En el lago, todas las criaturas del jardín se reunían en las mañanas. Esta, sin sentido, Ilusa y Enicka estaban juntas. Ilusa le contaba todo lo ocurrido las noches pasadas. A los pocos minutos, Vivonia llegó con una sombra. La sombra desapareció con la luz del sol.
Vivonia contó también su experiencia en las noches anteriores. Las dos sorprendidas contaban sus testimonios casi iguales. Era impactante la poca creatividad de Mishuzo, pues sus palabras siempre eran las mismas. Con garras, y telas pero siempre , en el fondo, las mismas. Escucharon un grito y al voltear vieron a Lafia con cara impregnada de tristeza. Temían preguntar, puesto que aún no sabían cual había sido la decisión de Mishuzo. Vivonia había contado que creía, lo mejor sería el fin de esas dos almas, y que se lo había dicho a Mishuzo.
Ilusa tan solo quería olvidar. Y Enicka se sentía algo extraña en aquella posición. Tan pocas vidas, pero un mismo sufrimiento. Curioso. Real.
Lafia conversando con algunos árboles, ella con ojos triste, ella con sonrisa falsa. La luna también se unió a la conversación y contó como fué, cuando ella y el sol se crearon un final.
Las niñas del lago solo escuchaban murmullos.
Ilusa tenía la mirada perdida, de verdad estaba enamorada de Mishuzo pero las cosas no tomaban el rumbo que ella quería. Ella no podía controlar su dolor.
Las mariposas dejaron de volar, por su pena. Vivonia no sabría la verdad nunca, ni conocería algún sinónimo. Ella era tan ingenua como la misma Lafia.
El dolor era demasiado fuerte. Ilusa extendió sus alas secretas y desapareció. No soportaba mas tiempo perdida en aquel lugar. Entre las nubes decidió dejarse caer. Para su suerte cayó junto a Vivonia. Esta le dijo que ya le había contado todo a Lafia. Lafia apreció a sus espaldas y la miró con ojos que no mostraban tristeza ni odio. La miró y con un suspiró Ilusa le contó todo.
Lafia miraba vacía pero alegre. Ella no amo, no sinrió. Desde hacia ya 7 lunas quería terminas las mentiras. Mishuzo había perdido, y desde cero empezarían un nuevo camino.
Sin amantes, sin mentiras, pero todos y cada uno en profunda soledad. |