Lo que cuenta en este mundo es el contacto humano, el contacto de tu mano con la mía, más valioso que el corazón desfalleciente que el refugio, el pan y el vino. Pues el refugio se va con la alborada, y el pan dura solo un día, pero el contacto de la mano y el sonido de tu voz siguen cantando en el alma para siempre. (Spencer Michael Free)