Naci entre olas de diversos mares, mi tabla ceñida a mi cuerpo me acompañó por rutas soñadas y aguas cristalinas. Desde el frio del pacifico a la calides del caribe, pasando por atlánticos y mediterraneos.
En mi viaje de ida, montado sobre mi tabla y en la ola mas alta y distante apareció un animalito, raudo, ligero y vivaz. Lo tuve en mis manos y lo dejé escapar. Volví con mis labios rotos a montar en mi tabla, para remontar las olas y sus ojos me llamaron, sus manos me encandilaron y de nuevo te tengo.
Compartirás mi tabla y mis sueños y en un futuro próximo tu bosque rapelino sabrá de mi existencia y golperá ese arbol de adornos maravillosos para mirarte a la cara y poder decirte lo que siento.
Me trajiste a esta página con sigilo y sabrás de mi fuerza y mi pasión.