Desperté un día pensando en lo que en el momento de estar con ella no había hecho por miedo, y pensé en cuanto hablo de que no quiero verme como aquel que se arrepiente de cuanto no hizo en su oportuno momento, y no de cuanto dejó de hacer para después recriminarse por haberla regado.
Siempre mis ansias por escuchar sus gemidos eran suficientes como para provocar una dolorosa y placentera erección, y en el momento en que sentí podía cumplir con mis obscuros deseos sin más me limité a seguir su danza sobre mí.
Hice sólo lo que ella quería que yo hiciese y practiqué la posición que ella me indicó cuando en mi mente sólo estaba el tomarla por la cintura y voltearla, decirle que no me importaba lo más mínimo cuan indigna considerara esa postura.
Y que con o sin su consentimiento la iba a penetrar, rápido y fuertemente hasta estremecerla al empujarla contra la pared del cuarto, las veces que fueran necesarias como para que sus súplicas colmaran mi paciencia y lograra alcanzar la tensión en las piernas que siento al tener un orgasmo mientras desgarraba sus bragas haciéndolas de lado hasta tronarlas, mordiéndole cuanto a mi alcance estuviera, haciéndola sudar del dolor y el placer, y sin embargo no hice nada.
Pero luego reparé en que eso sólo me habría dado placer a mi, y que más da el hecho de satisfacerme, quien quita y hasta le guste, que en el peor de los casos le dices y prometes no volver a hacerlo y pedir disculpas para creer que todo queda resuelto y como si nada tía que aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.
El problema está en que no es así de sencillo el asunto, no sólo es meter la mano entre sus piernas e introducir el dedo en la humedad y el calor que levantan mi pantalón, es mucho más que sexo y calentura, es algo tan complejo como el entender las frases que se dicen, pero quien sabe.
No es hoy encontrar un simple receptáculo y llenarlo con furia o ternura para después esperar que nada malo ocurra mañana y Andrés llegue como de costumbre después de dejar marcado su busto.
Pero bueno, de algún modo y después de todo no me importa porque no hice nada, total si queda en barcelona, me hago el occiso; ya me voy de nuevo a dormir. FIN
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