Una mañana desperté y te vi por mi ventana parado en las rocas mirando el mar, tu eterno pelo castaño bailaba con el viento y tu silueta, tan perfecta y robusta, estaba inmovil, la ventana estaba tan limpia y nueva que apenas se creia que existia. Me levanté de nuestra cama, me estiré y me puse una bata de seda casi transparente, debajo no traía nada, estaba totalmente desnuda, me sentía feliz; aquella noche habíamos hecho el amor apasienoada y tiernamente, yo quería volver a tocarte...corrí hacia donde estaba él, la arena hacía mis pasos cada vez mas lentos, era como si me atrapase aproposito...lo llame por su nombre...
Miguel! amor!!!
Hola dormilona- dijo besandome- como es que has salido asi jajajja estas desnuda eres una loquita
Y que?- dije- nohay nadie mas que nosotros
Eso es lo que me procupa...me tientas
Lo miré con ojos de niña traviesa y corrí hacia la casa, Miguel me siguió...pero siempre más lento para no alcanzarme y para que yo ganara. Ya en la cocina logró alcanzarme...era una cocina estilo americano, una mesa en un rincon, un refrigerador gigante, muchos estantes colgados al techo, todo era de color blanco y rojo...Miguel me tomo de la cintura y me sentó en la mesa del rincon, me beso muy lentamente, me decia que me amaba cada segundo...luego me miró fijamente a los ojos y yo lo contemple por unos segundos y pude notar con todo detalle su hermoso rostro...sin embargo no era igual que siempre...en sus ojos habia algo...una tristeza...comence a asustarme, era una tristeza nada comun, era de esas tristezas que uno sabe´que algo anda mal...pero mal...grave.
Liz, quiero reguntarte algo-me dijo con su voz temblorosa
Yo solo lo miré, pero solo por un pequeño rato, mis ojos estaban apunto de llenarse de lagrimas asi que bajé la cabeza y aprete mis diente.
....este es el fin de la primera parte...tengo sueño...mañana vendrá la segunda |