Hoy me desperté a la sinrazón y al sufrimiento con el único proposito de seguir reconstruyendo el puzzle de mi alma...
Y miré al cielo, y a las estrellas eternas con preguntas en el alma, dudas en el corazón y un interrogante en la mirada, esas estrellas frias e indiferentes, que tan a menudo han saciado mis ansias de saber, hoy las veo moribundas y se, gracias a la ciencia, que, como yo, han de morir algún dia... ahi va una de las piezas de mi puzzle, perdida en la logica. Creí que ellas podrian aclarar mis enigmas desde su mundo lejano, que en su eternidad, podrian hallar unas respuestas que a mi se me escapan... Solo creí...
Decidí mirar a la Luna, preguntarle a ella, poderoso astro que se eleva, plateada y majestuosa sobre mi cabeza, pero... ¡Cuan grande mi sorpresa! A ella tambien la vi envidiosa y frustrada. Al igual que yo la veia a ella desde mi insignificancia, ella miraba al sol igualmente, con insignificancia... Al garete otra pieza. Al garete otra de mis confidentes, pensé que en su indiferencia y arrullado en su luz podria, cuando menos, hallar paz, pero, al igual que en mi mundo, alli tambien reina la envidia y tambien hay traición, pues incluso la luna, de vez en cuando intanta ocultarnos al sol, intenta que solo la veamos a ella, que solo le cantemos a ella. Pense y creí encontrar... Solo creí...
Hoy, de nuevo, buscaria respuestas en el fondo de un vaso de cerveza, o de muchos, da igual, tengo muchas dudas. En cada duda, un enigma y en cada enigma, un recuerdo, un tiempo que se fue, unas lágrimas que se evaporaron y solo me dejaron pena como compañia... hasta mis lagrimas me abandonaron.
Al final, no solo no logre respuestas a mis preguntas, sino que acabé con aun mas dudas y un alma a medio completar.
Al final, solo queda la pena como compañera y mis lágrimas como recuerdo, nunca amor, nunca amistad... al final, solo me crei amado. Al final, solo me quedo la Fe, pero sin ningun dios que me la recibiera, sin nadie que me calmara, ningun hombro sobre el que apollarme.
Al final... solo...
A final, enterré mi alma en mi interior, la crucifiqué con un travesaño de lagrimas en un monte de desesperación y me sentí libre, libre de saber que ella sufrirá mas, en mi calvario, castigué a quien no tenía culpa de nada, pues por mi encargo me llegó mi maldición. |