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lesbos,27.04.2004
Vivimos en una sociedad falocentrista. Todo gravita en torno al falo. El pene masculino somete la sexualidad a su gusto. La publicidad, el cine, la música, todo es un canto fálico. El falo es símbolo de sumisión femenina, de poder, de brutal patriarcado. Propongo una sociedad menos obsesionada con el falo, una sexualidad más amplia y menos genital.
 
lesbos,27.04.2004
Demos muerte al dios Priapo
 
pinocho,27.04.2004
También en la historia han habido sociedades marcadas por el matriarcado, ¿Qué símbolo representaba esas sociedades y por qué fracasaron? Si vivimos en una sociedad falocentrista, es porque muchas mujeres han transmitido esa costumbre a sus hijos varones. Cuando te refires a sexualidad, y esto está relacionado directamente con el sexo, no puedes darle mucha amplitud, porque entonces dejaría de ser sexualidad para convertirse en sensualidad, menos genital y relacionada mas directamente con los sentidos. Estoy de acuerdo contigo, arriba las faldas y abajo los pantalones!!!!
 
lesbos,27.04.2004
Aporto este documento extraido de una página literaria de internet:


LA REVOLUCION SEXUAL LESBIANA Y EL FALOCENTRISMO


En los años 80 se produjo una revolución sexual lesbiana. Los historiadores tradicionales de la sexualidad de la corriente dominante masculina valoran muy positivamente las dos revoluciones ocurridas, a su entender, en las décadas de los veinte y de los ochenta, y que llevaron la liberación y el placer a las mujeres. En mis dos libros anteriores he querido demostrar que estas revoluciones son en realidad ajustes de fuerzas de la supremacía masculina. El poder masculino quedó reafirmado mediante el reclutamiento de las mujeres para el coito y la orquestación de su respuesta sexual ante la connotación erótica de su propia subordinación. Estas revoluciones o ajustes de las técnicas de control del poder de la supremacía masculina se realizaron en nombre de la ciencia y de la salud utilizando, no obstante, la retórica del liberalismo.
Estas revoluciones contribuyeron a la legitimación de una pujante industria pornográfica, a la creación de una industria de terapias sexuales y de manuales de consulta sexual y a la instalación de sex shops y reuniones de sexo al estilo tupperware en las que se vendía el instrumental del sexo como los consoladores y los trajes de cuero, goma y de vinilo. Durante todo ese tiempo las lesbianas conseguían de alguna manera amarse y hacer el amor sin toda esta parafernalia, mientras que en el mundo heterosexual el sexo sin libros de autoayuda, sin pornografía y sin el equipo adecuado se volvía prácticamente imposible. El sexo lesbiano era innovador, imaginativo, se podía aprender por cuenta propia, era de baja tecnología, no costaba dinero ni proporcionaba ingresos a los industriales del sexo. En los años 80, la situación cambió y dio paso a una industria del sexo lesbiano. Para que esta industria fuera lucrativa, fue necesario transformar la sexualidad lesbiana para adaptarla al modelo de la cosificación, que requiere la creación de consumidoras de sexo lesbiano -consumidoras no sólo de productos mecánicos, sino además de otras mujeres, a través de la pornografía y de la prostitución. La sexualidad lesbiana empezaba por fin a captar la atención de empresarios, terapeutas sexuales y pornógrafos.
A consecuencia de esta dramática acometida elaborada con el fin de reconstruir la sexualidad lesbiana, se produjo la incorporación parcial de las lesbianas a las estructuras políticas de control del heteropatriarcado. Las lesbianas que inventaban su propia sexualidad no encajaban en el engranaje debido a su visión de una sexualidad alternativa no centrada en penes, metas, cosificación, dominio y sumisión. No estaban sujetas al poderoso control sexual de la supremacía masculina que determinaba la configuración del placer sexual. No siempre se dedicaban a connotar eróticamente su propia subordinación, constituyendo así un peligro potencial para el sistema sexual del heteropatriarcado. La revolución sexual lesbiana apresó a las lesbianas sometiéndolas sexualmente también a ellas.
Sin embargo, la interpretación de la revolución sexual lesbiana que hacen los medios gays mixtos y la literatura de los estudios académicos lesbianos-y-gays, es distinta. El nuevo y reluciente despliegue de posibilidades -consoladores, pornografía, clubes de sexo, prostitutas- aparece como fuente de una libre elección, de diversión, placer y libertad individual, como la encarnación de aquello por lo que siempre han luchado las lesbianas: el objetivo mismo de la revolución lesbiana. La lucha política de las lesbianas se desvía hacia una falsa liberación que, a mi modo de ver, resultará tan engañosa para las lesbianas como lo fue la libertad sexual de los sesenta y setenta para las mujeres heterosexuales. Esta última elevó la cantidad de coitos y, sin embargo, las mujeres no alcanzaron la libertad. La revolución sexual lesbiana para lograr su éxito depende de la aniquilación de toda discusión política sobre la construcción del placer sexual y su lugar dentro de la revolución lesbiana y feminista. Depende del acuerdo sobre la separación entre lo público y lo privado respecto del placer sexual: lo que nos excita no tiene relevancia para la lucha política. Depende del lenguaje del liberalismo sexual. Cuando se trata de sexo, muchas lesbianas que se consideran progresistas, feministas, socialistas y antirracistas, abandonan su postura política y adoptan un liberalismo profundo.
Siempre que he querido analizar la terapia sexual o el sadomasoquismo desde una postura política he sido tachada de moralista o sentenciosa. La crítica política se ha considerado tabú. Quisiera analizar este tabú y su origen, en un intento de volver a introducir el placer sexual y la práctica sexual en la discusión política. La práctica sexual es el único caso en el que el análisis político es tildado normalmente de moralista; no ocurre con otras cuestiones. Sin embargo, me atrevería a decir que todos los juicios políticos suelen tener una base moral. La rabia contra lo que se vive como opresión nace justamente de un sentido del bien y del mal. Ahora bien, el debate sobre la moral no está de moda en la sociedad capitalista y menos aún en los ochenta y los noventa, cuando el mercado dictamina la irrelevancia de este debate. Sin embargo, nada más misterioso que este sentido del bien y del mal subyace a todos los juicios políticos. Las mismas personas que tildan de moralista el análisis político de la práctica sexual emiten juicios morales en otros campos de la vida. Normalmente no se llamaría moralista a quien lucha por conseguir la desigualdad económica. La sexualidad es el único terreno que debe estar libre de todo juicio moral o político. Quisiera analizar el concepto feminista del sexo como cuestión política, empezando por las áreas menos conflictivas y terminando por la que mayores problemas presenta: la práctica sexual.
La mayor parte de las feministas coincide probablemente en el carácter político de la violencia sexual de los varones contra las mujeres. Las teóricas feministas han escrito páginas tras páginas acerca del papel político de la violencia sexual como soporte crucial y funcional del sistema político de la supremacía masculina. Todo el espectro de la violencia sexual -incluidos el abuso sexual en la infancia, el exhibicionismo y el acoso sexual¸ la pornografía, la violación conyugal y los asesinatos de mujeres- tiene como fin el control, el desarme y el sometimiento de las mujeres.
En la universidad donde ejerzo se han dado varios ejemplos de cómo la violencia sexual pude delimitar las vidas y las oportunidades de las mujeres. En una ocasión ciertos avisos expuestos en tres zonas distintas advertían a las alumnas de que debían ser precavidas. Otras notas en los lavabos de señoras del centro estudiantil prevenían a las mujeres de posibles asaltos, recomendándoles no entrar a solas a los servicios y mirar tras las puertas de las cabinas. Ulteriores avisos en el mismo sentido adornaban los vestuarios femeninos del centro deportivo, así como distintas zonas de la biblioteca. De esta manera la de las alumnas quedaba seriamente mermada a la hora del recreo, del estudio y de la micción. La mayoría e las universidades cuenta probablemente con problemas parecidos o peores de violencia sexual masculina. Todas las precauciones rutinarias se convierten en una segunda piel para las mujeres, y sólo un análisis feminista descubrirá su sometimiento al sistema de control político. No todas las teóricas feministas están de acuerdo en la definición de la violación conyugal y del acoso sexual; sin embargo, la mayoría coincidiría en calificar la violencia sexual de construcción política con una determinada finalidad política dentro del sistema de supremacía masculina.
Otro tema referido al carácter político de la sexualidad en el que coincidiría gran parte de las teóricas feministas es el de la construcción de la heterosexualidad como principio organizador de las relaciones sociales en un sistema de supremacía masculina. Tal vez estén en desacuerdo sobre la magnitud de la relevancia de la heterosexualidad como institución perpetuadora del poder masculino, pero probablemente coincidieran en señalar que las presiones ejercidas sobre las mujeres para que éstas adopten la heterosexualidad asisten los propósitos de la supremacía masculina. Sin el principio de la heterosexualidad un varón concreto difícilmente obtendría sin remuneración el conjunto de todos los servicios sexuales, reproductivos, económicos, domésticos y emocionales de las mujeres. Por regla general las feministas actuales no consideran la orientación heterosexual un asunto meramente privado e individual, independiente del poder masculino.
Es en el área de la construcción del placer sexual y de la práctica sexual donde han surgido los conflictos sobre una concepción política de la sexualidad. El sexo se sigue considerando un asunto privado, individual y consensuado, un tabú para el análisis político. El feminismo establece conexiones, y en este caso las conexiones parecen evidente. Tanto la heterosexualidad como sistema político, como la violencia sexual como control social obedecen a la construcción del deseo heterosexual. Con o connotación erótica de la igualdad. En mi obra Anticlímax apunto que la liberación de las mujeres no será posible mientras se considere sexy su subordinación.
Ahora bien, respecto al tema del placer sexual algunas feministas y lesbianas no están dispuestas a establecer estas conexiones. Para poder apreciar la carga política de la práctica sexual es necesario poner en tela de juicio el concepto liberal de lo privado. Tanto las feministas como las activistas lesbianas y los activistas gays han utilizado de forma estratégica la noción de lo privado en la lucha por sus objetivos, ya que se trata de un concepto que el estado liberal comprende bien. La liberalización de la ley sobre la homosexualidad masculina en Gran Bretaña en 1967, por ejemplo, se apoyaba en la idea del derecho de la persona a la intimidad. No obstante, para las feministas ésta es una idea muy conflictiva.
La teórica feminista norteamericana Catharine MacKinnon expone admirablemente los problemas que supone el concepto legal de la intimidad para las mujeres: . En su lucha por conseguir que la violencia conyugal y los abusos sexuales fueran considerados delito, las feministas tuvieron que insistir en el hecho de que la opresión de las mujeres se producía tanto en el ámbito privado de la casa y del dormitorio como en el ámbito público. Tanto en su lucha contra la violencia masculina como en su crítica del trabajo doméstico no remunerado, las feministas esgrimían el eslogan de la campaña: . MacKinnon apunta:
Ciertamente no es casual que las mismas cosas que el feminismo considera centrales para el sometimiento de las mujeres -el lugar mismo: el cuerpo; las relaciones mismas:heterosexuales; las actividades mismas: coito y reproducción; los sentimientos mismos: íntimos- constituyen el eje de la doctrina de la intimidad. Desde esta perspectiva el concepto legal de intimidad puede proteger el lugar de los malos tratos, de la violación conyugal y de la explotación del trabajo femenino- y lo ha protegido de hecho-; ha ayudado a perpetuar las principales instituciones mediante las que se despoja a las mujeres de su identidad, de su autonomía, de su control y su autodefinición; y ha protegido asimismo la principal actividad a través de la cual se expresa y se impone la supremacía masculina.
Es factible poner en entredicho el sagrado principio apolítico de lo con el fin de luchar contra el abuso sexual. Aunque existan serias diferencias de opinión sobre los requisitos de la , hay consenso entre las feministas sobre la existencia de este fenómeno y sobre la necesidad de erradicarlo. Pero parece ser más difícil convertir lo personal en político cuando se trata de una práctica sexual aparentemente consensuada, si bien los trabajos feministas sobre la violación conyugal han puesto en entredicho el concepto mismo de consentimiento, y por mi parte haré lo propio más tarde con relación al sadomasoquismo. Sigue existiendo, por tanto, un aspecto del sexo que las liberales feministas continúan considerando privado. Parece crucial para ellas que un área de la vida siga manteniéndose en cierto estado natural, a modo de reserva adonde el individuo coaccionado pueda recurrir en pos de alivio.
El problema de la politización del sexo no sólo estriba en el concepto liberal de intimidad, sino además en otras ideas clave de la revolución sexual que se han convertido en la opinión ortodoxa sobre el sexo y que impiden el debate feminista. Una de ellas es la noción del sexo, en todas sus formas como un factor bueno, positivo y necesario para la salud humana. La mentalidad masculina está dominada por una concepción dualista del sexo: éste se considera o o . Desde 1890 los reformadores sexuales han luchado contra el puritanismo y los valores considerados contrarios al sexo, promocionando la idea del sexo como bien supremo. Al conferirle este halo de santidad y fomentarlo como el elixir de la vida, se hizo difícil ponerlo en tela de juicio. Quienes se autoproclamaban progresistas sentenciaban que la crítica de cualquier forma de expresión sexual suponía rendirse a las oscuras fuerzas de la represión, de la iglesia católica, de la inquisición y del puritanismo. Las fuerzas de la supremacía masculina que representan el postulado de siguen existiendo y hay que combatirlas, si bien no deben servir de pretexto para demostrar el peligro que entraña hablar del sexo en términos políticos.
Otra idea clave que impide la discusión política de la práctica sexual se refiere a la obligada suspensión de los valores cuando se trata de la sexualidad. Mi ejemplo favorito es el libro, supuestamente progresista, de los años 60, The ABC of Love [El ABC del amor] donde se proclamaba la aproximación moralmente neutra a diversas formas del comportamiento sexual masculino -como la necrofilia- que constituían un abuso de poder o de violencia.
La necrofilia, la necromanía, el necrosadismo: todos ellos son actos sexuales que las personas pueden realizar en relación con los cadáveres. Dejarse tentar por los cadáveres no es un fenómeno desconocido entre quienes no han conseguido encontrar una salida habitual para sus impulsos sexuales.
Al parecer, las mujeres no deben sentirse turbadas ante la idea de una violación post-mortem a manos de los encargados del depósito de cadáveres. Estos argumentos a favor de la suspensión de valores -cuando es obvio que los valores no están suspendidos- los esgrimen quienes aseguran que sigue la lucha contra la herencia victoriana y sus presuntas nuevas representantes entre la generación actual de luchadoras feministas contra la violencia. Las principales abanderadas de esta ideología del liberalismo sexual se encuentran actualmente entre las terapeutas, que introducen en el feminismo su terminología terapéutica junto con una fuerte dosis de relativismo moral.
En mis dos libros anteriores, The Spinster and Her Enemies [La soltera y sus enemigos] y Anticlímax señalé que los sexólogos han asignado siempre una función política al sexo. A lo largo del último siglo las industrias de la sexología y de la terapia sexual se han dedicado a orquestar la sumisión de las mujeres a los varones mediante la aceptación del coito y de su experiencia del placer de "entrega" en este acto. Todos los sexólogos, psicoanalistas, médicos, ginecólogos, consejeros sentimentales y trabajadores sociales implicados en esta campaña han comprendido siempre el vínculo crucial -el carácter eminentemente político, por tanto- entre el "placer" supuestamente consensuado, personal, privado e individual de las mujeres y la perpetuación del poder masculino y la sumisión de las mujeres. Los sexólogos de principios del siglo XX tuvieron menos escrúpulos a la hora de manifestar su mensaje político. Wilhelm Stekel, por ejemplo, luchó sin reserva contra el feminismo, convencido de que el placer que las mujeres experimentaban mediante el coito constituiría el mejor remedio contra el feminismo, el odio hacia los hombres, la soltería y el lesbianismo: los grandes peligros para la "civilización". En su libro de 1926, Frigidity in Woman in Relation to Her Love Life (La frigidez de la mujer en relación con su vida amorosa) Stekel demuestra conocer perfectamente las consecuencias políticas del coito placentero para la mujer. Afirma que_ "dejarse encender por un hombre significa reconocerse como conquistada".
Los sexólogos de años posteriores han ratificado con igual franqueza la función política del placer sexual de las mujeres. El más conocido entre los sexólogos británicos de los años 50, Eustace Chessler apuntó que algunas veces una muchacha:

...es incapaz de entregarse completamente en el acto sexual. Y la entrega total es la única vía para que ella y su marido obtengan el máximo placer. La sumisión no es igual a la entrega. Muchas mujeres se someten y, sin embargo, guardan en su interior un espacio no conquistado que en realidad supone una feroz resistencia a la sumisión.
Teniendo en cuenta que la actual ciencia del sexo proclama su neutralidad explícita, puede parecer sorprendente que los sexólogos conocieran tan bien la importancia política del placer sexual de las mujeres. Con frecuencia afirmaban satisfechos que una mujer que se entregaba al coito se entregaría igualmente en otras esferas de la vida, tales como la toma de decisiones en el matrimonio.
En la historia y en la bibliografía de la sexología se encuentran formidables ejemplos de la construcción política de la sexualidad. La sexología se ha dedicado sobre todo a la construcción del coito. Afirmaba que las mujeres no lo apreciaban lo suficiente y que los hombres no sabían ejecutarlo con la debida eficacia. El estudio de los textos sexológicos acerca del acto sexual convencería a cualquiera de que no hay nada "natural" en esta práctica. En un momento histórico de mayores oportunidades para las mujeres se proclamaba la importancia vital del coito, dado su papel en la perpetuación del poder masculino. El coito convertía al varón en "hombre" y a la mujer en "sumisa". Incluso en los años 80 y 90 las revistas femeninas y los manuales de educación sexual siguen subrayando la importancia de la entrega de la mujer en el coito. Es la versión supuestamente científica y respetable de la expresión que los hombres suelen emplear para referirse a las mujeres díscolas en el lugar del trabajo o en la calle: "Lo que necesita es un buen polvo".
En su cruzada para someter a las mujeres mediante el coito, los sexólogos encontraron apoyo en la capacidad de éstas para connotar eróticamente su propia subordinación y vivirla como "placentera". A lo largo de la vida las mujeres aprenden sus emociones y sus respuestas sexuales en situaciones de desigualdad e incluso, a menudo, de abusos sexuales. Tenemos que analizar escrupulosamente la palabra "placer". Las mujeres pueden llegar al orgasmo durante una violación o en una situación de abuso sexual. Estos orgasmos no demuestran que lo "deseaban", ni que hubiera ocurrido nada positivo. En la actualidad no existen palabras para describir los sentimientos sexuales no positivos. Solamente existen palabras como placer y goce. Es importante poner en entredicho el concepto de placer sexual en su totalidad y no asumir que los sentimientos sexuales son necesariamente positivos. Así nacerá una terminología más sensible y más matizada que permita a las mujeres la expresión de una mayor gama de sentimientos sexuales, incluidos aquellos que se viven como inequívocamente negativos.
Muchas personas, incluidas algunas lesbianas, aducen que una respuesta sexual que adopta la forma de la exaltación erótica del dominio y de la sumisión es inofensiva, privada, personal e individual, o incluso útil para lograr sensaciones sexuales sublimes y para permitir también a las víctimas de abusos una respuesta sexual. No sólo los sexólogos defienden el sadomasoquismo, tanto en el "imaginario" como en la realidad, sino más recientemente también los editores y las editoras de la nueva literatura erótica destinada a las mujeres, las terapeutas sexuales heterosexuales y lesbianas, así como las organizaciones sadomasoquistas, compuestas por heterosexuales o lesbianas y gasys. Pero el interés que manifiesta la sexología por la entrega sexual de las mujeres demuestra la relevancia política de los sentimientos sexuales. Es justo atribuir a los sexólogos un cierto grado de astucia. Si durante el pasado siglo han actuado bajo la premisa de que la aceptación voluntaria de una respuesta sexual masoquista debilitaba la posición de las mujeres en los terrenos político y personal, este hecho debe bastar para que las teóricas feministas se planteen al menos esta posibilidad.

 
lesbos,27.04.2004
"El primer indicio de una pujante industria del sexo en los estados Unidos fue la aparición de una pornografía lesbiana, concebida por una nueva generación de empresarias lesbianas. Cuando comenzaron a formarse las organizaciones antipornografía, las portavoces del grupo Mujeres Contra la Violencia Contra las Mujeres solían tener que contestar a la siguiente pregunta: "¿Cómo podemos crear una literatura erótica positiva para las mujeres y más concretamente para las lesbianas?" Uno de los resultados de la revolución pornográfica de los años 60 fue la idea de la obligatoriedad de la erótica para el sexo. Este supuesto se encontraba tan extendido incluso entre las feministas que las activistas del movimiento antipornografía se vieron obligadas a distinguir entre erótica y pornografía, para demostrar que no eran ni unas aguafiestas ni unas sexófobas. Gloria Steinem define la erótica como "una expresión sexual mutuamente placentera entre personas que revisten el poder suficiente para estar allí gracias a su libre elección", mientras que la pornografía "lleva el mensaje de la violencia, el dominio y de la conquista. Es la utilización del sexo con el fin de reforzar o crear una situación de desigualdad..."
Algunas militantes contra la pornografía se negaron a tomar este camino asegurando desde el principio que no existía ninguna diferencia sustancial entre erótica y pornografía. Andrea Dorkin explica así la relación:

Este libro ¨Pornographu: Men Possessing Women* no trata de la diferencia entre pornografía y la erótica. Las feministas han hecho un honorable esfuerzo por definir la diferencia entre ambas, alegando generalmente que la erótica conlleva mutualidad y reciprocidad, mientras que la pornografía implica dominio y violencia. pero en el léxico sexual masculino, que es el vocabulario del poder, la erótica es simplemente una pornografía de lujo: mejor presentada y diseñada para una clase de consumidores más sofisticados. ocurre lo mismo que entre la prostituta de lujo y la puta callejera: la primera va mejor arreglada, pero ambas dan el mismo servicio. Sobre todo los intelectuales llaman "erótica" a lo que ellos producen o codician, para indicar que detrás de este producto hay una persona tremendamente inteligente...En un sistema machista la erótica es una subcategoría de la pornografía.

Aunque muchas activistas antipornografía no querían dedicar tiempo y energía a la confección de una erótica positiva, esperaban impacientes su aparición para ver qué aspecto tendría este fenómeno. Estabamos convencidas de que esta nueva erótica creada por mujeres sería muy distinta a la pornografía producida por los varones, se apoyaría en unos valores completamente diferentes y representaría una nueva sexualidad vaticinio del futuro postrevolucionario. Ciertamente algunas feministas crearon algo que denominaban una nueva clase de erótica. Un ejemplo es Tee Corinne. Sus fotografía de los genitales femeninos sobrepuestas a pasajes, árboles y playas son un intento de desprestigiar la vulva. La asociación de los genitales femeninos con formas naturales, conchas, flores y frutas tienen una larga historia en el arte lesbiano. Estas fotografías suponen una clara ruptura con la tradición pornográfica masculina, en la que la vulva aparece con el único fin de provocar la erección masculina sugiriendo la idea de penetración. Parece ser que las mujeres sí son capaces de crear un arte de contenido sexual, sin que sea una réplica de la pornografía masculina.
Sin embargo, la nueva industria erótica surgida en los ochenta no se dedica a celebrar la belleza de la vulva. Quiere provocar la excitación y el camino más fácil pasa, al parecer, por la estimulación de la capacidad de las mujeres de connotar eróticamente nuestra opresión. Pat Califia, autora de pornografía sadomasoquista, lo explica con toda franqueza.
Desgraciadamente una gran parte de la nueva pornografía lesbiana, aunque valerosa, no pasaría lo que Dorothy Allison llama "la prueba húmeda"...La "erótica feminista", que presenta una imagen simplista del sexo lesbiano -dos mujeres enamoradas juntas en una cama que encarnan todo lo positivo que el patriarcado pretende destruir-, no es excesivamente sexy.

El tipo de pornografía que, al parecer, pasa la "prueba humeda" supuso una considerable conmoción para las mujeres, que esperaban ver representada una nueva forma de sexualidad femenina. La práctica totalidad del material esta relacionada o}con la connotación erótica de la subordinación de las mujeres. Las autoras de esta erótica insisten en el enfoque novedoso de la sexualidad femenina que muestra a las mujeres como lascivas, calientes y agresivas en lugar de pasivas y sumisas. En la nueva erótica las mujeres pueden elegir entre dos papeles: pueden asumir el lugar de los varones y dejarse excitar por la cosificación, la fetichización y la humillación de otras mujeres; o pueden adoptar los viejos papeles sumisos, igualmente,disponibles en esta erótica. De manera que las mujeres pueden elegir si dejarse excitar por el papel dominante o por el sumiso en su relación con otra mujer. Barbara Smith, una autora británica de erótica, justifica una pornografía lesbiana donde las mujeres se limitan a adoptar uno de llos dos papeles que ofrece la pornografía heterosexual, sin cambiar un ápice los valores representados:

La pornografía para lesbianas es escepcional por presuponer una mirdad femenina e incluso lesbiana. Presupone una sexualidad femenina activa. preconoza el goce sexual soberano de la mujer. Si bien continúa presentando a las mujeres como objetos, lo hace a través de los ojos y para los ojos de otras mujeres como sujetos. Adopta imágenes estereotipadas, subvirtiéndolas por completo tanto en su intención como en su contexto, a veces con un toque de humor. la pornografia para lesbianas nos retrata al menos tal y como somos, en todo el espectro de nuestro ser mujeres: fuertes, sexualmente exigentes y realizadas, activas, pasivas y siempres afirmativas.

Las teóricas feministas antipornografía han luchado activamente contra la cosificación a través de la pornografía. Según nuestra argumentación, esta cosificación somete a la persona cosificada, y construye y refuerza una sexualidad de dominio y de sumisión, sobre todo de las mujeres. En opinión de las feministas antipornografía, la cosificación representa el mecanismo fundamental en que se basa la violencia sexual masculina. Catharine MacKinnon explica con gran acierdo la dinámica d ela pornografía.

En una situación de dominio masculino, todo aquello que excita sexualmetne a los varones, se considera sexo. En la pornografía la violencia misma es sexo. La desigualdad es sexo. Sin jerarquía, la pornografía no funciona sin desigualdad, sin violación, sin dominio y sin violencia no puede haber excitación sexual.

Si la erótica significara solamente la representación del sexo -sin pretender la excitación sino como unan parte de la trama- no tendría que denotar necesariamente la desigualdad. La nueva erótica, emprero, cuya finalidad es la excitación sexucal, recurre a lo que todo el mundo comprende en un siste ade supremacía masculina: el dominio y la sumisión.

Algunas editoriales feministas, anteriormente dedicadas a la publicación de textos con nuevos valores feministas, han comenzado a publicar literatura erótica porque se vende. Este es el caso de Sheba, en Gran Bretaña. Su primera antología, Auténticos placeres, contenía una erótica supuestamente alternativa y feminista. Uno de los relatos de la antología constituye un intento, bastante divertido, de incorporar valores alternativos en esta nueva literatura erótica. Presenta a un grupo de mujeres claramente alejadas del estereotipado modelo de belleza que prevalece en la pornografía tradicional. Mientras se preparan para una fiesta, la autora nos informa de sus problemas con las criaturas. Ellas no son ni jóvenes ni ricas.

Amy estaba mirando la televisión mientras secaba su larga melena gris. Sobre la mesa, delante del sillón, había un tazón de sopa y una tostada a medio comer. No se podía perder Coronation Street, ni siquiera por la mismísima Diosa.

Las seis mujeres han estado reuniéndose a lo largo de trece semanas de abstinencia sexual para preparar un místico encuentro sexual, rodeadas de velas, espíritus y cánticos. El marco puede parecer insólito, pero el lenguaje sexual empleado en es el de la pornografía masculina tradicional. Hay cierto tono de reminiscencias decimonónicas como en la expresión: "...exploraba la abundancia nacarada de Sally". Entretanto otra mujer suplica a Sally que la "folle con más fuerza". Al parecer, incluso las lesbianas feministas comprometidas y dotadas de cierto ingenio en muchos otros terrenos se encuentran confinadas a los cliclés patriarcales cuando escriben literatura erótica. lejos de construir una nueva sexualidad, están remozando la vieja.

Las nuevas revistas eróticas estadounidenses carecen de esos escrúpulos. No se esfuerzan por retratar a lesbianas canosas, obesas o pobres. La más conocida se titula On Our Backs ¨Sobre nuestras espaldas* El nombre mismo revela su intención de sbvertir el feminismo: la publicación feminista noretamericana de más solera se llama Off Our Backs ¨Fuera de nuestras espaldas/Quitaos de encima*. La política explícita de estas revistas consiste en despolitizar el lesbianismo. Encontramos un excelente ejemplo en la página de suscripciones de On Our Backs. Mientras que las "radi-lesbianas" habían afirmado en uno de los primeros manifiestos feministas lesbianos que "una lesbiana es la rabia de todas las mujeres, condensada hasta el punto de explosión" On Our Backs asevera que "una lesbiana es el deseo de todas las mujeres condensado hasta el punto de explosión". La frase paparece encima de la imagen de un torso de mujer embutido en un traje de cuero negro, los pechos fuertemente estrujados. El cambio político se sustituye por la satisfacci´n sexual pesonal mediante la práctixa S/M.
Las revistas venden toda la gama de productos que suele vender la industria del sexo heterosexual. Tanto los artículos periodísticos como los anuncios promocionan juguetes sexuales, videos pornográficos, líneas telefónicas calientes y servicios de prostitución. Se exhibe todo lo que pueda dar dinero por medio de la comerfcialización y la mercantilización del sexo. Abundan los consoladores. Estos tienen una inequívoca forma fálica y llevan arneses, para que las lesbianas puedan emular el acto sexual de los varones conlas mujeres. No habría que confundrlos con los vibradores, que teienen formas diversas y que también se anuncian en estas revistas. Los consoladores desempeñan un opapel habtyual en los guiones sadomasoquistas, probablemnte por simbolizar -al igual que el pene- el poder masculino y la capacidad de violar a las mujeres. El ejemplo que se cita a continuación procede de un relato publicado en Bad Attitude, donde se describe un encunetro sexual en la peluquería.

Fijé un pequeño collar alrededor de su cuello, atándolo a uno d elos gripos. Abrí uno de los cajones, sacando dos consoladores, uno grande y otro de tamaño mediano "
"Abrete de puiernas" le espeté. obedeció al momnento separando los pies...

La agresión, la crueldad y la penetración por la fuerza que son fundamentales en la pornografía masculina tradicional están a la vista.
Uno de los múltiples servicios ofertados en estas revistas sonlas reuniones para la venta de juguetes sexuales. Al igual que las reuniones Tupperware, se celebran en las casas de las mujeres y sus iniciadores fueron los varones industriales del sexo, como ocurrió con todas las supuestas innovacinoes de la industria sexual lesbiana. En estas reuniones se venden consoladores. Susie Bright, autora de un consultorio de la revista On Our Backs, organiza este tipo de reuniones y exlkica que muchas mujeres se quejan del tamaño excesivo de los consoladores adquiridos. Bright recomienda el uso de un lug}bricante para "lograr que el consolador se desllice hacia el interior de la vagina". A lo largo de este siglo toda una avlancha de manuales de educación sexual ha tratado de adaptar a mujeres díscolas e ineptas a su función de eficaces agujetros para el pene mediante diversos remedios, desde lubricantes hasta teraias y cirugía médica. La s feministas lesbianas no vimos obligadas a refutar las mentiras de los sexólogos según las cuales las lesbianas querían en verdad ser hombres y no sabían hacer nada sin un pene de imitación. Resulta irónico que ahora sea la industrial del sexo lesbiano la encargada de curar a las lesbianas de su intolerancia frente al consolador, ese sucedáneo del pene.
El consolador permite la fiel imitación del acto sexual heterosexual, incluso en actividades tan inverosimiles como la "mamada". Joan Nestle incluye este singular fenómeno en un relato "erótico" de su antología A restricted Country. Una butch se ciñe un consolador que en lo sucesivo se denomina "polla" una de las femme realiza una felación con el objeto inanimado "asegurándole a la butch que tenía una polla maravillosa y que ella la deseaba con locura". He aquí una especie de culto al falo digno de una novela de D.H. Larence. Con la ayuda del consolador la butch realiza una imitación del acto sexual heterosexual. Es lo único que ocrre en el plano sexual. No hay otra clase de contactos que convierta la situación en algo más que una simple representación del guión heterosexual más opresivo, aunque Nestle, en una pirueta lógica, trata de interpretar esta imitación de los papeles heterosexuales como una verdades subversión, por el hecho de que una mujer represente el papel masculino.
Esta avalancha de consoladores parece ser un elemento nuevo en la sexualidad lesbiana. pese a que durante un siglo los sexólogos, incapaces de imaginarse el sexo sin la presencia de un pene, habían sospechado que las lesbianas usaban consoladores, no existen pruebas del uso habitual de estos sucedáneos de enes. Aunque con anterioridad a la llegada de la nueva industria sexual lesbiana existian los consoladores, parecía que se tratara de una práctica muy minoritaria. "

 
lesbos,27.04.2004
"El capítulo que el Informe Kinsey sobre la homosexualidad, publicado en 1978 dedica a las prácticas sexuales, no menciona los consoladores. Señala el cunnilingus como la actividad más popular y la masturbación como la más frecuente. Ninguna de las lesbianas citadas en el capítulo sobre las técnicas sexuales del Informe Hite menciona tampoco los consoladores salvo una que se pregunta si las lesbianas lo usan realmente.
Ante la actual inflación de consoladores en las revistas de sexo lesbiano esta pregunta sólo puede parecer ingenua. Como cualquier otra empresa capitalista, la nueva industria sexual lesbiana persigue el beneficio económico. La confección y la venta de juguetes sexuales son una base importante de esta industria. hay que crear nuevas necesidades nunca imaginadas por las mujeres, para poder vender estos artículos. Y entretanto se construye una nueva sexualidad lesbiana. Esta es casualmente una fiel copia de los preceptos de los masculinos y de los fundadores de la sexología. No se parece a la tradicional práctica sexual lesbia ni a una visión de diferentes posibilidades revolucionarias.
Resulta asombrosa la ausencia de una oposición generalizada, por parte de las lesbiana, frente a la incursión en su cultura del consolador, ese símbolo del poder masculino y de la opresión de las mujeres. las pornógrafas y las industriales del sexo aseveran que las lesbianas se encuentran en desventaja por la ausencia de pene. Repiten e impulsan los mitos sexológicos más opresivos. Para las lesbianas partícipes de esta nueva industria el sexo y los penes están unidos de manera inextricable, y no consideran este vínculo contrario al lesbianismo. Las feministas que se oponen a las implicaciones de esta cultura de los consoladores reciben un trato despiadado por parte de las industriales del sexo lesbiano.
En el primer catálogo de una compañía británica fabricante de juguetes sexuales figuraba un consolador con mi nombre, a modo de acoso sexual. Se llamaba "El Sheila: el mejor amigo de la soltera", en alusión al título de mi primer libro, La Soltera y sus enemigos.
La nueva industria del sexo lesbiano se sirva de la opresión real de la mujer para estimular sexualmente a sus consumidoras. Algunas lesbianas que se dedican al strip-tease narran sus vivencias incestuosas, para que éstas sirvan de estímulo sexual a otras lesbianas. las lesbianas utilizan su vivencia dolorosa no sólo para su propia gratificación sexual, sino para la de las demás. la industria evidencia la magnitud del daño causado por la opresión de las mujeres y las lesbianas y la consiguiente falta de autoestima y hasta de odio hacia nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Algunos ejemplos extraídos de estas revistas muestran el alcance del odio hacia sí mismas que llegan a padecer las lesbianas . Un relato de On Ours Backs se titula "Carta de un Ama a su Mascota". La descripción e la mascota demuestra un grado de misoginia que con anterioridad sólo se manifestaba en la pornografía masculina.

A veces el ama de Fluffy la obliga a llevar en la hendidura del coño y del culo una cadena lubricada, atada a otra cadena que rodea su vientre. Al tensarla Fluffy recconoce a su ama. Aun así persiste en sus maneras de perra. En realidad la equeña zorra no estará satisfecha hasta que no llenen , chupen, muerdan, coman y usen a fondo todos sus agujeros.

Hay que leer la nueva pronografía lesbiana a la luz de las consecuencias que han tenido la opresión y los abusos sexuales en la construcción de la sexualidad femenina. Algunos de estos textos provocarán una rerrible tristeza en la lectora, ya que demuestran el daño causado a las mujeres.

Otro de los relatos, donde una dominante (sádica) obliga a su sumisa a estar dispuesta a la muerte por inmolación, debe leerse en elñ cotnexto de la existencia de verdaderas automutilaciones y suicidios en la comunidad lesbiana. Tras torturar a la sumisa (masoquista) atándola a una silla con un orificio en el asitneo, y acercando cada vez más una vela encendida a sus genitales, la dominante rocía de gasolina el cuerpo de la sumisa, así como su silla. la dominante trata de convencer a la sumisa de que active el encendodor que lleva en la mano, convirtiéndose así en una antorcha humana., Y lo logra:

Vacilas de nuevo. Gotas de gasolina caen de la mano que sostine el encendedor. Tiembras de miedo, respirando apenas. Cuando consigues inspierar acaso percibe el olor a gasolina en el aire "dejate", susurro. "Hazlo por mí. Arde, para mí"
Tu pulgar se mueve, pero no basta para que salga la chiaspa, Entoncs te rindes. Vuelves a colocar el pulgar sobre la rueda, girándola con la determinación de encenderlo. la diminuta llama se convierte en una resplandeciente ráfaga anaranjkada que sube a toda velocidad por tu brazo hacia tu cara. No cesas de ritar y un immenso chorro de pies inunda el suelo bajo la sillas.
En un epílogo la autoria puntualiza que sólo la toalla en la cabeza de la mujer estaba empapalda en sgadolina. En realidad su cuerpo estaba impregnado de agua, aunque la sumisa ignorara que no ofrecía su vida en sacrificio. Un posible consejo de seguridad, por si algunas lesbianas entusiastas se proponen reproducir este guión. Cuando las defensoras del sadomasoquismo justifican su práctica con el argumento del consentimiento, habría que recordadr que algunas lesbianas están dipsupeustas a morir y a sometere a brutales mutilaicones. En una cultura machista y misógina en la que las mujeres son objeto de frecuents abusos violentos, estas pueden perder la capacidad de proteger su cuerpo y su vida. Pueden decidir que éstos no son dignos de salvación.
Los productos de la nueva industria pornográfica lesbiana nos ofrecen la oportunidad e anlaizar la construcción de la sexualidad femenina y su vinciuylación con la vivencia del abuso. Según la norteamericana Cindy Patron, activista de la lcah contra lesida y monitora del sexo seguro, los debates en torno al sexo seguro han descubierto lar elación entre los abusos sexuales en la infancia y la sexualidade las lesbianas adultas. De acuerdo con algunos estudios , existe un alto porcentaje de abusos sexuales entre "la gente gay" t a partir de mediado de los ochenta muchas lesbianas y gas adeptos a prácticas sadomasoquistas, comenzaron a hablar de los abusos sexuales sufridos.
De igual forma se ha producido más recientemente una itnersante evolución en la cultrura sadomasoquista políticamente progresista, sobre todo en trno a algnos estudios recintes que parcen indicar que las peronas gays han sufrido mayor número de abusos sexuales que las demás. En consecuencia, se está produciendo actualmente una verdades "reivindicación " de los abusos sexuales en la infancia, por parte de los prácticamtnes del sadomasoquismo.

A medida que cada vez más mujeres y lesbianas hablán de sus vivencias abusivas, algunas lesbianas han intentado minimizar la gravedad del asunto. Sue O. Sullivan por ejemplo, antigua redactora de Sheba, una editoria qcon recientes incursiones en el género erótico, manifiesta en un a entrevista con Cindy Patron su determinación de restar importancia a estos abusos. Afirma sentir cierta "desazón con respecto al tema, e insinúa que la imaginaci´jn pueda desempeñar un papel importante en los supuestos recurdos de los abusos sexuales

Sin embargo, me pregunto si no se ha producido una extraña negación de la complejidad y de la relevancia de las fantasías; una interpretación errónea del funcionamiento de la imaginación en la construcción del presente, y , con igual importancia, en la reconstrucción del pasado. Insinuar que pueda haber un componente de imaginación en lo que se reivindica como realidad física se ha convertido en una herejía contra los principios del feminismo sobre todo en relación con los recuerdos de abusos sexuales en la infancia.

O'Sullivan ha decidido destender elimportante precepto feminista, según elc ual siempre hay que creer a las mujeres; un principio que se estableción para contrarrestar la habitual desocnfianza hacia las mujeres, propia del psicoanálisis y del sistema judi8cial. Tamboi´+en Pattron piensa que los psicoanlasiltas, en especial, creen con e}xcesiova favcilidad las palabras de las mujeres.

...en los casos de abusos sexuales en la infancia se parte sin más de la veraciad de las historias que narra la persona adulta. De esta forma se niega a la criatura o a la persona adulta que recuerda su ifancia, la capacidad de itnerpretación. En definitva esto resulta muy persjudicial y a que el abuso sexual se reivindica en esste contexto como una aconecimeitno real enormemente formativo.

Patton critica a las feminisas quie "animan a las mujeres a reivindicar su papel de víctima", ya que parece conducir a las mujeres a reinterperetar las vivencias sexuales de su infnacia como "narraciones de vitimización, y no como un sana diversión. Su O'Sullivan señala que, si hubiera tenido una personalidad y una hisotiria personal distnta, 9incluso ella podría interpretar en clave de abvusos sexuales algunos recuerdos relativamente inofensivos relacionados con su padre. Según Patton, se ha exagerado la importancia de los abusos sexuales para la experiencia sexual de la persona adulta. A diferencia de otras vivencias infantiles. Como ejemplo de algo posiblemente más significativo que los abusos sexuales, cita el caso de una niña que no puede tener su habitación como ella quiere.

Una niña puede sufrir un solo caso de abuso, pero veinticinco ocasiones en que no puede tener su habitación como ella quiere, y esta forma de control disciplinario contribuye tanto a la formación de la sexualidad de la niña como otras vivencias más aparentemente sexuales.

Cindy Patton ha trabajado en la revista norteamericana de erótica lesbiana, Bad Attitude. Al parecer, la prarticipación en la revolución sexual lesbiana obliga a minimizar la importancia de la violencia sexual. las promotoras de la nueva erótica comparten la convicción de que las feministas antipornografía tienden a vÍctimizar a las mujeres y a preocuparse en exceso de la violencia sexual. El abuso sexual posiblemente sea un tema incómodo para quienes pretenden "jugar" con los juguetes de la nueva industria sexual y centrarse sólo en su placEr. Podría parecer de mal gusto que la nueva industria sexual emplee como materia prima el propio abuso sexual, si este abuso se toma en serio. La revista S/M de Sidney, Wicke d Women, por ejemplo, anima a las lesbianas a fantasear no sólo sobre su violación a manos de su padre, sino también sobre la posibilidad de que ellas mismas utilicen sexualmente a criaturas.
Se ha aducido asimismo otras formas de violencia masculina con el fin de defender al s/M como una práctica que permite a las lesbianas la vivencia de una satisfacción sexual que, de otro modo, les estaría vetada. Una de las autoras de la antología de Samois asegura que el S/M es una práctica particularmente adecuada para una mujer maltratada como ella.

Estoy hasta de que las bolleras histéricas que pegan a sus amantes me llamen violadora/abusadora/opresora de mujeres maltratadas identificada con los varones. Yo misma fui una mujer maltratada durante años & reivindico el derecho a lbierar & a transformar el dolor & el miedo precedentes de esas vivencias de la manera que me dá la real gana.

Algunas supervivientes de abusos podrían razonar que las mujeres que han experimentado algún abuso, y que ahora práctican el S/M, no son en absoluto "supervivientes" no han conseguido reponerse de los efectos del abuso y liberarse de su yugo. la teórica lesbiana Julia Penelope buscó curación del abuso sexual sufrido en la infancia a través de un grupo de supervivientes del incesto. En sus textos señala el posible vínculo entre el abuso y la iniciación en el S/M.

Mi capacidad de confiar fue violada a una edad muy temprana por agentes adultos...como superviviente no puedo predecir si alguna vez me duraré totalmente. Es probable que me tenga que enfrentar a mis vivencias infantiles hasta el momento de mi muerte...Conozco la barrera o el muro que tan a menudo describe la literatura S/M, sé lo que se siente y sé lo frustrante que resulta el intento de romper este muro. Pero también conozco los orígenes del mismo: yo misma lo construí como última posibilidad de defensa de mi autonomía y de mi sentido del yo frente a las continuas agresiones de los depredadores adultos...

Según la literatura S/M, sólo la práctixa S/M puede abrir una brecha en este muro, y las lesbianas que no son conscientes de haber vivido este tipo de abusos no deberían cuestionarlas ni criticarlas. Sin embargo, quienes han inciado un proceso de curación y rechazan la panacea del S/M -como julia Penelope- pueden ayudarnos a comprender el nexo entre el sexo y la violencia, y a deshacerlo. penelope lo explica de la siguiente forma:

En la mente de la cristura maltratada, la violencia como ejercicio de control es igual a amor. En la mente de la hija violada, el sexo como ejercicio de poder es igual a amor...El amor, el sexo y la violencia se entrecruzan en nuestra mente...Trasladamos estas construcciones a la vida adulta y las re-escenificamos una ty otra vez en la intimidad.

El proceso de curación de una superviviente de abusos no es cualitativamente distinto del que todas las mujeres tenemos que pasar, en relación con nuestra sexualidad. Es difícil que alguna mujer se haya librado por completo de cierta presencia de este nexo entre el sexo y el poder abusivo, en su experiencia cotidiana como mujer.
El tono festivo en el que sus promotoras suelen referirse al S/M hace difícil indagar en su posible vinculación con el daño que el abuso y la opresión nos ha causado a las lesbianas. En los Estados Unidos algunas lesbianas empiezan a llegar a las casas de acogida para mujeres maltratadas huyendo de relaciones S/M vejatorias. Una corresponsal de la revista Sojourner explica de qué manera pueden ser abusivas las relaciones S/M.

El sadomasoquismo era parte de los abusos que sufrí en una reciente relación lesbiana...Según mi experiencia, el sadomasoquismo no tiene nada que ver con el amor. Se trata de la exteriorización del odio hacia una misma, vertido sobre el cuerpo de otra mujer...La experiencia me enseña que el desequilibrio de poder inherente al sadomasoquismo produce la tendencia a abusar de la vulnerabilidad de la otra. El supuesto consentimiento y la libre elección que aducen las sadomasoquistas no justifica la intimidación que una persona pueda ejercer en este tipo de relaciones.

La autoria mantuvo una relación de malos tratos y nunca consintió las prácticas S/M. Incluso en el caso de una relación lesbiana S/M de mutuo acuerdo, sería muy extraño que la dinámica de la relación global no se viera afectada de alguna manera.

Para poder comprender el sadomasoquismo resulta útil considerarlo una forma de autolesión. Esta autolesión puede ser exclusivamente emocional o, además, física. En 1986 se creó en Gran Bretaña el Servicio de Emergencia para Mujeres de Bristol, que contaba con un teléfono de emergencia para mujeres con impulsos autolesivos. Tanto quienes atendían el teléfono como quienes llamaban eran mayoritariamente lesbianas que habían sufrido abusos sexuales. Las mujeres con tendencias autolesivas experimentan arranques compulsivos que las llevan a cortarse las muñecas, la garganta y otras partes del cuerpo, a lesionarse con cigarillos encendidos o a intentar suicidarse. la compulsión puede ser controlada durante meses, pero siempre vuelve a aparecer. En la práctica sadomasoquista otra persona practica la lesión, aunque sea a instancia de la persona automutiladora. las autolesiones constituyen un problema relativamente reciente dentro del movimiento lesbiano. Los medios feministas estadounidenses han comenzado a publicar noticias sobe grupos de apoyo para mujeres con impulsos autolesivos.
Aunque muchas personas considerarían indeseables las autolesiones en sus formas nos sexuales y se negarían a celebrar debates públicos acerca de las ventajas o desventajas de estas autolesiones, el sadomasoquismo, en tanto que tema sexual, se encuentra más allá del alcance de la crítica. Así, nos encontramos con que las feministas deben participar en ciertos "debates" sobre la utilidad de unas prácticas de humillación psicológica y mutilación física que en cualquier otro contexto se considerarían claramente abusivas.
La nueva industria sexual lesbiana está empezando a utilizar a mujeres como trabajadoras sexuales, tanto en la pornografía como en otras formas de prostitución, y lo hará cada vez más. Quienes aplauden el derecho individual de toda lesbiana a su placer sexual no suelen considerar que éstos sean trabajos controvertidos. Las formas problemáticas del sistema sexual de la supremacía masculina, como el abuso sexual y la utilización de las mujeres en la prostitución, pueden así ignorarse o incluso reivindicarse. Las autoras libertarias de la teoría y de los artefactos de la nueva industria sexual lesbiana son en su mayoría el fruto privilegiado de la revolución de los sesenta, en lo referente a la educación y las oportunidades para las mujeres en los Estados Unidos. les resulta inadmisible que ciertas áreas de su consciencia o de su vida, especialmente las relacionadas con la sexualidad, no estén emancipadas. Desaprueban la lucha feminista contra la violencia masculina por presentar a las mujeres como "víctimas" sin fuerza. Estas mujeres, académicas y pornógrafas de gran éxito, no se consideran a sí mismas oprimidas ni mucho menos opresoras de otras mujeres. reclaman igualdad de oportunidades en el terreno sexual, de la misma forma en que las feministas liberales reivindican esta igualdad de oportunidades para los salarios o las mejoras profesionales. La industria sexual, la pornografía y la prostitución esclavizan a las mujeres sometiéndolas sexualmente. Al reivindicar el acceso a una igualdad de oportunidades en el terreno sexual están reclamando acceso igualitario a las mujeres."


 
lesbos,27.04.2004
"Estas mujeres, autorrealizadas y "liberadas", aspiran en último término a lo que ellas entienden como los privilegios de los varones. Estos incluyen la utilización de otras mujeres mediante la prostitución. las lesbianas consumidoras de material pornográfico están utilizando a otras mujeres de la industria sexual. Incluso las feministas antipornografía olvidan a menudo que son mujeres de carne y hueso las que conforman la materia prima, tanto de la erótica como de la pornografía. En un intento de distinguir entre erótica y pornografía, Gloria Steinem ofrece la siguiente definiciónd e la erótica:

Contemplemos cualquier fotografía o película donde unas personas hacen el amor; hacen el amor de verdad. Pueden variar las imágenes, pero por regla general se percibe cierta sensualidad, un contacto físico, calor, la proximidad de cuerpos y terminaciones nerviosas. Se produce la impresión espontánea de que estas personas están ahí porque quieren, por compartir su placer.

Sin embargo, tanto la erótica como la pornografía requieren la utilización de mujeres en la industria sexual. Es poco probable que éstas estén haciendo el amor "de verdad" -sea cual sea el significado de este término-, sino más bien ganándose los garbanzos. Desde luego es poco probable que estén ahí "por compartir su placer". Las nuevas traficantes de la pornografía afirman que las estrellas de la pornografía lesbiana están ahí por "libre elección", como si alguna mujer pudiera elegir ser la protagonista de un vídeo pornográfico. La mayoría de las lesbianas se sentiría incómoda en semejante papel, y habría que preguntarse por qué creen razonable que otras mujeres lo quieran desempeñar. Antes de utilizar a esas otras mujeres de la nueva industria sexual lesbiana es importante preguntar por la forma en que éstas entraron a trabajar en esta industria. ¿Fue por su pobreza, por falta de vivienda, por los abusos sexuales sufridos en la infancia, por su drogadicción, por haber aprendido de los varones que la única forma de obtener reconocimiento o prestigio social es t de la explotación sexual? Las lesbianas que deciden utilizar a otras mujeres a través de la pornografía deben responder de estos abusos y de los beneficios que obtienen de la opresión de las mujeres.
Las nuevas revistas eróticas contienen anuncios de líneas telefónicas para lesbianas que quieran mantener conversaciones eróticas con prostituas lesbianas. También hay anuncios de strip-tease. Algunos de estos anuncios proceden inequívocamente de la industria sexual dirigida por los varones. las revistas no parecen tener escrúpulos con sus anunciantes. la revista On Our Backs publicó un artículo sobre la utilización de una prostituta lesbiana, con el supuesto fin de vencer las respectivas inhibiciones de las mujeres. la periodista Marjan Sax describe su visita a una prostituta. Un masaje costaba 25 dólaes, un servicio "extra", 40 dólares. Sax eligió esto último; sin embargo, se incomodó, cuando la prostituta se desnudó sintiéndose "confusa, por este cuerpo extraño que de repente estaba por todas partes". Sax esperaba el servicio de na máquina y se molestó cuando la prostituta se mostró como un ser humano. El artículo termina con la pregunta: "¿Hay que besar a una prostituta cuando te marchas?"
La creación de una sexualidad lesbiana de la cosificación incrementará la utilización de las prostitutas por parte de las lesbianas. Dado que la sexualidad es una construcción social, las mujeres pueden aprender a cosificar. Por otra parte, que las mujeres cosificasen eficazmente a los varones resultaría imposible, ya que en un sistema heterosexual el atractivo de los varones reside precisamente en su poder y en su condición de clase dominante. Prueba de los dicho son los intentos fallidos de crear un mercado de revistas de "chachas" para mujeres heterosexuales. Está el ejemplo de la revista Playgirl. Las imágenes de hombres desnudos, de pie, recostados o incluso en posturas relativamente dignas despojan a los modelos de su poder a la vez que de la ropa y en la actualidad la revista se encuentra en la sección gay de los sex-shop. La dinámica del deseo heterosexual, según la que tanto hombres como mujeres connotan eróticamente la subordinación de las mujeres y no la de los varones, se rompe con la cosificación de éstos. Una cosificación generalizada de los varones por las mujeres sólo sería posible si las mujeres como clase tuvieran el poder sobre los varones. la cosificación es una característica que pertenece a la sexualidad de la clase dominante. En una sociedad igualitaria no existiría la cosificación, ya que ninguna clase o grupo sería considerado prescindible e inferior. Un pequeño grupo de lesbianas puede tener acceso a algunos de los privilegios masculinos -la utilización de otras mujeres como juguetes sexuales desechables-, sin que suponga una amenaza para el poder masculino. Las lesbianas pueden identificarse con la mirada y la posición sexual de los varones respecto de otras mujeres. Se convierten en miembros, honorarios o convidados de la clase dirigente, sin más privilegios que el de la participación en la degradación de otras mujeres. La sensación de poder que les infunde el trato que dan a las mujeres no supone frente a los varones un poder en el mundo real.
Aunque las usuarias lesbianas crean ser clientes más civilizados y más atractivos de lo que serían los varones, la industria de la prostitución exige el abuso de las mujeres. la teórica feminista Carol Pateman define la prostitución como una forma de esclavitud temporal. Durante el período de contrato de prostitución, el cliente dispone de la totalidad de la mujeres y no sólo del trabajo de sus manos o de su mente. Aunque las actuales defensoras de la prostitución -incluidos algunos colectivos de prostitutas- sostienen que la prostitución es un trabajo como cualquier otro, existen algunas diferencias significativas. En el libro de Eileen McLeod sobre la prostitución en Birmingham, las prostitutas señalan que se niegan a "besar" a sus clientes, con el fin de conservar intacta una parte de ellas mismas y de su sexualidad. La prostitución no es tampoco un trabajo como cualquier otro en tanto que obedece específicamente a la opresión de las mujeres. Sólo puede existir porque una clase dirigente es capaz de convertir en objetos a un grupo de personas obligadas a satisfacer sus necesidades. Sin esta sexualidad de la clase dirigente, sin sus privilegios sexuales, sin pobreza ni explotación, no existiría la prostitución. El estigma que portan las trabajadoras de la prostitución está vinculado al abuso real que resulta de la utilización de las mujeres a través de la prostitución. No se trata de un prejuicio irracional abocado a la desaparición, sino de una necesidad funcional. Para poder infligir un trato infrahumano a un determinado grupo de personas, hace falta clasificarlas de inferiores y justificar de este modo su abuso.
La nueva industria sexual lesbiana ha evolucionado a una velocidad considerable, tal vez porque muchas prostitutas siempre fueron lesbianas y formaron parte de la comunidad lesbiana. Las lesbianas que desean usar a otras mujeres mediante la prostitución disponen de una reserva de mujeres curtidas por los varones. El concepto de liberación sexual que predomina en algunos sectores de la comunidad lesbiana ha llegado a denotar solamente el uso de ciertas prácticas de la industria del sexo y de las trabajadoras sexuales. Este concepto de liberación se ajusta muy bien a los intereses de la supremacía masculina. La editora de la revista S/M lesbiana de Sidney, Wicked Women, que se dedica a la promoción de la industria sexual lesbiana, es una transexual convertida de mujer en hombre. Goza de gran reputación en la comunidad de Sidney y dirige además una editorial. Su aportación a la cultura lesbiana consiste en incrementar la confusión entre el lesbianismo y la prostitución. Una de las colaboradoras de la revista explica la diferencia entre la aburrida heterosexualidad y la homosexualidad. Describe una escena bastante frecuente en la prostitución donde ella "follaba a la mujer de un matrimonio, mientras que el marido disfrutaba observando una orgía lesbiana entre seis mujeres, sentado encima de la cisterna". La autora declara triunfante que "esta gente hetero no lo era en absoluto". El cliente, que "se excita con el olor a plástico del objeto que una bella mujer le obligaba a tragar", según ella, tampoco es heterosexual. De esta manera tanto los clientes masculinos como las prostitutas se convierten en los revolucionarios de la nueva sexualidad.
En Melbourne surgieron rápidamente algunos clubes S/M manifiestamente dirigidos a lesbianas. Desde el principio fueron frecuentados por varones heterosexuales que de esta forma tenían acceso a actuaciones de sexo en directo a precios mucho más bajos que en la industria tradicional del sexo. En la actualidad se están abriendo clubes S/M para heterosexuales que siguen el mismo modelo y ofrecen las mismas actividades. El lesbianismo está convirtiéndose en un espectáculo de sexo barato más para varones. Tal vez no resulte sorprendente que el comportamiento del público lesbiano en algunos locales nocturnos se haya deteriorado hasta el punto de parecerse al de los clientes de un burdel. Una columnista del periódico gay de Melbourne Brother/Sister, manifiesta su consternación ante este comportamiento abusivo.

Hace poco fui a un espectáculo para mujeres... Vi a dos mujeres profundamente borrachas que lanzaban miradas lascivas a las bailarinas sobre el escenario y las abucheaban... Comenzaron a manosearlas y una de ellas... hundió la cara en el trasero de una las bailarinas al inclinarse aquella.

Continúa con la descripción de algunos acosos más violentos que se produjeron en la pista de baile, protagonizados en esta ocasión por una amante despechada. "no podemos seguir manteniéndonos al margen ni consentir que tratemos a las demás de esta manera", constata, y propone llamar a la policía e invertir toda nuestra energía en "nuestra comunidad, nuestra ética y nuestra dignidad". A mi modo de ver, cualquier intento de sanear la industria sexual lesbiana está abocado al fracaso. Seguramente es correcto el análisis feminista que califica el trato de las mujeres como objetos sexuales de abuso de poder. Nuestra dignidad y nuestro orgullo como lesbianas exigen la transformación de la sexualidad, con el fin de reconciliar la práctica sexual con una vida lesbiana ética. Mientras una sexualidad cargada de crueldad sea considerada revolucionaria y sin consecuencias para nuestra vida, nuestra comunidad y nuestras relaciones, tenemos que estar preparadas para el abuso de las lesbianas por otras lesbianas.
El lenguaje liberal se ha utilizado en defensa de todos los recientes acontecimientos de la revolución sexual lesbiana. Las palabras clave son "consentimiento" y "libre elección". Un modelo de sexualidad basado en la idea de consentimiento parte de la supremacía masculina. Según este modelo, una persona -habitualmente un varón- utiliza de útil sexual el cuerpo de otra, que no siempre está interesada sexualmente e incluso se puede mostrar reacia o angustiada. Es un modelo basado en la dominación y la sumisión, la actividad y la pasividad. No es mutuo. No descansa sobre la participación sexual de ambas partes. No implica igualdad, sino su ausencia. El concepto de consentimiento es un instrumento que sirve para ocultar la desigualdad existente en las relaciones heterosexuales. Las mujeres deben permitir la utilización de su cuerpo; mediante la idea de consentimiento se justifica y se legitima este uso y este abuso. En ciertas situaciones en que la improcedencia de esta utilización resulta especialmente patente -por ejemplo, en el caso de la violación callejera-, se le concede a las mujeres un derecho limitado de objeción; sin embargo, generalmente la idea de consentimiento logra que la utilización y el abuso sexual de las mujeres no se consideren daño ni infracción de los derechos humanos. En el contexto de esta aproximación liberal al sexo, se considera vulgar hacer preguntas políticas, por ejemplo, sobre la construcción del consentimiento y de la libre elección. El consentimiento de las mujeres, que puede obligarlas a sufrir un coito indeseado o a aceptar su función como ayuda masturbatoria, está construido a través de las presiones a las que las mujeres se encuentran sometidas a lo largo de su vida. Estas presiones incluyen la dependencia económica. el abuso sexual, los malos tratos, así como el aluvión de propaganda acerca de la función de las mujeres. Todo esto puede causar una profunda falta de autodeterminación. Las lesbianas son también mujeres. Resulta sorprendente que una lesbiana pueda considerar útil el concepto de consentimiento cuando éste nace de la opresión y de la desigualdad material de las mujeres.
Los principales argumentos a favor de la legitimidad del S/M se cimientan en la idea de que se trata de una práctica consensuada. las sadomasoquistas se han apropiado de la idea del consentimiento, crucial en la concepción machista de la sexualidad. Profesan un rígido modelo de interacción, apoyado en los binarios objeto/sujeto y actividad/pasividad, que se presta a un enfoque del consentimiento parecido al del coito tradicional dominante y heterosexual. Bet Power, la presidente de SHELIX - el Grupo de apoyo de mujeres S/M de Nueva Inglaterra Occidental- alude a la libre elección y la preferencia sexual en su réplica a una carta del periódico feminista de Boston donde un grupo de activistas antiagresiones llamó al S/M ""vidente ejercicio de poder desigual de una persona sobre otra""

El deso y la preferencia sexual no suponen violencia...Algunas feministas se han centrado tanto tiempo en el tema de la violencia contra las mujeres que ahora sólo pueden percibir la riqueza de la vida a través del prisma borroso y desenfocado de la victimización y no a la luz de la libertad, el poder personal y la elección personal. Qué situación tan lamentable en la que algunas mujeres ni tan sólo conciben ya el concepto de libre elección, de consentimiento y de autorresponsabilidad.
En realidad las mujeres y los hombres S/M damos nuestro mutuo consentimiento cuando realizamos nuestras actividades sexuales preferidas. Necesitamos y disfrutamos profundamente del amor, la habilitación y el placer mutuos que encontramos en el ejercicio de nuestra opción sexual.

El sadomasoquista gay Ian Young hace un llamamiento análogo al consentimiento, con el fin de demostrar la legitimidad de su práctica sexual.

Pienso ante todo hay que dejar claro -y volver a repetirlo una y otra vez para quienes, por alguna razón, no lo han captado a la primera- que el S/M es una práctica consensuada por definición. Estamos hablando siempre de actividades elegidas de mutuo acuerdo...Algunas personas no se dan cuenta o no recuerdan que a menudo es la parte sumisa quien controla y estructura la escena S/M:

A continuación Young entra en una aparente contradicción. Afirma que en algunas ocasiones las actividades no se realizan de mutuo acuerdo, sino que las decide el S, que no sabrá hasta más tarde si el M estuvo de acuerdo.

Sobre la cuestión del consentimiento, hay que señalar otro punto más: quizás el M diga que sólo quiere llegar haa un punto determinado. Pero, en realidad, quiere que lo empujen un poco más allá de sus límites. Un buen S -es decir, un S empático e intuitivo- sabrá hasta dónde puede llevar al M sin asustarlo ni trastornarlo... Aun así, sigue existiendo un pacto subyacente, un acuerdo tácito sobre lo que se considerará admisible una vez acabada la escena. El problema que supone considerar irrevocable el consentimiento dado al principio de una escena S/M es comparable con la situación de las mujeres que sufren violaciones dentro del matrimonio o de su relación estable: se entiende que han dado su consentimiento al coito a perpetuidad, en virtud de su contrato matrimonial explícito o implícito. Sólo que, en el caso anterior, este principio se justifica a causa del placer sexual de la parte masoquista.
Sin embargo, ante los tribunales la invocación del consentimiento no siempre resulta útil. En febrero de 1992 el concepto de consentimiento en relación con el S/M se convirtió en un caso célebre en Gran Bretaña ante la recusación del recurso interpuesto en el caso Operación Spanner. Un grupo de homosexuales sadomasoquistas, que habían "participado por voluntad propia y con entusiasmo en la perpetración de actos de violencia" apelaron contra las condenas de prisión por agresión y por complicidad e instigación a la agresión. La argumentación del recurso se apoyaba en el consentimiento de las víctimas. En la sentencia se consideró que el consentimiento no era motivo de descargo en un caso de daños ccorporales sin motivo suificiente; que el placer sexual no suponía un motivo suficiente cuando se infligía "de forma premeditada daños o heridas que atentan contra la salud y el bienestar de la parte contraria", heridas que no eran ni "circunstanciales, ni insignificantes". Las "agresiones" consistían en quemaduras, torturas genitales con alfiletes, guantes de púas y ortigas, el clavado de un pene en un banco de madera, castigos con varas (caning) y correas.
Algunso activistas gays británicos han luchado contra estas condenas alegando que una conducta sexual consensuada no debía constituir delito. Es significativo que todos los casos de sadomasoquismo en los que la policía ha iniciado una acción judicial complican a varones homosexuales o prostitutas, nunca a relaciones de varones heterosexuales con mujeres. Sin duda, la policía podría presentar cargos parecidos con pruebas análogas en el caso antedicho, videos de las actividades de los implicados. En realidad los juicios fueron discriminatorios. En el caso del sadomasoquismo heterosexual, la policía encontraría probablemente numerosas ocasiones en las cuales el consentimiento es mucho más dudoso que en el caso Spanner y donde las víctimas femeninas participaron en contra de su voluntad, con el solo fin de gratificar a sus parejas masculinas. En el juicio de apelación se hizo constar que "la función del tribunal consiste en señalar su reprobación de estas actividades mediante la inmediata aplicación de breves condenas de prisión". Esta reprobación oficial parece existir sólo cuando los varones son las víctimas del sadomasoquismo y cuando se infrigen las reglas establecidas en un acuerdo sexual. Al parecer, se puede presuponer o, cuando menos, considerar el consentimiento de las mujeres a prácticamente cualquier cosa -incluso en circunstancias que indican una considerable coacción-, mientras que el consentimiento de los sadomasoquistas gays se considera no pertinente, aunque todos lo estén pregonando a los cuatro vientos. Obviamente no rigen las mismas reglas para todos.
Aunque la pretensión de este tribunal de establecer unas normas morales haya sido hipócrita e inoportuna, tal vez exista la necesidad de delimitar la indulgencia hacia un sadomasoquismo capaz de hacer peligrar la vida humana. El caso Operación Spanner muestra uno de los problemas inherentes a la noción de consentimiento, de acuerdo con la acepción que le otorga la comunidad sadomasoquista. Una de las agresiones contempladas en el recurso de apelación antedicho consistía en dos quemaduras, una encima del pene y otra en la parte interior del muslo. El sumario indica que : "Hubo duda acerca del consentimiento de la víctima respecto de la segunda quemadura". La víctima se encontraba atada; si protestó, su queja no se escuchó o se ignoró. Tal vez se ignorara a propósito. La literatura sadomasoquista, incluidos los escasos textos teóricos existentes, sugiere que, pese a las apologías del consentimiento, este concepto tiene poca relevancia en la práctica, salvo para convertir su transgresión en algo más excitante para el masoquista, el sádico o para ambos.
El problema de la agresión sexual o del abuso no consensuado en general comienza a surgir entre las lesbianas que se inclinan por el S/M. Dada la problemática de la noción de consentimiento como base de cualquier práctica sexual, así era de esperar. En una revista S/M de Sydney se citan las palabras de una seguidora del sadomasoquismo: "si mis dominantes bvuscaran siempre mi consentimiento, me aburriría como una ostra". al parecer circula actualmente otro término que denota el principio irrevocable del consentimiento inicial. Se llama "no-consentimiento consensuado" ("consensual non-consensuality") y su definición es la siguiente: "Consientes en ESTAR ahí; consientes en dejarles hacer lo que quieran. Sigue siendo tu decisión inicial". Al igual que en el ejemplo precitado de Ian Young, el consentimiento se convierte en algo que sólo al despertar al día siguiente se puede calibrar, según la sensación de incomodidad que se tiene."


 
lesbos,27.04.2004
"A menudo ocurre en el S/M que NO hemos dado nuestro consentimiento a lo que más nos excita o nos pone calientes, ni lo daríamos NUNCA si nos lo pidieran y, a pesar de todo, lo hacen. Si hacéis cosas que a ambas partes les parecen bien al día siguiente, es bueno. Si os sentís jodidas, no lo es.

Este concepto de dificil comprensión en un proceso judicial y plantea un problema para las sadomasoquistas que al día siguiente consideran haber sufrido una grave agresión. Y, sin embargo, el o la S tal vez estime que ha actuado de buena fe y de acuerdo con las reglas.
El concepto de consentimiento esgrimido en el S/M plantea serior problemas para la causa feminista que siempre ha tratado de tomar en serio el "no de las mujeres. Las sadomasoquistas rebeldes que profesan conceptos como el no consentimiento consensuado demuestran una nada sorprendente falta de solidaridad, de signo antifeminista, con las mujeres que resultan gravemente heridas en la práctica S/M. Según Alix, "cualquiera que sea lo bastante estúpida como para marcharse con alguien que no conoce de nada y deje que la encadene y le haga Dios sabe qué, se merece todo lo que le ocurra. Es la teoría de la evolución puesta en práctica". La perspectiva feminista ha mantenido siempre que las mujeres no son merecedoras de los abusos, independientemente de su comportamiento, y que el responsable del abuso es siempre el abusador. Alix discrepa: "Sólo con que tengas el cerebro de una mosca puedes utilizar tu sentido común y tu criterio para evitar estas situaciones peligrosas". En la actualidad la violencia se ha convertido en un problema tan grave en la comunidad S/M que incluso la defensora S/M más conocida de los Estados Unidos y monitora sexual, Pat Califia, apunta la necesidad de establecer un código ético para la comunidad S/M. Añade que las lesbianas S/M hasta deben estar dispuestas a llamar a la policía en casos de violencia persistente imposible de atajar por otros medios. En una situación semejante el problema creado premeditadamente por las sadomasoquistas en pos de su excitación sexual puede presentar ciertos problemas a la hora de reclamar justicia ante los tribunales.
El uso de la idea de consentimiento por las sadomasoquistas resalta de manera singular los problemas relacionados con este concepto. Indica asimismo la relevancia de la idea de consentimiento para la construcción del deseo sexual. En una cultura de supremacía masculina, donde el sexo se construye mediante la connotación erótica de la desigualdad entre hombres y mujeres, el sexo heterosexual tradicional constituye, en palabras de MacKinnon, "una agresiva intrusión contra quienes menos poder tienen". En esta construcción del sexo la idea de consentimiento sirve para obviar la verdadera barbarie que puede producirse en la práctica sexual. Catharine MacKinnon afirma que no existe igualdad en esta práctica a pesar de que el pensamiento de la corriente dominante masculina acerca de la sexualidad tienda a considerar el derecho de las mujeres a negarse al consentimiento como un poder análogo al que obtiene un varón a partir de la ceremonia de la iniciación sexual. Cuando la construcción del sexo significa la connotación erótica de la desigualdad, la idea de consentimiento puede incitar a la violencia masculina y al sadomasoquismo. La idea de consentimiento se erige en tabú que ha de ser transgredido. La transgresión del consentimiento se convierte en una posibilidad excitante. El sadomasoquismo existe gracias a la construcción que el sistema de supremacía masculina hace de la sexualidad y que gira en torno al consentimiento. Y acaba utilizando la misma idea para justificar su existencia.
Ahora que la revolución sexual ha llegado hasta las lesbianas, contamos en nuestra comunidad con todos los problemas relacionados con la práctica de la desigualdad eróticamente connotada, o sea, el deseo heterosexual. Toda una reserva de mujeres está dispuesta a ofrecer sus servicios de prostitución a las demás lesbianas. Las consecuencias de la opresión de las mujeres, el daño provocado por el abuso sexual, la utilización de las mujeres en la industria del sexo y la lesbofobia, han facilitado la materia prima: las lesbianas autoras y modelos de la industria del sexo, que sufren maltrato en las fiestas S/M y que actúan en directo en espectáculos pornográficos. Quienes reivindican la "igualdad de oportunidades" en la sexualidad esperan que un código ético consiga embellecer esta situación. A mi modo de ver, la supervivencia de una comunidad fuerte y saludable requiere la construcción de una sexualidad distinta, basada en el amor hacia las mujeres y las lesbianas, un tipo de sexualidad que fortalezca nuestro orgullo lesbiano.
La revolución sexual lesbiana ha transformado la cultura y la política de las lesbianas. Aunque actualmente sea escaso el número de lesbianas que utilizan a otras mujeres a través de la prostitución o en prácticas S/M, el fomento de la literatura erótica por parte de las editoriales feministas y lesbianas empieza a tener unas repercusiones generalizadas. Algunas lesbianas que considerarían rotundamente vulgares los números de sexo lesbiano en directo en un club, están dispuestas a organizar pequeños espectáculos durante fiestas que incluyen la lectura e incluso la escenificación de material erótico. El sexo como representación, el sexo en público, el sexo para excitar a un público: todo esto son formas propias de la industria del sexo. ha sido siempre el papel histórico de las mujeres. No es una revolución. Sin embargo, algunas lesbianas -incluidas algunas con fuertes vínculos con el feminismo- consideran la representación y la vivencia del lesbianismo simplemente como sexo, sexo de cualquier tipo, como la fuente misma del poder lesbiano. Están equivocadas.
la terapeuta sexual norteamericana JoAnn Loulan, que últimamente se dedica a la promoción de los juegos de roles para lesbianas debido a las supuestas emociones sexuales que procuran, afirma: "Nuestro poder femenino tiene sus fundamentos históricos en el sexo". Esta no es una noción feminista. Sería más exacto decir que históricamente las mujeres han tenido pocas elecciones, si querían subsistir, más allá de venderse sexualmente, mientras que los varones les decían que allí radicaba su poder, durante los últimos 150 años la teoría feminista ha considerado errónea la categorización de las mujeres como sexo hecha por los varones, negándoles cualquier otro papel, con el fin de poder utilizarlas sexualmente a su antojo. la ideología patriarcal ha intentado tradicionalmente convencer a las mujeres de que el hecho de que los varones las desearan las hacía poderosas, a pesar de sus desventajas sociales. Las feministas han negado este razonamiento.
En 1913 Christabel Pankhurst apuntó que los hombres postulaban la doctrina de que la mujer "es sexo y nada más". Otra feminista británica anterior a la Primera Guerra mundial, Cicely Hamilton, acusó a los hombres de haber hecho hincapié en la capacidad sexual de la mujer con el fin de satisfacer su propio deseo. El sexo "adquirió unas proporciones indebidas y exageradas" porque durante generaciones el sexo proporcionó a las mujeres "los medios de sustento". La teórica lesbiana actual Monique Wittig ha demostrado de qué manera la reducción de las mujeres a "la categoría de sexo" ha contribuido a su opresión. Wittig señala que las mujeres se han convertido en "el sexo", incluso en "el sexo mismo". Sólo las mujeres tienen un sexo: los varones son la norma y no lo tienen. Las mujeres son el sexo que es sexo.

La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que convierte a la mitad de la población en seres sexuales, ya que las mujeres no pueden escapar a la categoría de sexo. Donde sea que estén, lo que sea que hagan -incluso trabajar en el sector público-, se las considera -y se las hace- sexualmente disponibles para los varones, y ellas, pechos, nalgas, vestimenta, han de ser visibles. Deben llevar su estrella amarilla, su sonrisa perpetua, día y noche. Podríamos decir que toda mujer, casado o soltera, tiene que pasar un servicio sexual obligatorio, comparable al servicio militar, que puede durar un día, un año o veinte, o más. Algunas lesbianas y monjas se libran, pero son muy escasas.
Witting explica que las mujeres, aunque "extremadamente visibles como seres sexuales", permanecen totalmente invisibles como "seres sociales". Las lesbianas que aceptan que en la base de su vida, su identidad, su apariencia y su comportamiento está el sexo y que reivindican esta visión como revolucionaria, se equivocan. Son las que no se libran de la relegación de las mujeres a una mera función sexual. Son religiosamente fieles a los preceptos del sistema de supremacía masculina. La pornografía y la sexología masculinas han entendido el lesbianismo como una mera práctica sexual. Las feministas le otorgaron una definición distinta, convirtiéndo el lesbianismo en algo más que una desviación sexual. Es probable que los patriarcas se rían de la gran amenaza para su poder que representan las lesbianas cuya construcción propia se manifiesta en una industria sexual casera y en la imitación de la pornografía masculina. El heteropatriarcado no se vendrá abajo por esto.
La industria sexual lesbiana supone una gran pérdida de energías lesbianas y, aunque sólo sea por esta razón, las lesbianas deben repensar la conexión entre el sexo y la revolución. La necesidad de repensar la sexualidad es consecuencia de la necesidad de cambiar todo el modelo de construcción del sexo en un sistema de supremacía masculina, si las mujeres y las lesbianas han de alcanzar su verdadera liberación. En el sistema de supremacía masculina la construcción del sexo implica la connotación erótica de la subordinación de las mujeres y del dominio de los varones, lo que yo domino deseo heterosexual. las consecuencias de esta construcción de la sexualidad incluyen la violación y el asesinato de mujeres y criaturas, así como las restricciones en la movilidad de las mujeres, de su vestimenta y hasta de los campos profesionales a que pueden acceder. Una de las consecuencias es el abuso de las mujeres en la industria del sexo. la connotación erótica de la subordinación de las mujeres ha supuesto un intento de los sexólogos para lograr la sumisión de las mujeres a los varones, no ya en el dormitorio , sino en todos los ámbitos de sus relaciones. La connotación erótica de la desigualdad que integra el sexo en un sistema de supremacía masculina impregna nuestro entorno hasta tales extremos que su percepción puede resultar difícil. Es crucial para la configuración de las relaciones entre mujeres y hombres en todos los ámbitos donde entran en contacto. la connotación erótica de la desigualdad es fundamental para el sistema de supremacía masculina; como digo en Anticlimax, es "la grasa que lubrica la máquina de la supremacía masculina"; es lo que la convierte en gratificante y emocionante para los varones y, hasta cierto punto, para las mujeres. la nueva industria del sexo lesbiano institucionaliza y mercantiliza la connotación erótica de la subordinación de las mujeres. Después nos la revenden como "placer" y como revolucionaria. "

 
lesbos,27.04.2004
Creo que este artículo muestra bastante bien la manipulación falocentrista de la industria del sexo.
 
conchitasv,27.04.2004
¿Pero qué es esto? ¿Pero qué invento es este?
 
conchitasv,27.04.2004
Las mujeres necesitamos a los hombres y a sus falos para poder continuar la especie.
 
nakasone,27.04.2004
jajajajaja......creo que es la unica vez que concuerdo con ella, lesbos. Pero si entiendo que hoy en dia todo gira en torno al sexo y mas particularmente al falo y bueno...soy varon y no me afecta seguramente tanto como ati..quisiera saber que es lo que propones..seria interesante saber de que manera puedes cambiar este fenomeno( que por cierto no sra facil)
 
pinocho,27.04.2004
Primera intervención acertada de Conchita, como premio a su buena actuación Dios le va a traer de regalo un falo grandote y a lesbos una probeta, jajaja
 
AnaCecilia,27.04.2004
Ojo, no debería ser así, depender de los hombres en todo hasta para procrear; he leído que ahora están experimentando con dos óvulos de las mujeres, a uno se lo deja como está y al otro se lo va mutando hasta convertirlo en esperma, y entonces los juntan, por ahora sólo se pueden engendrar niñas, pero se está investigando para lograr procrear ambos sexos, ¿Interesante no? jajajaja, al fin libres totalmente, saludos
 
jeckill-and-hades,27.04.2004
Pero lesbos, por qué tan laaaaaaargos los artículos: ¿es para que pensemos que tu falo es grande también?
 
barrasus,27.04.2004
leer " el hombre y su pene, un universo "le la_ columna, magistral artículo escrito por... Mi,ja,ja
 
pinocho,27.04.2004
Interesante Ana, que si están tan desconformes con los hombres y ya encontraron la solución para reproducirse sin su ayuda, les preocupe y les interese seguir procreando ambos sexos. Y lo que pasa en definitiva, aunque nos critiquen y nos desprecien a veces, es que necesitan alguien que las adule y les diga lo lindas que están, aparte del espejo y de las opiniones hipócritas de otras mujeres, jajajaja.
 
Jigolo,27.04.2004
Opino que analizar el tema desde la afirmación que lo que existe es el intento de "subordinación" de la mujer al hombre, no es necesariamente lo correcto. Para mí, todas estas cosas se dan nada más que por nuestros instintos. La gente busca muchas cosas respecto al sexo, precisamente por el sexo, porque aquello nos mueve en gran parte. Por nuestra naturaleza existe esa interminable lucha entre los sexos para dominarse el uno al otro, pero esto es no sólo por machismo o feminismo o por el solo afán de dominarse, si no por el deseo instintivo de tenerse, de poder tener al sexo opuesto para nosotros. Es algo muy natural y son las bases del amor, y de todo lo relacionado al sexo.
 
AnaCecilia,27.04.2004
Puta, por las tantas veces que los hombres dicen que linda que estás, cada día están más idiotas con el deporte, autos, (La prolongación de sus penes), etc. jaajaja, bueno algunos valen la pena, pero son pocos amor, besitos Pinochito
 
bessna,27.04.2004
Pues no necesitas que todos valgan la pena, Ana. Sólo necesitas un hombre que valga la pena para tenerlo el resto de tus días y los demás los dejas para las demás. Así de simple. Todas las demás pensaremos lo mismo: sólo un hombre vale la pena. Y así todas y todos seremos felices.
 
bessna,27.04.2004
Si una relación sexual no fuera tan placentera como en realidad lo es, ¿a pesar de ello nos reproduciríamos?
 
nakasone,27.04.2004
que raro ....es me parece feo eso de decir que no es necesario tener relaciones para tener hijos....

por Dios jajaja..es el mandato supremo id y procread
(y de paso...disfrutar )
amen


 
yihad,28.04.2004
Jajajajaja...

lesbos - conchitasv = 0

quien quiera que seas te vamos a nombrar "Rey de la polémica estúpida".

 
sable,28.04.2004
Qué viva el falo y la vagina, si han sido desarrollados como complementos, ¿por qué el ánimo de anular a uno que no te gusta o no usas?
 
AnaCecilia,28.04.2004
Habló el "Vivo", el rey de los boludos de la página, por Dios...
 
lesbos,28.04.2004
Mi propuesta no trata de anular el falo ni sus sucedáneos (dildos, etc), lo que propongo es ampliar la sexualidad sin centrarnos obsesivamente en el falo. Existe la creencia que el sexo sólo existe si hay intervención de un pene, y esto es falso.
 
Jigolo,28.04.2004
ah, ya entiendo bien y estoy de acuerdo con lo que dices lesbos. Mi experiencia me ha llevado a estar en contra también de ese falocentrismo, relataría algo personal pero cada vez confío menos en la seriedad de esta página. Por eso no lo haré, tal vez como protesta.
De todos modos, creo que definitivamente el sexo es mucho más el sentimiento que produce la estimulación genital.
 
lesbos,28.04.2004
Esta parte del documento que he puesto aclara la subordinación femenina, su conversión en seres sexuales ante la supremacía del falo:

"La necesidad de repensar la sexualidad es consecuencia de la necesidad de cambiar todo el modelo de construcción del sexo en un sistema de supremacía masculina, si las mujeres y las lesbianas han de alcanzar su verdadera liberación. En el sistema de supremacía masculina la construcción del sexo implica la connotación erótica de la subordinación de las mujeres y del dominio de los varones, lo que yo domino deseo heterosexual. las consecuencias de esta construcción de la sexualidad incluyen la violación y el asesinato de mujeres y criaturas, así como las restricciones en la movilidad de las mujeres, de su vestimenta y hasta de los campos profesionales a que pueden acceder. Una de las consecuencias es el abuso de las mujeres en la industria del sexo. la connotación erótica de la subordinación de las mujeres ha supuesto un intento de los sexólogos para lograr la sumisión de las mujeres a los varones, no ya en el dormitorio , sino en todos los ámbitos de sus relaciones. La connotación erótica de la desigualdad que integra el sexo en un sistema de supremacía masculina impregna nuestro entorno hasta tales extremos que su percepción puede resultar difícil. Es crucial para la configuración de las relaciones entre mujeres y hombres en todos los ámbitos donde entran en contacto. la connotación erótica de la desigualdad es fundamental para el sistema de supremacía masculina; como digo en Anticlimax, es "la grasa que lubrica la máquina de la supremacía masculina"; es lo que la convierte en gratificante y emocionante para los varones y, hasta cierto punto, para las mujeres. la nueva industria del sexo lesbiano institucionaliza y mercantiliza la connotación erótica de la subordinación de las mujeres. Después nos la revenden como "placer" y como revolucionaria. "
 
satori,28.04.2004
Es una pena no saber apreciar las virtudes del falo.
 
AnaCecilia,28.04.2004
Las apreciamos mientras dura dura..., luego se hacen descartables, como todo.
 
jeckill-and-hades,28.04.2004
El asunto es que el pene ya les quedó sólo para orinar: ¡Ya no hay hombres...! Dicen que esta guerra es por petroleo y la que viene por agua: yo no creo, será a brazo partido por un hombre... (se entiende que las mujeres dominaremos la tierra)
 
pinocho,28.04.2004
jajaja, muy buena esa jeckill que para dominar la tierra tienen las escobas y los plumeros, jajaja y la verdad es que si todas las mujeres fueran como tu, se justifica que los hombres solo se dediquen a orinar, ¡ afortunadamente no es así !
 
nakasone,29.04.2004
jajajaja supongo que la tecnologia jugara a nuestro favor chicas...ya lo veran...la embestida de los penes ciberneticos =0
 
AnaCecilia,29.04.2004
Hummmm, me anoto entonces, al menos no hablannnnnnn... jejjee
 
jeckill-and-hades,29.04.2004
Pinocho, estamos hablando de HOMBRES. ¿Qué haces por aquí?
 
pinocho,29.04.2004
Sencillamente divertirme con tus comentarios y si quieres otra forma de dominar la tierra de tu casa, cómprate una aspiradora.
 
AnaCecilia,29.04.2004
Juaaaaaaaaaaaaaaaaa ¿Hay voladoras...? jajajajjaa besos a los dosssss
 
Gatoazul,30.04.2004
No es necesario el pene para el sexo, pero yo no puedo prescindir del mio, al que por cierto le tengo en alta estima. Yo creo que eso no es falocentrísmo, es solo que experimento el mundo a traves de mi cuerpo no puede ser diferente para mi. Yo creo que las mujeres deberian concentrarse más en su vagina, a veces se me afigura que para ellas mismas se trata de una extraña caverna, la vagina muchachas es su centro no se les olvide que ella les da placer y no el otro pelón, ese les da placer solo a sus poseedores.
 
crazy,03.05.2004
Estoy de acuerdo contigo, lesbos, en que debería dejar de ser una sociedad tan machista y falocéntrica, y que todo lo que hacen las mujeres siempre ha sido como objeto de deseo de los hombres, para su propio placer...
La sociedad tendrá que cambiar bastante aún hoy día a pesar de las revoluciones que ha habido y se están produciendo ahora.
Cada vez es más habitual ver a gente homosexual sin pudor ante la tele, ante las páginas de los libros y demás... Es importante que se vaya creando una redefinicón de toda la sexualidad para que el mundo sea completamente tolerante consigo mismo.
Y la mujer, como dices, debería llegar a poder ser más valorada como persona.
 
Belle,03.05.2004
¿Qué haríamos sin los penes? Una buena cabalgada es necesaria de vez en cuando.
 
lesbos,11.05.2004
El falo es una parte de la sexualidad, pero no es el centro. Es cierto que ha que repensar la sexualidad, crear una sociedad más tolerante, desquitarnos del falo y buscar nuevas vías. La sexualidad femenina siempre se ha negado porque no había intervención del falo. A los varones homosexuales se les ha condenado durante siglos, porque en ello sí había falo. A las lesbianas no las tenían en cuenta, simplemente no existían, porque no intervenía falo entre ellas.
 
yihad,12.05.2004
Pues fale.
 
jeckill-and-hades,12.05.2004
Yo falo
Tu falas
El fala
nos falamos...

Dejen de falar o se van pa` fora..

(Joao Da Silva)
 
rodrigo,12.05.2004
Falas tu
falo eu
fala el carajo meu..


Ni los hombres ni las mujeres pueden vivir sin él.
Ya sea de carne, de baterías o cibernético. O el dedo.

Kant dijo: Meted y disfrutad. O... ¿Creced y multiplicaos?. !Vete a saber!
 
Aldonza,12.05.2004
¡Falad, malditos! jejeje
 
Babilonia-01,12.05.2004
El que escribió ese artículo (¿mujer?) tiene un trauma sexual o algo así. Esa visión en la que las mujeres dependen del hombre hasta para procrear es una estupidez. Yo no he visto a ningún hombre que perpetúe el apellido (procree) masturbándose, así que la dependencia es mutua, femenino y masculino actuando juntos. ¿Que la pornografía idealiza al falo como medio de sumisión femenino? ¡Claro! Eso es lo que el hombre quiere ver, ese es el "target" más grande del mercado pornográfico: El hombre poderoso, que controla a la mujer con su gran falo. Pero, ¿qué hay del punto de vista contrario? El hombre depende tanto de la mujer que es capaz de pagar miles de dólares a una prostituta que le haga sentir que es "el gran dominador fálico". Entonces, ¿quién tiene el control? ¿Quién tiene el poder en realidad? Dice que el lesbianismo no está atado al poder fálico, cierto; pero está centrado en el clítoris. Terminamos en lo mismo.
 
pinocho,13.05.2004
Lesbos:
El verdadero arte de la vida se encuentra en mantener el equilibrio entre dos opuestos que son las dos cara de una misma moneda. ¿Olvidas acaso tu origen? Provienes de dos mitades, de una mitad femenina y una masculina que conviven en ti.
Una mitad no puede existir sin la otra, porque en definitiva son solo una unidad indivisible. La división entre los opuestos es solo cuestión meramente de apreciaciones particulares.
 
CHEwy,13.05.2004
Oral B! Oral B! Oral B!
 
CHEwy,13.05.2004
Qué? Yo hablaba del dentífrico! Mal pensados!

(Jajaja, que buen chiste, el amigo de Paulis y sus ocurrencias jeje)
 
alabama,08.11.2004
Vaya gilipollez...
 
IsisEraEterna,15.11.2004
Este es uno de esos foros divertidos, precisamente, porque lo que aquí opinan no tienen ni puta idea de lo que hablan. Las mujeres (por saberse lesbianas) suenan absolutamente chauvinistas; y los hombres, por no entender la importancia real del órgano que tienen entre las piernas, hablan sandeces...
Nada, que cuando se habla de falocentrismo, prefiero salirme por la tangente...
 
nakasone,16.11.2004
...tienes razón, para colmo al final se aparece una chica que cree necesario decir que todos son unos brutos y ella no, qué divertido, para cerrar con broche de oro este foro
 
mae,16.11.2004
Falo me....(sigueme)
 
IsisEraEterna,16.11.2004
Pues si nakasone, qué le vamos a hacer... Mae se escribe, Follow me (sigueme)
 
America,16.11.2004
(((Isis no entendió la ironía de mae)))
 
sigfrido,16.11.2004
¡Vaya tarugada!! y lo mas puto es que lei todo el maldito articulo, joé que puñetera puñeta.
 
IsisEraEterna,16.11.2004
Ironía? hombre, pensé que estábamos hablando de falos; y si de falos se trata, prefiero dictar cátedras de inglés; he ahí lo de Follow me, America (((La despitada era ella)))) Además, ya lo he dejado bien claro: sobre estos temas me salgo a propósito por la tangente...
 
America,16.11.2004
Cito: "...y los hombres, por no entender la importancia real del órgano que tienen entre las piernas, hablan sandeces..."

O sea que ahora esta chica va a decirme para que lo tengo... ¡Increìble!


Insisto, no entendiste a mae...
 
mae,16.11.2004
Por tratar de ser chistosa he quedado como despistada......juaaaaaa
 
IsisEraEterna,16.11.2004
Me refería a ti, America, en cuanto al despiste. Y ahora que has aclarado tu género, aclaro lo dicho. Por lo general, los hombres consideran que su órgano sexual tiene vida propia; de ahi que le pongan simpáticos nombres como si fuera un hermano mellizo que no llegó a término. Además, viven obesionados con el tamaño (a ver mi América, apuesto lo que quieras que más de una vez te lo habrás medido). Y pos si fuera poco, se acomplejan cuando saben que otro tiene un paquete más grande.
Si de verdad supieras, America, para que lo tienes, tu falo sería inmenso, por no decir universal.
 
America,16.11.2004
"...Por lo general, los hombres consideran que su órgano sexual tiene vida propia...". Si tu pareja o amigos hacen eso, te recomiendo cambiar de ciudad.

"...a ver mi América, apuesto lo que quieras que más de una vez te lo habrás medido..." ¿Medirlo?, eso es parte del folclore. Siento mucho que las personas con las que has convivido hasta ahora te hallan dejado una impresión negativa. Los hombres, siento decepcionarte, no andamos midiendonos todo el tiempo. Esa es una etapa que se supera en la adolescencia, ahora, sé que algunos se quedaron ahí (¿acaso las chicas no se miran los senos?). Superada ese tiempo, uno aprende a convivir con el cuerpo y eso es todo.

La única medida que se necesita es la que dá la satisfacción de complacer a una mujer. Y el falo, pene o como lo bauticen tus amigos, es un òrgano importante en la vida de los hombres (tanto como el clìtoris en las mujeres), pero eso no indica, que sea el centro del mundo. Por lo tanto, no necesito que sea universal, solo mío, jeje.

Además, suena feo eso de generalizar.
 
IsisEraEterna,16.11.2004
¿Porque supones que lo que he dicho me ha pasado a mi? Que fácil resulta explicarlo todo, pensando que el problema esta de este lado. Ayy, América, veo que tienes tan poca calle. ¿Que se hicieron los tipos como Guy, con los cuales de podía discernir inteligentemente???
 
America,16.11.2004
Peor aún, Isis, todo lo que has dicho es un cùmulo de experiencias ajenas y que has tomado como verdades irrefutables. Sin ir más lejos, pego aquí una afirmación: "...se acomplejan cuando saben que otro tiene un paquete más grande...". Mirà que bien, no sabía que me siento inferior/superior a alguien que se ducha al lado mío en el club... La verdad, que para mí es indiferente. Ahora si alguno de tus amigos lo hace, bueno, tendrá algunas dudas en su sexualidad.

Cuando dice "calle" imagino que habla de experiencia...Entiendo que a su edad haya tenido muchos hombres y esa sea la bandera que levanta, pero ¿ha sentido en carne propia lo que es una erección?. No, claro que no. Entonces... ??

Me parece ridículo que alguien haga postulados o profetice sobre algo tan delicado y que no conoce totalmente. Sería lo mismo que yo me pusiera a llenar bytes con lo que deben hacer las mujeres para llegar a un orgasmo. Totalmente ridìculo.

Su problema, colega, es que cuando se vé perdida, toma la salida más cómoda: alega incapacidad en su "oponente", en vez de admitir la propia. Y lo peor, es que su soberbia, le impide reflexionar. Sea más humilde, quiere?.

Finalizando, Yo creo, que en tema de penes, no tiene ni "pito que tocar"

 
Gatoazul,16.11.2004
Si nos medimos el pene y nos preocupamos sobre su tamaño (algunos hombres no todos) es porque nos sentimos inseguros. Veran es que a los hombres se nos recarga bastante de la responsabilidad de el sexo y el tamaño y todos los mitos relacionados nos vuelven terreno fertil para esos tipos de inseguridades.

Creo que yo ya lo tengo claro, entre más grande el pene, mejor para el sexo. Los penes grandes son considerados más bellos, sensuales y estimulantes, por tanto lo son. Si bien es cierto que la mujer tiene mucha sensibilidad en los primeros centimetros, existen nervios importantes en las partes más profundas. Estas tal vez sean malas noticias para quienes como yo estamos abajo de los quince centimetros (medida promedio es decir la normalidad matemática), pero por dura que sea es la verdad probada.

Por otro lado esto no significa que los pequeños tengamos ninguna oportunidad de ser buenos amantes, pero no nos engañemos seria mejor si estuvieramos mejor dotados. Ni modo mis cuates hay que arreglarselas con los que nos toco.
 
IsisEraEterna,16.11.2004
Eureka!!!! Encontré finalmente al mayor exponenente del Falocentrismo. Me parece que tanto despotricamiento de tu parte, obedece a que toqué una tecla sensible de tu siquis... Y como veo que realmente desconoces lo que tienes entre las piernas, reitero lo dicho: si en realidad supieras de que hablas, tu falo sería inmenso, por no decir universal...

 
 
IsisEraEterna,16.11.2004
Lo anterior era para America; el comentario de Gatoazul me ha parecido el más ecúanime de todos...
 
America,16.11.2004
Si yo, que tengo uno, lo desconozco, entonces usted, que no lo tiene... hmmm.


O sea, todo el palabrerío que escribió más arriba era solo por que quería que viniera un incauto (gatoazul) y le dijera que sí, que bÉL/b se siente acomplejado por que tiene un pene pequeño y que ese complejo lo tiene tan mortificado que su ùnica aspiración en este mundo es tener uno más grande. Vaya, eso quería?. jaja!

Bueno, el complejo creo que lo tiene usted, lamento decirle que los penes ortopèdicos no tienen las mismas prestaciones que los naturales. Digo, por que leyendo entre líneas, es claro que su problema pasa por el deseo de tener uno: El ánsia de dejar de ser sometida.

"si en realidad supieras de que hablas, tu falo sería inmenso, por no decir universal...". Cree usted que teniendo un pene inmenso, los hombres nos sentimos más poderosos?, por favoooor!!. Usted no tiene ni la menor idea de lo que habla.
 
America,16.11.2004
Sería bueno, solo para probar su ignorancia en el tema, que expusiera su tan publicitada teoría de "tu falo sería inmenso, por no decir universal...".
 
nakasone,16.11.2004
...Creo que ella no sabe perder...

así de simple
 
Gatoazul,17.11.2004
El incauto reportandose, jeje. Yo hable de inseguridades no de complejos, que no son lo mismo pero me dejan igualmente mal (en estos pleitos la que siempre sufre es mi reputación, oh pobre de ella).

Sinceridad cruel sinceridad, agrego nomas a lo que he dicho que me mortificaría mucho el delicado asunto del tamaño si pretendiera ganarme la vida con mis habilidades amatorias (pero no es el caso).

Apoyando a lesbos, creo que el sexo no se agota en los genitales y corriganme si me equivoco, tal vez solo creo lo que me conviene creer.
 
isusko,17.11.2004
'viven obesionados con el tamaño' : señorita isis, esto es un gran prejuicio. Lo que un hombre desea es una relación sexual satisfactoria, de la misma forma que la mujer. La insensatez es tanto obra del hombre como de la mujer. Habrá hombres que se lo midan con una regla(más bien niñatos), pero esto no es la tónica general.
'Creo que yo ya lo tengo claro, entre más grande el pene, mejor para el sexo. Los penes grandes son considerados más bellos, sensuales y estimulantes' : señorito gatoazul, esto es otro gran prejuicio. Lo importante del falo no es si mide en erección 53cm o 3cm, o si es de color marrón oscuro o rosita. Lo importante es mantener una relación plena y satisfactoria con tu pareja. Punto y final.
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Me encanta darme cuenta de que tengo la razón... la siquis masculina gira, inevitablemente, en torno a su pene. A America, ni le contesto porque sería como echarle perlas a los cerdos... Ahora, Señorito isusko, permítame aclarlarle los siguiente: las mujeres preferimos "penes grandes (pues) son considerados más bellos, sensuales y estimulantes". Si usted lo tiene chiquito y feo, pérdoneme, pero va de culo....
 
sigfrido,17.11.2004
je je je
 
America,17.11.2004


Como a los locos...

 
nakasone,17.11.2004
... más importante que el tamaño es saber moverse bien y la duración del acto. Isis , no a todas las mujeres les gusta lo que le gusta a usted.
 
isusko,17.11.2004
la señorita isis se cree que habla en nombre de todas las mujeres. Este es el problema de la señorita isis...
 
isusko,17.11.2004
... y si es verdad, señorita isis, le doy toda la razón. De hecho hace unos años me hice una ampliación de longitud del pene. Para ello me hicieron un injerto tomando como base un trozo de cerebro. Ahora soy una persona con autoestima, soy feliz.
 
sigfrido,17.11.2004
Señoritas y Señoritos., Lo mejor es que todos los involucrados foristas, envien su medida para saber preferencias je je je de todas las foristas (se vale incluir foto) asi se acaban las dicrepancias por las burlas y por las ganas je je je, vale decir, que no he dicho absolutamente nada je je je.
 
Gatoazul,17.11.2004
Isis dices que el la siquis del hombre gira irremediablemente en torno al pene, y ¿eso que te hace sentir?, anda confiesalo ¿te sientes superior o qué?, ¿te alivia que tu no tengas, tratas de aliviar algo dentro de ti? En lo partícular no estoy deacuerdo contigo. Para empezar y terminar ¿por qué la siquis gira alrededor de algo?, ¿qué es la siquis entonces?

Por otro lado estoy deacuerdo contigo itsuko, "Lo importante es mantener una relación plena y satisfactoria con tu pareja". El tamaño es accesorio, pero eso no significa que sea un cero a la izquierda para todas las mujeres. Esa relación plena y satisfactoria, que es lo más deseable siempre, se logra con compatibilidad. No todas las mujeres son campatibles con uno, algunas quieren sujetos musculosos calvos y llenos de testosterona que la tengan grande y eso no considero que este mal.
 
Gatoazul,17.11.2004
Me pongo de ejemplo con lo último que dije, para mi es importante que mi pareja tenga cabello, sería muy difícil que encuentre sexualmente atractiva a una mujer calva. No me jusguen, cada quien ¿qué no?
 
Nicodemus,17.11.2004
Puedo jurar que, como hombre heterosexual mi psique NO gira en torno al pene. De hecho, no gira en torno a nada. Tengo que cantarle las cuarenta a esta psique tan perezosa...
 
isusko,17.11.2004
gatoazul, estamos de acuerdo. Se trata de buscar la compatibilidad en la relación sexual.
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Jejejeje, este foro se pone divertido. Los que justifican un pene pequeño y feo, seguro malos amantes son. Gatoazul, Superior, mi tetas, si de superioridades hablamos. No me hagas reír con tu sicoanálisis de a centavo. Además, vuelvo a encontrarme con alguien que me da la razón: desde que isusko se hizo ese "injerto" maravilloso, vive feliz porque su pene finalmente tiene autoestima. Ja. Deberían todos seguir tan magno ejemplo... Así tendrían mujeres satisfechas y no expertas en el "arte" de fingir un orgasmo...
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Vamos a coser TODOS una bandera para el falocentrismo. A ver, sugieran diseños mis queridos foristas creativos.
 
isusko,17.11.2004
vamos señorita isis enséñenos sus tetas de plástico
 
isusko,17.11.2004
...estarán llenas de chirlas.
 
guy,17.11.2004
¿Será posible que tanto les cueste asumir que se miden la pija? ¡manga de pendejos! Ah, claro, ahora resulta que nadie le importa el tamaño, si los veo, que para hacerse notar son capaces de ponerse aritos en los ojos ¿y eso qué significa? ¡el culto a la pelotudez!
Son capaces de tatuarse el nombre de un jugador de fútbol ¿y me van a decir que no se miran la pija? Por favor, la psiquis gira tanto en derredor a la verga como a la concha, y esto cuando tenemos la panza llena, por supuesto, y cuando viene una mina que les dice algo saltan las histeriquitas masculinas con boludeces, lo único que falta es que digan que cogen por amor y ahí ya nos tapó el agua. Hablan como ginecólogos señores o peor, como psicólogos que después terminan preñando a una hembrita y ni saben por qué. La verdad dan vergüenza, si se pusieran a pensar que sus novias seguro los han comparado en tamaño y pericia con el anterior, se cagan de miedo. No entiendo. Isis, mi ángel, muy a pesar mío tenés razón y, a esta altura imagino, unas tetas hermosas.
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Aquí entre nos, Guy querido, mis tetas se las traen. Y mira que este no es el foro de Tetacentrismos. Pero nada, celebro que tu cerebro se haya paseado por estos lares, porque esta cuerda de imbéciles me tenía ligeramente harta. Decirme a mí, que no se la miden, Por favor!!!! Si hasta le ponen nonbretes absurdos... Pero bueno, foros como este, me divierten, y siempre agradezco una buena mamada intelectual.
 
Pablo_Rumel,17.11.2004
Ya que se ha hablado bastante del falo, de las tetas y las mamadas, cito las palabras de un olvidado escritor:

"Crear no es parir. Crear mal es masturbarse. Crear bien es copular."

Bien, quizá no agregué mucho a este entusiasta debate. (tómenlo como un segundo, o más bien como un paréntesis)
 
America,17.11.2004
jajajaja!
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Otro que ya se salió por la fucking tangente. PRumel, el foro es sobre F-A-L-O-C-E-N-T-R-I-S-M-O. La Cópula la dejamos para otro día, con otras ganas...
 
TheWillow,17.11.2004
Claro que se lo miden. Si yo fuera hombre me lo mediría. Y si lo tuviera chiquito me afectaría, claro que sí. Aunque dicen los sexólogos que lo importante no es el tamaño sino el grosor, los sexólogos, claro, porque la sexólogas piensan diferente...

Ahora sobre el tema en sí, el falocentrismo, me parece absurdo. Si no hay falo no hay bebés. Así que agradezcamos al buen falo.
 
guy,17.11.2004
Señor america: no sé de qué se ríe. Muero porque llene de bytes un espacio explicando cómo hace una mujer para llegar al orgasmo... con usted de asistente claro, pero no en este foro, vaya a "el pelo en el diente"...
 
IsisEraEterna,17.11.2004
Si no hay falos no hay bebés???? Si no hay semen no hay bebés, querrás decir; que se ha puesto de moda la fertilización in vitro...
 
America,17.11.2004
jajajaja (de nuevo).
 
guy,17.11.2004
Señor america: parece que su soga viene con mucha mierda, y, cómo si fuera poco, para zafarse, usted tendrá que agarrarla con los dientes, mire que me tienta, eh...
 
Gatoazul,17.11.2004
Jaja claro que nos la medimos, es de lo más normal. Este foro si que esta divertido, no me disculpo con Isis por hacerla reir con mi psicología de a centavo (reir siempre es bueno), en cambio agradezco su respuesta sincera. Agrego que compatibilidad en mi caso incluye sacarle la vuelta a las mujeres con complejos de superioridad como Isis, yo paso aunque tengan las tetas sabrosonas.
 
TheWillow,17.11.2004
Igual al que quiere donar esperma lo ponen en un cuarto con un vaso, y si lleva una revista porno, mejor.




 
creatura,18.11.2004
Pero quién le da tanta importancia al pene. Más importantes son los senos y el trasero de las mujeres, el pene ni se nota, sólo se imagina. Los falocentristas son los seres más acomplejados del sistema que dirigen sus actos en función a donde apunta su pene.
 
nakasone,18.11.2004
...finalmente muriò no muriò el dios prìapo como decìa el segundo mensaje
 
Alabama,21.11.2004
Respecto al falo, como decía mi abuela "burro grande ande o no ande"
 
guy,21.11.2004
Que yo recuerde, parece que los gringos se dieron cuenta que Clinton tenía pija cuando una gordita judía se la metió en la boca. A ver, partiendo de la postilla boba de la señorita Alabama digamos que para ser falocentrista no hace falta ser varón. El hecho de que -como dice mi madre- haya mujeres que pasan la vida buscando una pija con plata, las hace dependientes a algunas, del poder del varón. Una cosa estrictamente femenina que hace que muchos caballeros modernos quizás puedan sentirse en inferioridad de condiciones con una escasa cuenta bancaria y un auto obsoleto. Los patéticos psicólogos quizá relacionen eso con el poder meramente fálico. Creo que en estos tiempos modernos pijas son las que sobran, así como señoritas poco seso que sólo buscan casarse y procrear, como la abuelita de Alabama por ejemplo. Me pregunto entonces ¿podrá Alabama negar la sangre de su antecesora? ¿qué inclinará la balanza gringa en estos tiempos en que la pija de Clinton ha pasado de moda y los gringos están preocupados por el petróleo iraquí? Vaya uno a saber. Y los pendejos siguen boludeando.
 
TheWillow,21.11.2004
El que una mujer sólo quiera casarse y procrear no la hace "poco seso". La maternidad requiere sesos, y bastante. Y si una mujer sólo quiere tener hijos y criarlos, debería recibir el respeto que eso merece.

Creo que la sociedad se ha hecho mucho daño al disminuir y vilipendiar al ama de casa. Es como un absurdo juego autodestructivo. Queremos mejores familias, mejores seres humanos, pero a la vez nos burlamos de la mujer que elige concentrarse en educar a sus hijos. Se puede trabajar y criar, claro que sí, pero no debería menospreciarse a la que elige una de las dos cosas exclusivamente.
 
IsisEraEterna,22.11.2004
Una mujer que elije quedarse en casa para criar a sus hijos, no se da cuenta que, además de autocastrarse profesionalmente, le envía un mensaje equivocado a su prole, pues con su ejemplo les demustra que está bien que una mujer sea dependiente económicamente del marido. En el caso hipótetico de que ella sea la proveedora - puede que sea millonaria- el mensaje sigue estando equivocado. Los hijos necesitan ver que su madre es tan útil como su padre. Y que si él llegara a faltar, ella es perfectamente capaz de hacerse cargo.
(Estoy terminando de coser la bandera del falocentrismo. Hasta ahora los colores que predominan son el verde mierda y el amarillo caca)
 
IsisEraEterna,22.11.2004
Guy, no te perdono que arremetas contra la pija de Clinton. Argentino envidioso.
 
guy,22.11.2004
Perdón Isis, pasa que este negro fin de semana sólo usé el falo para mear cerveza, y me acordé de Clinton. Qué va. Inauguremos el foro de la perfecta ama de casa, un gran tema, pero no para aquí.
 
TheWillow,22.11.2004
Sí, es otro tema. Pero salió a relucir.

Mi postura no es la más popular, lo sé. Pero es que la visión moderna del asunto está destruyendo a la sociedad.

Sigan hablando de los falos...

 
sirena_viuda,22.11.2004
...podría ser de latex tu bandera?
 
IsisEraEterna,22.11.2004
La sociedad la destruyen otras cosas, Willow. Sin embargo, apoyo la moción: sigamos descargando contra el falo. Pero advierto, el falo Clintoniano es sagrado; maldito aquel que ose difamarlo....
 
IsisEraEterna,22.11.2004
Del material que quieras, Sirena. Lo importante es coserla e izarla!!!!
 
sirena_viuda,22.11.2004
Pensé que se trataba de la abolición del falocentrismo... ¿para qué sería la bandera? Banderas habríamos de poner en todas las ventanas, pero contra la heteronormatividad y el culto a una sola parte del cuerpo, del falo como representación de una sexualidad reduccionista.
 
IsisEraEterna,23.11.2004
Las Banderas se izan, y ya que estoy cosiendo una para el Falocentrismo, que se vea bien alto de dónde provienen muchas de nuestras taras ancentrales.
 
guy,23.11.2004
Isis, a los molinos de viento los tiró el boludo del Quijote hace rato, después vino otro que tiró a la mierda las torres gringas, a las taras ancestrales no las tira ni Madonna... ¿Podrías explayarte acerca del falo de Clinton?... adran Sancho, señal que gatos no son.
 
guy,23.11.2004
Ladran
 
nakasone,23.11.2004
..el falo no se puede bajar con dos aviones....se necesita una buena vagina...supongo
 
guy,23.11.2004
Poco serio, nakasone, entre los tres mil medios que se me ocurren para ello basta con mencionar un agente de policía siendo que usted está en el auto y con una menor...
 
tiamatvampire,23.11.2004
En realidad estoy de acuerdo con lo que decía lesbos y Isis, creo que el mundo gira en torno al pene, y la sexualidad es mucho más que eso. Además eso excluye a lesbianas quienes son capaces de disfrutar de su sexualidad plenamente sin la necesidad de un falo!

Clinton no tiene falo

Bush tampoco tiene falo y en vez de bolas tiene 2 tapitas de coca cola!
 
IsisEraEterna,23.11.2004
Bueno, primero comienzo con el falo de Clinton y después paso a explicarle a la Tia la relación lésbica/fálica. Ambos tópicos apasionantes, precisamente, por lo contradictorios.
Hablemos de Clinton y su falo sagrado. El tipo nunca descuidó la patria. De hecho, al teléfono con Arafat, la Mónica de rodillas se la chupaba. Como digo, nunca descuidó la patria. Un dictadorcillo bananero hubiese llevado a su concubina a un resort en el caribe, mientras le daban un golpe de estado en casa. Como digo, Clinton nunca descuidó la patria. A pesar de que su pene, con vida propia y centrista como el que más, le pedía a gritos llevarse a la judía gordita a un viaje a Sudán.
Tia, las lesbianas (y de esa tribu provengo) no prescindimos de un falo. De hecho, a muchas nos gusta; vaya que lo disfrutamos. La marca Panasonic es la más confiable, dicen las entendidas. La penetración no es exclusividad de las heterosexuales. Ahora, que somos ligeramente más creativas a la hora del placer, pues sí. No dependemos de los cuantos minutos que dura una erección convencional. Eso, en cuanto al placer carnal; porque si de placeres emocionales, se trata, esos vienen acompañados de otros atributos.
 
IsisEraEterna,23.11.2004
Por cierto, algo que no se ha dicho en este foro: el falocentrismo no tiene nada que ver con el pene. Es la mentalidad del dueño del pene, la que lo jode todo.
 
natanarby,23.11.2004
Este foro es lo más falocentrico que he visto!!!!
 
nakasone,24.11.2004
.....obviamente el machismo tiene mucho que ver, pero una sociedad vaginocentrista...a ver pensemos cómo sería si se constituyera, o mejor aún, una sociedad clitoricentrista?
 
IsisEraEterna,24.11.2004
Las mujeres somos demasiado inteligentes para preocuparnos por nuestra vagina, de la forma que ustedes se preocupan por su pene.
 
guy,24.11.2004
Bueno, tampoco el extremo que es poco creíble. Las mujeres se preocupan por el largo de la falda por el color de las uñas por las tetas por el color del pelo por Luis Miguel por los perfumes por las arrugas por si el color de la cartera combina con las medias. Por etcéteras, pero yo no diría que la diferencia intelectual las marquen esas cosas. Hay un chiste que escuché hace poco que dice que dios le dijo a Adán que tenía dos noticias, una buena y otra mala. La buena era que le iba a regalar un pene y la mala que su cuerpo no tenía la suficiente cantidad de sangre para usarlo y pensar al mismo tiempo. El chiste es gracioso pero erróneo, cualquier imbécil sabe que la cantidad de sangre que insume un orgasmo femenino es más que el doble que la tan ponderada eyaculación. Si yo dijera que el hombre es más inteligente que la mujer, ¡Mmmmmmmmmmm!... sería muy falocentrista de mi parte. Che, así que Panasonic, ¡de haberlo sabido el día de la madre!... decí que ahora viene navidad. Bien la de Clinton, acá tuvimos uno que desapareció con una chilena puta, y dizque la preñó.
 
IsisEraEterna,24.11.2004
Cierto, PERO NUNCA POR NUESTRA VAGINA.
 
IsisEraEterna,24.11.2004
El punto es que sí tenemos preocupaciones banales como dices, pero que yo sepa ninguna mujer se mide la profundidad de su vagina para saber hasta donde le cabe. Eso es ser inteligente.
 
JulioJurenito,24.11.2004
¿Inteligente? No sé. Quizá sí que se medirían si la sociedad fuera vaginocentrista. Entonces puede que muchas se la pasarían presumiendo de vagina (ni me puedo imaginar como se puede hacer eso en unas duchas de gimanasio).
El caso es que no se puede decir que los hombres sean más o menos inteligentes por sus actos. Los hombres somos lo que somos: especímenes de la sociedad que nos creó. Con gustos, inseguridades e intereses en gran medida influenciados o directamente inventados por la deriva evolutiva de la coyuntura actual. Y en eso no somos ni mejores ni peores que las mujeres.
Y si se quieren sentir excepciones a la regla, están en su derecho, yo lo hago.
 
IsisEraEterna,24.11.2004
Históricamente, las mujeres hemos tenido otras prioridades. Medirnos la vagina, no ha sido una de ellas.
 
Gatoazul,24.11.2004
Isis hablas como si los hombres tuvieran el monopolio de la estupidez y las mujeres de la inteligencia. Lo cual ya sabemos que es por tu complejo de superioridad.

Bien podemos concordar (de nuevo) lo rídiculo de los hombres y el falocentrismo, pero las mujeres no se quedan atrás. Si bien no podemos hablar de vaginocentrismo, ni imaginar que algunas se miden la vagina, muchas mujeres ni siquiera se la conocen. Eso tambien es una suprema estupidez.
 
guy,25.11.2004
A ver, Isis reina mía, una cosa es la cuestión pendeja y psicológica del falocentrismo (a mi gusto una pelotudez más) como la paja que en la pubertad no es más que la homosexualidad reprimida, que asumo ha de ser distinta a la de esos padres de familia que se masturban con pendejas púberes. El hábito en cuestión es el mismo pero en el último caso se habla de perversión. La cuestión biológica común es eyacular, y punto. Igual que los perros los guy y los gatoazul. Y punto. Son las madres las que enseñan a sus retoños, inconscientemente claro está, que la ecuación es: pene = no vagina. Esa horrorosa definición es femenina, no has de negarlo a esta altura de la vida ¿Sabés por qué? Yo más o menos, es algo así como que la función reproductiva es uterina y, hasta nuestros días pija-dependiente y de ahí viene que las féminas, hasta las hermosas criaturas mentales como vos, dependen inconscientemente de esa función reproductiva. Notorio hasta aquí que nosotros, miserables eyaculadores no tenemos ese reloj biológico que portan ustedes, independientemente de si son lesbianas o no. El uterocentrismo es, para mí, la raíz de todas las pestes. Pero hete aquí, que lo sufren ustedes las adorables criaturas portadoras de adorables tetas con glándulas mamarias.
Deduzco, y planteo a quién sea que me lo refute porque no estoy más que conjeturando, que la cuestión cultural parte del útero, que es el asqueroso averno donde se gestan asquerosos humanos que luego se transformarán en la variedad que les sea posible. Lamentablemente, las mujeres son capaces de reproducirse sin tener un orgasmo, cosa que para los bípedos masculinos es imposible, por más eyaculador precoz que uno sea. La homosexualidad, a estos fines resulta poco práctica, obviamente, y en tu paño conocerás a más de una capaz de hacerse montar por un semental masculino para satisfacer su ansia de hembra. Si nos metemos en los chabacanos terrenos de la biología, podremos deducir que la actividad sexual, ese instinto cretino, parte del macho; por lo que no encontrarás perras lamiéndose, pero sí, sin esforzarte demasiado, parejas de canes machos copulando, y si no los viste es porque en Miami el municipio cuida que no haya perros abandonados en las calles. Curioso caso ¿no? Yo he visto tal cosa, en perros y gatos, producto del hacinamiento al que nuestra especie es tan adepta. Negar es lo que nos mata, vos te referiste en este foro a la inseminación artificial pero hablaste de los Panasonic ¿no es poco práctico el tema de la inseminación entonces? No, yo sé que no, pero a la luz de la lógica sí que lo es. Me excedí, corríjanme y después vemos.
 
IsisEraEterna,27.11.2004
Definitivamente te excediste, corazón. Para variar te me fuiste un poco de culo, pero se te perdona, por aquello, de que entre viejos amigos, la tangente es menos obvia. Leíste fuera de contexto lo de la inseminación artificial y sobre la Panasonic. La primera se refería a que para ser madre ( y muchas lesbianas desean serlo) no es necesario un pene. Más bien el semén que emana de uno: ya sea grande, pequeño, feo, flaco, grueso, negro o amarillo, da igual. La segunda, que para obtener placer sexual no hace falta prescindir de un falo/pene/pinga/picha. La única diferencia es que muchas mujeres no discriminan en cuanto al material del artefacto en cuestión. Tu teoría sobre el útero resulta interesante (sobre todo por lo del averno), pero carente de sustancia, porque se queda a la mitad, no convence.
Discrepo que las madres sean las responsables del falocentrismo en cuestión. Si bien es cierto que muchas hacen una diferenciación en cuanto a las responsabilidades domésticas de sus proles (las niñas friegan, los chicos sacan la basura), no creo qu exista madre en el universo que le diga a sus hijos varones, que ellos son mejores que sus hermanas porque tienen un pene.
Aclarado lo anterior, me retiro a mis aposentos de princesa a desayunar.
 
guy,27.11.2004
Cierto, me fui un poco de culo. Lo que planteás ya está entendido. Me expresé mal en la idea siguiente: un nene sabe que él tiene pene y su hermanita no. No sabe de la vaginita, como si la misma equivaldría a la ausencia del pene. No es que sea mejor. Tus definiciones del Panasonic y el semen no las saqué de contexto. Es obvio lo que decís, y me refería a que, si gustan de un artefacto para el placer, bien podrían sacrificarse por uno de carne para tranquilizar al útero, lo cual sería más práctico, pero indecoroso. Mi teoría del útero, te la resumo: una mujer tiene una función vital que cumplir y para ella necesita de un hombre que la embarace. Por razones culturales viene todo el boludeo de la familia, el padre protector y su señora responsable. La pija sostén de familia, la que va a la guerra, la que defiende la patria mientras "las mujeres y los niños primero" y así la mujer hace de reina y el macho de zángano, como en la colmena. Y la reina decide. Así si tiene que haber falocentrismo será cosa de ella. Creo en el instinto de madre, pero no en el de padre, a este último lo inventaron las mujeres para hacernos sentir importantes... ¿Sabés por qué el león es el rey de la selva? Porque si se quiere coger una leona que tiene a su cría y por ende está indispuesta para satisfacerlo, entonces mata a todos los cachorros y se acabó el cuento, un bicho que sabe lo que quiere. ¡Esos son machos! (je)

PD: hablar de falocentrismo en sexualidad a esta altura del milenio es, más o menos, como echarle la culpa al diablo de todas las desgracias.
 
IsisEraEterna,01.12.2004
Ya he terminado de coser la bandera al Falocentrismo. A ver a quien se le ocurre un emblema acorde... Pero, por favor, nada de "patria o muerte, venceremos".
 
NancyRubia,16.03.2005
Me gustan los falos, y las pijas, y los rabos, y las pollas, y los plátanos, y las pichas, y las vergas, y los penes, y en general todos los miembros viriles.
 
nakasone,16.03.2005
...gracias, después de todo empiezo a pensar que tienes triple personalidad
 
KaReLi,16.03.2005
jaja

eso de resucitar foros luego de tres meses se me hace conocido
 



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