Inicio / Cuenteros Locales / Ariel Perez de Arce. (loco_butter) - [U:loco_butter]
Nací en Buenos Aires, allá por los 78.
La vida me hizo titiritero... no me dió más...tampoco le pedí menos.
Trabajo en San Telmo o en cualquier otro lugar del mundo donde la gente soñadora quiera mirar cómo cobran vida mis muñequitos de madera.
Demás está decir que los niños son los que más alucinan con los títeres, quizás por eso mi maestro me decía: "si no tenés alma de niño, dejá los muñequitos en paz".
Tengo dos muñequitos principales ... dieguito y rosita, para funciones especiales cuento con más personajes... todos ellos encantadores muñequitos hechos a mano , por ejemplo tengo un muñequito ebrio, uno de boca grande que hace de político, una muñequita encantadora que hace de locutora de radio, una de ojos encantadores que baila danza árabe, un muñequito hippie marihuanero, en fin, también algunos olvidados que a veces cobran vida según la obra a representar... Mis muñequitos les envian muchos saludos !!
Me llamo Ariel, pero pueden llamarme Loco Butter, eso lo vengo escuchando desde la escuela.
Una vez de pequeño le dije a mi madre: ¿Mamá, mamá por qué los chicos del colegio me dicen Loco Butter?
Y ella respondió... "Rajá de aquí loquito... tengo cosas que hacer".
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Que bello regalo de mi amiguita "teclas"
Lo comparto con ustedes, gracias amiga.
AL LOCO BUTTER
Sé que la gente se asombra cuando me ven con mi valijita por las calles de Buenos Aires.
Lo comprendo, A muchos le han quitado las ilusiones, ese ir y venir, siempre corriendo.
¿Detrás de qué?
A veces me siento y los veo. Me sorprenden. Nadie se mira, nadie se habla.
A nadie le importa lo que le pasa al otro.
Por eso me detengo en los parques, lugar donde parece que habitan solo los niños.
Y despliego mi mundo de magia y me siento importante, porque doy vida y hago reír.
He descubierto que entre los niños y los ancianos no existen diferencias.
Los niños se asombran y los viejos vuelven a parir al asombro.
¿Quién te hizo creer que no tienen vida?
¡Yo, que sin ser Dios, le doy ese soplo a traves de los hilos que nos mantienen unidos!
Dieguito, y Rosita, viven una vez que destapo su mundo y vuelan a mi antojo y semejanza y me veo realizado cuando estalla las carcajadas infantiles y alguna que otra lágrima, en los ojos añosos.
¿Loco, yo? ¡Loco vos, que no te detenés, o no le permitís un recreo a tu vida!
¿Sabes que en noches de invierno les cuento de mis penas?
Y me palmean, como dándome aliento, para seguir adelante.
Iluso de mí, creer que les doy vida.
¡Si son ellos los que me están ayudando a vivir!
¡Parate un rato en el parque y vas a ver como, aunque más no sea un instante,
te ayudan a olvidarte de los problemas!.
¡Vení! ¡No tengas miedo! ¡ En una de esas te presto mis hilos y vas a reencontrarte con el gusto de la espuma de azúcar! ¡Y quién te dice que si te subís a la calesita, hasta la sortija te ganas!
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