"Y en la caverna de Platón estaba yo, viviendo entre ciegos e inconcientes; la vida pasaba y me trastornaba con su eterna melancolía de podredumnre y aniquilación mental. Mis compañeros se debatían por alcanzar las sombras y competían por ellas, mientras que yo sólo quería ver la luz y ser libre de mis cadenas. Nadie allí me comprendía, todos me evadían y murmuraban a mis espaldas. Era un ser solitario; mis lágrimas penetraban en la penumbra y ahogaban mis ilusiones.
Hasta que un día me escabullí y salí a la libertad, sabía cual era mi destino vital y hasta allí me encaminé; en el sendero me topé con cientos de personas, pero sólo unas pocas dejaron sus huellas, en sólo unas pocas descubrí sabiduría comparable a la mía, en sólo unas pocas se encontraba el consuelo a las desesperanzas de este mundo"