Contamíname, que los fluidos de tu cuerpo me llenen todo, de ti. Embárrame la cara con tu lengua de gato, abrasiva, exitante y mortal, entierrame las uñas en esta piel tan vulnerable que te pertenece toda.
Mánchame de sangre, sudor y saliva caliente, déjame saborearte delisiosa y ardientemente mientras me consuma del fuego que provocan tus gemidos, déjame escucharte y atiende mis sentidas súplicas.
Coloca tu breve peso sobre mi ser ardiente de rabia contenida y de ira acumulada, contagiame de esas ganas que tienes de ser mía, lléname el cuerpo de virus amorosos que inoculen en mi corazón, y se repliquen hasta hacerme llegar al orgasmo.
Inféctame con tus besos silenciosos y tu ritmo ansisoso de penetrarte ruidosa y rítmicamente, mientras te muerdo las flores que tienes para mí reservadas en envoltorios satinados de brilloso y elástico empaque, que destroce aunque te quedes desnuda.
Contamíname y quedate marcada de mis dientes, dejame marcado el pecho de tu boca, hazme corazones en el pecho y llename el cuello de cardenales, intoxícame de tu adrenalina y las hormonas que brotan por tus senos, déjame succionarte el alma para que vuelvas mañana a quedarte por fín conmigo, sin que tenga que pagarte... Con tal de no dejarte partir. |