Nació en Madrid, España, en Junio de 1976.
Sus primeros recuerdos tienen que ver con dictarle a su madre los cuentos que imaginaba cuando todavía no sabía escribir y que ella copió diligentemente. (Gracias mamá).
Desde siempre se propuso extraer el meollo de la vida y tratar de comprender el mundo tal como es, sin aditivos. Hemos de decir que esta actitud le ha causado más de un desvelo, cierta soledad y pesimismo en su niñez, y mucha acidez de estómago cuando a su alrededor han reinado la falta de imaginación y el miedo. Sin embargo, también le ha generado grandes dosis de una sustancia parecida a la felicidad y gran satisfacción cuando la musa aprieta y le deja rienda suelta.
Si bien su verdadera vocación siempre ha girado en torno a los libros, la filosofía y las historias (en papel o en cine), consideró -y todavía no sabe si erróneamente- que los cuentos no dan para comer. Es por ello por lo que decidió dedicarse profesionalmente a otra clase de “intensidad” y cultivar su vocación secreta en el tiempo libre. (¡Ay, pobre ilusa!).
Estudió la carrera de Física Teórica para “entender lo que Dios tenía en mente” (terminó siendo agnóstica). Después se embarcó en el Doctorado y en la actualidad investiga en temas de Información Cuántica y Superconductividad.
Aunque todavía mantiene una postura escéptica y contestataria ante la vida, se va volviendo más flexible con los años. Se siente tremendamente afortunada por la gente maravillosa e imprescindible que se ha cruzado en su camino y los considera lo más importante.
Mientras en su vida tengan cabida los cuentos, mientras pueda emocionarse con los que otros escriban, mientras pueda emocionar a otros... se considera desaforadamente feliz.

La foto es del verano del 2002. Estoy en las ruinas de Selinunte (Érice, Sicilia), en una de las escapadas que hicimos durante una escuela de verano sobre Mesoscópicos.