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Habían pasado ya dos días de la muerte de Jacinto Ortega y éste aún estaba atontado.
Dios pensó que el tiempo había sido suficiente para que entendiera y lo mandó a llamar. Le explicó que el lugar donde estaban era el cielo, que no había que usar túnicas blancas y que el piso sobre el que estaban parados era de mármol y se veía. Le contó que después de ver una película a uno de los ángeles de arquitectura se le había ocurrido taparlo con un poco de vapor o humo blanco, para que los recién llegados identificaran el lugar, pero el caso era que las escaleras no se veían, San Pedro vivía en cuatro patas buscando las llaves, cuando entraba viento el
humo subía y no se veía nada... En síntesis: mármol o alfombras, el mármol estaba, la alfombra había que comprarla.
Dios también le explicó que no estaba solo, que tenía algunos amigos que eran dioses de otros, unos vivía en este cielo o en un cielo parecido, otros moraban en paraísos terrenales y los dioses del mal en uno que otro infierno.
Les explicó la mecánica de la comida, los horarios de descanso, le dijo que no vería dioses ajenos, que como él era parte de una religión de sólo dos deidades, una del bien y otra del mal, sólo podía estar acá arriba o allá abajo.
Le entregó el diploma de Ángel y le contó que no existen las alitas, que pa´ quedarse arriba hay que
laburar, y si no allá fuiste. Y le dijo: "Jacinto te tocó ser Cupido."
El Jacinto se quedó duro, no entendía nada, en 2 días su "vida" había cambiado totalmente. Para colmo vio venir a los ángeles vestuaristas con un arquito dorado y un pañal.
-Ahh no, no me van a hacer poner eso.
Unos querubines que pasaban por allí lo inmovilizaron y comenzaron a vestirlo, los alaridos de Jacinto se escuchaban en todo el cielo, así que Dios dijo-Bueno che, dejenlo, total mientras haga el trabajo.
Así fue como Jacinto Ortega se hizo Cupido...
Después de tres días de practicar con el arquito lo bajaron... Nada importante, abrieron la puerta y lo tiraron con un paracaídas.
Ya en la tierra abrió los brazos, levantó la vista al cielo y dijo:
-¿Qué debo hacer ahora?
-por lo pronto deja de hacer el ridículo (dijo Segismundo Angel que había bajado para ayudarlo). si querés directivas habla al teléfono que tenés anotado en el arco, sino hacé lo que te parezca. Y Jacinto salió a "hacer el amor" por todas partes; se tomó bastante en serio su trabajo, pero su puntería era bastante mala, razón por la cual Juan Rodríguez se enamoró perdidamente del árbol donde estaba apoyada su ex-futura novia. Dios vigilaba, las flechas iban y venían. Todo normal...
Pero un día, Jacinto erró, no por mala puntería; no quiso que Florencio López se enamorase de Estela Fernández, se puso al lado de ella y comenzó a hablarle, cuando ésta lo miraba sacó una flecha y se la clavó en el estómago. Estela hizo una
contorsión violenta, abrió la boca en una arcada grotesca y un hilo de baba y bilis le corrió por el mentón... Cayó al piso. Él estaba atónito, ¿Qué había hecho? La levantó, ella no reaccionaba... ...repentinamente abrió los ojos, ella sonrió y se amaron toda la noche.
Inmediatamente los reporteros del cielo sacaron la noticia en primera plana: ¡Extra, extra, Cupido se coge mujer terrena!
Dios dijo: ¡Qué lo traigan! Y bajaron un gancho.
Unos minutos más tarde se oían los gritos del Cupido que venía mal enganchado. Fue llevado ante el Señor e intentó explicar que no había podido evitarlo, que estaba enamorado... Y que lo volvería a hacer.
A su lado un ángel ejecutor afilaba un hacha, y aunque es sabido que nadie ha matado un muerto es
particularmente deshonroso caminar por el cielo con la cabeza bajo el brazo.
El caso es que Dios debía estar furioso pero no lo estaba, sonrió con cierta satisfacción y recordó que, siendo él Dios no era necesario que su hijo naciera de una mujer terrena. Que por culpa de su amor ella había sido repudiada y apedreada. Que José creyó en su palabra y eso lo hizo arrepentirse, tanto, que dejó morir a su hijo para que los hombres perdonan su pecado.
Dejó de hablar, lloró (como los dioses) y por primera vez perdonó, no hasta el juicio final, como hace de costumbre, simplemente lo perdonó.

Texto agregado el 13-08-2003, y leído por 232 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-02-2004 Pero bueno, que estupenda sorpresa eres, amigo cordobés!!!Es un relato buenísimo!!! MILESD
13-08-2003 Lindisimo relato, de principio a fin me senti atrapada en el.Besitos Aire
13-08-2003 Me comienzo a acostumbrar a tus buenas historias. Buena por Cupido!!! intelecto
 
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