Soy muchas historias para contar pero sigo en busca de las palabras que ayudan.
Tengo días soleados,
ratos amargos,
tardes de libros...
y, algunas noches tranquilas.
Soy protagonista de todo lo que leo, sin miedo a perderme, ya conozco el camino a la degeneración progresiva, e irreversible, de mis facultades mentales.