Se parecía a la soledad
Cuando eso paseaba inquieta por tus diálogos
Mientras yo me quejaba del ambiente y del aire.
Era, entre tantos martirios,
un simple caminar volátil por la pieza,
Cargante y desesperante, como mis barcos fusilados
Que iban en dispendiosas tareas,
Esos barcos que asesinaron al antiguo ambiente
De estas iglesias derramadas
en mis suspiros.

Me di cuenta un día
que los barcos intentaban dejar sus gracias para volver a destrozar la pieza.
Empecé a considerar que los paseos de eso por ella
eran desde hace cuatro horas
parte de la revolución de los barcos.
No entendí qué querían,
Su afán hacia las iglesias las llevó a asesinarlas.
Luego comprendí que intentaban matar
A los martirios de los que me quejaba,
El dolor inventado que regalaba eso.
Por supuesto que me quedé feliz, no nos abandonarían de nuevo.

Entonces eso intervino (para variar)
Y les dijo a los barcos
Que tus diálogos llevaban hacia una acústica creacionista,
Serían semi-dioses.
Los barcos giraron junto a él por toda la pieza
Y yo lloraba en tu pecho rezando para desmayarme.
El siglo de piedad decayó
Cuando eso dejó de inventar su propio
dolor emocional y dio conocimiento de su error.
Pero era muy tarde,
los barcos ya se habían hundido
y eso ya era el retrato perfecto
de la soledad.