Lamento que las cosas no hubiesen resultado como ambos esperábamos, pero me estoy cansando de estar en este estado, necesito huír, escapar de todo esto que me mantiene alejado de tantas cosas nuevas.
Recuerdo de como queríamos en su momento las ahora fallidas cosas funcionaran después de todo esto apenas empezar, no puedo bloquearlo y ya no habrá tras esto más sorpresas, por fin me largo.
Tomé la decisión con tu involuntaria ayuda, no me dejas otra digna opción, no me gusta arrastrarme y después de fallar en tanto, tampoco me queda consuelo mediocre sabor a olvido.
Espero que tu determinación no te pese en demasía cuando ya nada puedas hacer por recuperar lo que te ofrecí mano tendida, sólo quería un poco de comprensión en esta ardua etapa transitoria, como yo mismo fuí.
Cabe como necesario establecer prioridades, sólo que no toda decisión se toma sola y cuando sola te enteres de esto, a nadie le podrás contar que te sientes de menos culpable, pero necesariamente tengo que dajarte ir, aunque eso sólo pueda resolverse significando me tenga yo que marchar a un viaje sin retorno, ni arrepentimiento.
Sábete que de nada te culpo yo, esta fué como otras tantas mi rotunda determinación de terminar, acaso cobardemente con tanto de mi necio sufrimiento, ahora sí podré cuidarte si es que es posible.
Este postrimer te lo dedico, como no pudiste dedicarme la paciencia de esperarme a salir de otro absurdo modo de todo esto, pero te doy egoístamente las gracias, por lo que pudiste y no quisiste ser, de todos modos me alimento goteante un poco de esperanza, por ello adiós.
He dejado oculta una carta que reparte las pocas cosas que un día me pertenecieron, pero lo que te llevas de mí no va incluido en las cosas que pude escribir, es mucho más de lo que te pude y quise dar, no quisiste recibirlo.
El amor es una palabra demasiado corta para lo que quise hacer contigo, y ahora que me toca decidir el modo no dejaré de pensar en tí hasta que no pueda ver mas nada. De todos modos, por todo y mucho más, gracias. |