SOY

Soy el arriero de la vida que me ha sido concedida
Para andar el camino que en suerte me ha tocado.
Soy el gran caminero con el destino pactado
Y no hay tranco largo que cambie mi crecida.
Cuando tengo penas las convierto en alegrías
Y mis cargas las arreglo sereno todos los días.


Soy un simple pastor, diestro vigilante
de mis pequeñas y grandes turbaciones.
Un borreguero animoso que sin vacilaciones
por una oveja perdida pondría la vida por delante.
Soy un errante trotador de gradas y pendientes
Un errabundo que vive en el mundo de los caminantes.


Soy el águila inmortal de los vuelos fecundos...
En cada vuelo frontal renuevo afanes y pretensiones.
Las brisas que estimulo tienen fuerza de ilusiones
Las visiones que postulo pertenecen a este mundo.
A las cenizas las convierto en albricias
Las luces del sol son mis grandes delicias.

Yo soy ese viento agitado y sediento...
Con mi aliento avivo muchas inquietudes
Y aunque no tengo demasiadas virtudes
No hay puerta que tocar no intento.
Soy un profundo lago de azulados tajos
Mis olas altas también son atajos.

Soy un gladiador de las arenas movedizas
que sembraron dolor en los circos romanos.
Lucho con bravura por los míos, mis hermanos
Me bato con soltura sin trabas ni cortapisas.
Y aquí estoy, sin cansarme de la existencia
Aquí estoy, muy contento con mi presencia.

Soy el Adán escapado de los edenes escondidos
Donde las serpientes anidaron perversidades
El mismo Dante que superó tantas maldades
en un mundo escogido para los escogidos.
Soy un Hércules sin nimbo que con la cabeza
Resisto el peso del mundo por una promesa




SOñAR DESPIERTO



Un cielo estrellado se abrió de repente
Cuando la noche. moría Yo estaba cansado
al filo del puente. No se qué esperaba…
Si encontrar camino en cielo estrellado
O hacer nuevo nido en suelo sembrado.
No se qué esperaba… si seguir la noche
Pretendiendo broches que el cielo mostraba
O creer en los sueños pintados de sueños.

Y me preguntaba… Si el cielo sin nubes
Era un buen presagio de días distintos.
Y me preguntaba… si eran horas buenas
Para entrar en sosiego, sin miedo a los miedos.
Y el cielo y sus luces me daban consejos
lanzaban centellas… chispeaban contentas
Me acercaban voces de alegres sonidos
Me hablaban de cosas que sí me gustaban.

Una nube blanca de blancura intensa
Se metió en la escena sin pedir permiso
Sin pedir permiso la muy libertina
Se metió en la escena con cara de ingenua.
Y me preguntaba… si el cielo con nubes
Era aquel mensaje que estaba esperando
Y la nube blanca de blancura intensa
No me dijo nada… Se quedó callada.

La nube callada, coqueta, señera
Se entregó a los brazos del viento alocado.
El viento alocado jugó con la nube
Y con potente brazo se la fue llevando,
Se la fue llevando… y yo muy cansado
Y hasta preocupado la seguí mirando.
La nube coqueta rindió la silueta
y de poco en poco se fue procreando

No se cuanto tiempo estuve en el borde
De ese puente amado. No se cuanto tiempo
Estuvo mi tiempo dejando que engorde
Mi vuelo turbado. Yo me preguntaba
Si acaso era cierto que entre nube y nube
trajinaba el viento. Y me preguntaba
Si acaso era cierto que entre nube y nube
Se ocultaba el sueño que estaba soñando.