Sentada a la vera del camino lo vi llegar,
cansado de andar y con sus ojos llenos de sueños y de libertad.

Tome sus manos mire sus ojos y supe que el era el remedio a mi soledad.

Su alma habia sido herida y hecha pedazos asi como su cuerpo que cargaba con ella con mucho pesar.

Pero cuando todo el dolor y el sufrimiento estaba a punto de terminar,
llegò ese enemigo insaciable y se trago su amor,
y desde ahi mi remedio se convirtiò en enfermedad y en tristeza mi felicidad.

Se fue en una mañana en que la lluvia golpeaba con total obstinacion el techo y los rincones de mi alma,
no vi mas su rostro, solo imagine sus pies caminando poe el barro castigado por la tormenta.

Yo cure sus heridas,
bese sus parpados cada noche antes de reposar,
le di mi cama y mi vida,
fuì, estoy segura, su mas fiel compañera,
y sin embargo con una sola llamada se fue con ella,
una tarde de lluvìa en primavera,
la muerte quiza tardò mucho en su estado,
pero para mi lo arrebato antes de lo esperado.