Pasaba la dama esa,
montando su mula negra.
cubierta la cabeza
al galope entre las piedras
Cruzó los cañaverales,
los valles y los caminos,
buscaba un tal Morales,
que vivía tras los pinos.
Deliraba por la fiebre,
con la frente acalorada,
con mil recuerdos en mente,
la hora pensé, llegaba
De mi casa, paso cerca
titubeo por un instante,
quería entrar en ella,
pero, siguió adelante.
Sentí un hálito frío,
por esa su indecisión,
casi me deja helado
y me lleva a su rincón.
Agarrado de las mechas,
al anca quería subirme,
pero no era la fecha,
de cuando tengo que irme....
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