La Nueva pandemia Mundial: Economía Globalizada
Por Marco Osses

Estamos viviendo los comienzos del siglo XXI, y las nuevas economías dentro de los países son el tema en el tintero. Al observar nuestro entorno cotidiano, observamos que hemos sido invadidos por tecnologías modernas, materias primas y productos procedentes de distintos lugares del planeta. Puede uno ver que las tendencias humanas han ido evolucionando en el tiempo, con la implementación de artículos impensados en un pasado.
Los artículos electrónicos que están incluidos dentro de nuestra rutina de vida cotidiana, los alimentos que consumimos, nos dan cuenta del desarrollo de una Economía Globalizada, la cual ha transformado a la antigua metodología de producción e intercambio comercial, que a su vez ha transformado el estilo de vida de la ciudadanía en Chile y en el mundo entero.. Sociedades que, como la nuestra, se han integrado inconscientemente a la nueva “ideología”, una ideología de carácter capitalista. Esta nueva implementación de economía incluso ha cambiado en cierta forma el método para obtener los productos que uno desee comprar, método que se ha masificado y fortalecido en países como Estados Unidos, Japón, España, e inclusive en Chile. Estos nuevos métodos para obtener productos han revolucionado a las personas por la sencillez y la comodidad que éstos nos dan. Antes, uno debía dirigirse a una casa comercial como Falabella o Ripley y lo que recurrentemente se hacia, bueno en mi caso, era el ir a cotizar precios y crearme una tabla de comparaciones entre una tienda y otra, para así mitigar el daño del precio del producto hacia el dinero en nuestros bolsillos. Hoy en día, con la masiva utilización de la Internet, podemos acceder al beneficio de comprar desde la comodidad del hogar. Aunque, en efecto, ocurre el mismo problema que causaban los costos de estos productos. La pregunta es ¿Si Chile está viviendo dentro de una economía internacionalizada, apoyada por una ideología capitalista, porqué aún no se puede mitigar los efectos de los costos del producto de interés? Esto nos da el hincapié para pensar que, aunque estemos incluidos a modo de país dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC), o que seamos miembros de la APEC y del MERCOSUR y que también exista una constante exportación e importación de materias primas y productos manufacturados no se está implementando un reajuste ante el ingreso per capita.
Esta cultura del consumo, impuesta por Estados Unidos desde fines de la Segunda Guerra Mundial y la disputa por el mundo contra una antigua y enterrada URSS, nos enseña i condiciona a través de mensajes distribuidos por el mundo entero incluido en películas, publicidad, modas, tendencias, música, televisión, medios escritos, alimentación y la Internet Constituyen sólo unos de los medios de propagación global de la cultura de consumo occidental. Actualmente, los patrones de consumo global y las encuestas de mercado han identificado una “Elite Global”, una clase media que es guiada y controlada por estas medidas. Logramos ver que nuestros jóvenes de clase media no estiman en gastos, sino que se dejan influenciar por sus propios principios, gustos y tendencias, influencias generalmente provocados por su estilo de música predilecto y la moda de temporada. No solo en América, sino que en la totalidad de Europa, Asia y Oceanía se puede ver a jóvenes vestidos a la imagen de su ídolo o estilo de la banda o grupo preferido, con ropas de marca y zapatillas que han visto en avisos publicitarios, alimentándose con Hamburguesas de expendios de alimentos como el Burger Inn, McDonald’s o Kentucky Fried Chikens, observando como si fuera de vida o muerte o culto religioso los programas musicales como Mtv, Sony, Warner Channel, AXN o Fox en sus televisores, adquiriendo y masificando un deterioro en el lenguaje por causas del famosísimo Messenger o MSN e implementando como costumbre el ir de paseo a los centros comerciales o como los conocen la mayoría de las personas, los Malls. Estas son costumbres difundidas por las grandes potencias como Estados Unidos, primordialmente e integrándose increíblemente en la actual cultura juvenil Chilena las modas, tendencias y productos Nipones. Todo esto repercute no en el bolsillo del joven, sino que en el del padre o madre de éste. Es ya bien sabido que la distribución de los ingresos en Chile nos está provocando solamente dolores de cabeza, puesto que se puede ver que las personas, en su mayoría pertenecientes a la clase social media, son miembros del grupo social con más carencias económicas en comparación con los otros bloques sociales.
Nuestra sociedad Chilena está constituida por 3 bloques: La clase Baja, La clase Media y La clase Alta. Esta actual costumbre consumista afecta principalmente al bloque de la clase Media, pues es la mayor receptora del mercado internacional, pero realmente es la menos indicada para ser la receptora. Existen facilidades, si, pero el endeudamiento es el mal que se ha hecho costumbre. Observemos por ejemplo a un hombre, padre de familia y sustento de esta, con un trabajo con contrato asalariado y con beneficios de salud, jubilación, educación, bonos y cajas de compensación, pero su sueldo, con los descuentos efectuados pertinentemente, solo le da para sustentar las necesidades básicas de su hogar. ¿Qué ocurre con el hombre? Pues bien, fácilmente termina accediendo sin opción al endeudamiento excesivo y la falta de control de esta deuda. Los créditos, los préstamos y los avances son un salvavidas pero los intereses devoran lo poco y nada que le queda a uno de sueldo. A esto sumémosle el pago de las cuentas de luz, agua, gas, teléfono, dividendo o arriendo, colegio o universidad, cuotas en tiendas comerciales, préstamos en bancos, pago a las financieras como Credichile, Bancondell o Conosur y la movilización colectiva o la bencina. Y que queda para uno, nada, puesto que el resto que nos queda es destinado a gastos de emergencia. Entonces, ¿De que sirve ganar un sueldo si éste es destinado exclusivamente para el pago de las deudas y las cuentas, sin la posibilidad de disfrutar con la familia de un día de tranquilidad y entretención? La mundialización de la producción, la interconexión de la economía, el predominio de una economía financiera y el crecimiento del comercio internacional nos están causando todo esto. Pero, ¿Qué son todas estas características de una economía global nombradas anteriormente? Son los provocantes de que en Chile, país en vías hacia un supuesto y lejano desarrollo, no se logre una estabilidad económica, más bien nos están matando las esperanzas de un futuro mejor, un futuro incierto, nos está causando estrés y depresión, pero a pesar de todo, Chile se ve beneficiado económicamente, y claro, mas vale hay en día hacer renombrado a nivel mundial el titulo de “Chile como un país en vías del desarrollo” que preocuparse por una mejor distribución de los ingresos. Así pues, caímos tontamente dentro de una ideología destructiva, benefactora para los intereses del empresario y para la economía de las potencias. Perjudicándonos a nosotros, los inocentes que mantenemos con vida a este sistema económico internacionalizado.
Si seguimos a este paso, Chile aumentará sus tasas de pobreza y el descontento de la sociedad se hará oír en el Gobierno. Basta de abusos, basta de explotación, queremos que nuestro Gobierno sea justo y equitativo, para darles a las futuras generaciones un Chile estable, un Chile rentable, un Chile mejor.