Desvergüenza por el todos.
Osadía al nosotros.
¿Es eso realmente cierto?
¡Sé que no hay mañana sin ayer!
Pero el ayer está podrido,
lo quieras o no,
se está cayendo a pedazos
dejándonos,
a nosotros,
los peores retazos de libertad.
Una libertad apolillada
de tanto estar guardada.
Una libertad ínfima para nosotros,
los dueños del siglo.
No unden con negativas,
nos hacen flotar las espectativas,
las ilusiones.
¡Bendita juventud
quién te tuvo y quién te tiene!
Porque lo seguro de esto
es que si tuviéramos un poco más de arrugas,
un poco más de camino recorrido,
otra sería la historia.
Nos están matando está antigüedad
tan roñosa como los que viven en ella.
Puedes dejar de pensar en ello,
si en verdad lo quieres.
Taparás tus ojos a la realidad,
recordando un ayer que no nos pertenece,
un ayer tan fugitivo como el que lo vivió.
Nos niegan los privilegios de ser jóvenes,
mientras nos atacan por los lados
dejando sin lágrimas al que llora
y sin palabras de aliento
al que le consuela.

[Aclaración importante: No es una poesía ofensiva en absoluto. Es una representación quizá exacerbada de la realidad.]