En busca de un sueño me desperté un día hermoso del mes de Septiembre, loco más que Febrero en ése año ciclónico y lleno de ilusiones no sé si para todos pero si para mi, joven e impetuoso como me catalogan algunos amantes, y partí con mi sueño a la calle 6 y lo que después venga o las calles que le sigan, comprendiendo que nada me caería golpeando a la puerta destartalada que paraba el viento en contra y sin tirador ni manija.

Acepté lo que raramente acepto y no fue una droga precisamente pero como me dopó, si claro lo de menos es negarlo pero con que finalidad si deja de ser cierto y me hace más pobre sobretodo en la larga soledad y en la canción que le canto a esa chica a casi cuatro años de nuestro, más mío que suyo, inusitado encuentro en que no pude hacer mas nada que admirar su extraña para mí belleza y hermoso y nunca antes visto cabello.

Cuando me entero que tiene novio y le quiere mucho, o pobre iluso si apenas te la han presentado se voltea y no baila contigo sino con su amiga que está al disímil lado suyo, no como tú que como idiota piensas que algo has de poder hacer al mirarla con tontos e ingenuos ojos llenos de nuevo y deslumbrante febril amor o enamoramiento, que como vidrio roto quedará por tu idiotez de posar los ojos tan comúnmente que si no estas ciego es porque miras más allá del sol y este aún no atina a cegarte del todo.

Y después de el día ése, nada más pasó durante dos años de buscar sus ojos como quien pregona una limosna en voz alta y nadie encuentra su sonido, ni se deslumbra con su cálido y extenuado brillo, pero bueno que siguió pasando de todo pero no pasó lo más querido y anhelado, ir con su mirada a cuestas tuyas, mías por supuesto, con una sonrisa en el viaje y la cara iluminada de amor del bueno, del correspondido, del eterno, del que nunca ha existido pero piensas que para todo hay una primera vez, y porque no has de ser tu el que durmiera en su regazo y besara su cuello todos los días y las mañanas.

Y su boca la más soñada pronunciara palabras que sólo a ti correspondieran y significaran posadas en forma de corazón te llenaran de amor los ojos desbordados de sueños de los que solo vienen cuando uno está despierto pero enamorado, como a caballo que no se detiene mientras bañado en sudor despiertas con su nombre en la comisura de tus, mis labios.

Había yo cejado en el intento de ser trovador de sus fiebres, cuando un día en el auditorio mi ignominia terminó por ser una capacidad de riesgo que volcó sus ojos en mi cuerpo al estar frente a donde todos me miraban y su mirada era lo único que realmente importaba, estando donde no debiera estar mi miedo de no hacer lo que esperaba cualquiera hiciese yo, que al salir con un aplauso y un abucheo encima llevaba conmigo y mi gárgola su dulce mirada creo yo.


No me pregunten que ha pasado desde aquel glorioso día a partir del cual me saludó cuando me veía rara la vez, que hace una semana y después de casi tres años de conócele le he besado en una mejilla y párale de contar, que en un hola y adiós ser resume todo cuanto al no poder estar tan cerca como antes.

Me limito a observar en su negro corcel cuando por mi vista pasa con sus rizos y sus risas, la sigo viendo de lejos deseando estar cerca para conocerla y seguirla amando como hasta el día de hoy he venido haciendo desde aquel día en que en busca de un sueño encontré no una pesadilla pero si un martirio pero también una ilusión y un gusto enorme por pensar en alguien a quien no conozco siquiera y talvez en el momento de que me conozca me diga que mucho pinches gusto pero hasta luego, quien sabe que después de leer esto talvez sepa lo que me pasa por su, mi causa.