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dejamequetecuente,18.02.2003
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Esquela
Amado mío, esta agonía de la distancia nos hiere demasiado.
De tanto apretarlas, tengo ardida la piel de las manos. Mi boca es un rictus de comediante triste. Ya no hablo, no como, no comparto. Me faltas y me acuno en el letargo de las horas. El sueño es esquivo. No hay llanto. Sólo una interminable mirada perdida en el infinito del tiempo. Te extraño, te nombro, te llamo. Y como única respuesta del amor, mi vientre y sus casi nueve lunas de vida en su interior.
Anaclara | |
josejulio,05.02.2010
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rolox37
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