Un 19 de febrero de 1998 nací yo, tenía una apariencia amorfa pero el doctor confirmó que era humano. Mis padres lloraban de la emoción porque era un varón, mi padre saltaba de la emoción por la noticia. Pero muy poco les iba a durar la felicidad, porque sería su peor pesadilla por las noches.
Pasaron los años y siempre me caractericé por ser un chico humilde y de pocos amigos, siempre andaba solo. Un día por casualidad conocí a una niña que recién se había mudado al vecindario, llamada Diana, al cabo de una semana empezamos a ser muy buenos amigos, comencé a notar algo diferente en mí, no sabía porque me gustaba mucho ir a jugar con ella y prácticamente no me separaba de su lado. Un día mis padres tenían que salir urgentemente a una reunión, muy importante, al ver que no me podía quedar solo decidieron que me quedaría a dormir en la casa de mi amiga Diana, yo estuve muy feliz por la decisión de mis padres, inmediatamente llegue a su casa y me puse a jugar con ella, no pensé que la felicidad que tenía hasta ese momento sería Fugaz. Al día siguiente noté algo extraño en mis padres, se veían molestos, no se hablaban, a veces desviaban sus miradas con tal de no llamar mi atención, pero ya era tarde. Un mes después mis padres se separaron, nunca llegue a saber el motivo de la separación, ni teniendo hoy 18 años de edad me lo han dicho aún.
Mi madre tuvo mi custodia después de un largo proceso judicial, me sentía de lo peor, no sabía cómo controlarlo. Nos mudamos a la casa de mi tía, me sentía muy aburrido, ya no estaba Diana para jugar conmigo. Mi vida empezó a tener un cambio radical, mis notas bajaron considerablemente, me había vuelto muy agresivo, me juntaba con los niños malos de mi colegio, empecé a formar una pandilla, nos divertíamos mucho lastimando al más débil. Mi vida se estaba descontrolando poco a poco, pero no me importaba, sentía que tenía amigos con los que podía contar. Mi padre había desaparecido de la faz de la tierra, ya no venía a visitarme, lo extrañaba mucho, el no solo era mi padre sino mi amigo. Dos años después volví a verlo, yo acababa de ingresar a la secundaria, no me había ido muy bien en el primer año, me habían suspendido 3 veces por agredir a mis compañeros, Pero lo bueno era que ya había pasado a segundo.
Cuando ingresé a quinto año de secundaria, conocí a una persona muy extraña llamada Renzo, se llevaba bien con todo el mundo y sobre todo era muy chistoso, a mí en lo particular me daba miedo su aspecto, era de tez morena, casi negro, su imagen se parecía mucho a las personas que aparecían en las laminas de niños, bailando festejo, en fin, era muy popular, pero no me llevaba bien con él, porque era muy fastidioso y siempre se llevaba la atención de todos. Siempre éramos rivales , en todo, en exposiciones, en actuación, en baile, y casi siempre perdía. Ya llegaba fin de año y teníamos un concurso de recolectar chatarra que debíamos ganar sí o sí porque era a nivel regional. Como siempre, los que nos posicionamos en la cabeza del proyecto era Renzo y yo, por primera vez optamos por trabajar en equipo, lamentablemente nadie del salón excepto nosotros dos salíamos a las calles a recolectar chatarra. Cuando llegó el día final nos dimos cuenta que no ganaríamos, por la falta de interés de todos mis compañeros. Es en ese momento donde Renzo me llama para conversar sobre el asunto, a él no le gustaba perder, pero la derrota era obvia, así que me dijo unas palabras que me marcarían de por vida, Seremos grandes me dijo, y me agradeció por siempre entablar cierta rivalidad, que al final nos habíamos hecho más fuertes como personas y como rivales.
Habíamos recaudado más de s/1000.00 nos sentimos orgullosos por nuestro esfuerzo, pero no habíamos ganado el premio gordo, pero igual nos sentíamos felices porque solo nosotros dos llegamos a generar más de mil soles, que al final la profesora que teníamos cobro la plata y se la gastó, fue demasiado tarde para poder reclamar . Poco después Renzo se convirtió en mi mejor amigo, siempre decimos que somos como hermanos, sobre todo haciéndole entender que el siempre será el hermano negro que nunca voy a tener y viceversa.
Fuimos a la academia juntos e ingresamos a las Universidad Villarreal, yo para Ciencias de la Comunicación y él para odontología. Y pese a que no nos vemos mucho, aún seguimos manteniendo nuestra promesa, seremos grandes, esa es mi meta Principal.
Y ahora he cambiado mi forma de pensar, ya no soy una persona violenta, aunque a veces soy un poco impulsivo, pero ya tengo una meta fija, no solo eso, tengo varias metas que debo cumplir. ser el mejor Periodista es una de ellas, por más que no tengo muchos recursos económicos a mi alcance, sé que lo voy a lograr, porque la vida es difícil para las personas que buscan ser grandes, pero solo depende de uno, aguantar y sobrepasar los obstáculos, porque todos los objetivos que tengamos, si vale la pena, no van a ser fáciles.