Hijo de Don Maximiano Esquivel, aguerrido, violento y terco combatiente liberal al mando de las fuerzas del General Francisco Villa, (Don Doroteo Arango), guarda en la memoria por aquella batalla de Celaya en las fechas revolucionarias del país, el 15 de abril de 1915, favoreciencdo al Gral Obregón y promoviendo su presidencia, manco, a causa de una bala de cañón, exhibió su pérdida como trofeo en una urna hasta el día de hoy en el barrio de “La Bombilla” San Ángel, México.

Don Maximiano Esquivel, soldado andariego y confidente ideológico del liberal don Rubén Jaramillo.

Saúl Esquivel Pedroza:
Oriundo de Celaya Guanajuato, se traslada a Guanajuato Gto. Para salir de la edad de once años a estudiar en las Escuelas Para Hijos de Trabajadores del General Lázaro Cárdenas en Zamora Michoacán. Parte a la Ciudad de México para cursar estudios preparatorianos en la prepa de Coyoacán. Se enlista a los 18 años en el ejército nacional y en las filas del frente en aquella época para participar en la Segunda Guerra mundial como refuerzo del legendario Escuadrón 201. Con la noticia del término de la conflagración mundial en Agosto de 1945. Se enrola en sus estudios de dramaturgia en la escuela del Maestro Zekizano en la Cd. De México. Poeta por naturaleza pero dicotómicamente místico por llamamiento, cursa sus estudios en el Seminario de la Iglesia Metodista de México en la Cd. de México, en servicio hasta su deceso en 1994, luego de 40 años de servicio a la puntual edad de 70 años Contrae matrimonio con Doña Esther Peralta Núñez en Agosto de 1958, con dos hijos Presentes, Rubén y Lilia Esther
Dejó muchos amigos decepcionados, secretarios de estado, gobernadores en Michoacán, activistas políticos, directivos de televisoras, directores del Politécnico, actores de la época de oro del cine mexicano, solo para dedicarse a la fina tarea del servicio al ser humano, de los que sería deshonesto decir que los recuerdo a todos.
Deja unas cuantas obras cuidadosamente confeccionadas al estilo clásico de sus lecturas: León Felipe, Calderón de la Barca, Miguel Hernández, Sor Juana Inés de la Cruz y Federico García Lorca, estos dos últimos de cabecera y de corazón viviente, conmovieron toda su vida. Deja entre sus obras dos bellos dibujos de apunte, amante de la belleza femenina, de cuyo orden genético yo disfruto ampliamente, queda de ustedes Saúl Esquivel.
Descansa en paz “parco y sereno” en los brazos de -su Señor-.




"LA NATURALEZA DEL DISCIPULO"

Alguna vez un "sabio del camino", que asi le llamaban, se convirtió en un afamado visionario de su tiempo.
Incluso tuvo tiempo hasta de ofrecer su novedosa arrogancia en autógrafos vanales.
Un discípulo despertando un instante de su autómata enajenación, le preguntó:
"Maestro, ¿qué hay en el mar?"
El vidente de la historia le respondió para quitárselo rápido por incómodo:
"El mar... de ese nada sé. Es cosa de naturalezas, sé de las cosas de la tierra, de esta tierra, de este pedazo de tierra que ocupo, de esta constante existencial inamovible por resolver, de este trozo de drama que defiendo como materialidad histórica glorificada entre la sangre inextiguible de las guerras románticas del fatalismo de la desesperanza humana.
Mi naturaleza no es del mar y nada sé de él, pero te aconsejo una sola cosa, si no dejas de pensar en el mar, úsalo como un tema para demostrar su inexistencia. Hazte famoso escribiendo estructuras filosóficas que planteen el problema del mar y su inconsistencia existencial. ASí como hay ateos famosísimos que dialogan con su dios, así como yo tengo el derecho a no creer en la -democracia-, tú, adorador mío, tambien tienes derecho a no creer en la existencia del mar.
Solo que una cosa te advierto. El día que por algún accidente desobedezcas a tus enajenaciones culturales, te acerques al mar, lo huelas, lo toques, lo experimentes en toda su naturaleza... deberás entender en ese momento que estarás entre nosotros, completamente -solo..."

por Rubén Esquivel Peralta.