Ya el dolor ha menguado,
pero el corazón, herido se quedó,
espera con impaciencia la muerte
y ya no escucha explicación,
sus latidos van despacio,
como en espera del perdón,
pero el odio, no entiende de razón
y el silencio consume su voz...
Ya no mira hacia los ojos,
como en espera de revelación,
ya no ve a las nubes ni a las estrellas,
tampoco la rosa que floreció.
Ya el dolor ha cesado,
pero no hay tiempo de aclarar la situación,
no se permiten las palabras,
por miedo a sufrir una traición.
El mundo gira en un solo sentido
de acuerdo a las manecillas del reloj,
en un ciclo perfecto sin repetición,
y siempre en torno al sol...
Ya no hay tiempo que sobre,
para darle la mano al perdedor,
se está apagando de a poco
el calor y la luz de su corazón...
|