"A ti, quienquiera que seas, en cualquiera de tus versiones humanas de mis memorias o inauditas de mis imaginaciones. A ti, real o ficticia; mía o ajena; futura o pasada, a ti que estás a mi lado ahora. Ruego porque un día pueda descubrirte, aún si te encuentras junto a mí sin que lo haya notado. Pero si no eres quien pienso o acaso no eres quien imagino, ruego también porque te encuentres a ti misma, un día, en estas líneas, porque es justo para ti, para quien escribo y por quien canto con voz desafinada, las letras de un cubano que vivió también tu historia y que por lo tanto vivió también mi dolor de existir sin conocerte o, lo que es también posible, sin haberte descubierto aún."

DEDICATORIA DE LA DÉCIMA COLECCIÓN DE POEMAS: "TÚ, TU RECUERDO Y... SU FANTASMA"



Nacido en Bogotá, Colombia, una extraña tarde de Marzo en 1984, Ingeniero de profesión, Poeta de oficio, ha dedicado diez de los venticuatro años de su existencia inestable y errática a trabajar y pulir su estilo, su literatura, su vida.

Fanático de la Trova, las guitarras y el buen rock, divide actualmente su tiempo entre ensayos de un dúo (cortesía de otro cuentero de la página) con canciones de Silvio Rodríguez, Fernando Delgadillo y Luis Eduardo Aute entre otros, además de narración y composición de cuentos (más lo segundo que lo primero en los últimos tiempos, dicho sea de paso) y poemas; finalmente se ocupa en la consecución de su carrera profesional, lo mismo que en el empleo que sostiene económicamente tales actividades y la manutención de su hijo, en quien cifra todo el orgullo y cariño que puede caber en pecho humano.

Ha participado en varios concursos de Poesía y cuentos, antes de su ingreso al campus, premiado varias veces por sus escritos en la institución donde terminó orgullosamente sus estudios primordiales, finalista en el concurso de la Casa de Poesía Silva en el 2000, publica una pequeña serie de escritos en la Universidad Distrital, a manera de folletos, repartidos libremente de mano en mano con moderada aceptación no exenta de elogios, llevando el nombre de "VERSOS DE INGENIERO", título del poema que le ha hecho darse a conocer, merced en gran parte a la publicidad, quizás inmerecida, de su profesor y amigo José Villada.

Enamorado por naturaleza, frío por necesidad y costumbre, este joven poeta, conocido con dicho apelativo debido a lo poco común de sus inclinaciones literarias en la facultad de Ingeniería y en dos o tres cafés (que son sus sitios predilectos), espera algún día encontrar apoyo para publicar seriamente sus escritos, editados en más de diez colecciones a partir del 99, a razón de diez o doce escritos por colección; y que han sido dados a conocer de maneras informales, incluyendo sesiones de guitarras en autobuses urbanos, trabajo que aún recuerda con orgullo y admiración hacia las personas que, día a día, sobrellevan su vida con esta (igual que la de la poesía) poco reconocida labor.