Voy a emprender el viaje, siempre caminando...
Llegare a tierras donde un suspiro sea el placer y un grito la libertad, como perros sin amo, aullando a la luna otra noche más, para no variar.
Voy a colgar mi cuerpo de algún poema desorientado que surge de mis manos después de acariciar las curvas de una sirena. ¿Queréis venir? ¿Queréis venir allí donde todo huele a vino y a tierra mojada? Pues llenad vuestra maleta de ira y de rabia, para dejarla caer poco a poco en el camino para que, como Hansel y Gretel, podáis orientaros al volver.
Volveré allí dentro de un rato, cuando la noche traiga una mirada que me haga sonreír. Cuando duerma en los rincones, y en mi descanso, me arrope tristemente en el cansancio.
He querido estar aquí hoy para mostraros el mundo que se abrió ante mis ojos hace no mucho tiempo. Subid aquí conmigo, pongámonos todos nerviosos delante de nadie, solo así sonreiremos cuando nadie mire, y aunque veáis que mis labios se curvan, no es mi más tierna sonrisa, es solo el recuerdo efímero de ese mundo en el que vivo, debajo de un adoquín mal colocado que me robaron, y ahora en mis noches siento frió, siento miedo…
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