Un laberinto de miseria ...
Un manjar de inverosímiles presencias que se confunden y mezclan en una masa pestilente de brebajes.
Los pasillos del hospital prolongan su existencia a través de agónicas puertas, las cuales dan lugar a nuevos pasillos creando una confusa travesía de espectrales convulsiones.
Distingo luces por encima del oscurecido rostro que me transporta, y me aterroriza la certeza de que en sus mortecinos brillos habitan escondidas las tenues almas de los que, fallecidos en el hospital, creen poder robarle tiempo al tiempo; imaginando erróneamente que no es este su merecido infierno.
Cada puerta, cada vaivén atravesado, me recuerda con un estrepitoso chirreo que aún estoy con vida.
Preguntarme que me trajo aquí es como destejer mi pasado y, centímetro a centímetro, exprimir mi dolor en la respuesta.
La imagen del nuevo pasillo me transporta hasta otro tiempo y desnudando mi cerebro voy dibujando recuerdos de otros pasillos idénticos a este y entre sí. La Iglesia, El Orfanato, La Biblioteca y ahora este inmundo Hospital son parte del intrínseco laberinto que me toco sufrir; corredores de odio, rincones de desesperación, puertas cerradas a cintazos y miedo, siempre el miedo...
Soy mudo de nacimiento. Carezco de cuerdas vocales. Padezco de silencio.
Tanto grito contenido tanto tiempo, necesito la voz para gritar...




*ES HASTA AHORA SOLO LA PRIMERA PARTE DE UN CUENTO, PERO NECESITO COMENTARIOS PARA VER SI VA POR BUEN CAMINO... GRACIAS