Imagino que hoy es el momento y éste es el día en que te sigo escribiendo las cosas que espero leas y recibas pronto, mientras te invoca el pensamiento y el recuerdo que no compartimos todavía. La imagen tuya se encuentra deambulando fuera y dentro de mi mente, posándose en el cabello de la que frente mío se siente a esperar la llegada que no me corresponde adelantar todavía.
Me imagino entre otras tantas cosas contigo, que hablando estas y es conmigo, abrazada a mi cuello el cual con dulces caricias inundas quedándote a mi lado, revolviendo mi cabello mientras me besas los oídos susurrando.
Yo tomo tus manos entrelazándolas con las mías y volteo a verte para besarte en los labios, oliendo tu perfume y percibiendo el dulce aroma de tu aliento dentro de mi boca, saboreando y mordiendo tus carnosos labios.
Imagino que caminando vamos el pecho henchido de esa alegría que nunca sentí al no encontrarme contigo, que vamos tomados de la mano entrelazados los dedos sin importar quien nos mire y parece le vamos sonriendo.
Te tomo por la cintura como la primera vez y te acerco a mi, siento tu cuerpo temblando como el mío y entiendo ahora que no hay temor alguno, miro tus ahora francos ojos y en ellos observo claramente la ternura y el amor que para mí tienes en reserva guardados.
Es por ello irremediablemente vuelvo a besarte, sólo que ahora tu hermoso cuello es el que resulta mordido y tiernamente lacerado.
Me imagino que antes de leer todo esto mis ojos me delataron, y supiste entonces algo de todo lo que por ti siento, que no te besan otros labios y que me sabes tuyo completamente, que estás sola en mi espera y busca, y yo llego a rescatarte, mostrándote con ello la hermosura que quiero sólo contigo compartir un día, en que despiertes a mi lado, sin haber hecho mas nada que mirarnos y sabernos ciertos y sinceros, descansando juntos, abrazados, confiando nuestras suertes sin temor.
Imagino y pienso qué te diré, que no me importa tu cuerpo tanto o más de lo que añoro tu esencia y cariño, y te propongo no tocarte con mis manos hasta que tu me lo pidas más de una vez, en que no aguantes más las ganas de sentir en el cuerpo tuyo mis caricias y mis besos.
Sólo para que sepas así que es verdad todo de cuanto digo en esos momentos, en que me imagino que prefiero el amor duradero al tacto interrumpido e intrascendente, y el conocerte poco a poco y mientras tú me lo permitas, a desnudarte de pronto y sin remedio, pronto dejar de verte.
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