Soy aroma del éxtasis que ha ascendido hasta el Cosmos, viajando sobre el grito más alto en la escala sonora del deseo, a vivir aletargado y luminoso, diluido en mil cristales coloridos.

Tras la pausa y el silencio, suelo vestirme nuevamente de fragancias nuevas, para caer en torbellino de espirales sobre la tierra mansa, oscura y tibia, hasta volver a renacer en humedades impregnadas de deseos nuevos.

CRISTALES

Oculta en su prisión de sombras,
labra la luz
su sueño
de constancia en los cristales.

El granate
es un ejercicio de sangre derramada
en el profundo mármol
de tu cuello

El granate y su memoria de opulencia
son, en la enramada de tus venas,
la herida luminosa de la tierra
que se mira surgir,
de nuevo líquida,
en tu pecho.

El zafiro
habla el idioma
de las profundidades
solo el zafiro sabe
lo imposible
en su azul de la sombra adormecido

Tal vez la noche
que el zafiro esconde
oculta
en sus reflejos
el mar
que en sus cristales
detenido
avanza.

Arde el ópalo
en sus cavernas de fuego,
de tiempos suspendidos,
de líquidos cielos improbables.

Finge la luz,
el agua,
el mediodía,
un lento azul de insomnio
y el verde que no alcanzaron los jardines.

Yo no sé
los pensamientos
que sus colores cautivan y condensan,
pero me entrego al desvelo
a la sed
de imaginarlos.

BLANCA LUZ PULIDO: Poetisa mexicana.