De puño y letra somos anónimos.

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* La tarde cae delicadamente sobre el rostro de mi madre. Es entonces cuando recuerdo que ya sólamente puedo contemplar su retrato. (V.S.)

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* El tiempo es la efímera caricia de nuestras nostalgias. (V.S.)

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* A veces quiero que me odie... Así no cargaré con la tristeza de lo miserable que será su vida sin mi. (V.S.)

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* Un eclipse precipitó la muerte de una tarde donde su mirada se dio a la fuga y sus recuerdos amanecieron de nuevo. (V.S.)

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*La eterna fantasía de no ser uno mismo. (V.S.)