Antes que nada, estoy en la impostergable obligación de aclarar para todos, que no soy un poeta, tal cual podría imaginarse alguien al leerme en este sitio.

No he estudiado poesía, no tengo nociones elementales de ella; no tengo amigos, ni amigas que sepan realmente de poesía. Así que, por favor, que nadie se ponga a buscar si estoy cumpliendo con esta o aquella ley de la métrica poética (realmente no estoy seguro de que exista esta ley, pero imagino que sí).

Lo que escribo a veces, me gusta llamarlo poesía al no encontrar otro nombre que ponerle. Son, al fin y al cabo, solo unos instantes conmigo mismo, delicadezas del dialogo interior, palabras que aspiran ser de alguien más pero que no se atreven a dejarme y se quedan junto a mí para perpetuarse en el trazo de un bolígrafo sobre papel.

A veces, lo único que hago es plasmar, pretendiendo ver en ellos poesía, los restos de algun diálogo virtual, de esos que nos permiten los mensajes de texto de los celulares o las pantallas abiertas a una sala de chat; palabras que van hasta alguien, pero solo en condición de visitantes, que jamas abandonan mi pantalla hasta que les permito seguir existiendo sobre una hoja de papel.

Se que la poesía es mucho más. Es escribir en mayúsculas. Esto que yo hago no lo es. Solo puedo ofrecerles media letra escrita en minúscula.

Hendrick González.