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Todo comenzó con un simple mensaje, el cual nunca pensé que me iba a hacer sufrir tanto como lo estoy viviendo en este momento. Su nombre es Mario y es el hombre perfecto, según mi opinión, la cual no ha estado muy cuerda estos últimos días porque desde que lo conocí no he encontrado otra cosa en que pensar, sino en él.
Al comienzo todo era color de rosas, pero poco a poco este color se fue oscureciendo hasta cambiar su tonalidad a una totalmente negra, donde la misma oscuridad no puede competir con este nuevo contraste de tonalidades oscuras que he formado. Él era todo lo que había estado buscando en un hombre, y la cualidad que más me gustaba de él era que compartía mi misma pasión: la literatura. Tal vez eso fue lo que más me atrajo de Mario, porque nunca había conocido a un personaje del sexo opuesto, que a parte de ser atractivo, sea muy inteligente, esa clase de hombres son muy escasos en este planeta, pero como todo, tiene su lado negativo, que para mi maldita suerte lo vine a descubrir muy tarde, cuando ya estaba totalmente envuelta por su “belleza”. Mario es un hombre que le gusta envolver con palabras bonitas a las mujeres, tratando de sumergirlas en un mundo lleno de flores donde pueden vivir la sensación más hermosa de su vida al darse cuenta de que un hombre maravilloso las conquista. Esto fue lo que sucedió conmigo, porque mientras yo sola me creaba un mundo lleno de ilusiones absurdas, él se dedicaba a conquistar a mi amiga de la única forma que él sabía, mediante la amplia manipulación de palabras junto con una mezcla de sentimientos que los podía crear. Yo sé que el no tuvo la culpa de mi sufrimiento, así que no debí haber hecho lo que hice, pero ya no es tiempo para arrepentimientos.
El día que le escribí, tenía miedo de que no me respondiera el mensaje, pero lo hizo y de una forma que no me imaginaba. Me llamó, él se atrevió a llamarme y yo me atreví a contestarle. Fue la conversación más extraña que tuve esa noche, y al mismo tiempo fue la puerta para mi sufrimiento. Esa noche fue la más hermosa que había tenido desde hace mucho tiempo, porque conseguí que el hombre, que me interesaba descubrir, tuviera un primer acercamiento conmigo. Logré que tuviéramos un primer encuentro en una reunión que su grupo de literatura iba a realizar, fue tan extraño que el me invitara pero no dude ni un minuto en aceptar.
Si, decidí ir, pero no sola, así que llamé a mí amiga para que me acompañara ese día, ella aceptó. Ahora lo que me quedaba era esperar hasta ese día. Las horas se hicieron eternas y los días eran algo que nunca acabaría. Mientras todos seguían con sus vidas, la mía se estancó esa noche y desde ese momento no pude seguir viviendo hasta ese día de la reunión donde di comienzo a mi propia muerte, porque puedo asegurar que esa noche fue la llave para entrar a ese túnel de tantas desgracias donde yo sola me atreví a entrar, porque fui yo misma quien lo creo al juntar a dos personas que no debieron conocerse nunca. Él me gustaba y me sigue gustando mucho, pero lo siento, tuve que hacerlo, esa fue la única forma que encontré para hacerlo pagar por todo el daño que me hizo, por su culpa ya no seré la misma mujer que soñaba con un hombre capaz de amarla con la misma fuerza que ella demostraba.
El día llegó, mi emoción era demasiado notoria, pero al mismo tiempo el miedo y los nervios me invadieron porque no sabía como Mario iba a reaccionar al verme. Como nunca me pude dar cuenta que en ese momento él quedó fascinado por mi amiga y yo como una ciega me dejé llevar por las cosas que hacía, y no por como él encontró una nueva criatura por descubrir, que no era yo.
Algo que no me di cuenta al principio, por tonta y por ilusionada, fue que a Mario le gustan las cosas totalmente opuestas a su persona, le gusta descubrir cosas nuevas, y como yo soy una mujer aparentemente normal, a sus ojos, no perdió tiempo conmigo y se fue derecho a explorar el mundo tenebroso de mi amiga. Pero lo que jamás se imaginó Mario fue que yo sería la persona capaz de arruinarle completamente su vida, hasta el punto de desorganizarle por completo sus ideas, pasando de ser un hombre culto y muy conciente, a una persona demente permanente. Sí, eso fue lo que hice, por puro despecho me encargué de volverlo loco, prácticamente la vida se acabó para Mario, y todo gracias a mí, la mujer aparentemente normal que conoció, y que lo amó con tanta pasión, pero que él mismo decidió cambiarla por alguien que parecía ser extraña ante sus ojos. Desde el momento en que me enteré que mi interés era correspondido de la misma forma pero a otra persona, mi odio hacia Mario empezó a crecer, y ahí fui cuando decidí que iba a acabar con su vida sin matarlo, de la manera que más me gusta terminar con aquellos hombres que no me aman.
Al día siguiente de la reunión, yo estaba destrozada por lo que había sucedido. Tenía ganas de gritar, llorar, revolcarme como una niña pequeña, pero me traté de tragar todo lo que sentía, así lo iba acumulando hasta el momento de mi venganza, que iba a ser muy pronto.
Es verdad, derramé muchas lágrimas por él, cada noche desde que pasó ese detestable encuentro, pero ya me cansé, ya estoy harta de sufrir por alguien que ni siquiera me veía como una mujer a la cual podía amar con la misma pasión que sentía por la otra. Y ahora, con las mismas fuerzas con que lloré por él, con esas mismas fuerzas voy a volverlo loco, muy loco, para que sintiera lo que era sufrir como un perro, y como siempre, lo conseguí. Si lo vieran ahora, totalmente destruido, tirado en el rincón de un cuarto blanco, dando lástima, con una cara que pide a voces algo de ayuda para volver de la locura a la realidad. Así es como lo quería tener, inferior a mí. Pagó muy caro lo que me dijo un día, me dijo que me iba a tener miedo, pues terminó teniéndome miedo, y mucho, por eso no debió tomarse muy a la ligera esas palabras, porque le demostré todo el miedo que me debió tener desde un principio. Yo no le quise tener odio, pero fue él mismo quien me puso esa palabra en mi mente, así que decidí tomarlo muy enserio, y eso fue lo que nació en mi, un profundo e interminable odio hacia él, eso fue lo que buscó, pues terminó por encontrarlo y de la forma más cruel por burlarse de mis sentimientos.
Así que después de esa reunión, mi venganza comenzó. Qué lástima que él nunca se dio cuenta sino hasta el final. Comencé a hablar con él, nos hicimos amigos muy íntimos, me convertí en casi una confidente para él. Eso fue lo que quise y afortunadamente lo logré. Era muy claro que nuestros temas de conversación eran acerca de mi amiga, yo comencé a llenarle la cabeza de puras cosas bonitas con relación a ella y prácticamente conseguí que Mario se interesara mucho más en ella, más de lo que ya estaba y así continué durante dos meses, aproximadamente.
Pero el día llegó, llegó el momento de la verdad. Una tarde, mientras Mario y yo hablábamos de mi amiga en un café, ahí fue cuando decidí contarle la gran verdad acerca de ella. Le dije que ella tenía una relación muy estable con alguien y que muy pronto se iban a casar. Le conté que su pareja se llamaba Teresa, si, mi amiga es lesbiana, pero muy feliz con su novia, estaban tan enamoradas que estaban dispuestas a adoptar a un niño porque ya querían formar una familia. Todo eso se lo conté a Mario. Debieron ver como su cara cambió totalmente, pero les aseguro que disfruté mucho como se puso. En ese momento comenzó a gritar como un loco, tirando todo lo que encontraba, mientras yo me quedé sentada en la mesa riéndome a carcajadas, viendo como le destrozaba una ilusión parecida a la mía con él. Mario gritaba, llegó al punto de pegarle al mesero, se encontraba totalmente desquiciado, yo lo traté de calmar pero no pude. Así que mejor me fui, salí de ese lugar muy triunfante porque logré lo que quise.
Ya han pasado tres meses después de lo que sucedió, pero se preguntarán qué pasó con Mario ese día. Pues, cuando yo me fui del café, él siguió con su locura, estaba totalmente alterado que salió del lugar a gritar por las calles de esta ciudad, comenzó a decir incoherencias, fue tan estúpido lo que dijo, imagínense, dijo que iba a buscar a mi amiga y la iba a matar por lo que le hizo. Obviamente yo no lo creí capaz de hacerlo, pero no tomé enserio sus palabras y lo terminó haciendo. Mario se fue directamente a su casa, la buscó, la encontró y… la mató. Eso fue lo que hizo, mató a mi mejor amiga, sólo porque él no pudo tenerla. La mató a puñaladas como un salvaje. Fue lo peor que este hombre pudo hacerme, dejarme sola en este mundo lleno de túneles que llevan a la locura. Después de haber cometido el terrible asesinato me fue a buscar a mi casa, pensó hacer lo mismo conmigo. Cuando se apareció en la puerta, me asusté al verlo. Estaba manchado de sangre, le pregunté qué había hecho, y ahí fue cuando me confesó que mató a la mujer de la cual se había enamorado. En ese instante me sentí completamente desquiciada, quería matarlo, pero mejor comencé a gritarle que era un cobarde, que nunca iba a encontrar a una mujer que lo ame tanto como yo. Le dije en su propia cara que jamás sería capaz de retener a una sola mujer para que lo amara, todas las mujeres preferirían irse con otra como pareja porque él no era lo suficientemente hombre para satisfacerlas de ninguna manera. Grité que era una basura, se lo repetí varias veces, además lo hice sentir más culpable de lo que era.
Después de haber descargado todo mi odio hacia Mario, él ya estaba tirado en el suelo cortándose las venas con el cuchillo que cargaba, tenía la mirada pérdida, entonces fue ahí cuando me di cuenta que mi venganza había finalizado. Logré vengarme de Mario, pero pagué un precio muy alto, perdí a la única persona que adoraba en este planeta, ella era todo lo que tenía y ahora me había quedado sola.
Ayer fui a ver a Mario, está completamente loco, los doctores le declararon demencia permanente. Si lo vieran les daría mucha pena en la situación que se encuentra, pero se los aseguro, ese hombre se lo merecía por jugar con mis sentimientos, aunque nunca lo termine de entender.
Las cosas tuvieron que llegar hasta este punto para que él mismo se dé cuenta de que a las mujeres “aparentemente normales” hay que tenerles miedo, mucho miedo.

Texto agregado el 09-04-2005, y leído por 174 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
19-03-2007 no eres normal...eres sublime nunca lo olvides...esa es la primera palabra que te dije cuando te conoci hace 7 años...y con esa idea me mantengo.. yuyu
 
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