Mi egoísmo me permite celarte y pensar que tengo razón.
Me deja decirte que te quiero a mi modo, mientras me olvido de tu corazón.
Mi egoísmo me ciega y considero cursi todo lo que tocas, y no puedo crear yo.
Me aleja de tu rastro si voy buscando mi propia sombra que me halague como no haces tú.

Mi egoísmo no me deja ver más allá de mis narices, en cuanto escribo basura al viento, y me permite hacerme el fuerte mientras escupo palabras burdas creyendo que hago poesía diferente insultando para que no me insulten.

Y me mantengo ocupado viajando entre drogas que me alejan de un mundo que no puedo aceptar sin su ayuda, porque soy un debil perdedor, cuyo egoísmo mantiene en falso pie y me miento.

Mi egoísmo me permite insultar al que intente vivir si su vida me parece menos miserable que la mía, que mezclada con alcohol se difumina en ignominia degradada como yo, si lanzo mi hedor al viento.

Cuando leo sin entender, sólo muestro lo superficial que es todo para mi...