Un día mientras estaba meditando, toca una extraña señora a la puerta de mi casa, era una viejecita, arrugada y decrepita, al salir le pregunte que deseaba y con una cálida y enternecedora vos me dijo que me venia a pedir un favor, amablemente le pregunte que de que se trataba y contesto diciendo que necesitaba asilo, un lecho para pasar dos noches, yo desconcertada y sin saber que hacer la hice pasar y le brinde una taza de te, para que se calmara, ya que lloraba desconsoladamente, esa misma tarde tome una decisión la deje entrar a mi humilde hogar, después de todo la viejita estaba desprotegida y necesitaba un poquito de compañía, ya han pasado 6 meses desde que le abrí las puertas a esta desolada ancianita y aun no se ha ido, come junto a mi, entra a mi cuarto sin tocar, usa mi ropa, se mete en mi vida y toma decisiones que no le corresponde, estoy cansada de su abuso, es una atrevida y ya no la aguanto mas, hace unos días llegue de clases con la decisión de echarla de mi vida, de mi hogar, pensaba y planeaba exactamente las palabras exactas que no la lastimaran, palabras que esa misma tarde le diría; pero cuando llegue la encontré llorando, mi voluntad se quebranto mi corazón se detuvo, no pude soportar verla así, pero este sentimiento no podía ser mas grande que mi razón, a la final le pregunte:- ¿Qué te pasa?, y ella cínicamente contesto:- Estoy embarazada. :- Embarazada!!!...dije yo, -¿ y de quien?, ella contesto:- De la esperanza, ya hace mucho tiempo que la busco y me preñe de ella, no aguanto estar así, se que pronto dejare de ser yo, quizás muera de ansiedad, pero le dejare camino a una nueva vida.
Suspire y pensé: “Esta MALDITA soledad”, ya toda vieja y decrepita me esta alienando mi existir, y ahora se que moriré poco a poco, pero 9 meses mas tarde conocí a lo que hoy es la razón de mi existencia, un bebe que llego para traerle alegría a mi vida, a este bebe le llame AMOR y ahora ella descansa en paz... |