Necesito un choque táctil de tu piel, por lo menos en mi boca, para saber que no eres un sueño ya, besarte en esos hermosos labios, que viaje mi mente loca.

Requiero acercarme lo suficiente y así propiciarlo, pero aún no sé la forma para hacerlo, es arduo siquiera intentarlo, por tocar tus dedos o tus manos, tus uñas al menos si me quedas tan lejos.

Espero sin tardanza poder llegar a sentir tu espalda arañada por mis manos, liberarte de las ataduras que te sujetan y tenerte libre, franca y descubierta, desnuda nuevamente frente a mí.

Deseo olerte de cerca y rozarte al menos con mi voz, que en este espacio vacío de ti y de tu esencia, tu cuerpo es ahora lo más tangible pero lo más alejado, vacío del corazón sin tí.