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Canon,22.07.2014

Este desafío está pensado para todo aquel que esté dispuesto a poner a prueba su imaginación y su capacidad literaria.

bu¿Cómo participar?/b/u

Cada cuentero que desee participar, deberá proponer abiertamente:

b* Un personaje cualquiera/b (iuEjemplo/u: Un angel, un payaso, una niña pequeña, un chico de veinte años llamado José/i)
b* Un escenario cualquiera/b (iuEjemplo/u: Un barco, el Purgatorio, una caja/i)
b* Un género o subgénero literario/b (iuEjemplo/u: Poesía, Cuento, Terror, Ciencia ficción/i) -obviamente, queda excluida la novela o cualquier género demasiado extenso-

Los aportes pueden tener relación entre sí, o no.

iTened en cuenta que dejar propuesta implica seguir participando a lo largo de todo el desafío/i

buReparto de variables/b/u

Una vez recibidas las propuestas, numeraré los datos al azar.

En los siguientes 3 días, bcada uno de los participantes dará 3 números para escoger un personaje, un lugar y un género o subgénero/b. El primer participante que escoja, podrá hacerlo sobre todos los números disponibles. Los subsiguientes ino podrán repetir los números dados por los anteriores/i. Yo, como organizadora, me quedaré con los que queden al final sin escoger.

En el hipotético caso de que una persona de las que lanzó propuestas no escoja números, publicaré las opciones restantes, y será el primer concursante que comente en el foro quien decidirá los datos con los que trabajaré.

buPublicación de textos/b/u

Cuando se hayan repartido todas las variables, se abrirá un plazo de diez días para bsubir al foro un texto en el género o subgénero literario que le haya tocado, usando el personaje asignado como principal /b–pueden añadirse más- by el escenario asignado como el predominante /b (aunque haya otras localizaciones secundarias).

biSe establece un máximo orientativo y flexible de 1.000 palabras /b/i

Las publicaciones serán abiertas.

buEspacio de Crítica/b/u

Cuando todos los concursantes hayan posteado sus textos, bse abrirá un espacio de crítica, desde el más absoluto respeto y con una perspectiva constructiva/b. En él se valorará y dará opinión libremente sobre qué relatos consideramos que mejor o más fielmente se han adaptado a las premisas y por qué, y se pueden dar consejos sobre cómo mejorar o pulir un escrito. También se puede dar réplicas sobre nuestro propio texto.

Este paso no siempre es sencillo. Sin embargo, bies importante/b(y enriquecedor para los demás) bque todos aquellos que participen en la redacción, también lo hagan activamente en el período de crítica/b/i.

buOtra información/b/u:

buCUPOS/b/u: Se dará un plazo orientativo de dos días para apuntarse al desafío.
El cupo medio de cuenteros por desafío será de 10. A partir de ese número, cerraré la “admisión” de participantes. El máximo número de cuenteros para un mismo desafío será de 13. Si se excede este número antes de que lo cierre, se harán dos grupos iguales, tomando como referencia para dividir a la gente el “orden de llegada”.
El número mínimo de participantes para arrancar el desafío será 5.

buPLAZOS/b/u: Todos los plazos (de participación, reparto de variables y publicación), son orientativos; el reto avanzará al ritmo que se alcance el cupo, finalicen las elecciones y se hagan todas las publicaciones. Esto demanda más atención por parte de los participantes, pero mantiene el desafío dinámico.

buBANDERA BLANCA/b/u: Cuando un cuentero tenga dificultades, sea con el estilo, los personajes, o con todo el conjunto de variables, puede pedir ayuda. Se le pueden lanzar ideas, o ayudarle técnicamente, según lo que necesite, lo que dará lugar a un pequeño taller literario o creativo. En esta sección pueden participar tanto los demás concursantes como otros cuenteros.

Canon,22.07.2014

Para dar comienzo al desafío, resumo la primera parte.

Se pide:

* Un personaje
* Un escenario
* Un género o subgénero literario

Hasta el b24 de Julio/b inclusive, todo aquel que desee participar puede dejar estos datos en el foro.

iTened en cuenta que dejar propuesta implica seguir participando a lo largo de todo el desafío
/i

Mis propuestas son:

b* Un caballero medieval (con su armadura, su corcel y su lanza)
* Un laberinto
* Terror!
/b

nayru,22.07.2014

Qué ganas, qué ganas!!!!!
(Y qué bien suenan tus tres propuestas......!)

*Personaje: bUna mosca/b
*Escenario: bUn hospital/b
*Género: bHumorístico/b

filiberto,22.07.2014

Me atrevo a volver a participar pues en las criticas, a "favor" o en "contra" está el nudo de la cuestión:

Personaje: Hermanos gemelos

Escenario: Un cementerio

Género: Ficción histórica.

Yvette27,23.07.2014

un piano de cola

el desierto

leyenda

Alejandro_1007,23.07.2014

Hola a todos y vamos otra vez al lio:

un queso
isla desierto
Suspense

laber,23.07.2014

un soldado francéss (napoleónico)
un campo de batalla
ficcion hístorica

filiberto,23.07.2014

Mamita...y yo ¿cómo le hago para escribir ÉSTO? JAJAJJAJA

laber,23.07.2014

Bandera Blanca:

No tengo la menor idea de como se escribe un cuento de TERROR. Nunca vi una pelicula de TERROR.

filiberto,23.07.2014

Encima los que escriben son buenísimos...yo no sé, esto es meter la cabeza en la guillotina.

Canon,23.07.2014

Hola, Laber

No habras visto películas de terror, pero seguro que has leído a Poe, o conoces aunque sea de oídas los argumentos de personajes arquetípicos como Frankenstein, Drácula o Jekyll y Hyde.

La intención de todo texto de terror (o del género horror) es, básicamente, causar miedo en el espectador. El espectro de estilos y subgéneros es amplísimo, desde lo gótico hasta lo psicológico y lo repugnante. Si te tocara en suerte la variable, puedes buscar inspiración en cuentos de Poe, de Lovecraft, de King... por citarte de los más famosos que puedes encontrar. Pero hay muchos más. Y sobre todo, hay que mirar dentro de uno mismo, rescatar aquellas cosas que más nos estremezcan y nos intimiden, y pensar cómo volcarlas en el papel para infundirlo en quien lo lea. No es un género fácil, pero da mucho juego.

Canon,23.07.2014

Y no nos pongamos nerviosos, que esto todavía no ha empezado, y no sabemos lo que nos va a tocar aún. No nos anticipemos...

Carmen-Valdes,23.07.2014

Una muñeca de trapo
un castillo
infantil

nayru,23.07.2014

Maaaaaadre mía, ya empezamos con los ataquitos de ansiedad!? Si aún ni hemos comenzado!! Fili, querida mía, si te guillotinas, tendré que ir detrás tuya, así que, keep in calm y que no panda el cúnico

filiberto,23.07.2014

jajajjaa ataque de pánico...todo, 85 pastillas por acá.

kasiquenoquiero,23.07.2014

Lo siento mucho y a mi pesar no puedo participar.
Un abrazo.
Suerte a todos-as.

Ikalinen,23.07.2014

Qué pena, Kasi... Espero leerte en el próximo

Carmen-Valdes,23.07.2014

Alejandro_107: Isla en un desierto o isla y desierto, jajajaja tengo problemas de comprensión de lectura

Alejandro_1007,24.07.2014

Perdón por el error, quise decir "Isla desierta" pero también valen las interpretaciones.... Un saludo

filiberto,24.07.2014

Si está desierta no le vamos a poder poner un protagonista...uy,uy,uy. Habrá que ponerlo en una balsa navegando alrededor, jajajjaja.

Canon,24.07.2014

Todo lo mencionado hasta ahora como personaje puede convertirse en parte de un naufragio, así que, bienvenida la Isla Desierta como escenario (aunque como el personaje que lo habite sea un queso, habrá que recurrir muuuucho a la imaginación...)

Hoy es le último día y quedan 3 huequitos (o alguno más)... ¿algún otro valiente que quiera apuntarse?

Nyarlathotep,24.07.2014

Me apunto.
> Un rey muy gordo (con su corona, su trono y sus kilos de más)
> Una biblioteca
> Realismo mágico
Saludos y suerte a todos.

Canon,25.07.2014

Cerramos la recepción de variables

En total, participamos 8 cuenteros, así que, elegid al azar un número del 1 al 8 para que se os asigne:

1 personaje
1 escenario
1 género

El primero puede elegir de entre todos los números; los subsiguientes, por favor, no repitáis los números que ya hayan escogido vuestros compañeros.

b¡¡¡ A la "repartija" !!!/b

laber,25.07.2014

personaje 2
escenario 4
género 6

laber,25.07.2014

No se puede jugar a medias
Si se juega, se juega a fondo
para jugar hay que apasionarse
para apasionarse hay que salir del mundo de lo concreto
salir del mundo de lo concreto es incursionar en el mundo de la locura
del mundo de la locura hay que aprender a entrar y salir
sin meterse en la locura no hay creatividad
sin creatividad uno se burocratiza
se torna hombre concreto
repite palabras de otro.

Eduardo Pavlovsky

Alejandro_1007,25.07.2014

Mi elección es 3/3/2

Nyarlathotep,25.07.2014

Elijo:
1/1/1

Canon,25.07.2014

bLaber/b, tus variables son:

iuPersonaje 2/u: Muñeca de trapo/i
iuEscenario 4/u: Un Hospital/i
iuGénero 6/u: Suspense/i

Canon,25.07.2014

bAlejandro_1007/b, tus variables son:

iuPersonaje 3/u: Un Caballero Medieval (son su armadura, corcel y lanza)/i
iuEscenario 3/u: Una Biblioteca/i
iuGénero 2/u: Ficción Histórica/i

Canon,25.07.2014

bNyarlathotep/b, tus variables son:

iuPersonaje 1/u: Un Piano de Cola/i
iuEscenario 1/u: Un Campo de Batalla/i
iuGénero 1/u: Terror/i

Canon,25.07.2014

Por cierto, Laber, me encanta ese fragmento de Eduardo Pavlovsky que has posteado... Gracias por compartirlo

filiberto,25.07.2014

7
8
6

filiberto,25.07.2014

Excelente...vayamos a fondo, si se puede.

Canon,25.07.2014

bFiliberto/b, tus variables son:

iuPersonaje 7/u: Un Queso/i
iuEscenario 8/u: El Desierto/i

El género queda pendiente porque el 6 lo pidió en primer lugar Laber (era Suspense). Por favor, elige cualquier otro entre el b3, 4, 5, 7 u 8/b

filiberto,25.07.2014

4

jajajjaaa... si el queso es cremoso y en el desierto...¡¡estamos en un problemas!!

nayru,25.07.2014

Allá vamos!

Personaje: 8
Escenario: 5
Género: 7

Mieditoooooo.....!

Yvette27,25.07.2014

pido

personaje 6
escenario 2
género 8

Canon,25.07.2014

bFiliberto/b

uiGénero 4/u: Leyenda/i

No sé por qué me da que te la vas a pasar genial escribiendo esto...

Canon,25.07.2014

bNayru/b, tus variables son:

uiPersonaje 8/u: Hermanos Gemelos
uEscenario 5/u: Laberinto
uGénero 7/u: Humorístico /i

¿Quien dijo miedo...?

Canon,25.07.2014

bYvette27/b, tus variables son:

uiPersonaje 6/u: Una Mosca
uEscenario 2/u: Isla Desierta
uGénero 8/u: Infantil/i

Aunque no lo parezca, creo que te ha tocado uno de los géneros más complicados... ¡Ánimo!

Canon,25.07.2014

bCarmen-Valdes/b, sólo quedamos tú y yo

Por favor, escoge:

1 personaje entre el 4 y el 5
1 escenario entre el 6 y el 7
1 género entre el 3 y el 5

Los que tú no elijas, me los quedo yo...

Un abrazo!

filiberto,25.07.2014

una ...¡¿¿¿QUÉÉÉ????! después dice el Pavlovsky...necedades, jajajja.

Habrá que ponerse a trabajar.

Carmen-Valdes,25.07.2014

4-7-5
tengo miedoooooooo

Nyarlathotep,25.07.2014

No está tan fácil el mío, pero al menos no me tocó escribir una ficción histórica sobre un queso en un hospital.

Nyarlathotep,25.07.2014

No está tan fácil el mío, pero al menos no me tocó escribir una ficción histórica sobre un queso en un hospital.

Carmen-Valdes,25.07.2014

Quiero sabeeeeeeeer que me tocoooooooooo por fis Canon no me hagas sufrir

Canon,25.07.2014

bCarmen/b, no te hago sufrir... vamos allá

iuPersonaje 4/u: Un Soldado Francés (Napoleónico)
uEscenario 7/u: Un Castillo
uGénero 5/u: Realismo Mágico/i

Canon,25.07.2014

Y a mí me quedan

iuPersonaje 5/u: Un Rey Muy Gordo (con su corona, su trono y sus kilos de más)
uEscenario 6/u: Un Cementerio
uGénero 3/u: Ficción Histórica
/i

A mí me toca estudiar... a ver qué reyes con sobrepeso encuentro por las enciclopedias...

Canon,25.07.2014

Pongamos, para no eternizarnos, un plazo de 10 días para publicar los textos. Desde hoy y hasta el 4 de Agosto inclusive

Pero, como varios de los conjuntos de variables son bastante complejos, si alguien tiene dificultades, que lo diga y ampliamos plazos. No quiero que nadie se agobie...

Carmen-Valdes,25.07.2014

uuuuuuuuuu sustito, también tendré que estudiar un poquito, eso es lo bueno de estos retos.

Canon,25.07.2014

bFiliberto/b... tú puedes con eso, y seguro que te sale una genialidad de las tuyas. Ya verás como se te ocurre una leyenda para el queso del desierto. Tienes la ventaja de que las leyendas tienen un buen componente fantástico...

bNyarlathotep/b, tus variables no son fáciles de encajar juntas, pero estoy segura que alguien que lleva el nick del iCaos Reptante/i tiene una bibliografía leía que le ayudará muchísimo con el género. Cuando vi lo que te había tocado, pensé que se podría jugar con algo basado en el principio del efecto mariposa.

filiberto,25.07.2014

La adrenalina ( sustito o risa) es parte de la emoción creativa, disfrutemos y adelante....vaya una a saber lo que sale.

Canon,25.07.2014

Nos ponemos a estudiar juntas Carmen, jajajajaja.

gaviotapatagonica,25.07.2014

uy...llegue tarde otra vez??? puchis!!

Canon,26.07.2014

Sí, Gaviota, el plazo para apuntarse se cerró el Viernes...

Te aviso de cara al próximo, que comenzará cerca de mediados de Agosto.

carmen-valdes,27.07.2014

Hay Canon, he leído mucho, sobre todo del género, releí a Rulfo y su gran Pedro Páramo y varios capítulos de cien años de soledad, creo que son demasiados geniales!, tenemos grandes autores en Latinoamérica y espero no "arrugar" VAMOS QUE SE PUEDE!

filiberto,27.07.2014

Va el mío:

Un queso/ el desierto/ una leyenda

Labneh

Cuenta la leyenda- yo, Labneh, doy fe- que un mercader, cansado de buscar en vano que sus negocios prosperaran con honradez, más viejo que joven, se lanzó en busca de tesoros escondidos en el mar de arena con altas dunas y cadenas montañosas, escarpadas cumbres y profundos precipicios, cuyo abastecimiento de agua administra El Despojador.
Sabía (siempre por debajo de El Que Sabe Más) que, por determinación de El Que Tiene Cien Nombres Menos Uno y para expiación de los infieles, el desierto despliega de vez en cuando sus Más Altas y Exaltadas alas, envolviendo en tormentas, a caravanas enteras que quedan sepultadas y a las que no se vuelve a ver.
En su inquebrantable fe invocó a El Más Compasivo, a El Forjador, pidiéndole que le protegiera de ser tragado por las ardientes olas y que le permitiera encontrar las sedas y marfiles, las piedras preciosas, el incienso y la mirra, que el desierto, tras los escarmientos, convierte en riquezas sin dueño. Soñaba de ese modo pasar sus últimos días en la frescura de un oasis, disfrutando de los bienes que por haber sido honrado quizás merecía, y contando los Noventa y Nueve Nombres Sagrados ya que, dice el profeta, quien cuente y memorice los nombres divinos entrará al Paraíso.
Cargó hierba seca para su camello, dátiles, un odre con leche, agua, harina de cereales para cocer sobre piedras calientes su pan ázimo, y partió con la idea de atrapar escarabajos, escorpiones y arañas, lagartos, langostas, para completar su sustento.
Si bien temeroso de la aridez que debería soportar, tal vez la última en su declinante vida, se aprestó a aventurarse en el las vastas regiones que El Que Recompensa El
Agradecimiento, ponía a sus pies.
Sin renegar ni una sola vez de lo que El Dador de Fe, Protección y Seguridad le había destinado, aún sintiéndose abatido, aún habiéndosele acabado hasta el último fruto seco, la última gota de agua y ciego casi por la luz del sol, escudriñó por incontables días con sus agotadoras noches aquél inhóspito y yermo territorio. Extenuado y sin provisiones, sacrificó al camello y siguió buscando, adentrándose más y más en el devastador arenal.
Cuando la esperanza languidecía y menguaba la fuerza de ánimo, por única vez, El Misericordioso, alzó su voz divina:
-Muchos son los que buscan riquezas en el desierto pero solo unos cuantos son dignos
de hallarlas-
El anciano meditó las palabras durante cinco atribuladas lunas con sus cinco soles, pero no logró encontrar el verdadero significado y cuando se sintió completamente desamparado por El Oculto, desfalleciente, los labios lacerados, buscó los restos de la reserva, en el flaco pellejo de estómago de cordero.
Con el calor del desierto y el movimiento de la marcha, la leche cuajó dentro del odre y separó el suero de la cuajada. Consternado, orientó hacia la Meca su alfombra de oración y postrándose y levantando las manos a la altura de los oídos, exclamó repetidas veces: Allahu Akbar, Allahu Akbar que significa Dios es Grande, recitó versos del Corán y veneró a EL Que Todo Lo Puede. Al ver partículas claras suspendidas en un líquido casi transparente, invocó a El Maestro Correcto y rogó la salvación. Sin otra salida, probó el maloliente amasijo blanco, descubriendo, con asombro, su sabor delicioso.
Así fue como se produjo el milagro, así nació mi primer antepasado y fue también así como, El Que Da Abundantemente, permitió al anciano mercader, terminar su vida en opulencia magnánima.
Desde entonces, los descendientes de aquel prodigio nos hemos expandido por el planeta entero y hoy somos protagonistas de la gastronomía del mundo.
La leyenda pervive en la suavidad de mi esencia y la transmito, como mis antepasados me la contaron a mí, de variedad en variedad, de continente en continente, de región en región, donde se elaboran los distintos tipos de quesos, y a todos ustedes, a los que cuesta creer que junto con mis fascinantes aromas, puedan brotar de mí estas palabras. Dicho sea, soy una especie de queso blanco cremoso, fresco, elaborado con yogur, que se puede usar para acompañar comidas árabes y también las que no lo son. Por eso mismo, no dejéis de seguir esta receta para compartir en vuestra mesa:
Ingredientes:
Medio kilo de yogur natural sin azúcar (podéis usar alguno tipo griego)
Una cucharada de sal (preferentemente marina) molida
Hierbas y especias varias (opcional)
Preparación:
En un lienzo bien fino, colocad el yogur, mezclado con la sal marina bien molida.
A continuación, atadlo bien y dejadlo escurriendo, colgado de algo, durante por lo menos, 24 horas.
Veréis que pasado ese tiempo os queda como una especie de "requesón de yogur" .
Ése soy yo, el Labneh. Ya estoy listo.
Ahora lo único que tendréis que hacer, si deseáis darme un toque especiado, es rebozarme con las hierbas y condimentos que más os gusten.

Allahu Akbar, Ameen.

Canon,27.07.2014

i(Es la primera vez que escribo una ficción histórica - sed piadosos conmigo...)/i

uPersonaje 5/u: Un Rey Muy Gordo (con su corona, su trono y sus kilos de más)
uEscenario 6/u: Un Cementerio
uGénero 3/u: Ficción Histórica

buLa vida de Sancho I, el Craso/u/b

Ocurre muchas veces que, echando una mirada atrás, encontramos historias que parecen sacadas de contexto; rompen de manera tan abrupta con lo que uno espera encontrar, que dan la sensación de estar leyendo una fantasía y no sobre un hecho real. Tal es la naturaleza de este episodio que os narraré y que espero que os sorprenda tanto como me asombró a mí cuando me topé con él…

Ramiro II, rey de León, falleció en el 951 y dejó su reino a su sucesor, Ordoño III. Esta noticia sacudió al otro hijo del monarca, Sancho, que desde el 944 se hallaba en Castilla. Y no era para menos; Sancho, a pesar de ser menor que Ordoño y de haber nacido de otra madre (la del heredero había sido repudiada por imposición de la ley canónica), era el preferido de su padre y aspiraba al trono leonés creyendo tener más derecho a él. Esto hizo que en 955 se sublevara contra su medio hermano. El ataque contó con el apoyo de su abuela, la reina Toda de Navarra y de la nobleza castellana, encabezada por el Conde Fernán González. Pero su intento de derrocamiento fracasó. Las defensas de Sahagún derrotaron a su ejército y esto lo obligó a refugiarse en Pamplona, desmoralizado.

Sin embargo la suerte le fue favorable al año siguiente, ya que en 956, Ordoño III murió. Esto colocó la corona de León en la cabeza de su hermano menor, Sancho I.

Una de las cosas que había logrado Ordoño III durante su breve reinado fue firmar un tratado de paz con los musulmanes en el 955. Esto dejó a Sancho I un reino en relativa calma, en el que se pudo solazar en uno de sus pasatiempos predilectos, que era la caza. También se dedicó a comer y beber sin límite, lo que le valió en poco tiempo el apodo de “el Craso”. Debido a sus excesos, Sancho llegó a aumentar tanto de peso, que apenas podía valerse por sí mismo. No podía andar sin ayuda, y mucho menos montar a caballo o portar armas, lo que lo convirtió en constante objeto de mofas. Esto generó gran descontento en su corte, especialmente cuando los musulmanes rompieron el pacto de paz en 957 y atacaron tierras leonesas. Dicho ataque devino en una durísima derrota de las tropas cristianas, algo que melló la autoridad del rey. Por ello, en 958, fue expulsado de la ciudad por el conde Fernán González (el mismo que tres años antes había apoyado su conspiración contra Ordoño), para poner en el trono leonés a su yerno, Ordoño IV, el Malo.

Sancho I huyó nuevamente a Pamplona en busca del apoyo de su abuela materna. Toda de Navarra se empeñó en devolver a su nieto el reino de León. Pero sabía que para lograrlo, el hijo de su hija tenía que recuperar, según sus propias palabras, «la primitiva astucia de su ligereza». Y para ello, mandó mensajeros solicitando ayuda a su primo, el califa de Qurtuba (hoy Córdoba), Abderramán III. Aunque el pedido de la reina no se limitaba a la condición física de Sancho, sino también al apoyo militar, quizás la primera petición fuera la más llamativa, y por eso el califa omeya mandó a Navarra a un embajador muy especial: Hasday ibn Shaprut, un famoso médico y diplomático de la época. Éste, tras evaluar al rey destronado, aceptó tratarlo sólo si iba con él a Córdoba. Sancho aceptó, y hacia allí partieron él, su abuela, su tío García, rey de Navarra y su esposa, Teresa Ansúrez, en una expedición no sólo larga (desde Pamplona hasta Córdoba), sino dificultosa, pues no había carro ni montura que soportara al obeso monarca y éste tuvo que viajar la primera parte del camino en un torreón de asalto, y la segunda parte (cuando la torre se cayó al atravesar un río), en una tienda de lona especial cargada por cuatro burros que confeccionó el propio Hasday.

Al llegar a Córdoba, Abderramán, acordó su colaboración tanto en el adelgazamiento de Sancho como en su apoyo militar para retomar León, a cambio de diez plazas armadas a orillas del Duero.
Tras cerrar el pacto, Sancho se puso en manos de Hasday. Pero al médico le resultó muy difícil lidiar con el carácter arrogante y caprichoso del rollizo rey depuesto. Y tras varios días en los que fue incapaz de someter a su singular paciente al tratamiento, urdió una estratagema. Mandó colocar una butaca a modo de trono delante de las puertas del cementerio de la ciudad y llevó al rey hasta allí. Entonces, le invitó a decidir su porvenir: podía elegir recuperar el trono de León, o podía morir alejado del poder. Obviamente, el ambicioso monarca arrastró sus abultadas carnes hasta el sillón. Pero, al ir a sentarse, comprobó que sus posaderas no entraban entre los angostos posabrazos. El hebreo le dijo entonces que si no conseguía sentarse, la única opción que le quedaba era cruzar la puerta que tenía ante él. Sancho I contempló la puerta del camposanto con horror, y tal fue su espanto, que manifestó que haría cualquier cosa que le mandara con tal de caber en el sitial, así tuviera que coserse la boca. Y eso hizo Ibn Shaprut. Suturó los labios de Sancho I para que sólo pudiera alimentarse a través de una pajita, y durante 40 días, lo único que le proporcionó fueron infusiones hechas con sus “hierbas mágicas”. El horrible sabor resultaba vomitivo, y aquello que retenía en el estómago, le producía unas terribles diarreas. En dos ocasiones, el hijo de Ramiro II estuvo a punto de morir. Pero logró su objetivo y perdió más de la mitad de su peso, con lo que, a un año de su bochornosa huída, retomó Zamora con apoyo del ejercito navarro y musulmán, montado en su caballo y con su espada en mano. Ordoño IV huyó a Asturias, y Fernán González fue encarcelado.

El resto de su reinado de Sancho I, el Craso, estuvo marcado por un lado por sus triunfos bélicos (que le valieron el segundo apodo como el Restaurador), y por el otro, por su ingratitud, ya que jamás cumplió su parte del pacto con el califa Abderramán. El séptimo rey de León murió “curado” de su obesidad, pero la comida fue su perdición, ya que murió al ingerir una manzana envenenada que le entregara el conde Gonzálo Sánchez en el 966.

Yvette27,27.07.2014

Una mosca
isla desierta
Infantil

La mosca Orquídea Azul es la protagonista de una serie de aventuras en las cuales acompañada por su disciplinado ejército interviene en arriesgadas empresas en favor de quienes necesiten ayuda. Este es el relato 345 de la serie de

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LA MOSCA ORQUIDEA AZUL.

Hace mucho tiempo existía una misteriosa isla desierta en el mar de Grecia que poseía un tesoro que nadie había conseguido encontrar porque la isla tenía el poder de sumergirse en el mar apenas una embarcación se acercaba a sus costas.

El capitán pirata Muchopocucho, de los ojos magnéticos, se había enamorado de la princesa Eirina, única hija del rey Turmentur. Turmentur era un rey muy débil y codicioso.
Muchopocucho consiguió que el rey le prometiera por esposa a su hija, la bellisima Eirina, ofreciéndole un valioso regalo en oro y bajo la amenaza de destruir su reino si se negaba.
El rey no pensó que la felicidad de su hija valía más que su reino y más que todo el oro del mundo y aceptó poniendo como condición que la boda se celebraría un año más tarde ,cuando la princesa cumpliera 16 años.

Desde que sabía que debía casarse con el pirata, Eirina perdió el color de sus mejillas y transcurría sus días bordando y suspirando en el jardín.
Se sentía muy triste y desesperada. En el gran palacio nadie preguntaba qué tendría la princesa que los suspiros escapaban de su boca de fresa ,porque era natural que sin mamá y sin hermanos se sintiera así.

El pirata estuvo de acuerdo en esperar un año porque quería regalarle a la princesa la isla desierta y al mismo tiempo encontrar el tesoro..
El terrible Mochopocucho era muy rico pero su ambición no tenía límites.
(la ambición es el deseo de tener siempre más y más. Las personas ambiciosas nunca están contentas porque no se conforman nunca y no disfrutan lo que tienen)

El pirata tenía el mapa del tesoro y confiaba en que una vez ubicada la isla, no tendría dificultad en hallarlo.
Su arma secreta era una potente red magnética que podia activar con solo parpadear ocho veces seguidas . La red magnética circundaría la isla impidiendo que se hundiera al acercar el navío a sus costas.

El rey ya arrepentido por la promesa que le había sido arrebatada lloraba desconsolado día y noche . Por su codicia del oroy el temor de perder su reino, había prácticamente vendido a su hija .Era un rey muy débil que no supo oponerse a la fuerza magnética de los ojos del pirata..

Una tarde en la que nada hacía predecir que podría suceder una cosa inaudita, la princesa, que estaba bordando en el jardín del palacio, se sintió picada por una mosca. La apartó de sí varias veces, hasta que escuchó una voz susurrante que le decía.:
- No me espantes, vengo a ayudarte.

La princesa miró a su alrededor pero no vió a nadie , solo notó una mosca de ojos y alas azules que se había posado en una flor de su bordado .

- Soy la mosca Orquídea Azul , me conoces porque has leído muchas de mis aventuras, sabes que soy la capitana de las moscas azules y que en todas mis empresas busco ayudar a los que no pueden salir solos de la difícil situación en la que se encuentran. Quiero ayudarte a alejar de ti al horrible pirata Muchopocucho.
La joven estaba tan sorprendida que no pudo hablar, expresó su agradecimiento a la mosca Orquídea ofreciéndole la palma de su mano.
Desde la mano de Erinia la mosca Orquídea organizó la operación . Llamó por el celular a los jefes de sus ejércitos y en pocos minutos tuvo la respuesta del moscardón mayor, jefe absolutode las tropas.Orquídea azul ordenó
- Localizar el barco de Muchopocucho que se encuentra en la zona de las islas del mar Egeo.Atacarlo y acosar a la tripulación y al capitán con enjambres armados con picaduras de sueño paralizador. Las tropas aéreas de los mosquitos arrojarán sobre la nave las bolsas con el líquido del olvido para reforzar el efecto paralizador Espero que todo estará listo a mi llegada. Vuelo en mi jet777 super sónico y llegaré a tiempo para dirigir las operaciones personalmente.
La mosca Orquídea se despidió de Eirina prometiéndole que a lo máximo en dos días le mandaría un mensajero para ponerla al tanto del resultado de la empresa.

Dos días más tarde la princesa se paseaba ansiosa por un sendero del jardín cuando vió que se le acercaba un joven muy apuesto que al entregarle un anillo de brillantes azules dijo:
-Este anillo es un regalo de la mosca Orquídea Azul que dice que no debes temer el regreso del pirata Muchopocucho. El pirata perdió la memoria y dormirá paralizado con su tripulación en su nave que irá a la deriva durante 100 años por los mares del olvido.
Al escuchar estas palabras fue tan grande la felicidad de la princesa que saltó con alegría a los brazos del joven...

El resto lo pueden suponer ustedes .
-------------------------------------
"La mosca Orquídea les visitará otra vez en la aventura 346 que se publicará próximamente.Gracias.

Nyarlathotep,27.07.2014

¡Ya publicaron tres! Será mejor que me apure.
He estado leyendo sobre pianos y ya hice el borrador del cuento. Ahora viene la edición, pero antes debo interiorizarme un poco más.

Con respecto a sus textos:

filiberto
Si bien sabemos que inventaste esta leyenda, prefiero creer que es verdadera, después de todo... ¿acaso la mayoría de las leyendas no son falsas?
Me gustó mucho el final.
La tenías difícil, pero con mucho ingenio creaste una divertida historia.

Canon
¿A quién se le ocurrió proponer como personaje a un rey tan gordo? Ah, sí… a mí.
Muy bien escrita la ficción, si tan sólo mi profesora me hubiese explicado la historia de ese modo…
Está bien narrada, fácil de seguir y mantiene una leve tonalidad humorística exquisita.

Yvette27
¡Qué imaginación tenés!
Muy bueno tu cuento.
Excelentes los nombres que inventaste: Turmentur, Muchopocucho… ¿cómo decir este último sin reír?

filiberto,28.07.2014

¿Cómo no aprender y disfrutar junto a ustedes? Me he quedado fascinada con los dos cuentos. El de Ivette modernísimo...un placer.

La leyenda del queso, digamos el nudo de la leyenda, existe, lo demás fue creación pura.

"La leyenda del queso está altamente relacionada
con zonas desérticas; se cuenta que un mercader árabe
para saciar su sed por el camino, colocó leche de cabra
en odres (recipientes) hechos con estómagos de cordero;
luego de unas horas de viaje en camello por el desierto,
se detuvo para tomar leche fresca, observando para su
sorpresa que, en lugar de leche había una pasta grumosa
blanquecina y un liquido amarillento, al probarlos notó
que tenían un exquisito sabor"

La receta del Labneh es conocida.

Nyarlathotep,28.07.2014

La conocía, pero la recordaba como que había sido sobre un caballo. Es cierto, fue un camello.
Seguramente no lo recordé porque la primera vez que la leí no fue adornada en forma tan entretenida. No la olvidaré esta vez.

Canon,28.07.2014

Qué bueno, ya hemos empezado con parte de críticas. Yo me reservo hasta tener todos los textos publicados...

Aunque sí adelanto que me gusta lo que he leído hasta ahora.

Aprovecho para pedir disculpas, porque le último párrafo de mi texto no recogió las últimas modificaciones que había hecho (no debí guardar correctamente el archivo), y hay un par de errores.

Espero leeros a todos pronto. Ánimo y dejaros llevar por la imaginación...

Carmen-Valdes,29.07.2014

Personaje 4: Un Soldado Francés (Napoleónico)
Escenario 7: Un Castillo
Género 5: Realismo Mágico

Sincronía

Pierre Dupont, hijo de una ilustre y adinerada familia francesa fue inscrito por su padre en la escuela de oficiales de Francia, donde se graduó con honores. La excelencia manifestada en su paso por la academia, significó que le fuera asignado a su cargo uno de los escuadrones de los Dragones.

Cuando Napoleón formó la guardia Imperial como un regalo para Josefina. Dupont fue elegido personalmente por el Emperador para formar parte en la guardia del palacio en que habitaba la bella emperatriz. Prestó servicios con orgullo y reverencia, tanto por el cargo como por el bello uniforme que les destacaba de otros regimientos. Era verde con vueltas rojizas y lo más llamativo era su casco de Dragones con una larga cola de crin de caballo y un adorno frontal de piel de leopardo. Su armamento estaba compuesto por un sable de hoja recta como el de los Granaderos a Caballo, un fusil de chispa y llave a la francesa, y una pistola con llave a la calibre 17,1mm.

Sin embargo las cosas cambiaron de un momento a otro para el joven y talentoso Pierre Dupont, la incursión a Rusia hizo que el Emperador requiriera de los mejores y más capacitado hombres de su ejército, el joven oficial de 25 años fue llamado al frente, con su reluciente cabalgadura y su bella estampa.

Bien sabido es que las estepas son para valientes, pero el frío y el hambre pudieron más que la gallardía de los dragones en sus hermosas cabalgaduras, los que fueron siendo diezmados con cada arremetida y luego por el invierno cruel de una Moscú evacuada antes de la llegada de los ejércitos franceses, incendiada y sin alimentos.

Pierre siente el metal penetrando en su costado y se arrastra en la nieve sabiendo que morirá. Pero una mano tibia y amorosa le acaricia la frente y cuando sus ojos se encuentran con los de ella, siente que es un ángel que aliviaba el dolor de sus heridas, y que luego le toma de un brazo obligándole a levantarse y apoyándole contra su frágil cuerpo, se eleva con él de regreso a Francia a las puertas Château de Trécesson, el Castillo de sus antepasados, la dama le sonríe lo abraza de nuevo y le guía a una de las habitaciones que dan al oriente del lago que rodea el castillo.

- Descansa hermoso mío yo lucharé por ti en la batalla, pero vendré a verte cada día hasta que te recuperes

- Quien eres y como harás para luchar en mi lugar en esa frialdad que quema…

- Duerme que yo me encargaré de todo

Pierre se adormece, pero cada día el canto de las aves, la cadencia de los árboles y el rumor del agua le acompañan cuando abre los ojos y ella está ahí como dijo, curándole las heridas y vertiéndo agua miel en un cuenco blanco y pan fresco con especias que le recuerdan su niñez.

En los últimos encuentros ha podido observarla, luce un vestido blanco con una cinta bajo el busto, es de una tela suave y bordada que no se ajusta a su cuerpo, cae delicado hasta sus pies que siempre están descalzos. Su cabello rizado y recogido por un peine con pequeñas piedras blancas incrustadas, enmarca un rostro hermoso de facciones perfectas y ojos grisáceos, casi violetas.

- Eres hermosa - le dice - creo que ya te había visto en mis sueños

- Duerme un rato mas Pierre Dupont y luego recorre el castillo, las mucamas te atenderán y te darán lo que necesites

- No te vayas aún te lo ruego, cuéntame quien eres por favor

Ella le sonríe y se aleja, le muestra ropa limpia a los pies de la cama.

Dupont se viste y recorre el lugar lentamente, conoce el Castillo, también sabe que nadie lo habita hace tiempo, sin embargo todo luce hermoso y reluciente.

Afuera su caballo es paseado por un muchacho, camina por el parque y una paloma blanca le susurra al oído que la nieve cae en las praderas de Rusia, la toma en sus manos y la envía por más noticias.

Sentado bajo un árbol en espera del atardecer, ve a la hermosa dama blanca llegando a las puertas de Château de Trécesson, luce el uniforme de los Dragones ajado, maltrecho por la lucha de la que ha sido parte, de su cinto cuelga la espada y en su pecho la pistola, sobre la montura el fusil, Pierre reconoce su armamento y entiende que ella guía a sus hombres mientras él se recupera.

Camina a su encuentro pero al cruzar las gruesas hojas de madera, ella viste nuevamente el hermoso vestido de organza y su cabello está adornado con flores silvestres de la campiña francesa.

Ella lo mira con ternura, él la toma de la cintura para bajarla de la montura.

- La paloma te dirá más tarde que tus hombres regresan a casa, con sus muertos y heridos, vuestro Emperador vuelve derrotado y Europa entera se levanta en su contra. Debes volver a casa ahora, tus hombres creen que has estado con ellos todo el tiempo, es tiempo que así sea, toma tus armas y vete.

Pierre Dupont siente el golpe y cae del caballo, aturdido por algunos instantes, siente la herida en su costado, vuelve a montar y recorre los últimos kilómetros a la cabeza de sus hombres.

Entran a París a fines de Diciembre, la Navidad se celebra entre refriegas y traiciones, Napoleón abdicará en algunos meses, así se lo dijo la dama blanca, pero mientras eso hechos no sucedan, aún les quedan muchas batallas.

Nyarlathotep,30.07.2014

Carmen-Valdes. Me encantó tu cuento. Creí que sólo en Macondo ocurrían sucesos de ese tipo.
Maravilloso.

Respecto a mi relato, tuve que ponerme a estudiar sobre pianos, música clásica y nomenclatura musical para no llenar el texto de incongruencias. Si hay algún experto en estas cuestiones en el presente reto, espero sepa disculparme si puse alguna burrada, y con gusto recibiré cualquier sugerencia.

Dividí el cuento en cuatro capítulos o “movimientos” (como suelen estar divididas las sinfonías clásicas). Cada movimiento tiene sus propias características y sus personajes secundarios. La historia transcurre en distintos escenarios, uno de ellos –el más importante– es un campo de batalla. Técnicamente no se trata de un campo de batalla, lo que hice fue… no, mejor no digo nada más y dejo que ustedes decidan.

Nyarlathotep,30.07.2014

Aquí va mi relato:

Título: LA ÚLTIMA SINFONÍA
Personaje: Un piano de cola
Escenario: Un campo de batalla.
Género: Terror

*PRIMER MOVIMIENTO*

“Se vende piano de cola Steinway serie D”

David saltó de su silla e inmediatamente llamó al número del anuncio.

Le preguntó dos veces el precio a la señora que lo atendió porque no podía creer que fuera cierto. Toda su vida deseó un piano como aquel, no sólo se trataba de un Steinway & Sons –la mejor fábrica en su opinión–, sino que la serie D es precisamente la joya de la corona, el buque insignia de la compañía. Pocos dueños de dichos pianos están dispuestos a venderlos y, cuando salen al mercado, los agudos gritos demandantes elevan el precio varios tonos por encima de su valor real.

Aquella era una oportunidad única y ese mismo día David lo fue a ver.

Llegó a una oscura y antigua mansión venida a menos, un lugar demasiado grande y lúgubre para la amable y solitaria mujer que vivía allí.

Entró a la sala y entonces lo encontró, fue amor a primera vista: color negro, casi tres metros de largo, sin abolladuras ni marcas a la vista… el piano era majestuoso.

Se acercó, y en lugar de sentir el típico olor a humedad que suelen tener los pianos viejos y abandonados, se sintió seducido por su suave aroma. Se aproximó un poco más y comenzó a recorrer la sensual curva de la caja de resonancia con las yemas de sus dedos, lentamente, como si se tratara de una tranquila pero imponente bestia a la cual no es aconsejable asustar.

David le pidió un paño a la dueña para quitar un poco del polvo que cubría su superficie y así poder observar el estado de la madera. Una pasada bastó para notar a prima vista el impecable laqueado de la cubierta, luego limpió uno de sus laterales y el mundo a su alrededor hizo un silencio de máxima cuando leyó, bajo la emblemática lira, unas delicadas letras doradas que decían: “STEINWAY & SONS”.

– Era de mi marido – dijo la señora interrumpiendo la pausa –, quise conservarlo pero me recuerda demasiado a él.

– ¿Puedo probarlo? – preguntó David con una alegre voz que delataba a su presto corazón.

– Por supuesto – contestó ella.

David se acomodó en la banqueta y tocó espléndidamente.

– Muchos han venido, pero ninguno tan talentoso como usted. Se han quejado de que el piano es incómodo, que necesita restauración, que tiene algún defecto… de todo me han dicho.

– Los mejores pianos no se dejan dominar por cualquiera – dijo David.

– Usted me recuerda a mi esposo, él decía que con este piano tocaba mejor que con cualquier otro.
Minutos después ya estaban haciendo los arreglos de la venta.

Debió realizar algunas modulaciones en el salón principal de su casa para que entrara el nuevo instrumento. Allí tenía un piano vertical, el cual llevó a la habitación de huéspedes, pero el nuevo era considerablemente más grande. De todos modos logró que entrara y armonizara con todo el ambiente.

La primera tarde que lo tuvo, tocó sin parar. Su esposa Ruth lo escuchaba desde la cocina mientras preparaba una cena especial para celebrar la compra.

David estaba interpretando fantásticamente Preludio a la siesta del fauno, de Claude Debussy, cuando notó que alguien lo observaba desde la ventana. Se paró y salió al jardín, pero no encontró a nadie allí.

– ¿Qué ocurre? – preguntó Ruth.

– Me pareció ver a alguien asomarse, un hombre con un sombrero extraño... no estoy seguro. Tal vez lo imaginé.

– Sigue tocando, por favor; lo estabas haciendo mejor que nunca.

**SEGUNDO MOVIMIENTO**

Practicando con su nuevo piano, David llegó a perfeccionarse en piezas que antes le salían mediocremente. En menos de un año había llevado su talento a un nuevo nivel.

Sus amigos músicos fueron a ver su nueva adquisición, pero curiosamente los que tocaban sus teclas no lo sentían de la misma manera en que lo hacía su dueño.

Con sus hijos, Sara y José, ocurría lo mismo. Sara nunca más quiso acercarse al piano Steinway desde que la tapa del teclado le agarró los dedos cuando ella tenía cinco años –accidente que puso en riesgo su futuro en la música–, por lo que siguió practicando con el viejo piano vertical. José tampoco lo sentía cómodo, se equivocaba todo el tiempo cuando lo tocaba. De todas maneras, José nunca tuvo aptitudes para la música.

Los años pasaron y David fue volviéndose cada vez mejor. Se convirtió en un pianista muy respetado en el género de la música clásica, participando en numerosos conciertos. Tocó junto a las orquestas más famosas y comenzó a tener uno o más números como solista cada vez que tocaba.

No es común que los artistas lleven a sus propios pianos cuando van a tocar en público, pero un día David insistió en hacerlo, ya que se trataba de un concierto muy importante en el teatro El Libertador y no se sentía el mismo sin él.

A pesar del esfuerzo para transportarlo, llevarlo fue todo un acierto. Los críticos lo adoraron, David y su piano hicieron llorar a casi toda una audiencia de mil seiscientas personas con la interpretación de Tristesse, de Frédéric Chopin, para luego alegrarles el alma cuando cerró con Oda a la alegría, de Ludwig van Beethoven.

En la siguiente ocasión de relevancia volvió a ir con su instrumento. Iba a tocar en el teatro La Plaza, y cerraría como solista interpretando Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi. Recibió memorables halagos por parte de las dos mil personas que asistieron. Todos los que lo escucharon juraron sentir los cambios de temperatura en el ambiente, y algunos llegaron a decir que, al terminar la obra, ya no recordaban ni en qué fecha estaban.

***TERCER MOVIMIENTO***

David tuvo muchos grandes momentos, pero todos ellos se vieron eclipsados por un suceso en verdad inolvidable: Su concierto solista en el teatro Colón. Por supuesto que no iría allí sin su inseparable compañero.

La cortina se abrió descubriendo al hermoso piano y el público comenzó a aplaudir. Pero al momento en que apareció David, las dos mil quinientas almas se pusieron de pie y lo ovacionaron, rindiéndole un homenaje prematuro al pianista que en ese entonces era considerado uno de los mejores del país.

David brindó un espectáculo impecable, haciéndole vivir a la audiencia una verdadera montaña rusa emocional, pero a mitad del concierto algo inesperado ocurrió.

El pianista no siguió con el repertorio de aquella velada, sino que caprichosamente comenzó a improvisar una dramática sinfonía. Los músicos que lo acompañaban se miraban entre ellos sin saber qué hacer, al principio intentaron seguirlo, pero la melodía que tocaba comenzó a desfigurarse hasta convertirse en una desquiciada e impetuosa tormenta de notas. Podían reconocerse fragmentos de diferentes melodías, como Cabalgata de las Valkyrias, de Richard Wagner; Overtura 1812, de Pyotr Tchaikovsky; y hasta algunas síncopas de la Sinfonía N° 25, de Wolfgang Amadeus Mozart; pero, en términos generales, aquella disonancia que interpretaba David con su piano era diferente a cualquier obra jamás escrita.

Las damas gritaron ante los horrores de cariz bélico que describían las manos del brioso artista y pronto el miedo inundó el teatro. El miedo se transformó en odio y el odio en agresión, y poco a poco los espectadores comenzaron a perder las limitaciones impuestas por la razón para dejarse llevar por las polifónicas y extremas emociones que les imponía la depravada melodía. Los otros músicos bajaron del escenario y su sangre también salpicó los delicados asientos de madera forrados en terciopelo.

El teatro entero se había convertido en un verdadero campo de batalla y no había nadie en el lugar que no estuviese dominado por una ira demencial; nadie excepto David, quien parecía poseído por una deidad maligna, tocando con los ojos en blanco, aislado del resto del mundo.

Al final del concierto hubo más de trescientas personas heridas de gravedad y un total de catorce muertos, pero habrían sido muchos más si la policía no hubiese llegado tan rápido.

La brutal escena se aplacó cuando lograron separar a David de su piano, para lo cual se necesitaron diez oficiales. No es necesario aclarar que ni al pianista ni al instrumento de su perdición jamás se los volvió a ver en público.

Al día siguiente llevaron a David a un instituto psiquiátrico mientras gritaba ferozmente a su mujer y a sus hijos:
– ¡Es tarde para mí, pero ustedes pueden salvarse! ¡Quémenlo! ¡Destrúyanlo!

****CUARTO MOVIMIENTO****

Pasaron dos años antes de que el famoso pianista tuviera un momento de lucidez. Pero aquella vez en que pareció mejorar, de algún modo escuchó un rumor acerca de que el anterior dueño del piano –el marido de la mujer que se lo vendió–, se había suicidado. Esa información, verdadera o falsa, lo condujo nuevamente a sus bemoles.

Quince años más tarde, finalmente salió del hospital. El tiempo había transcurrido para todos, pero más aún para David, quien se había vuelto un hombre mayor. Estaba muy delgado y su cabello se había vuelto completamente blanco, y usaba un bastón que sostenía con una manos temblorosa. Además de parecer veinte años mayor de la edad que tenía, había perdido todo su ímpetu a partir de la muerte de su esposa Ruth, quien falleció luego de una larga depresión ocasionada por los lacrimosos sucesos.

Su hijo José lo llevó a su casa a vivir con él y su familia. Una vez allí, apenas pudo reconocer a sus nietos, ya que los había visto sólo en unas pocas ocasiones en que lo fueron a visitar; aquel instituto psiquiátrico no era precisamente el mejor lugar para llevar a los niños.

Al fin podría oír tocar a la pequeña Ruth, llamada así en honor a la abuela que nunca conoció. La niña era la única de sus nietos que había nacido con grandes dotes musicales.

El día que llegó con José, toda la familia lo estaba esperando. Sara había ido con su esposo y sus hijos, y todos estaban contentos de tener a David de vuelta.

– Tenemos una sorpresa para ti – dijo José luego del almuerzo.

Todos se dirigieron a una habitación en el fondo de la casa. Allí le habían preparado un dormitorio bien grande y cómodo para que viviera David, y en una esquina se encontraba nada menos que su viejo compañero: el piano Steinway serie D, inmaculado como lo estaba aquella horrible velada en la que lo tocó por última vez.

– Creí… creí que lo habían… destruido – balbuceó David mientras su cuerpo temblaba lastimosamente.
Su familia no había seguido sus cánones y ahora estaba frente al objeto que le había arruinado la vida; diecisiete años más tarde volvía a encontrarse con aquella máquina capaz de asesinar a un hombre de ochenta y ocho maneras diferentes. Lo detestaba, odiaba cada cuerda, cada pieza, desde su pérfido ébano hasta su vil marfil.

– Mamá lo conservó – dijo José –, lo trajimos para acá cuando vendimos la casa. Sigue tan cuidado como siempre, la única que lo toca ahora es Ruth.

Las miradas se apoyaron en la niña de nueve años.

Muéstrale al abuelo lo bien que tocas – dijo José –,
se sentirá orgulloso.

La vivaz niña se sentó en la banqueta y comenzó a tocar con el mismo virtuosismo con el que tocaba David antes de perder su ánima. Tocó Sonata Claro de Luna, de Beethoven, mientras todos la escuchaban encantados.

En medio de la interpretación anocheció repentinamente, pero el único en notar aquel fenómeno fue David; pero cuando intentó gritar para prevenir a su familia, como lo había hecho el día en que lo internaron, no pudo hacerlo. La frágil efigie de quien había sido un vibrante modelo de hombre, había quedó inmóvil ante la espantosa noticia: El piano había encontrado un nuevo cómplice.

– Ahora toca otra – dijo José –, una de Mozart.

La pequeña Ruth comenzó a tocar nuevamente, lo hacía sin observar las teclas ni la partitura, sólo lo miraba a su traumatizado abuelo. Lo miraba fijamente, y con una macabra sonrisa.

Cuando terminó la melodía todos aplaudieron excepto David, quien estaba muerto en su silla. Su corazón no pudo tolerar más que las primeras notas de Réquiem.

laber,01.08.2014

Personaje 2: Muñeca de trapo
Escenario 4: Un Hospital
Género 6: Suspense

bMateo 19:14/b

Hace más de treinta años, a la señorita Marta, experta maestra especial de escuela pública, le fue asignado un cargo en el Hospital de niños. Su tarea consistía en visitar a los alumnos de las escuelas primarias del distrito. Diariamente, daba clases de apoyo a los niños internados para que no estuviesen atrasados a su regreso a la escuela. Recibió una llamada de rutina pidiéndole que visitara a una niña. Apuntó el nombre, el apellido y el número de la habitación donde se encontraba.

La maestra de grado, del otro lado de la línea, entre otras cosas dijo que sus compañeros estaban estudiando sustantivos y apenas habían comenzado con las tablas de multiplicar. Debía explicárselas y como tarea, la niña memorizarlas.

Marta supo que María Sol Aguirre, una alumna de segundo grado, era hija de un abogado de la ciudad; su madre murió en un accidente de tránsito cuando ella tenía dieciocho meses y desde entonces vivía con doña Sara, su abuela materna.

Al llegar al hospital tomó conciencia que se trataba de la sala de recuperación de terapia intensiva. Era su primera experiencia en ese reparto y pensó no estar preparada para afrontar lo que encontraría del otro lado de la puerta. Pero era un desafío. Una maestra como ella acostumbrada a tratar con educandos especiales, debía estar dispuesta a afrontar y aceptar aquello que viniera.

Antes de entrar tuvo que ponerse un delantal y una gorra esterilizada. La enfermera le recomendó, aunque podía acercarse, no tocar el paciente. Cuando por fin se higienizó y se vistió con las ropas prescritas, respiró hondo, tomó coraje y entró.

Las paredes blancas de la habitación, el cubrecama de hilo, las sábanas y la mesita de luz junto a la cama, estaban impregnados de la palidez del rostro de Marisol. Sus ojos azules, su cabellera rubia y una enorme muñeca de trapo recostada junto a ella, rompían la monotonía deprimente del ambiente.

Marisol nació con cardiopatía congéníta. La mantenían vida con inyecciones y píldoras diarias. En esos años, un intentó de cirugía infantil era impensable. Su vida dependía de una perilla que accionaba la alarma en la sala de guardia, sujeta al respaldo de la cama y al alcance de su mano derecha. Cuando notaba que su corazón la inquietaba, apretaba la perilla y en segundos acudían a socorrerla.

—Soy la señorita Marta, maestra del hospital. Tu maestra de grado me pidió que te ayudara a repasar los sustantivos y enseñarte las tablas de multiplicar.

—¡Hola, señorita Marta! Yo soy Marisol y esta es mi muñeca Pepona. La estabamos esperando. La enfermera nos dijo que hoy vendria. Ya sabemos las tablas, el género, el número de los sustantivos y también los sustantivos colectivos —respondió con una débil sonrisa.

—¡Ah... lo sabes! ¿Puedes darme una lección oral? —dijo la maestra, aunque... algo extrañada que hablase en plural.

Marisol repitió como un loro las tablas de multiplicar, las definiciones de sustantivo e incluso le dió abundantes ejemplos de colectivos. Habló durante unos veinte minutos con algunas interrupciones, debido a la fatiga que le provocaba el esfuerzo al hablar.

—¡Muy bien querida! Eres una alumna estudiosa... pero, ¿Puedes decirme como después de tres semanas de no ir a la escuela, estes tan adelantada? ¿Quién te enseñó las tablas? ¿La enfermera? —preguntó Marta con curiosidad.

—¡No señorita... me enseña la Pepona! Estudiamos juntas y también me cuenta cuentos cuando no podemos dormir —ante la mirada incrédula de la maestra, agregó —Usted a la Pepona le gusta, me lo acaba de decir aunque no la oiga... ¿Me cree señorita?

—Y porqué voy a dudar... ¿Acaso ustedes no saben que yo soy sorda? —fue lo único que atinó a decir ante tal respuesta de la niña.

Ya era tarde, no sin antes saludarlas y prometerles otra visita, Marta se marchó para ver a otros alumnos enfermitos en el hospital.

Aunque no fuese necesario asistirla como docente, siempre tenía unos minutos disponibles para ver a sus amiguitas. Debido al deterioro de la salud de Marisol, las visitas eran restringidas. En algunas oportunidades no le permitieron entrar. Marta se conformaba con observarlas dormitar desde la ventana de la habitación. Pero en los ratos que pasaron juntas, Marisol se deleitaba contando su corta historia y la de su muñeca Pepona.

La muñeca de trapo la confeccionó su bisabuela para su única hija y Sara se la regaló a la nieta cuando cumplió dos años. Según la Pepona, ella tiene los ojos marrones y el cabello castaño como los tenía la abuela en su infancia. También le contó que cuando su mamá era niña, jugaban y hablaban; pero, cuando fue adulta se olvidó de ella. La muñeca le dijo que era muy bonita; rubia y de ojos azules como su hija, y que, a pesar de no haber tomado la primera comunión, sabía el Padrenuestro y el Ave María, y juntas, los rezaban todas las noches. Los conocimientos que tenía la Pepona, los adquirió de Sara cuando, esta, estudiaba el bachillerato.

En una oportunidad, Marta se atrevió a preguntarle:

—¿La Pepona, también hablaba con tu abuelita?

—Se lo pregunté señorita, pero me dijo que no se acordaba —respondió Marisol

—Sí, eso es verdad. Todas los chicos hablan con sus juguetes predilectos o con algún amigo invisible, pero cuando son adultos, los olvidan y los borran de su memoria.

—Señorita... como yo nunca seré adulta no me voy a olvidar de mi Pepona y en el cielo hablaremos con mi mamita, porque estoy segura de que ella la recuerda.

La respuesta de la niña fue un golpe inesperado. Marta alzó la vista, pasó las manos por los ojos intentando correr el velo que los empañaba. Sin pronunciar palabra, intentado darse una respuesta, abrazó y beso a Marisol que la miraba con los ojos bien abiertos. Luego se irguió, y permaneció inmóvil durante unos instantes. Y como despertando, volvió a entrar en las tres dimensiones. Con toda la serenidad que le fue posible las saludó y se marchó casi llorando.

Esa noche, Marta, sumida en el más profundo de los sueños, sintió la melodiosa voz de Marisol acariciando su nombre. Llamándola cual hechizo de sirena. Se despertó exaltada. Inmóvil entre las sábanas, sin atreverse a nada, la imaginó lejana, una diosa niña emanando ternura.

Ya había amanecido. Casi corriendo llegó hasta la sala de recuperación de terapia intensiva. El alma se le fue del cuerpo y poco faltó para que cayera desmayada. Haciendo uso de las últimas fuerzas que le quedaban, volvió a levantó la vista y desde la ventana de la habitación confirmó que la cama de la niña estaba vacía.

Marisol no sobrevivió otro día. Murió abrazada a la Pepona. Es posible que ni siquiera haya intentado apretar la perilla que accionaba la alarma en la sala de guardia.

Marta, aún acongojada se marchó del hospital. Al pasar por el gabinete de enfermería, descubrió a la Pepona sentada en una silla. Entonces sí, pensó que la emoción le había jugado una mala pasada, porque ´la vio con el cabello rubio y los ojos azules.

Canon,02.08.2014

Ya casi estamos todos

bNayru, Alejandro,/b sólo faltáis vosotros. Si alguno de vosotros cree que no podrá conseguir tener su relato para el día 4, no dude en decirlo, para dar una prórroga si hiciera falta.

A los demás, prepararos para el momento de crítica, que en esta entrega nos hemos superado con creces.

Canon,05.08.2014

Buenos días a todos

A la espera de que se nos unan Alejandro_1007 y Nayru, doy comienzo al espacio de crítica. Algunos ya habéis empezado, así que sólo os queda medio camino.

Sé que algunos cuenteros tienen dificultades ahora mismo para conectarse o dedicar más tiempo. Quien esté en esta tesitura, coméntelo abiertamente.

No abro otro foro, porque somos poquitos en esta ocasión, así que... ¡manos al teclado!

nayru,05.08.2014

Madremía, lo siento muchísimo, he estado totalmente out esta última semana. Me pongo a ello YA MISMO, prometido.

Pido disculpas a Canon y a mis compañeros :(

Canon,05.08.2014

Nayru, no te preocupes. No sea que por las prisas escribas "un churro". Tómate tu tiempo y cuando lo tengas, lo cuelgas.

Alejandro está en la misma situación. Colgará su texto en unos días.

Mientras, vayamos colgando lós comentarios, para que los que ya han publicado puedan pulir sus textos nutriéndose de ellos.

Canon,05.08.2014

Y aquí voy, rompiendo el hielo...

Antes que nada, quiero hacer un alto para quitarme el sombrero y reconocer que btodos/b los que habéis publicado hasta ahora (y enfatizo ese i“todos”/i), habéis cumplido con excelencia vuestras premisas. Os habéis hecho con vuestros conjuntos de variables –más o menos complicados-, y habéis escrito verdaderas maravillas. No ha habido ningún relato que se me hiciera pesado o cuesta arriba de leer. Un bravo bien alto por vosotros

Aquí os dejo mis comentarios y observaciones, con todo mi respecto, mi aprecio y mi admiración…

bLABNEH/b, de biFiliberto/b
(Un queso, el desierto, una leyenda)/i

Me ha fascinado la manera en que has armado la leyenda. Aunque hayas partido de un nudo popular, la has enriquecido de tal manera, con tantos detalles, que has conseguido que disfrutara lo indescriptible con la lectura. Cabe destacar que este tipo de relatos me encantan, quizás por eso me ha gustado tanto. Poco puedo aportar, puesto que tiene todos los elementos para cumplir con las tres variables y superar con creces este desafío. Mi enhorabuena.

bLA MOSCA ORQUIDEA AZUL/b, de biYvette27/b
(Una mosca, una isla desierta, infantil)/i

No le falta nada. Tiene rey, princesa, pirata, una batalla, aventura, ingenio, imaginación y una altísima dosis de ensueño. Hay elementos originalísimos, una heroína peculiar, y está rematado con final feliz. Una pequeña joyita, preciosamente hilada, con un vocabulario sencillo (o sus respectivas aclaraciones). Quizás se me hizo contradictoria la actitud del rey, pero de eso iba, de demostrar una actitud de persona débil que por interés y por no pensar, realiza actos de los que luego se arrepiente.
¿Qué más se le puede pedir a un relato infantil? Un aplauso para ti.

bSINCRONÍA/b, de biCarmen-Valdes/b
(Un soldado francés –napoleónico-, un castillo, realismo mágico)/i

Una bellísima historia, Carmen, en la que mezclas una parte de la historia con pinceladas maravillosas. Me gustó tu interpretación del realismo mágico, introduciendo un personaje etereo, casi feérico, para proteger y cuidar al soldado caído, al que no parece sorprenderle su presencia ni su trato deferente. En un entorno libre de límites de extensión, podrías trabajarlo más para que ganara detalles, profundidad, porque eché de menos eso, un poco más de información (por ejemplo, de la batalla donde hirieron mortalmente a Dupont, o el por qué la dama misteriosa lo auxilia, si es que existe una razón).

Sobre la estructura, he visto un par de cosas que te convendría revisar, relativos más que nada a la puntuación.
Un ejemplo de una frase en la que se podría mejorar la puntuación, para que sea más fluida la lectura, es la siguiente:
i“Cuando Napoleón formó la guardia Imperial como un regalo para Josefina. Dupont fue elegido personalmente por el Emperador para formar parte en la guardia del palacio en que habitaba la bella emperatriz.”/i - Si suprimes el punto y seguido y lo conviertes en coma, la frase fluirá mejor. El “cuando” implica que inmediatamente después de exponer un punto en el tiempo, narrarás algo relacionado a él, y no hacerlo se “lee raro”. Si quieres mantener el punto y seguido, quizás te convendría eliminar el “cuando”, y verás que de esta manera, el ritmo se vuelve más consecuente.
Mientras que en esta le faltaría uno o un par
i“-Descansa hermoso mío yo lucharé por ti en la batalla, pero vendré a verte cada día hasta que te recuperes.”/i Entre “descansa” y “hermoso mío”, te recomendaría poner una coma. Y separaría estas tres palabras del resto con un punto y coma, o un punto y seguido. De esta manera, separarías las acciones y, a efectos de lectura, quedaría mejor.

Y te dejo una pequeña repetición, para rever:
i“…un fusil de chispa y ullave/u a la francesa, y una pistola con ullave/u a la calibre 17,1mm…”/i si cambias el “fusil de chispa y llave” por “mosquete”, puedes solucionar esto sin dificultad

Espero que estos pequeños apuntes te ayuden a pulir tu texto para sacarle todo su brillo. Por lo demás, las variables están bien conseguidas, así que, ¡felicitaciones!

bLA ÚLTIMA SINFONÍA/b, de biNyarlathotep/b
(Un piano de cola, un campo de batalla, terror)/i

He leído detenidamente cada parte de tu relato, los cuatro movimientos, que se desgranaron poco a poco. El uso de palabras propias de vocabulario musical enriqueció la narrativa y sumerge en el ambiente, la elección de las piezas musicales que citabas daban una banda sonora inconsciente a la lectura mientras avanzaba; todo encajaba como las piezas de un mosaico. El tercer movimiento me impactó. Pude ver las escenas dignas de un cuadro dantesco. Y el final, con la niña demonizada al teclado, me escalofrió lo suficiente. Un buen relato, que deja en vilo, que eriza la piel de a ratos hacia el final. El género, muy bien logrado; el piano parece que está en segundo plano, pero siempre está ahí, así que puedo decir que está conseguido. Así que diría que has manejado muy bien las variables.
La única crítica, de cara a mejorar el relato –si se puede- es repasar las últimas líneas un pelín, pero poca cosa. Por lo demás, estupendo relato.

bMATEO 19:14/b, de biLaber/b
(Una muñeca de trapo, un hospital, suspense)/i

El misterio que ronda la muñeca de Marisol te deja en vilo medio relato, y el ambiente sórdido del hospital hace de marco perfecto para esta historia. Es como si las mujeres de esa familia se encarnaran en el juguete para acompañar a las suyas o simplemente perdurar. El cómo, el por qué, los dejas a la imaginación del lector.
Me ha gustado ver que has pasado de los relatos más semejantes a crónicas y relatos históricos a algo más emocional, con una tímida mirada desde el narrador omnipresente más lograda. El relato fluye y los datos que das enternecen y estremecen a un tiempo.
Si bien creo que hay alguna frase que repasaría, especialmente hacia el final (hay un i“…volvió a levantó la vista…”/i por ahí, y la frase de i“Marisol no sobrevivió otro día…”/i creo que quedaría más coherente con el hilo del relato si fuera más específico, como un “…no sobrevivió la noche…” o “…no llegó a ver el nuevo día…”; quizás es cosa mía, pero esa oración me dio la sensación de que la niña estuvo viva un día más…)

nayru,05.08.2014

iGemelos
Laberinto
Humorístico/i

bDentro del laberinto/b

-“Por increíbles caminos e innumerables fatigas, me he abierto paso…”
-¿Pero qué dices?
-Joer, “Dentro del Laberinto”, tío, ¡nos viene al pelo!
-¿Ay, si?
-Sí, claro.
-¿Acaso eres una quinceañera? ¿O soy yo un friki con mallas y el pelo cardado?
-No, bueno, pero estamos en un laberinto… Por eso…
-Anda, cállate y concéntrate, que me tienes harto ya.

Remi agachó la cabeza, resignado. Tenía el pelo negro, los ojos grandes y despiertos y la boca chiquita. Era de complexión pequeña, pero fibrosa. Era tanto o más inteligente que su hermano, pero se sometía a él. Gus, por el contrario, era de complexión fibrosa y menuda, con los ojos grandes y despiertos, la boca chiquita y el pelo negro. Era muy inteligente, y era quien imponía las normas entre los dos, que para algo era el mayor. Un minuto es un minuto, y es suficiente criterio para considerarse superior entre gemelos idénticos.

Gus intentó hacer memoria, no sabía ni cuánto tiempo llevaban dentro de aquel estúpido laberinto. Para colmo, estaba resfriado, moqueaba levemente y se le embotaba la cabeza, impidiéndole pensar con claridad. “¡Tienes mocos en el cerebro!”, se mofaba su hermano. “¡Yo ya me he curado y tú no!”. Siempre habían dicho que ambos eran muy inteligentes. Ante comentarios como aquel, tenía sus dudas.

Hizo un gesto a Remi, que se entretenía escarbando en su ombligo, y avanzaron por el corredor. “Será divertido, ¡ya lo verás!”, había asegurado. “Los chicos dijeron que es fácil, y que hay un premio para quien consiga el mejor tiempo al completarlo”, había dicho. “Esto es un paseo para nosotros, un par de superdotados”, afirmó. Por momentos le odiaba.

Miró los dos pasillos que tenía frente a él. Remi quiso adelantarse, pero le frenó a tiempo. Estaba claro que tendría que tomar las riendas una vez más. Eligió el de la derecha. Todo recto, obvió tres entradas, giró en la cuarta a la izquierda, y en el primer cruce a la derecha otra vez. Su hermano le seguía de cerca y en silencio. En la siguiente encrucijada, torció a la derecha y encontró el camino cerrado. Frenó en seco. Su hermano también, contra él, justo cuando daba la vuelta sobre sus pasos, y chocaron de bruces. Remi se quedó mirándole, las narices pegadas.

-Qué ojos bonitos tienes, ojalá me pareciera a ti.

A veces dudaba que fuesen igual de inteligentes.

Aguantó las ganas de enzarzarse en una discusión absurda, le esquivó y trató de desandar el último tramo. Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás (un-dos-tres). Volvían a estar perdidos. Dio una vuelta sobre sí mismo, intentando reconocer el entorno. Remi le imitó. Una vez. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Remi vomitó. A lo mejor no era tan inteligente como su hermano, después de todo.

-¡Madre mía, ¿pero tú que has comido?!-, chilló Gus, retrocediendo, arrugando por inercia la nariz.
-Yo… ya sabes de mi debilidad por el queso de Cabrales… Me lo ofreció el tipo de la entrada y no me pude resistir…
-Sí, ya veo… Espera, ¿cómo que el tipo de la entrada? ¿Qué tipo de la entrada?
-Pues el que nos metió aquí.
-No tenía nada cuando nos trajo. Un momento, ¿cuándo le has visto?
-No sé, hace un par de horas. Tú dormías, yo me aburría, me fui a dar una vuelta y le encontré.
-¿Me estás diciendo que llegaste a la salida?
-Sí.
- ¿Y volviste donde yo estaba sin perderte?
-Sí… Pareces enfadado… -Los ojos de Gus centelleaban en un rojo intenso. -¿Es porque no te he traído queso? No tenía dónde meterlo…
-¿Pero a ti qué te pasa? ¿Acaso eres tonto?
-No… soy Remi, tu hermano, ¿no te acuerdas? ¿Te encuentras bien?

Gus le miraba sin dar crédito. Reprimió una vez más su imperiosa necesidad de patearle la cara a su hermano, y se convenció a sí mismo de que, realmente, no era culpa suya.

-Hazme el favor y sácanos de aquí cuanto antes.

Remi asintió complacido y emprendió camino sin titubear. Gus le seguía, no sin cierto asombro. Parecía tan seguro de sí mismo... Le admiró que tuviera tan buena memoria, pues él no era capaz de recordar con tanta precisión cada recodo y cada pasillo. Quizás le había subestimado, quizás sí era tan inteligente como él, pero su vanidad no le dejaba verlo. Sintió algo parecido al orgullo de hermano mayor.

Unos minutos más tarde alcanzaron la salida y se encontraron, al fin, en un espacio abierto que les alivió la vista y la mente. No sabían si habían logrado mejor tiempo que los demás o no, aún quedaban algunos por completar el recorrido. No obstante, obtuvieron una gratificación y pudieron regresar a casa, habiendo ganado Remi, además del queso de Cabrales, el respeto silencioso de su hermano mayor.

«05-08-14. 18:06. bSujetos/b: G-18 y R-18, imus musculus/i monocigóticos. bPrueba/b: Laberinto nivel 6. bObjeto de estudio/b: Eficacia vacuna gripe y posibles efectos secundarios.
bAntecedentes/b: Ambos sujetos fueron infectados con el virus de la gripe, habiéndosele administrado la vacuna experimental al sujeto R-18.
bObservaciones/b: G-18, conocido como iGus,/i parece desorientado y exhausto. R-18, conocido como iRemi,/i completa el laberinto y, asombrosamente, vuelve a entrar hasta el lugar donde se encuentra iGus,/i para volver a salir.
bConclusiones/b: Se estudiará el posible aumento de la capacidad memorística, intelectual y empática en el ratón conocido como iRemi./i Posible efecto secundario: regurgitación.»

-Remi… gracias por volver a buscarme.
-Eres mi hermano, no iba a dejarte allí perdido.
-La verdad que te admiro. ¿Cómo encontraste tú solo la salida?
-Olí el queso.