Es algo más allá de un simple y llano ósculo creo yo, por lo menos para la gente que se dedica a procurarlo cuando realmente lo siente y conoce como yo, de esa imperiosa necesidad de en algunas ocasiones darlo.
Más allá del roce, el arrumaco y la caricia, mimo o baboseo y galanteo requiebro, es una expresión del alma que por ese conducto llamado boca sale, eso que produce mucho más que un sonido tronado o un aire soplado que en vano intentamos atrapar, es un galvanismo puro y no un improperio, es un reflejo y un resultado.
Como no tengo aún un libro de definiciones, no me queda más que agregar que aquí encuentro lo que más se acerca a una definición basada en un hecho o un conjunto de los mismos, y por lo menos esto significa para mi:
“Apoyada sobre mi hombro y tomada de mi brazo, quedando quietos como dos ramas, una posada sobre la otra y en ausencia del viento, un poco descansando para apoyarnos y así, lentamente mi brazo colocar en tu cintura, para mirarnos o no y poco a poco al inclinarnos, sentir nuestros labios tocándose tierna, intensa, arrebatada o sensualmente, para no sentir así el frío externo”.
ESO ES (para mí) UN BESO.
|