Candelaria es mi nombre, nacida bajo algún mes desquiciado denominado abril, por el año 73'. Vivo en Villa del Prado, Madrid, por una razón que ya ni tiene sentido y que iré volcando aquí. No soy española, solo un aire madrileño me condujo hasta aquí, y aquí varada me dejó.

Si quieres conocerme te diré quien soy, cuando defina el límite entre realidad,
fortuna, espíritu y sentimiento. Te diré quién soy cuando pueda volver a confiar en alguien, pues descreo de todos, pues descreo hasta de mí, que tal vez no soy ni siquiera yo, que tal vez mi sombra me adoptó. Te diré quien soy, cuando por fin, encuentre los interrogantes que me han dejado antes de marcharse, antes de rechazarme, antes de lastimarme y abandonarme. Antes del río inclusive, que en una corriente barrió sus ojos transparentes y me llevó al abordaje de algún ajetreo violento... y ahí morder, para arrancar de su sangre lo etílico más candente, construyendo en ácido motor, el pasaje al dulce verdor.

Tu piel tan suave como la voz de mi alma.
Tus ojos tan transparentes, y los míos veedores de sus mentiras,
de sus verdades, tan color verde marihuana, tan detectores de albas.
Tus huellas, tan cuarenta y cinco, que tiemblan hasta las veredas,
me avisan sus sueños muertos no realizados, y fantasías descarriadas.
Tu boca tan aislada del olor de mi boca, y tan cercana.
Tu rubia presencia que oscurece mis caricias, pero ilumina mi sonrisa...