara, lívida, asustada la una, llena de tierra la otra, mirando hacer impasible. La oscuridad volvió a tragarlas enseguida.
Se levantó y siguió halándolo otro poco, pero ya habían llegado a un sitio donde la maleza era más alta. Lo acomodó como pudo, lo arropó con basura, ramas secas, cascotes. Parecía de improviso querer protegerlo de ese olor que llenaba el baldío o de la lluvia que no tardaría en caer. Se detuvo, se pasó el brazo por la frente regada de sudor y escupió con rabia. Entonces escuchó ese vagido que lo sobresaltó. Subía débil y sofocado del yuyal, como si el otro hubiera comenzado a quejarse con lloro de recién nacido bajo su túmulo de basura.
Iba a huir, pero se contuvo encandilado por el fogonazo de fotografía de un relámpago que arrancó también de la oscuridad el bloque metálico del puente, mostrándole lo poco que había andado. Ladeó la cabeza, vencido. Se arrodilló y acercó husmeando casi ese vagido tenue, estrangulado, insistente. Cerca del montón había un bulto blanquecino. El hombre quedó un largo rato sin saber qué hacer. Se levantó para irse, dio unos pasos tambaleando, pero no pudo avanzar. Ahora el vagido tironeaba de él. Regresó poco a poco, a tientas, jadeante. Volvió a arrodillarse titubeando todavía. Después tendió la mano. El papel del envoltorio crujió. Entre las hojas del diario se debatía una formita humana. El hombre la tomó en sus brazos. Su gesto fue torpe y desmemoriado, el gesto de alguien que no sabe lo que hace pero que de todos modos no puede dejar de hacerlo. Se incorporó lentamente, como asqueado de una repentina ternura semejante al más extremo desamparo, y quitándose el saco arropó con él a la criatura húmeda y lloriqueante.
Cada vez más rápido, corriendo casi, se alejó del yuyal con el vagido y desapareció en la oscuridad.
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justine,08.12.2011
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Es un cuento de extrema dureza que se desarrolla en un ambiente oscuro y de podredumbre, no sólo del paisaje si no también de los personajes. Uno con peor suerte ya sin vida y el otro, sumergido en un fango fétido que arrastra el cuerpo del primero con una crueldad narrativa espeluznante. Yo imagino que los hombres provienen de la misma miseria por la que transitan, eso parece al principio. Sin embargo al reflexionar me doy cuenta de que el inicio del cuento es muy abierto. Los personajes son definidos como sombras y nada sabemos de ninguno de ellos. Supongo que el que arrastra es un asesino, luego pienso tal vez sólo cómplice, tal vez sólo oculte un cadáver de muerte accidental. Y los veo pobres, pobres y miserables, pero tal vez no lo sean, no describe ninguna característica que los defina, aunque tiendo a pensar que pertenecen al cuarto mundo de las grandes ciudades, sumidos en la misma inmundicia por la que transcurren los dos personajes. El final me confirma esa impresión, es un hombre hosco y duro, probablemente el asesino que se asquea igual de la fetidez como de la repentina ternura que le lleva a huir con la criatura protegida por su saco. En el mismo baldío que abandona el cuerpo muerto, alguien ha abandonado a un niño que él se encuentra y se aleja corriendo con la vida recién nacida. Al final hay una luz para la esperanza. | |
Yvette27,09.12.2011
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En este cuento breve encuentro una imagen en blanco y negro. Los colores están fuera del objetivo. Es de noche, sombras y chispazos de luz de los automóviles. Lmuerte arrastrada por un personaje sin identidad tan nergro y gris como lo que lo rodea y al final el blanco absoluto: MUERTE y VIDA.
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justine,09.12.2011
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Si, Yvette27, es muy alegórico. | |
ninive,09.12.2011
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Es notable que la sordidez de la narración lleve a pensar que se trate de un asesino con su víctima. En ningún lado se lee esto. Me hace reflexionar sobre la importancia que tiene sobre el lector
la ambientación y el recurso de los juegos de contrastes del cuento.
Hermoso ese gesto protectivo de quitarse la chaqueta para proteger a la
criatura.
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filiberto,11.12.2011
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Es un cuento que deja mudo al lector y a los que somos aprendices nos hace comprender por qué estamos tan lejos de ser escritores.
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loretopaz,15.12.2011
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Un cuento impresionante, tanto por las imágenes que entrega como por la opacidad con respecto a los personajes, a la historia misma, nada es preciso, salvo las pocas imágenes iluminadas ya sea por los faros o el relámpago. Al leerlo me siento sofocada por el calor excesivamente húmedo que me imagino debe predominar en el Chaco paraguayo. Me gusta mucho la definición de cuento de contrastes en blanco y negro, luz y sombra, vida y muerte. | |
qoele,16.12.2011
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El cuento no me entusiasmó particularmente.
Para entendernos, debo decir que desde el punto de vista de la pintura, de cómo está escrito, de la técnica literaria es irreprensible, y ya quisiera yo escribir al menos una frase de esas. Esto está fuera de discusión.
Pero la historia que se desarrolla en esos lugares tétricos, angustiosos, profundamente marginales, donde golpean esas descripciones y contrastes de la belleza de la naturaleza y el feroz degrado al ambiente de ese basural, hacia donde arrastra un cuerpo anónimo un anónimo personaje, cuyas historias desconoceremos, y está bien así.
Lo que hizo bajar mi tensión de lector es que ese hecho ya se intuye, pero el autor lo alarga demasiado, haciéndolo demasiado explícito.
Me arruinó definitivamente la historia ese final piadoso, de buenismo, de rescato. Esto le quitó potencia a un hecho que por sí mismo dejaba amplio espacio al lector por donde llevar su imaginación. Una opinión, naturalmente.
En todo caso este cuento no me parece esté relacionado con el doble en literatura, sin forzar las cosas. | |
ninive,16.12.2011
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Creo que no se puede hablar de alargar o hacer implícito el tema. El texto no creo que supere las 1000 palabras. Lo que tu encuentras implícito está sólo en tus recuerdos de lecturas anteriores, es posible que algo similar o tu oficio de escritor te llevaran pronto a la conclusión de la que no se da ni un indicio hasta el final. Válida intervención la tuya.
¿podríamos hablar del autor Roa Bastos en pocas palabras?
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qoele,16.12.2011
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Quise decir que lo implícito desbordó, casi, hacia lo explícito. En mi opinión.
Desde luego que cada lectura, para cada lector, está relacionado con el cómo ese lector lee, lo cual es en sí algo harto complicado.
Es posible que yo hasta haya leído alguna vez este cuento, y lo haya olvidado. Entonces, en el inconsciente ya no había misterio. ¿Puede ser? | |
justine,16.12.2011
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Puede ser qoele una explicación de lo que ves en el cuento de explícito, pero fíjate, yo me atrevería a hablar más bien de una guía arquetípica e inconsciente. La sordidez, la crudeza que de forma tan magnífica se reflejan en este texto, producen una inquietud interior que nos empuja a abrirnos hacia algún tipo de luz que nos alivie, que nos calme la naúsea de conocer esa faceta puramente animal del hombre.
Por otro lado, no creo que este texto se mueva en el sentido del doble, sino el de la dualidad de una condición única.
Contenta de leerte por aquí. | |
negroviejo,16.12.2011
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El tipo de narración se corresponde con la denominada novela negra de los años 40, claro, con la prosa de un escritor de primer nivel que eleva la categoría del relato y que hace de su lectura un placer.
Para quienes vivimos en grandes ciudades como Buenos Aires, el presumible horror de la historia se ve atenuado por la realidad cotidiana que nos llega con lujo de detalles, mucho más espantosos, a través de la TV y prensa escrita. A todo nivel, lo que asombraba y estremecía en los 60 hoy resulta poco menos que naif.
Poco importa que el hombre fuera bueno o malo, rico o pobre ni los motivos de su acción, el autor, deliberadamente, nos escamotea esos datos. Lo que si nos dice, es que aun en las circunstancias más extremas cabe esperar un acto de amor o caridad por parte de cualquier ser humano.
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justine,16.12.2011
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Es cierto que la realidad que vivimos, que a veces vemos y que a veces nos cuentan los medios de comunicación es incluso más cruda. Pero no creo que ello convierta en naif el relato de Roa. De hecho la brutalidad es inherente a la raza humana desde el inicio de sus tiempos.
Encantada de verte en el foro, negroviejo. | |
negroviejo,16.12.2011
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Gracias Justine, igualmente.
Te aclaro que no me refería al relato de Roa Bastos cuando incluí la palabra naif. Solo quise enfatizar la pérdida paulatina de capacidad de asombro a través de los últimos cuarenta años. | |
qoele,16.12.2011
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No creo que la crónica anule el efecto de una buena historia literaria. El horror ha existido en el pasado con tanta o más virulencia que en el presente, quizás.
La banalización de los medios de comunicación, como dice negroviejo, claro que juegan un papel opiáceo en la masa televisiva, pero ese público no lee a nuestro autor ni a Poe, seguramente. | |
Tasio,16.12.2011
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Pocas sensaciones son tan cercanas como las de compartir un mismo cuento. Creía que era complicado conseguir esa sensación a través de un foro, pero estaba equivocado.
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Tasio,16.12.2011
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Al leer los comentarios "dejados" por los otros cuenteros, me he sentido como si estuviera sentado en un viejo café charlando de una sórdida historia, descubriendo sus matices ocultos .Cada nueva nueva opinión, cada nuevo enfoque sobre el cuento, creo que no resuelve las principales incógnitas, sino que aumenta el misterio, lo amplia. Quizá no exista una sola verdad absoluta y definitiva bajo sus sombras ,y "la verdad" sea contradictoria y llena de contrastes como el relato. No se si a vosotros os pasó, pero a mí al final cuando se lleva, al bebé en brazos me produce una sensación extraña; creo que el bebé está seguro con ese hombre; ¿o debería decir criatura? que me llena de inquietud.
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Tasio,16.12.2011
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En la parte técnica, para mí destaca el ritmo narrativo. La longitud de las frases está perfectamente elegida: frases cortas y yuxtapuestas para conseguir un ritmo rápido que trasmite la sensación de huida. El relato también está envuelto en una "atmósfera opresiva" que logra a través de un cuento marcado por la descripción. Habitualmente lo descriptivo ,"frena el ritmo narrativo" (parece una contradicción con lo dicho anteriormente) ;pero en este cuento, la descripción se "adapta" perfectamente al ritmo rápido de las frases, a veces las alarga un poco mas ( intencionadamente ), sin embargo, "no frena" la historia; La descripción es arrastrada por el ritmo como el cadáver lo es en la historia, solo que con ello consigue "que la historia este muy viva". Conseguir una historia tan descriptiva en un ritmo tan veloz es "MAGISTRAl". Un cuento que "te sumerge "en los sentidos; a veces usa una figura literaria, la sinestesia (unión de dos sentidos) "olor pastoso " ,"chorreados, comidos por la oscuridad" , "… ruido blando y sordo"etc, que potencian los contrastes;los evoca, esto también lo consigue con otro recurso de estilo, otra figura literaria: el oxímoron (la unión de contrarios) "La cabeza del otro fue dando- tumbos alegres-", "lo arropó con basura"etc. Estos recursos están tan bien seleccionados que potencian el sentido literario y no lo recargan, como pasa muchas veces... en fin no conocía al escritor; Me gustó mucho | |
ninive,16.12.2011
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Bien venido Tasio a este grupo de lectores .
Muy buena tu interpretación. Estaba por agregar la presencia de referencias sensoriales que dan al texto, pese a su oscuridad ambiental, gran riqueza de sensaciones. Creo que no hay referencia al gusto pero todos los otros sentidos están presentes.
Me permito transcribir algo que encontré en la red.
i" El autor se refleja en este cuento porque relata en parte su vida, vivida en su país
sobre la dictadura militar que sufrió al irse de allí
·El cuento “el baldío” narra la historia de los problemas sociales y políticos de su país
El autor se siente cansado de tanta injusticia y violencia. La oscuridad representa esa época de dictadura;
que lo obliga a exiliarse.
El niño que al final del relato encuentra pasa a significar una nueva oportunidad para su vida a la cual se aferra."/i
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justine,17.12.2011
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Tal es la riqueza de matices, tasio, que pudiera parecer morboso el deleite artístico que se siente durante la lectura. Creo que es tan magistral, que parece que la historia sea un bajo relieve. | |
qoele,17.12.2011
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Un lector es una lectura, y ni siquiera eso, porque en una relectura ya ese mismo lector es otro.
La riqueza de esas lecturas diversas está en que otros podemos conocerlas gracias a este foro. | |
loretopaz,17.12.2011
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Si, estamos de acuerdo. Justine, muchas gracias por haber abierto este foro, y como dice quoele, cada nueva lectura puede mostrarnos facetas diferentes, iluminar ciertos pasajes que antes habíamos pasado por alto, y el hecho de compartirlo entre varios lectores amplifica aun mas este descubrimiento.
Tasio : es muy rica la interpretación que haces del cuento, pienso como tú que la clave, la verdad velada nunca es única, que la reflexión, las razones íntimas que llevan a un autor a escribir se multiplican con cada lector, con cada lectura. Y que tal vez al publicar un texto, el autor deje ya de ser el propietario de su obra.
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Tasio,17.12.2011
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Algunos apuntes
yo también llegué a pensar que me encontraba ante:"...ese final piadoso, de buenísimo, de rescato",como dice qoele. Un final impuesto a la historia, pero a mí no me produjo esa sensación finalmente .Frases con sentido contradictorio hacen que se proyecte en el lector la misma sensación contradictoria que en el personaje, como ejemplo:"El hombre quedó un largo rato sin saber qué hacer. Se levantó para irse...", "Se incorporó lentamente, como asqueado de una repentina ternura semejante al más extremo desamparo..." A mí, el final me parece que le da un giro inesperado a la historia que potencia "su magia" pero ya se sabe... para gustos:colores. | |
Tasio,17.12.2011
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Otros apuntes
Amiga nineve, comentas que entre las referencias sensoriales no encuentras ninguna para el gusto. Para mí el sentido del olfato está ligado íntimamente al del gusto, y si bien la intención narrativa los separa a veces, otras la intención narrativa alude al olfato para "introducir el gusto". En ocasiones la referencia sensorial directa del gusto puede resultar algo artificiosa, e introduciendo el gusto a través del olfato, ese problema queda resuelto. .Hace poco me di cuenta de que existe una sinestesia(unión de los sentidos)casi involuntaria entre olfato y gusto; con lo cual el gusto si formaría parte de las referencias sensoriales del cuento(aunque también aparece directamente en sus líneas)pongo unos ejemplos del cuento:"El olor del agua estancada del Riachuelo debía estar en todas partes..." Ese olor que está en todas partes, cada vez que respiro lo siento en la boca; luego sigue:"ahora más con la fetidez dulzarrona del baldío hediendo a herrumbre, a excrementos de animales, ese olor pastoso por la amenaza de... Fetidez dulzarrona: lo dulce es una sensación asociada a el gusto, lo mismo que pastoso, aunque pastoso podría estar asociada al tacto también, pero al ir "de la mano con el olfato" lo asocio al gusto... los olores del baldío más o menos intensos están en la boca.
No sé que os parece.
un saludo cordial nineve. | |
qoele,17.12.2011
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Claro, el gusto y el olfato son la misma cosa, siendo diveros, pero ambos sentidos funcionan con quimiorrceptores, de esto se entienden las serpientes que nos gustan y olfatean con la lengua.
Por otra parte, basta taparse la nariz y podemos beber aceite de hígado de bacalao, sin vomitar.
Pero ya me fui por las ramas. Quiero decir, cómo Tasio descubrió tantas cosas interesantes, yendo a bucear dentro al texto y de paso, recordándonos a los de lectura ligera, como yo, la riqueza de léxico del autor. | |
ninive,17.12.2011
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Aceptaré ese gusto percibido a través del olfato.
Es notable cada opinión me lleva a releer el cuento y voy descubriendo más y más cosas.
Siguiendo con el tema de imágenes sensoriales creo que el de la vista se lleva las de ganar.
Tarsio¿te puedes asomar a otro apartado de este foro? Allí figura un cuento de Onetti. Por su extensión es poco frecuentado pero lo merece
Gracias por tus apuntes.
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ninive,17.12.2011
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qoele
Te reto a quien encuentra más imágenes auditivas El desafío se publicará mañana a esta hora más o menos , si aceptas tú o si otro quiere participar al desafío, adelante.
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qoele,17.12.2011
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Creo que Tasio podría aceptar el guante y sería interesante como juego.
Por mi parte no puedo aceptar, ninve, porque soy un lector muy flojo y una vez leído un cuento es muy difícil, en el breve tiempo, que lo relea.
Aprecio tu entusiasmo por la literatura y tus aportes en esta página. | |
ninive,17.12.2011
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o.k. | |
justine,18.12.2011
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"jadeante por el esfuerzo de arrastrarlo entre la maleza"
"Se detenía a ratos a tomar aliento"
"Varillitas de vidrio o metal entrechocaban entre los yuyos" "cantito isócrono, fantasmal"
"apagado rumor de la ciudad
que allí parecía trepidar bajo tierra"
"ese ruido blando y sordo del cuerpo al rebotar sobre el terreno, el siseo de restos de papeles o el opaco golpe de los zapatos contra las latas y cascotes."
"Lo destrababa entonces a tirones, mascullando alguna furiosa interjección o haciendo al cada forcejeo el ha... neumático de los estibadores"
"escuchó ese vagido que lo sobresaltó. Subía débil y sofocado del yuyal, como si el otro hubiera comenzado a quejarse con lloro de recién nacido"
"Se arrodilló y acercó husmeando casi ese vagido tenue, estrangulado, insistente."
"el vagido tironeaba de él. Regresó poco a poco, a tientas, jadeante."
"El papel del envoltorio crujió"
"se alejó del
yuyal con el vagido"
Estas son las referencias auditivas que he hallado"
Saludos | |
ninive,18.12.2011
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Trataré de superarte y si no puedo señalaré las imágenes visivas . | |
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