Es extraño como todo lo que deseo desaparece en el abismo de las memorias. No se de que hablo, pero tampoco importa demasiado.

Como decía, es extraño ver que todo se escapa entre los dedos del infortunio. Tan extraño que a veces parece que estoy soñando. Me sumerjo en el sueño de los sinvidas, ataviado únicamente con un brazalete de color gris perla, y un manto de ilusiones, desnudo, en realidad, ante todo lo que me rodea. Buscando la misma esencia de la que puede provenir todo mí ser. Una esencia que jamás encontraré ante la gente, una esencia que está dentro de mi, ahogándome, apretando más y más el jugo de mi memoria.

Desde hace un tiempo, busqué en objetos esa esencia, fracasando en el intento, no encontrando absolutamente nada. Solo pequeñas dosis de felicidad pasajera, solo pequeñas corrientes calidas de amor, amor falso…puro conformismo.

De un tiempo a esta parte he cambiado el lugar de búsqueda de esa supuesta esencia que cada día me pregunto si existirá, pues es difícil interpretar algo que no se conoce pero que a veces puedes creer que existe. ¿Será mi dios? No lo sé, aunque también es cierto que en eso se basa la fe. Pero mi fe es diferente, no es una fe conformista como la de las personas que creen ciegamente en un dios y no lo buscan, solo le rezan y, a veces, son capaces de llorar por ellos, sin la necesidad de probarse, a uno mismo y al mundo, que lo que ellos creen, es algo sólido y real.

He cambiado, como decía, el lugar de mi búsqueda, ahora busco en otras mentes, por que otras mentes contienen también esa esencia, y de ellas, puedo aprender a conocer la mía propia. Es extraño, que siendo todas diferentes, contengan mecanismos idénticos frente a preguntas y situaciones idénticas, aunque también es cierto que cada cierto tiempo, alguna de estas esencias consigue sorprenderme dejando en mí el último halito de sabiduría que puede quedar en el mundo, y eso es algo que siempre admiro, respeto y comprendo, aunque a veces no comparta.

¿De qué hablo? No lo se, pero no importa demasiado. Seamos realistas, la vida no es más que un río en el que cada uno de nosotros badea solo una vez, entonces: ¿importa mucho de que hable yo ahora?

Y dejando esta pregunta en el aire: si la contestación es que sí, que sí importa, enhorabuena, tienes la verdadera esencia, tienes lo que, no solo yo, si no mucha gente busca, ¿te atreves a emprender el camino de esta búsqueda con nosotros?

Si tu contestación es que no, entonces no tenemos nada de que hablar, márchate y deja estas artes a quien realmente intenta comprenderlas.

Puede que no sea más que un loco que se aburre en su habitación, puede que no sea más que un desgraciado que busca la felicidad en los lugares más insospechados, puede que sea todo lo que pienses, pero recuerda, realmente soy todo lo que me propongo ser, y debéis temer eso, debéis temer a esta esencia, a este mecanismo de adaptación. Pero no me temas demasiado, algún día puedo necesitar algo de ti.