Inicio / Cuenteros Locales / Litia Lt (litia) - [U:litia]
La única rebelde de mi familia, es decir, de mis hermanos, fue Lucía. Cuando dijo “ustedes no, pero yo sí soy católica”, eso no llegó a ser un escándalo, simplemente estuvo bien y ya, aunque por supuesto, a la fecha no va a misa. Mis otros dos hermanos son ateos igual que yo, sólo que Denís, tal cual, como los creyentes, no tolera a los que piensan diferente a ella. Desafortunadamente, no-sé-porqué, creo que tarde o temprano se acabará casando por la Iglesia, es decir, saltará sus convicciones sólo porque considerará que “nada pierde” con hacerlo. Total, dirá que una cosa no contradice a la otra y hallará siempre una justificación, así como halló a un novio que querrá el ritual de la boda religiosa porque, aun cuando diga que le vale si creer o no creer, finalmente se inclina por tomar partido cuando lo invitas a no casarse. En otras palabras, Denís no cree en Dios, sino peor aún, para ella lo es su novio, aunque lo ignore. Y si me preguntan, yo no me meto en sus decisiones, porque además de que se enoja cuando tan sólo opinas algo, ultimadamente tendrá que darse cuenta por sí sola, ya que ella no es de las personas que pueda prevenirse de sus errores, sino al contrario, sólo aprende cometiéndolos. Por cierto, claro que es verdad que alguna vez ella me dijo que yo no me casé, no porque yo no quisiera, sino porque él no lo quería. Y claro, tenía razón en ese entonces, pero sólo al principio de nuestra relación, porque a la fecha lo sigue sosteniendo y lo que no ve es que actualmente eso es falso. En aquel tiempo yo sí me quería casar por lo civil, pero lo que Denís no sabe, o mejor dicho, lo que jamás podrá comprender, es que me convencí de aquello hasta que él me explicó que mi Dios no era la religión, sino el Estado. Cosa difícil de reconocer, pero que es verdad. Y puesto que mi única creencia real y verdadera –aquí entre nos- es la numerología y el azar, finalmente me convenció de que no nos casaríamos ni por lo civil ni por la Iglesia, sino exclusivamente por un compromiso tácito entre él y yo (con sus roles no tan tácitos). Por supuesto, es muy probable que yo no estuviera tocando este tema si no fuera porque el destino me llevó a él, pero esta vez no por mi pareja que es tan ateo como yo, sino por mi suegra que es tan católica como pocos creyentes que conozco. Yo que siempre he sido de la idea de no meterme con los creyentes, y que incluso evado hasta donde puedo ese tema, resulta que ahora, quiera o no, lo tengo que enfrentar, esto es, no debatiendo las creencias de ella con mis no creencias, ya que después de todo, esas cosas no se pueden discutir a menos que uno sea de la idea de pelearse con las personas con las que convives, y convives bien; pero sí enfrentarme en el sentido de mantener firme lo que he decidido no creer. Cosa muy difícil para mí por la simple razón que ya toqué, porque verdaderamente me entristece que una buena relación social se fracture por falta de tolerancia, y aunque confío, y la señora me dé esperanzas de que eso no suceda, la verdad es que todavía no lo sé, y no sé de qué formas tan sutiles o abiertas puedan ocurrir nuevas confrontaciones sin sentido. |
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