Usted me pregunta quién soy, y yo le respondo: soy alguien importante. Importantísimo. No como el presidente yanqui, ni como el adusto Papa nuevo, ni como el que se murió hace poquito que era una maravilla. Yo sí soy importante. Qué digo importante, soy indispensable.

Y si a usted le han dicho en su casa, le ha dicho su papá o su mamá, o algún jefe suyo le ha dicho que nadie es indispensable en el mundo, pues yo estoy aquí para demostrarle lo contrario. Si no me cree, se lo compruebo. Va:


–¿Aló?
–Aló… ¿Lola?
–Sí… Con quién hablo.
–Hola Lola. Con Sergio.
–(silencio)
–¿Aló?... Lola…
–¿Con quién?
–Con Sergio.
–¿Sergio? ¿Cuál Sergio?... ¿"El Primo"?
–No, no. Sergio Sergio.
–No sé con quién hablo. ¿Cuál Sergio? ¿Sergio "La Perra"?
–Sergio Alegría.
–No conozco a ningún Sergio Alegría… Espere… No, no lo conozco.
–Soy Sergio… Sergio el que te saludó anoche cuando estabas en la Central.
–En la Central… No me acuerdo de que alguien me haya saludado.
–Tú hablabas con Alberto y yo me acerqué y te saludé. ¿Ya?
–(silencio)
–¿Aló?
–No.
–Acuérdate… Nos encontramos la otra vez, hace como dos semanas y me diste tu número. En la estación.
–(Risas) Que pena pero no sé con quién hablo.
–Casi que fuimos novios hace cosa de tres o cuatro años. Me cortaste cuando te fijaste en Carlos… ¿Recuerdas?
–Espere… me suena. Sergio… ¿Sergio "El Primo"?
–Que no soy ningún primo. Soy Sergio Alegría. Sergio "Yuyo".
–… Que pena. No sé quién es usted.
–Sergio "Yuyo". Sergio "Mensipuerco". El de las patas planas. Las patas planas de las que todos se me burlan desde chiquito. Sergio "El Bizco". Que por bizco también me hacen mofa y por chaparro. ¿Ahora sí?
–(Risas) Ah! Hola "Yuyo". Qué vergüenza. Ni me acordaba.
–Estás en todo tu derecho.
–¿Qué más?
–Sólo llamaba porque estoy un poco aburrido y quería decirte que nos tomáramos algo…
–Pues va a tener que ser otro día, "Yuyo". Hoy estoy cuidando a mi hermana la menor y no puedo salir. Cuídate. Un beso.
–Lola, y que tal si yo…
–(Tonos indicando que la llamada ha sido terminada)

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–Señor, buenas. ¿Cuánto es de la llamada?
–¿En cuál teléfono estaba?
–El cuarto a la derecha. Espere. Sí, el cuarto.
–Novecientos.
(Saca unas monedas del bolsillo y cuenta)
–Mierda. Señor, tengo ochocientos cincuenta. ¿Le puedo traer los cincuenta más tarde?
–Dije novecientos. Todavía no implantamos el pago por cuotas.

***