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Por toda la eternidad mi mano sobre la tuya, inmortales en el juego del amor.
" Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres
una mujer desesperada y perpleja
que siente que se está ahogando y otra que
salta a la acción, como si fuera un escenario,
disimulando sus verdaderas emociones porque ellas
son la debilidad, la impotencia, la desesperación
y presenta al mundo sólo una sonrisa,
impetu, curiosidad, entusiasmo, interés. "
ANAïS NIN
UN REGALO ESTUPENDO DE CROMÁTICA
La hermandad sin la sangre
Porque sabes que te amo,
no te asombrará
saber que tus pestañas
acarician el cabello
de esta tarde tan gris
- la lluvia moja el parque,
las hojas más verdes
se arrepienten de vida
y caen,
entre mito y leyenda,
al sendero de grava
que me mira, inútilmente,
mientras te escribo -
Porque sabes que te amo,
seguro sentirás
- sé que lo sientes -
este impulso primario de abrazarte,
de ajustarte a mi tiempo,
de mirarte a los ojos
y perderme en el mar de tus oídos,
- caracola -
este terco envolvernos
y ser una en la otra,
- con la magia
con que un niño trasvasa
la arena cuando juega -
Porque sabes que te amo
no te arderá el asombro
ni este eco de angustias y sonrisas,
que nos vuelve una sola,
partida en cuatro puntos,
arengando a la Vida
desde cada rincón en que habitamos.
Porque al fin,
¿qué es la vida,
- la torpe vida,
rota en la rutina -
sino el sobreponernos
al pincel,
los harapos
al tiempo en las agujas
y la lana ovillada
tibia,
entre los dedos,
que señalan, dibujan,
para hundirse en el aire
mientras abren y cierran la nevera?
Ambas somos de alas,
una sola,
la intrépida que vuela,
y sabemos cobrar
-sin renegar de ello
ni sentirnos ligeras -
ese coraje
que tuvo Anaïs
- y proclamó "ya no quiero más hijos"
... que no sean los propios –
siendo, sencillamente,
una y otra,
Mujer fuera de género,
dejamos un instante de ser madres
para hacernos vertientes,
cauce y conducto en sí.
Hermanas, eslabón,
las que se impulsan,
esas precipitadas, temporales de luces
- que nadie puede ver
más que su sombra y ellas -
mirando cómo el mar
de fantasmas agudos,
cae de bruces
ante risas y llantos,
volviéndose de plumas azabache maduro
que escapan al ruidoso cielo en llamas.
Es eso,
parte mía,
hermana mía,
átomo que me vuelve
su eclosión,
y en todo me proclama.
sintiendo esto que siento,
que te escribo,
sólo vine a decirte
que hoy es martes, y llueve,
Que el cielo sigue gris,
Y que te amo.
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