Across the universe











1.-El lector tiene todo el derecho de decir que no cuando yo digo que sí.

2.-El lector tiene todo el derecho a decir que no lee y tomarse la libertad (libertinaje) de criticarme, sin que aquello implique en realidad, que su sesgada y poco infundada opinión genere en mí un sentimiento de repulsa obscena, oblicua, llena de pensamientos del tipo: “y que carajos viene a hablar si apenas hojeó algún cuento de Hans Christian Andersen.”

3.- El lector tiene todo el derecho de levantarse mal humorado, falto de sexo, sin trabajo, con un humor de los mil demonios, y a ocupar mis hojas extremas en limpiarse el culo, cuando de cagar tranquilamente en el W.C se trata.

4.- El lector además, tiene todo el derecho a creer que de verdad existe el socialismo, o la justicia social dentro del neoliberalismo.

5.- El lector tiene todo el derecho de confundir a Henry James con James Joyce, y a Honorio Bustos Domecq con Borges o con Bioy Casares, aunque ambos no sean lo mismo y se esfuercen por parecerlo.

6.- El lector tiene el deber de reírse cuando las hojas solo quieren llorar, y llorar cuando los verbos se empeñen en sonreír. Por lo general, la literatura es solo la patética muestra de lo peor y lo mejor de nosotros, que casi siempre, solo nos mueve a asegurar que todo esto es un tremendo circo, y que si no nos tirásemos al suelo de risa, nuestro destino sería el manicomio.

7.- El lector tiene todo el derecho de obviar el punto diferente, y creer que de verdad estoy loco.

8.- Yo continuo reservándome el derecho inalienable de escribir como me venga en gana.