Que tu presencia me llegue como la conciencia en las mañanas,
despacio y a paso firme. Con inmensa fortaleza, como sinfonía de vida.
Que tu pasos se asemejen a la brisa de octubre,
Serena, voluptuosa y llena de esperanzas.
Con gozosa disposición, como preludio de una fiesta
Que me llegues a mi tiempo, sutilmente.
Cuándo te esperaba, cómo esperaba que llegaras.
Como llega la tarde al terminar la mañana
Que me llegues por tu propia decisión.
Cuando tú lo quieras, a tu tiempo.
Como el pensamiento cuando llega a ser palabra.
Que me descubras y te acepte como eres
Y te diga tus respuestas y me susurres mis preguntas
Que me dejes conocerte y mostrarme como soy.
Con amoroso cuidado, como el sol cuando anuncia el día,
tocaré tu alma, conoceré y me perderé en tu esencia.
Y que me ames y puedas amarme, queriéndote mucho
Y que me quieras y puedas quererme amando tu esencia
Y que pueda amarte, en los espacios en que no estas
Y que puedas quererme cuando no estés conmigo.
Que pongas tu amor en muchas cosas
Y luego, si quieres, en palabras.
Dibujando con el sonido de tu voz mares de sonrisas y ríos de caricias
Como el día libera claridad y la noche libera encanto
Que me liberes para poder quererte más.
Y que te rescates de mí, para que sigas queriéndome.
Y que conozca todo lo que sientes por mí,
pero al mismo tiempo que tengas un mundo aparte donde puedas crecer
Y que estés al corriente de cómo te estoy queriendo
pero me dejes, cuando haga falta, escapar de tu amor
Para poder regresar muriendo de ganas de estar contigo.
Y poder ser testigo de tus realizaciones
Y que puedas ver como voy creando mi propia vida
Y poder compartirte mis sueños
Y que puedas expresarme tus ilusiones
No tengo tiempo para sentarme a esperarte, tengo una vida que hacer.
No se quien eres, pero cuando llegues, sabré reconocerte.
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